Comparar
es examinar dos cosas o personas a fin de encontrar diferencias y terminar
valorándolas.
Cada
persona es diferente por lo que cada acto de comparación en si mismo es un
error imperdonable.
El
que se compara continuamente se expone a la envidia o a la idolatría.
La
crítica sobre otras personas suele venir de la necesidad del envidioso de
desposeer al envidiado del valor que le otorgan y presentarse a si mismo como
mas grande y mejor que el envidiado.
El
admirador puede estar comparándose para justificar un complejo de inferioridad,
parece menos dañino porque a nadie le disgusta n los halagos, pero no hacen
bien a nadie. El halagador tan pronto dice “nadie habló como este” como
“crucifícale”.
Juan 7:46 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
46 Los
alguaciles respondieron: !!Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!
Y algunos comenzaron a escupirle,
y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.
Juan 19:6 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
6 Cuando le vieron los
principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: !!Crucifícale!
!!Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle
vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
-No
importa si eres de los que me admiran o de los que me odian, deja de compararte
conmigo.
No
hay mayor tortura en la vida que estar comparándonos con otros todo el tiempo.
Nuestra autoestima sufre y se destruye o se transforma en un complejo de
superioridad totalmente abobinable.
No
ser celosos no es fácil ya que nacemos comparándonos y crecemos, lo vemos con
cierta normalidad y no nos damos cuenta.
Disfruta cuando alguien te valora personalmente y no mires a otros, si tal vez tambien son valorados en alguna forma.
Juan 21:18-21 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
18 De
cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde
querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te
llevará a donde no quieras.
19 Esto
dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto,
añadió: Sígueme.
20 Volviéndose Pedro, vio que les
seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había
recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de
entregar?
21 Cuando Pedro le vio, dijo a
Jesús: Señor, ¿y qué de éste?
….Pedro se comparaba con Juan, si yo voy a
morir así ¿Y este que?....sigue a Jesús sin compararte con nadie.
Juan 21:22-23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
22 Jesús
le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
23 Este
dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría.
Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo
venga, ¿qué a ti?
Héroe anónimo
La
justicia social propugna “la igualdad de oportunidades”, pero en absoluto eso
se ha alcanzado, “millones de personas no han tenido la
oportunidad de formarse y sin formación no se puede acceder a los mejores
puestos en nuestra sociedad”.
Compararse
es tan injusto como lo es el verdadero acceso igualatorio a la formación de
cada persona.
No
es lo mismo igualdad de oportunidades a igualdad de resultados.
Por ejemplo, existe igualdad de oportunidad en una rifa de un pastel en el
que cada persona recibe un número de rifa. Sin embargo, en este ejemplo no
habría igualdad de resultados, ya que al final
una persona obtendría el pastel y los demás no tendrían nada. La igualdad de
resultados se daría si el pastel se divide en trozos y se reparten entre cada
papeleta.
Mateo 28:16-20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Pero
los once
discípulos se fueron a Galilea, al
monte donde Jesús les había ordenado.
17 Y
cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban.
18 Y
Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en
la tierra.
19 Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo;
20 enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
-En el reino de
Dios la formación es el discipulado.
Tenemos 11
discípulos y Jesús les manda a hacer discípulos a las naciones.
11 discípulos
tenían acceso a 11 porciones de la misma tarta y tenían que hacer más
discípulos porque la tarta es para que todos tomen de ella, no se acaba nunca
hay para todos.
Juan 1:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Porque
de su
plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
Si usted es un
discípulo debe tener acceso a la formación de todo
discípulo.
Es triste que
toda la tarta de información del discípulo se la coma uno y a los demás solo
les toque jugar un número en el sorteo para las sobras.
PORTERO DE BOTIQUIN
No había en el
pueblo peor oficio que el de portero del botiquín.
Pero... ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre?
De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.
Un día se hizo cargo del botiquín un joven con inquietudes, creativo y emprendedor.
El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo:
A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un informe semanal donde registrará la cantidad de personas que entran día por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero.....
Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceó - pero yo... yo no sé leer ni escribir.
- ¡Cuánto lo siento!
-Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida.
No lo dejó terminar:
- “Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento. Que tenga suerte”.
Y sin más, se dio vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba.
Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación.
¿Qué hacer?
Recordó que en el botiquín, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio.
Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo.
El problema es que sólo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza mellada.
Usaría parte del dinero para comprar una caja de herramientas completa.
Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra.
¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas.
De inmediato su vecino llamó a la puerta de su casa.
- Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme.
Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin empleo...
- Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
- Está bien.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta.
Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?
No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días de mula.
Hagamos un trato -dijo el vecino-
Yo le pagaré los dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?.
Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días... Aceptó.
Volvió a montar su mula.
Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?
- Sí...
Yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatro días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje.
El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue.
"...No dispongo de cuatro días para compras", recordaba.
Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara a traer herramientas.
En el siguiente viaje arriesgó un poco más del dinero trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes.
La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje.
Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Alquiló un local para almacenar las herramientas y algunas semanas después, con una vidriera, el local se transformó en la primera ferretería del pueblo.
Todos estaban contentos y compraban en su negocio.
Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente.
Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos
días de marcha.
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos...
Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas.
Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época.
En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo:
Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva escuela.
El honor sería para mí - dijo el hombre -.
Creo que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto.
¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo.
-¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir?. Estoy asombrado.
Me pregunto, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?
- Yo se lo puedo contestar...respondió el hombre con calma
Pero... ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre?
De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.
Un día se hizo cargo del botiquín un joven con inquietudes, creativo y emprendedor.
El joven decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.
Al portero, le dijo:
A partir de hoy usted, además de estar en la puerta, me va a preparar un informe semanal donde registrará la cantidad de personas que entran día por día y anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero.....
Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceó - pero yo... yo no sé leer ni escribir.
- ¡Cuánto lo siento!
-Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé en esto toda mi vida.
No lo dejó terminar:
- “Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le vamos a dar una indemnización para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así que, lo siento. Que tenga suerte”.
Y sin más, se dio vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba.
Nunca había pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación.
¿Qué hacer?
Recordó que en el botiquín, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba hacer un arreglo sencillo y provisorio.
Pensó que esta podría ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo.
El problema es que sólo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza mellada.
Usaría parte del dinero para comprar una caja de herramientas completa.
Como en el pueblo no había una ferretería, debía viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra.
¿Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas.
De inmediato su vecino llamó a la puerta de su casa.
- Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme.
Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar... como me quedé sin empleo...
- Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
- Está bien.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta.
Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?
No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a dos días de mula.
Hagamos un trato -dijo el vecino-
Yo le pagaré los dos días de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?.
Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días... Aceptó.
Volvió a montar su mula.
Al regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su casa.
Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?
- Sí...
Yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatro días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo de tiempo para el viaje.
El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue.
"...No dispongo de cuatro días para compras", recordaba.
Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara a traer herramientas.
En el siguiente viaje arriesgó un poco más del dinero trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de viajes.
La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje.
Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes.
Alquiló un local para almacenar las herramientas y algunas semanas después, con una vidriera, el local se transformó en la primera ferretería del pueblo.
Todos estaban contentos y compraban en su negocio.
Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente.
Con el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganar dos
días de marcha.
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos...
Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de herramientas.
Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría, además de leer y escribir, las artes y oficios más prácticos de la época.
En el acto de inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo:
Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas de la nueva escuela.
El honor sería para mí - dijo el hombre -.
Creo que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto.
¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo.
-¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir?. Estoy asombrado.
Me pregunto, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir?
- Yo se lo puedo contestar...respondió el hombre con calma
Si yo hubiera
sabido leer y escribir... sería portero del botiquín.
Cada uno de nosotros
accede a ciertos puestos dependiendo de su capacidad, esfuerzo y formación.
Hay discípulos muy mal
formados en puestos muy elevados.
También hay discípulos muy
bien formados que no pueden promocionar más allá de portero de Iglesia.
Confucio
dijo: “Los complejos
vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos”.
-Es muy triste que con poca o mucha información sigamos
comparándonos, si eres discípulo tienes acceso a la
plenitud de la que tomamos todos.
Génesis 1:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
14 Dijo
luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de
la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,
Génesis 1:18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
18 y
para señorear Mashál en el día y en la
noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.
La palabra
Hebrea Mâshal, traduce Gobernar, mandar, dominar,
Las funciones que Dios personificó en estos dos astros, son capitales para
entender el funcionamiento natural de nuestro planeta, esta doble competencia
me hizo imaginar esta comparación poética entre ellos.
Entiéndase que la parte rojo es la argumentación comparativa del sol y la
negra la de la luna.
COMPARANDO
Dijo el sol a
la luna
Yo domino
sobre la tierra
Sin mí no
tendrías luz, ninguna
Responde a
esta mi guerra
No te vi en noche alguna
Tú no dejas ver las estrellas
Mi luz en la oscuridad ayuda
La tuya a veces desespera
Soy yo quien
sube la temperatura
Quien con más
fuerza impera
luna
Y yo quien trae la mesura
Fué Dios que nos llamó
lumbreras
Donde yo no
llego tu si llegas
Ahora entiendo
que es gobierno
Yo de verano a
primavera
Pero tu cada
noche, ahora entiendo
Yo marcando los
días y los años
Y también las
estaciones
luna
Yo procuro no hacer daño
Tú el verde y el calor a las naciones
No tiene sentido nuestra
guerra
Ni hacer más comparaciones
Cada uno contribuye en esta
tierra
Con nuestra propias
limitaciones
Sergio Sanchez Garrido
-Dios mostró que un buen gobierno divino debe admitir
miembros diferentes capaces de complementarse.
Cuando creo al primer hombre y la primera mujer les dio como
a las lumbreras la capacidad de gobernar sobre toda la creación.
Génesis 1:27 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
27 Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó.
Génesis 1:28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
28 Y
los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves
de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Aunque aquí son palabras distintas (en hebreo) el significado
es el mismo, es un gobierno compartido por Él y Ella.
La comparación social apareció muy pronto como una anomalía, Dios se limita
a profetizarles que eso sucedería como una primera señal de la caída, el
comienzo del machismo, la primera injusticia social.
La
comparación social puede darse de dos formas:
(1) Ascendente, comparándonos con personas que están o así
lo percibimos mejor que nosotros.
De la comparación ascendente surge la envidia. El envidioso
quiere tener un status igual o superior al envidiado. Y cree que lo conseguirá
reduciendo el status del envidiado.
Unamuno dijo: “La envidia es mil
veces peor que el hambre, porque es hambre espiritual”.
Envidia viene del latín “Mirar con malos
ojos”
Entre los romanos también designaba sentimientos tales como “antipatía”, “odio”, “mala voluntad”, “impopularidad”,
“celos”, “rivalidad”.
Ahondando los celos y la envidia son diferentes pues es la deformación de lo que fue un amor mientras que la envidia es siempre una mala comparación.
Sin comparación no hay envidia y sin amor no hay celos. La
mediocridad está libre de la envidia, la
envidia busca lo más elevado para rebajarlo hasta
la mediocridad, y así hacerlo impropio de la admiración, y hasta de la
posible envidia, de los demás. Al envidioso también le molesta que otros
envidien a su envidiado.
(2) Descendente, comparándonos con aquellos que están o
así lo percibimos peor que nosotros.
De la comparación descendente surge a veces la “ADMIRACIÓN”.
Cuando alguien no envidia y su mirada es buena su comparación
Lo contrario de la envidia
literalmente sería sentirse bien con personas que supuestamente no son
suficientemente valoradas socialmente.
-La injusticia social
determina que unos se queden pobres y otros lleguen a ricos.
-Jesús compara para compensar,
nosotros podríamos hacerlo también.
Lucas 6:20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
20 Y
alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios.
Jesús de Nazaret miró descendentemente y
pronunció una bienaventuranza.
Santiago 5:1 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Contra
los ricos opresores
5 !!Vamos
ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.
Santiago de Nazaret miró ascendentemente en su
status social y lanzó un “AY” CON UN REPROCHE.
Criticando la injusticia social, nosotros también deberíamos
imitarlo, siendo la sal y la luz del mundo.
¿Cómo miramos a otros?
Cuando en nuestra historia nos vimos en una relación donde se
dieron este tipo de comparaciones con unos ascendente y con otros descendente….
Entonces realmente tenemos que tomar iniciativas para resguardarnos de este
tipo de relaciones patológicas.
¡Cuidado con la
adulación!
Adulación es La Alabanza exagerada y generalmente interesada que se hace a
una persona para conseguir un favor o ganar su voluntad.
La diferencia entre la apreciación y la adulación es muy sencilla, una es sincera, la otra no. Una procede del corazón; la otra sale de la boca. Una es altruista; la otra egoísta. Una despierta admiración universal, la otra es
universalmente condenada.
Proverbios 26:23-28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
23 Como escoria de
plata echada sobre el tiesto
Son los labios lisonjeros y el corazón malo.
Son los labios lisonjeros y el corazón malo.
24 El que odia
disimula con sus labios;
Mas en su interior maquina engaño.
Mas en su interior maquina engaño.
25 Cuando hablare
amigablemente, no le creas;
Porque siete abominaciones hay en su corazón.
Porque siete abominaciones hay en su corazón.
26 Aunque su odio se
cubra con disimulo,
Su maldad será descubierta en la congregación.
Su maldad será descubierta en la congregación.
27 El que cava foso
caerá en él;
Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.
Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.
28 La lengua falsa
atormenta al que ha lastimado,
Y la boca lisonjera hace resbalar.
Y la boca lisonjera hace resbalar.
EL PERFIL DE UN ADULADOR
1-odia
2-Engaña en su corazón
3-Habla como amigo
4-Disimula
5-prepara trampas
6-sus palabras atormentan
7-Por su influencia se resbala
Todo el mundo
habla y enseña a ignorar las críticas. Pero pocos se dan cuenta de la
importancia de defendernos de los que nos adulan.
— Martin Lutero. «Los ministros del evangelio
deberían ser hombres que no se vean fácilmente afectados por los halagos y las
críticas»
Necesitamos que nos alienten no que nos adulen.
El motivador no solo te felicita cuando haces
algo bien, sino que también te invita a dar lo mejor de ti, a siempre seguir
creciendo y a aprender de tus errores… y para eso a veces te confronta.
— George Chapman “Los aduladores parecen
amigos tanto como los lobos parecen perros”
Mateo 22:15-18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
La
cuestión del tributo
(Mr.
12.13-17; Lc. 20.20-26)
15 Entonces
se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra.
16 Y
le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro,
sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de
Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los
hombres.
17 Dinos,
pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
18 Pero
Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis,
hipócritas?
Todo
lo que hace falta para levantar el ego
es una adulación.
EL ENDIOSADO CALIGULA
Calígula, sufrió una tenaz enfermedad que lo mantuvo en cama
por muchos días. Al recuperarse, el emperador, se convenció de haber vivido, en
ese lapso, una metamorfosis.
Apenas salido de la cama, Calígula, comenzó a pasearse por su
palacio proclamando, que su enfermedad, no había sido tal, sino una
trasformación, que lo había convertido en un dios viviente.
Completamente loco y muy poco afecto a las contradicciones,
el emperador, comenzó a reclamar de los súbditos, que tenían la mala suerte de
cruzársele, el trato digno de un dios, condenando a una muerte terrible a todo
aquel que lo tratase, tan solo, con el respecto debido a un simple y mortal
emperador.
Uno de estos cortesanos con los que se topó, algo más
despierto y rápido de reflejos que los demás, encontró la manera justa de
sobrevivir al mal humor divino, frente a los que no lo reconocían como tal y de
labrarse un brillante porvenir en la corte del nuevo dios.
Al cruzarse con el
emperador metamorfoseado, el hábil adulador, por un momento, afecto tratar a su
amo como de costumbre y ante la mirada reprobadora de Calígula, que ya estaba
imaginando como habría de asesinarlo por su insensible incapacidad para
tratarlo como debía, el cortesano, se dejó caer aparatosamente al piso entre
contorsiones.
Algo sorprendido por la extraña conducta de su adorador,
Calígula, le pregunto qué le ocurría. El hombre, en el suelo, continuaba
retorciéndose demostrando un agudo dolor en sus ojos. Solo después de insistir
en su pregunta, Calígula, logro enterarse de que, el cortesano, sufría
terribles dolores, al ser alcanzado por los rayos que desprendía el cuerpo
divino del emperador y que, aparentemente, solo él podía notar.
Este nuevo poder, envaneció tanto a Calígula, que convirtió
al astuto lambiscón, en uno de sus cortesanos predilectos y la práctica de caer
al piso, deslumbrado por la radiación divina del emperador dios, se convirtió
en la mejor manera de halagar al psicópata coronado y por supuesto de sobrevivir.
El catolicismo romano requiere al menos dos cualidades para
encumbrar a un santo a los altares.
1-Un milagro
2-Que se haya muerto
En algunos grupos evangélicos se conforman con que su líder testifique
de un milagro y en otros les basta con que alguno caiga al suelo y se retuerza ante semejante poder.
Hermanos y amigos, seamos sobrios, olvidémonos de las comparaciones, no
somos nosotros los que tenemos que declarar, sino que es Dios quien declara y
hace soberanamente lo que El quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario