Meditaciones bajo el enebro
“La depresión no es un signo de debilidad. Se trata de una señal de
que has sido fuerte durante demasiado tiempo”.
1 Reyes 19:4 Y él se
fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro
(rotem); y
deseando morirse (qatsar),
dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor (tov) que
mis padres.
Sí, Elías estuvo deprimido después de su gran victoria sobre los profetas de Baal en el monte Carmelo. El texto hebreo nos muestra algunos detalles que nos ayudan a entender mejor el estado de ánimo del profeta.
El verbo que se usa para describir el deseo de morir de Elías es קָצַר (qatsar), que significa literalmente “cortar, acortar, cesar”. Elías le pide a Dios que corte o acorte su vida, porque no ve sentido en seguir viviendo. Esta expresión refleja una profunda desesperación y angustia.
La frase que Elías usa para compararse con sus padres es טוֹב (tov), que significa “bueno, mejor, agradable”. Elías se siente indigno e inútil, como si no hubiera hecho nada bueno o agradable para Dios o para su pueblo. Se siente fracasado y decepcionado.
El lugar donde Elías se sienta a descansar es רֹתֶם (rotem), que se traduce como “enebro” o “retama”. Se trata de un arbusto espinoso y seco, que crece en lugares áridos y desolados. Elías busca refugio bajo un símbolo de soledad y desamparo.
Estos 3 detalles
nos muestran que Elías estaba pasando por una crisis emocional y espiritual,
que lo llevó a perder la esperanza. Sin embargo, Dios no lo abandonó, sino que
le envió un ángel para alimentarlo y fortalecerlo, y luego le habló con una voz
apacible y delicada en el monte Horeb. Dios le mostró a Elías que aun en los
momentos más difíciles y de soledad Dios estaba con Él.
David se escondió bajo un enebro en dos ocasiones, cuando huía de Saúl y de los habitantes de Zif, que lo traicionaron. El enebro era un símbolo de soledad y desamparo, pero también de protección y consuelo divino.
1
Samuel 22:5 Pero el
profeta Gad dijo a David: No te estés en este lugar fuerte; anda y vete a
tierra de Judá. Y David se fue, y vino al bosque de Haret.
1 Samuel 23:14 Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos.
Elías podía sentir una mezcla de emociones negativas, como:
Miedo: Elías había
huido de la ira de Jezabel, la reina malvada que había matado a muchos profetas
de Dios y que había jurado vengarse de él por haber derrotado a los profetas de
Baal en el monte Carmelo. Elías temía
por su vida y por su futuro. Se sentía perseguido y amenazado por sus enemigos.
Cansancio: Elías había
corrido por el desierto durante un día entero, sin comer ni beber. Estaba
agotado física y mentalmente. Su cuerpo y su mente necesitaban descansar y
recuperar fuerzas. Se sentía débil e indefenso.
Soledad: Elías se
había alejado de su siervo y de su pueblo. No tenía a nadie con quien compartir
su angustia y su dolor. Se sentía aislado y abandonado. Pensaba que era el
único que quedaba fiel a Dios en Israel.
Desesperación: Elías había
perdido la esperanza y la fe. No veía sentido en seguir viviendo ni en seguir
sirviendo a Dios. Se sentía fracasado y decepcionado. Pensaba que su obra había
sido en vano y que Dios no lo había ayudado ni recompensado.
Estas emociones eran tan fuertes y abrumadoras que Elías le
pidió a Dios que le quitara la vida. Elías quería morir bajo el enebro, porque
creía que no había nada bueno para él en este mundo.
Sin embargo, Dios no lo abandonó, sino que le envió un ángel
para alimentarlo y fortalecerlo, y luego le habló con una voz apacible y
delicada en el monte Horeb. Dios le mostró a Elías que no estaba solo, que
había otros siete mil fieles en Israel, y que tenía una misión que cumplir.
Dios le dio a Elías consuelo, dirección y propósito.
"Siete mil" de Luis Alfredo Díaz Britos.
Bajo el enebro, David podía sentir una mezcla de emociones positivas y
negativas, como:
Amor: David había
recibido el apoyo y la amistad de Jonatán, el hijo de Saúl, que lo había
defendido y ayudado a escapar. Jonatán y David se habían despedido con un
abrazo y un beso, y habían hecho un pacto de lealtad delante de Dios. David
amaba a Jonatán como a su propia alma, y se sentía agradecido y bendecido por
tenerlo como amigo.
Fe: David había
confiado en Dios y en su promesa de hacerlo rey de Israel. David sabía que Dios
estaba con él y que lo protegía de sus enemigos. David se había refugiado en
Dios y le había cantado salmos de alabanza y de súplica. David tenía fe en que
Dios cumpliría su propósito en su vida, y se sentía esperanzado y animado por
su palabra.
Tristeza: David había
sido rechazado y perseguido por Saúl, el rey de Israel, que estaba celoso de él
y quería matarlo. David había tenido que huir de su casa, de su esposa, de su
pueblo y de su tierra. David había sido traicionado por los habitantes de Zif,
que lo habían delatado a Saúl. David se sentía triste y afligido por la
injusticia y la ingratitud que sufría.
Miedo: David había
estado en peligro constante, rodeado de enemigos que lo buscaban para
capturarlo o matarlo. David había tenido que esconderse en lugares inhóspitos y
desolados, como el enebro. David había tenido que luchar contra los filisteos,
los amalecitas y otros pueblos hostiles. David temía por su vida y por la de
sus hombres. Se sentía inseguro y vulnerable.
Estas emociones eran tan intensas y contradictorias que David se refugió bajo el enebro, donde buscó el consuelo y la protección de Dios. David no quería morir bajo el enebro, sino vivir para cumplir el plan de Dios. David se mantuvo fiel y humilde, y no levantó su mano contra Saúl, a quien respetaba como el ungido de Dios.
EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS
Había una vez un hombre que tenía muchos problemas y se sentía muy triste. Un día, decidió ir a visitar a un sabio que vivía en una cabaña en el bosque. El sabio lo recibió con amabilidad y le preguntó qué le pasaba. El hombre le contó todos sus problemas y le pidió un consejo. El sabio le dijo: “Ven conmigo, quiero mostrarte algo”. Y lo llevó a un lugar donde había un gran árbol lleno de bolsas colgadas de sus ramas. El sabio le explicó: “Este es el árbol de los problemas. Cada bolsa contiene los problemas de una persona. Puedes dejar tus problemas aquí y elegir otros si quieres”. El hombre se alegró y pensó que podría cambiar sus problemas por otros más pequeños y fáciles de resolver. Así que dejó su bolsa en el árbol y empezó a mirar las otras bolsas. Pero se llevó una gran sorpresa. Cada bolsa que abría contenía problemas más graves y difíciles que los suyos. Había problemas de salud, de dinero, de familia, de trabajo, de amor… El hombre se sintió cada vez más angustiado y decepcionado. Al final, decidió volver a tomar su bolsa y se la llevó con él. El sabio lo miró con una sonrisa y le dijo: “Ahora ya sabes que tus problemas no son tan grandes como creías. Todos tenemos problemas, pero también tenemos la capacidad de enfrentarlos y superarlos. Lo importante es no dejarse vencer por la tristeza y la desesperación, sino buscar la ayuda y el apoyo de Dios y de los demás”. El hombre comprendió el mensaje y se fue agradecido y esperanzado.
Este
cuento nos enseña que la depresión no se cura con la evasión o la comparación,
sino con la aceptación y la acción. Nos invita a valorar lo que tenemos y a no
perder la perspectiva de las cosas. Nos recuerda que no estamos solos y que
podemos contar con Dios y con los demás para superar nuestros problemas.
Lo que es opuesto a la FELICIDAD no es la
tristeza, la furia, el sentimiento de culpa u otras sensaciones o sentimientos
desagradables. es el hastío, la apatía, el aburrimiento: no sentir.
Cuando estamos viviendo un momento desagradable, puede
ocurrir algo que nos alivie y nos haga sentir mejor. En cambio, cuando nos
instalamos en el aburrimiento, sin penas ni glorias, sin alegrías ni
frustraciones, sin sueños ni pesadillas, es difícil que ocurra algo que
nos haga felices. Necesitamos metas, sueños, ilusiones, actividades, en
definitiva, llenar una vida vacía y eso únicamente depende de nosotros.
Elías fue un gran hombre y un gran profeta, pero de pronto se sintió un fracasado y se quería morir, mientras tenemos metas ,sueños e ilusiones parecemos fuertes pero cuando algunas de estas cosas sencillamente desaparecen (todos nuestros antiguos monstruos y enemigos reviven y nos atacan).
Job 3,11-13
¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre?
¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase?
Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría. Dormiría, y entonces tendría
descanso.
Desde luego, las situaciones de Elías, David y de Job eran
diferentes.
El primero acababa de asistir como protagonista principal a una
gran victoria entre Dios y Baal un simple ídolo ciego, sordo y mudo, el segundo
estaba experimentando un aparente retroceso en su progresión hacia lo que Dios
le había prometido y tenía un amigo que le apoyaba, en el caso del tercero, Job
acababa de perderlo todo.
¿Cómo te sientes hoy como Elías, David o el mismísimo Job?
El profeta Elías quería morirse y el
justo Job no haber nacido.
Si comparamos a Elías con el
profeta Jonás no parece que estos profetas tenían mucho derecho a sentirse
deprimidos.
En cualquier caso, a diferencia de Jonás, que quería morirse porque el bien
y la misericordia había triunfado sobre el pecado y la destrucción (Jonas
4:8).
Jonás 4:8
Reina-Valera 1960
8 Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios
un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y
deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.
No parece que ninguno de los dos se hubiera ganado a pulso el llegar a una situación desesperada, pero ante ella se encontraban y reaccionaron como tantos otros lo han hecho.
¿Por qué se deprimió Elías? ¿Cómo puede ser un hundimiento emocional tras su esfuerzo y defensa del Dios de Israel?
No es difícil ponerse en su situación, algunas veces nos sucede esto en nuestras vidas, sentimos cansancio y hastío de la vida, olvidamos los éxitos y nos queremos morir.
-Somos tan fuerte la mayor parte de nuestras vidas que nos movemos por encima de lo humano y lo angélico, vemos debilidades y ejecutamos juicio por doquier sin ver el menor síntoma de error o debilidad en nuestro curriculum…..solo hasta que por un exceso de celo y responsabilidad…..”nos cansamos físicamente” Así de sencillo se comienza uno a dar cuenta.
Elías quería ganarse el respeto del Rey Acab, a pesar de la apostasia y recorrió 30 Kilometros que hay desde la cumbre del Carmelo hasta Jezreel
1ª Reyes 18:45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se
oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino
a Jezreel.
1ª Reyes 18:46 Y la mano del SEÑOR estaba sobre Elías, el cual ciñó sus lomos y corrió delante de Acab hasta Jezreel.
¿Podemos imaginarnos la admiración de este Rey respecto a Elias? Lloviendo y un profeta adelantándole corriendo más que sus caballos sin PARECER CANSARSE… un campeón un héroe… ¿Sí? muchos creemos que cometió un error.
Otros creen que intentó ganarse el repeto del Rey y demostrarle que Dios estaba con él a fin de conseguir el arrepentimiento de Acab que ni se inmutó y siguió persiguiendole.
La depresión no depende solo de los cambios externos a nuestra persona, sino también de los factores internos, como la genética, la personalidad, las emociones y los pensamientos. Los cambios externos pueden influir en la depresión, pero no la causan por sí solos. La depresión es un trastorno complejo que tiene múltiples causas y que requiere un tratamiento integral.
-La mano de Dios estaba con él es verdad, pero no para que se extenuara físicamente solo para ganar respeto, en el Tárgum hebreo (Es la traducción de la biblia al arameo según se cree de una antigüedad superior a la mayoría de los textos) NO dice que la mano de Dios era con el sino que le sobrevino un “espíritu de fortaleza”, lo que denominamos un subidón de fuerza física, una descarga de adrenalina un exceso de confianza en poder demostrar que era digno de respeto en todos los sentidos.
Acab debió de alucinar, pero él estaba desecho físicamente derrotado y a punto de romperse.
Paul Wilbur - Dias de Elías
Si te sientes cansado, con toda seguridad estás también deprimido. No es una situación crónica y no necesitas tomar medicación, sólo necesitas tomar algunas medidas para mejorar en tu depresión.
1-DORMIR Y DESCANSAR
2-UNA ALIMENTACIÓN ESPECIFICA
Investigadores del Massachussets Institute of Technology (MIT), han encontrado que esto ocurre mediado por el neurotransmisor conocido como serotonina, un químico que produce la sensación de bienestar. Cuando la serotonina suele estar baja, el consumo de carbohidratos estimula por diferentes mecanismos una elevación en la producción de serotonina, produciendo la sensación de alivio de sus síntomas depresivos.
Los alimentos ricos en azucares y el aumento en el consumo de carbohidratos… subidones de la serotonina, pero después nos sentimos peor.
En el 2002 encuestaron a 200 personas a quienes se les pidió que eliminaran de su dieta alimentos identificados como "estresores" del estado de ánimo y aumentara su consumo de alimentos "favorecedores". Entre los alimentos "estresores" se incluyeron: azúcar, cafeína, alcohol, chocolate, alimentos que contienen trigo, aditivos, lácteos y grasa saturada. Los alimentos favorecedores fueron: agua, vegetales, fruta, pescados ricos en ácidos grasos omega 3, nueces y semillas, cereales de grano entero, fibra, proteína y alimentos orgánicos. El comer de forma regular y el no brincarse el desayuno, también se consideraron como medios para favorecer la salud mental.
88% de los participantes de este estudio mejoraron su salud mental. Específicamente un 26% reporto menos cambios bruscos en su estado de ánimo, 26% reportó menos ataques de pánico y ansiedad y un 24% experimentó una reducción en sus niveles de depresión.
A pesar de que esta encuesta fue puramente subjetiva, varias
investigaciones han revelado que existe una relación clara entre los nutrientes
que aportan estos alimentos y cambios en el estado de ánimo.
3-Alcohol (restringe al máximo su
consumo).
Es bien conocido que el alcohol es una droga que altera nuestro estado de ánimo. Sin embargo, muchas personas asocian estas alteraciones solo con los tomadores fuertes, pero se ha demostrado que el consumo de alcohol ocasional, también puede tener un efecto negativo en los estados de ánimo.
Un mayor abuso del alcohol (aunque sea ocasional) se ha asociado a estados de ánimos más negativos (como depresión, ansiedad, angustia, estrés) en relación a los tomadores menos fuertes. No se puede determinar de manera precisa si el estado de ánimo negativo es consecuencia del alcohol o si el estado de ánimo negativo es el que lleva a buscar el alcohol, sin embargo, los investigadores sugieren que pueden existir ambas interacciones.
Ahora bien ¿Qué dio Dios a Elías en su dieta durante su DESFALLECIMIENTO TOTAL?
1ra. de Reyes
Capítulo 19
19:1 Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de
cómo había matado a espada a todos los profetas.
19:2 Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan
los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona
como la de uno de ellos.
19:3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y
vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
19:4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo
de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida,
pues no soy yo mejor que mis padres.
19:5 Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un
ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.
19:6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.
-No dudamos de que aquella torta le fue bien y no le perjudicó, pero hay que añadirle también una actividad física, Dios le programó una caminata de 40 días. Fortalecido por el descanso y la comida, Elías se levanta y echa a andar por el desierto camino de las montañas de Horeb. Tardará en llegar 40 días. Demasiado tiempo; podría haber llegado en una sola semana. En realidad, es Dios quien le guía al hacerle andar este tiempo por el desierto hasta el monte Horeb. Era el mismo camino que antes había andado Israel al abandonar Egipto para entrar en la tierra de Canaán, sólo que ahora lo andaba en sentido contrario, recuperarse con la ayuda de Dios es 40 años menos que dando vueltas asustado de las terribles cosas que nos esperan en nuestro caminar.
Piénsalo querido duerme y descansa, come y bebe lo que es correcto en tu estado, ten una actividad moderada para que te proporcione la necesaria recuperación y finalmente deja de decirte que te quieres morir y habla con Dios un dialogo sereno sin fanatismo sobre cómo te sientes y el te dirá cuando volver a echar a andar… aun te queda mucho camino por recorrer.
Dedicado a los que creen que todo se acabó.
La Biblia dice en 1 Pedro
5:7: “Echando toda vuestra ansiedad (merimna) sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.
La palabra griega que se traduce como “ansiedad” en este
versículo es μέριμνα (merimna), que
significa “preocupación” o “inquietud”. Esta palabra indica un estado de
ánimo de
angustia o temor por el futuro, que divide o distrae la mente de la persona.
La palabra merimna viene de la raíz μείρομαι (meiromai), que significa “dividir” o “partir”. La
ansiedad se relaciona con los problemas porque estos son las causas o las
consecuencias de la ansiedad. Los problemas son las situaciones difíciles o
adversas que enfrentamos en la vida y que nos generan estrés, dolor o
sufrimiento. La Biblia nos enseña que no debemos estar ansiosos por los
problemas, sino que debemos confiar en Dios y entregarle nuestras cargas a Él. Él se
preocupa por nosotros y nos dará la paz y la solución que necesitamos
He traído una bolsita piensa en tus problemas que mas
hacen por deprimirte y desanimarte y échalos simbólicamente aquí y ve pasando
la bolsa... al final ¿Quién se la lleva?
1 Pedro 5:7: “Echando toda vuestra
ansiedad (merimna) sobre él, porque él
tiene cuidado de vosotros”.
Oh Señor - Japhet Ruiz
Bendiciones
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