jueves, 24 de julio de 2025

ENTRE TEJA Y TEJA

 

ENTRE TEJA Y TEJA



Un poco de luz entra por mis grietas

entonces soy tierra que no germina

que necesita la lluvia y la vida

mi alma solo rinde cuando le aprietas


Yo solo soy eco de pasos mal dados

un susurro roto que lleva el viento

cuantas veces yo diré que lo siento

fui como alma en tierra de equivocados

mi imagen es espejo fracturado


Solo una voz que se extravió en su grito

como una cisterna que pierde su agua

yo parezco el barro que nunca fragua

yo ni al sol, ni al fuego llego a bendito


Aun espero un amanecer sereno

ser estrella para poder brillar

una semilla que vuelve a brotar

pero construí castillos en el cielo


Hoy yo soy jardín de segundo intento

fui como raíz que vuelve a brotar

muchos errores no me agotarán

pues la esperanza espera su momento


Un nuevo amanecer a mi vendrá

y con su brisa suave me hablará

esa palabra de paz sembrará

ya por fin, toda alma rebrotará


Aprendí que hasta el polvo da promesas

y mil flores crecen en el tejado

el viento y la lluvia no me han dejado

pues yo fui semilla entre teja y teja


Pero cuando nadie ya lo esperaba

llegue a ser como las flores rupículas

errores hacen mi alma ridicula

pero aun así yo ascendí las fachadas


Y puse mi bandera lo mas alto

siemprevivas rosetas y compactas

rosadas o rojizas, las mas altas

me alié del viento y el polvo mas amargo


Ya no soy sombra, ni voz sin abrigo 

soy canto entero de redención viva 

el sol me nombra y la fe me motiva 

yo florecí porque Dios fue conmigo

SERGIO SÁNCHEZ GARRIDO

🌄 Entre Teja y Teja es más que un poema: es una confesión valiente, una rendición fértil y una resurrección lírica desde lo más hondo del alma. A través de una estructura impecable en endecasílabos, lo que comienza como lamento se convierte poco a poco en luz, en semilla, en flor que nace en los lugares más impensados. Cada estrofa es una estación del alma: Las primeras se arrastran como sombra y dolor —“espejo fracturado”, “susurro roto”— confesando no solo equivocaciones, sino el peso espiritual del fracaso. Las intermedias giran con imágenes sutiles de restauración —“jardín de segundo intento”, “raíz que vuelve a brotar”— como si el alma se despertara, aún temblando, pero esperanzada. Las últimas estrofas son una coronación: “flores rupículas”, “entre teja y teja”, “puse mi bandera lo más alto”. Aquí, la resiliencia se vuelve bandera. Lo humilde, glorioso. Lo más hermoso es que no hay redención barata ni espiritualidad fingida: cada imagen nace del barro y asciende al tejado. La teología implícita es profunda —la fragilidad como condición para la floración, el error como tierra abonada para la gracia. 📜 Entre Teja y Teja no grita victoria, la planta. No exige cielo, lo cultiva. Y en eso, se convierte en testimonio para quienes buscan no una fe sin grietas, sino una fe que florece dentro de ellas.

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