Hay palabras que juzgan, y hay
palabras que sanan. Hay mentes que buscan el error, y otras que descubren la
belleza escondida.
Durante siglos, muchos han leído
la Biblia como una lista de normas: esto se hace, esto no. Esta persona agrada
a Dios, esta otra no.
Pero Jesús vino a enseñarnos algo
más profundo: una forma de pensar
que no divide, sino que comprende.
Una sabiduría que no encierra el
corazón humano en blanco y negro, sino que lo viste con colores que solo la
misericordia puede revelar.
Él dijo: “El Reino de los cielos es como…” Y con esa frase, nos abrió la
puerta al pensamiento analógico —ese que une justicia y ternura, verdad y
compasión, juicio y esperanza.
Hoy exploraremos cómo ese
lenguaje transforma nuestra fe. Cómo pasar del “cumplir la norma” al “entender
el propósito”. Del “quién tiene la razón” al “cómo ama Dios en esta situación”.
Este estudio no es solo para
pensar diferente… Es para sentir
como el Reino y vivir desde
el corazón de Cristo.
Pensamiento binario
Es como un interruptor: encendido o apagado.
- Ve las cosas en blanco
o negro, sin tonos intermedios.
- Todo es bueno o malo, justo o injusto, sí o no.
- Funciona bien para tomar decisiones rápidas
o aplicar normas claras.
Ejemplo: “Robar es malo.” No
importa el contexto, está prohibido.
Pensamiento analógico
Es como un abanico de colores: hay matices
y gradaciones.
- Ve las cosas en escala,
buscando el “depende”, el “tal vez”, el “hay algo más”.
- Considera el contexto,
la intención y las emociones.
- Es ideal para reflexionar,
entender mejor a los demás o explorar temas complejos.
Ejemplo: “Robar está mal… pero si
alguien roba comida porque tiene hambre, ¿qué ocurre?” Aquí se abre el espacio
para la comprensión, la empatía y el juicio
profundo.
En resumen:
- El pensamiento binario simplifica.
- El pensamiento analógico profundiza
Hay señales simples y
cotidianas que nos ayudan a saber si estamos pensando de forma binaria.
¿Tengo pensamiento binario… o estoy despertando al lenguaje del Reino?
A veces creemos que pensar con fe
es decidir entre luz y oscuridad, verdad y mentira, santidad y pecado. Pero el
Evangelio no vino a encasillar... vino a liberar. Jesús no sólo nos enseñó qué
hacer, sino cómo mirar. No sólo qué decir,
sino cómo sentir.
Te invito a hacer este pequeño
examen personal:
- ¿Tiendes a decir “siempre” o “nunca” sin ver
el contexto?
- ¿Te cuesta perdonar porque piensas que el
error define a la persona?
- ¿Crees que si fallas una vez, ya no mereces
estar cerca de Dios?
- ¿Juzgas sin preguntar qué hay detrás de la
acción?
- ¿Ves las Escrituras como mandatos fríos, o
como cartas que revelan el corazón de Dios?
Si respondes “sí” a alguna de estas
preguntas, no te angusties… te estás dando cuenta, y eso ya es una
bendición. Porque el Reino no comienza cuando eres perfecto… sino cuando empiezas a pensar como Jesús pensaba:
Con ternura. Con verdad. Con misericordia.
“El Reino de los cielos es como…” — así comenzaban las enseñanzas del Maestro. No con juicios… sino con
imágenes. No con condena… sino con revelación.
Hoy puedes comenzar a transformar
tu mente. No para dejar de ver lo que está mal… sino para aprender a ver lo que está detrás. Porque la fe no se trata
de encender y apagar luces… se trata de encender el fuego de una mirada nueva.
Dios NO piensa en blanco y negro. Piensa en amor. Y quiere que tú
también lo hagas.
Señales de pensamiento binario
1. Solo veo dos opciones
- “O lo hago perfecto, o no lo hago.”
- “Si no estás de acuerdo conmigo, estás
equivocado.”
- Si no considero alternativas, escalas o
excepciones → hay rigidez.
2. Uso palabras extremas
- “Todo”, “nada”, “siempre”, “nunca”, “nadie”,
“todos”
- Estas generalizaciones suelen venir de una
mente que no está viendo matices.
3. Juzgo sin contexto
- “Eso está mal.” → sin preguntar qué lo motivó, cómo
ocurrió, o si había otra forma de verlo.
4. Me cuesta perdonar
- Si alguien falla, lo etiqueto como “malo” o
“injusto”, en lugar de ver su historia o su proceso.
5. Me siento bloqueado emocionalmente
- Cuando siento que no puedo pensar “en
medio”, sino solo en extremos → lo bueno me alegra demasiado, lo malo me
destruye del todo.
¿Cómo abrir paso
al pensamiento analógico?
- Hazte preguntas como:
- “¿Y si hay una razón que no estoy viendo?”
- “¿Podría estar parcialmente de acuerdo?”
- “¿Esta acción puede tener múltiples
lecturas?”
- Practica frases como: “Quizás...”, “Depende…”, “Lo entiendo,
aunque no lo comparto…”
Detectar pensamiento binario no es
para culparnos… es para empezar a abrir puertas. Cada vez que elegimos mirar más allá del blanco y negro, estamos
entrenando la mirada del Reino: esa que sana, que abraza, que interpreta.
El campesino y el sabio
Un campesino
analfabeto se acercó a un sabio y le preguntó:
—¿Cómo puedo
entender a Dios si no sé leer ni pensar como los grandes teólogos?
El sabio
sonrió y le dijo:
—Dios te habla
como tú entiendes. Cuando eras niño, tu madre no te explicaba el amor con
palabras complicadas… te abrazaba. Así también Dios te abraza con cosas
simples: el sol, la lluvia, el pan, el perdón.
—¿Y por qué
entonces los sabios hablan de Dios con tantas ideas difíciles?
—Porque cuando
el alma crece, también crece su capacidad de ver más allá del abrazo. Entonces
Dios empieza a hablarle con parábolas, con símbolos, con silencios. No porque
haya cambiado, sino porque el corazón ya puede escuchar más profundamente.
El campesino
se quedó en silencio, y mirando el cielo dijo:
—Entonces…
Dios me habla en mi idioma.
El sabio
respondió:
—Y también te
enseña otros idiomas, cuando estás listo.
Este cuento circula
en blogs de espiritualidad y páginas de reflexión cristiana, y aunque su autor
es desconocido, se ha convertido en una metáfora viva de cómo Dios usa el
lenguaje binario para los corazones sencillos, y el lenguaje analógico para los
corazones maduros.
Imagina que
tu mente es como una orquesta compleja… y no como una simple calculadora.
Aunque muchos piensan que el
cerebro funciona como una máquina binaria —sí o no, bueno o malo— la realidad
es mucho más rica.
Es cierto que las neuronas se
encienden o se apagan como interruptores (como si dijeran “1” o “0”), pero eso
es solo una parte de la historia.
Lo que realmente ocurre entre
esas señales es un diálogo fluido, emocional y químico. Algo más parecido a un
río que se adapta a cada curva, que a un sistema de botones.
Sí, podemos tomar decisiones
simples… pero
lo hacemos usando emociones, recuerdos, intuiciones y contextos que cambian
todo.
Eso es pensamiento analógico. Es lo que nos permite decir:
“entiendo que esto esté mal, pero tuvo sentido en ese momento”.
Así que cuando interpretamos
cosas tan profundas como la Biblia, la música o nuestras propias emociones, no
lo hacemos sólo con reglas binarias, sino con un alma que mezcla lógica,
intuición y poesía.
Primera Fe - Me diste perdón (Versión Acústica)
Jesús fue un maestro en romper
esquemas binarios (bueno/malo, puro/impuro, permitido/prohibido) y abrir el
camino hacia una comprensión más analógica, simbólica y relacional
de la fe. Aquí tienes varios ejemplos donde Jesús trasciende la lógica binaria hebrea y propone una visión más matizada:
1. El sábado
fue hecho para el hombre
“El sábado fue
hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.” — Marcos 2:27
- Interpretación binaria
hebrea: El sábado es sagrado, y
cualquier trabajo está prohibido.
- Jesús rompe el esquema: Introduce una lógica relacional, donde el
bienestar humano está por encima de la norma rígida.
2. Lo que
contamina al hombre no es lo que entra, sino lo que sale
“Nada hay
fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle...” — Marcos 7:15
- Interpretación binaria: Comer alimentos impuros = pecado.
- Jesús propone una visión
analógica: La impureza no es
física, sino moral y espiritual, y
depende del corazón.
🕊️ 3. La mujer
adúltera
“El que esté
libre de pecado, que tire la primera piedra.” — Juan 8:7
- Interpretación binaria: Adulterio = muerte por lapidación.
- Jesús introduce una lógica de misericordia: Todos tienen pecado, y
por tanto, la justicia debe ir
acompañada de compasión.
4. Las
parábolas del Reino
“El Reino de
los cielos es como…” — Mateo 13
- Jesús usa analogías
agrícolas, domésticas y cotidianas para hablar de verdades
espirituales profundas.
- En lugar de decir “esto es bueno, esto es
malo”, invita a reflexionar: ¿Qué tipo
de tierra soy? ¿Estoy creciendo como semilla?
5. El buen
samaritano
Lucas 10:25–37 El
samaritano interpretó mejor que el levita la ley sobre amar al prójimo.
- Interpretación binaria
hebrea: Los samaritanos son
impuros, enemigos.
- Jesús rompe el prejuicio: El samaritano es el modelo de amor al prójimo, más que los
religiosos del templo.
6. Dejad que
los niños vengan a mí
“El Reino de
Dios pertenece a los que son como ellos.” — Marcos 10:14
- Interpretación binaria: Los niños no cuentan, no tienen autoridad.
- Jesús propone una analogía
espiritual: La pureza, humildad y apertura de los niños es
el camino al Reino.
7. Tengo otras
ovejas que no son de este redil
“También a
ellas debo traer…” — Juan 10:16
- Interpretación binaria: Solo Israel es el pueblo elegido.
- Jesús abre la puerta a una
visión universal: Dios tiene hijos en otros lugares, y todos pueden escuchar su voz.
En resumen, Jesús no niega la ley, pero la cumple
y la trasciende con una lógica más profunda, más humana, más divina. Su
pensamiento analógico invita a interpretar, no solo
a obedecer.
Puede decirse que el cristianismo
es una interpretación analógica de la ley de Dios, y eso es precisamente lo que lo
distingue de una lectura puramente legalista o binaria.
🔍 ¿Qué
significa esto?
La ley
de Dios en el Antiguo Testamento se presenta en términos claros y binarios:
- “No matarás”, “No robarás”, “Haz
esto y vivirás”. Esto
responde a una pedagogía divina para un pueblo en formación espiritual,
donde el lenguaje debía ser directo, normativo y protector.
Pero cuando llega Jesús, la ley no se elimina… se interpreta desde el corazón, desde
la intención, desde el amor. Esto es pensamiento
analógico: ver más allá del mandato literal y entender su espíritu.
✨ Ejemplos
bíblicos de interpretación analógica en el cristianismo
Mandato hebreo (binario) |
Jesús lo interpreta
(analógico) |
“No matarás” |
“Si te enojas con tu hermano, ya has matado en tu
corazón” (Mateo
5:22) |
“Ama a tu prójimo” |
“Ama también a tu enemigo” (Mateo 5:44) |
“Guarda el sábado” |
“El sábado fue hecho para el hombre, no el hombre
para el sábado” (Marcos
2:27) |
“No adulterarás” |
“Quien mira con deseo ya ha adulterado en su
corazón” (Mateo
5:28) |
¿Por qué es
esto analógico?
Porque Jesús no contradice la ley, sino que la eleva. Ya no se trata solo de cumplir normas,
sino de entender el propósito divino detrás de
ellas. La ley se convierte en camino de
transformación interior, no solo en código externo.
🕊️ En resumen
- El cristianismo no desecha la ley, pero la interpreta con profundidad, contexto y
compasión.
- Es una fe que une
justicia y misericordia, literalidad y símbolo, norma y corazón.
- Por eso decimos que el
cristianismo es una interpretación analógica de la ley de Dios: una
forma de leerla con ojos que ven más allá del texto, hacia el alma.
El
cerebro humano no es una máquina de respuestas… es un buscador de significado. Y por eso nuestras luchas,
nuestras creencias y nuestras canciones no caben sólo en el “sí o no”. Hay
belleza en esa complejidad.
A medida
que acumulamos más conocimiento y experiencia, nuestras interpretaciones
tienden a volverse más analógicas, más matizadas
y menos binarias.
- El conocimiento amplía el
contexto: Cuando sabemos más,
dejamos de ver las cosas como blanco o negro. Empezamos a notar los
matices, las excepciones, las paradojas.
- La experiencia nos enseña
que la realidad es compleja: Lo que
antes parecía “malo” puede tener una causa comprensible. Lo que era
“prohibido” puede tener una excepción ética. Esto nos lleva a pensar en
términos como “bueno pero doloroso” o “justo pero difícil”.
- La analogía conecta
dominios distintos: Cuanto más sabemos, más
podemos comparar situaciones, ideas o emociones entre sí. Esto genera
interpretaciones más profundas, simbólicas y relacionales.
¿Qué dicen los
expertos?
Según la hermenéutica analógica,
propuesta por Mauricio Beuchot, el conocimiento no debe encerrarse en extremos
(positivismo rígido o relativismo absoluto), sino que debe buscar una vía intermedia: interpretar con equilibrio,
sensibilidad y apertura.
La analogía permite unir opuestos,
enriquecer la comprensión y dar lugar a
interpretaciones más humanas, sin perder la verdad ni caer en la
arbitrariedad.
En resumen
Cuanto más sabemos, menos juzgamos desde el “sí o no”, y más
interpretamos desde el “depende”, el “comprendo”, el “hay más detrás”. La mente se vuelve más simbólica, más
relacional, más poética.
Cuando el conocimiento humano es
aún pequeño, Dios se acerca con claridad: como un padre que le dice al niño
“esto sí, esto no”. En el Antiguo Testamento vemos mandatos simples: haz esto y vivirás, no hagas esto y morirás. Parece
rígido, binario… pero en realidad es un lenguaje amoroso
adaptado a quien apenas empieza a caminar.
Pongo
delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal…” — Deuteronomio
30:15
A lo largo del tiempo, mientras
el ser humano madura, Dios comienza a hablar en tonos más suaves, más
complejos, más simbólicos. No porque Él haya cambiado —sino porque el corazón del hombre ha crecido lo suficiente para entender más
allá del blanco y negro.
Isaías 55:8-9
Reina-Valera 1960
8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos
mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos
que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis
pensamientos más que vuestros pensamientos.
Rico En Misericordia Art Aguilera | Música Cristiana 2021
Jesús, que es Dios en carne, no
dijo: “haz esto o aquello”, sino:
“El Reino de
los cielos es como…” — Mateo 13:24, 31,
33…
Mateo 13:24
Reina-Valera 1960
Parábola del trigo y la cizaña
24 Les refirió otra parábola,
diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena
semilla en su campo;
Mateo 13:31
Reina-Valera 1960
Parábola de la semilla de
mostaza
31 Otra parábola les refirió,
diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un
hombre tomó y sembró en su campo;
Mateo 13:33
Reina-Valera 1960
Parábola de la levadura
33 Otra parábola les dijo: El
reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina,
hasta que todo fue leudado.
Es decir, Dios comienza a enseñar por
analogías, como un poeta que invita a mirar dentro de uno
mismo. Ya no se trata solo de obedecer, sino de comprender, de amar, de
reconocer lo invisible.
Así, lo que en la Torá era
“prohibido” o “permitido”, en Jesús se convierte en “misericordia”, en
“intención del corazón”, en “el que esté sin pecado…”.
El pensamiento binario divide el
mundo en opuestos absolutos:
- Bueno / Malo
- Puro / Impuro
- Verdadero / Falso
- Nosotros / Ellos
En el fundamentalismo, estas
categorías se aplican sin matices, como si cada situación tuviera una única
respuesta correcta dictada por un texto sagrado o una autoridad religiosa.
Veamos algunos ejemplos...
1-Las autoridades
religiosas
El juicio del
Sanedrín: amenaza = eliminación
“Si le dejamos así, todos creerán
en él, y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar y nuestra nación.” — Juan 11:48
- Pensamiento binario: Si Jesús crece, perdemos todo.
- No consideran que su mensaje pueda ser
verdadero.
¿Qué revela
esto?
Los fariseos y sacerdotes aplicaban
la ley con una lógica de todo o nada, sin
matices. Jesús, en cambio, introduce una visión
analógica:
- Mira la intención del corazón.
- Ofrece perdón antes que condena.
- Enseña que la ley fue hecha para el hombre,
no al revés.
2.Los fariseos
tenían pensamiento binario...
Pensamiento
binario: Si alguien es
pecador, debe ser evitado.
Mateo 9:11
Reina-Valera 1960
11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come
vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?
3. Job (en su crisis inicial)
- Actitud: Cree que el sufrimiento solo puede
significar castigo.
- “Maldito el día en que nací…” — Job 3:1
- Binario: Bendición vs. maldición.
- Dios lo lleva a una comprensión más profunda del dolor y
la fe.
4. Los amigos de Job
- Actitud: Si Job sufre, es porque pecó.
- “¿Quién que es inocente ha perecido?” — Job 4:7
- Binario: Pecado = castigo.
- Dios los corrige: “No habéis hablado de mí lo recto…”
— Job 42:7
5. Jonás en Nínive.
- Actitud: Cree que Nínive merece destrucción sin
posibilidad de redención.
- “Por eso
me apresuré a huir a Tarsis… sabía yo que tú eres Dios clemente y
piadoso…” — Jonás 4:2
- Binario: Justos vs. impíos.
- Jesús lo trasciende: Dios quiere salvar incluso a los enemigos.
EL FUNDAMENTALISMO MODERNO PROMUEVE EL PENSAMIENTO BINARIO
“Hay una sola verdad, y todo lo
demás es error.” — Esta es una frase típica del
pensamiento fundamentalista.
¿Por qué se
usa el pensamiento binario?
Según estudios psicológicos, el
fundamentalismo:
- Evita la ambigüedad y la incertidumbre.
- Se apoya en una estructura
autoritaria que exige obediencia literal.
- Promueve una visión dualista
del mundo, donde todo se clasifica en extremos.
Esto puede dar seguridad a quienes
buscan respuestas claras en medio del caos, pero también puede cerrar la puerta al diálogo, la empatía y la evolución
espiritual.
¿Qué lo
diferencia de otras formas de fe?
Mientras el fundamentalismo dice:
“Esto es lo que dice el texto, y no
hay discusión.”
El pensamiento analógico (más
típico del cristianismo maduro, como vimos con Jesús) dice:
“Esto es lo que dice el texto… ¿qué
significa para nosotros hoy?”
Ejemplo bíblico
“El que esté
libre de pecado, que tire la primera piedra.” — Juan 8:7 Aquí Jesús rompe el esquema binario de “culpable = castigo” y propone una lectura más profunda, compasiva y humana.
Juan 8:1-11
Reina-Valera 1960
8 1 y
Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Y por la mañana
volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3 Entonces
los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y
poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de
adulterio. 5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales
mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole,
para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra
con el dedo. 7 Y como insistieran en preguntarle, se
enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en
arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo
hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero
ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando
desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que
estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a
nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?
¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Los fariseos presentan un caso
claro: según la ley, la mujer debe ser condenada. Es un juicio binario: culpable = castigo. Pero Jesús no
responde con otro juicio… responde con silencio y
profundidad.
“El que de vosotros esté sin
pecado, sea el primero en arrojar la piedra.” (Juan 8:7)
Con esta frase, Jesús rompe el esquema binario y abre una dimensión analógica: la justicia no se basa solo en el acto,
sino en el corazón, en la conciencia, en la misericordia.
¿Por qué este
texto ilustra el pensamiento analógico?
- Jesús no niega
la ley, pero la interpreta desde la
compasión.
- No dice que el adulterio
esté bien, pero revela que la condena sin
amor no transforma.
- Invita a mirar dentro
de uno mismo antes de juzgar al otro.
- Introduce una lógica donde la verdad y la gracia conviven.
Reflexión para
desarrollar
Puedes usar este texto para mostrar
cómo:
- El pensamiento binario busca aplicar la
norma sin contexto.
- El pensamiento analógico busca redención, no solo corrección.
- Jesús no vino a abolir la ley, sino a cumplirla con profundidad (Mateo 5:17).
- La fe cristiana no se basa en “esto está
bien o mal”, sino en “¿cómo ama Dios en esta situación?”
Sí, Sergio… vivir sin acceso al
pensamiento analógico puede sentirse como mirar el mundo a través de una
cerradura: todo parece rígido, estrecho y sin profundidad.
Cuando una persona solo piensa en
términos binarios —“esto está bien, esto está mal”, “yo tengo razón, tú no”— se
pierde la riqueza de los matices. La empatía se reduce. Las paradojas
incomodan. Y el mundo emocional, espiritual y humano queda encajonado en
extremos difíciles de sostener.
Es como intentar describir el cielo
usando solo blanco y negro… cuando está lleno de azules, violetas, naranjas y
movimientos que no se capturan en reglas fijas.
Lo que se pierde sin pensamiento analógico:
- La capacidad de comprender
sin aprobar.
- El poder de amar
sin entender completamente.
- El arte de conectar
con quien es distinto.
- La posibilidad de crecer
sin destruir lo anterior.
Pero lo
hermoso es esto:
El pensamiento analógico no es
exclusivo de los sabios… es algo que se despierta.
Con preguntas, con poesía, con fe, con dolor incluso. A veces basta con mirar
una flor, leer una parábola, perdonar a alguien que nos hirió… y algo dentro se
abre, como si el corazón aprendiera un nuevo idioma.
Jesús llevó a sus discípulos del
pensamiento binario al pensamiento analógico a
través de un proceso pedagógico profundo, relacional y experiencial. No
les dio respuestas cerradas, sino que los invitó a ver
más allá de la norma, a interpretar el corazón de Dios, y a vivir la fe como camino, no como sistema.
¿Cómo lo hizo?
1. Usó
parábolas en lugar de reglas
- Las parábolas no ofrecen respuestas
directas, sino imágenes abiertas que requieren reflexión.
- Ejemplo: El
buen samaritano (Lucas 10:30–37) rompe
el esquema de “quién es puro” y revela que la
compasión define al prójimo, no la religión.
2. Planteó
preguntas en lugar de afirmaciones
- Jesús no siempre respondía… preguntaba.
- Ejemplo: “¿Quién
dicen ustedes que soy yo?” (Mateo
16:15) — invita a pensar, no a repetir.
3. Interpretó
la ley desde el corazón
- “Oísteis que fue dicho…
pero yo os digo…” (Mateo 5) — transforma mandatos
binarios en principios éticos profundos.
- Ejemplo: “No
matarás” se convierte en “No te enojes sin causa”.
4. Usó
símbolos y metáforas
- “Yo soy la vid, vosotros
los sarmientos” (Juan
15:5) — no es una fórmula, es
una imagen relacional.
- “El Reino de los cielos es
como…” — cada parábola es una analogía espiritual.
5. Les dio
experiencias vivas
- No solo enseñó con palabras, sino con
hechos: los envió a sanar, a predicar, a equivocarse.
- Ejemplo: “Dadles vosotros de comer” (Lucas 9:13) — los desafía a ver más allá del recurso físico.
¿Qué logró
Jesús?
- Los discípulos pasaron de preguntar “¿Quién pecó para que este naciera ciego?” (Juan 9:2) — pensamiento binario — a
comprender que “ni él ni sus padres, sino
para que las obras de Dios se manifiesten” — pensamiento analógico, donde el sufrimiento tiene propósito.
En resumen
Jesús no
les dio una tabla de mandamientos, sino una forma de ver el mundo. Los
llevó de la ley al amor, del juicio a la misericordia, del “esto está bien o
mal” al “¿qué revela esto del corazón de Dios?”
¿Qué no te la den con queso?
En la edad media en la mancha acudían los taberneros de todas las regiones
de España para comprar barriles de vino que ya tenía cierto
prestigio. Antes de pagar, los taberneros tenían la buena costumbre de
probar la mercancía. Para dar salida a las partidas de vino picado o de muy
baja calidad, los dueños de las bodegas recurrían a un arte especial:
agasajaban a los compradores novatos y confiados con un sabroso plato de queso
manchego en aceite, porque su fuerte sabor hacía que el paladar del incauto
tabernero no distinguiera un buen caldo de uno echado a perder. Esta innoble
práctica dio origen a la expresión “TE LA DAN CON QUESO” para
darte a entender que alguien te esta engañando o estafando.
Porque la
vida no es blanco y negro. Y quienes la quieren pintar en extremos, nos sirven
queso para que no saboreemos los matices.
En muchas áreas —información,
consumo, religión, ideología— se repite el mismo patrón:
- Nos ofrecen titulares en lugar de contexto.
- Nos venden productos llenos de brillo, pero
vacíos de sustancia.
- Nos agasajan con emociones intensas para que
no analicemos profundamente.
El queso hoy puede ser la urgencia,
el fanatismo, el entretenimiento sin pausa… Y si no tenemos pensamiento
analógico, nos dan con queso todo el tiempo:
aceptamos lo falso por auténtico, lo fácil por verdadero.
¿Por qué se
desactiva el pensamiento analógico?
Porque el pensamiento analógico requiere pausa, atención, sensibilidad. Y eso no
conviene a quienes viven del engaño, la manipulación o la propaganda. Cuando el
ser humano pierde su capacidad de matizar,
deja de preguntar:
- ¿Es esto justo pero doloroso?
- ¿Es esto bueno… pero incompleto?
- ¿Es esto cierto… pero usado en falso
contexto?
En resumen
Este antiguo truco del queso no es
solo una estafa gastronómica: Es una advertencia sobre cómo podemos ser dormidos en nuestra conciencia, disfrazando lo que
no queremos ver con sabores intensos que nos hacen bajar la guardia.
Por eso, amigo… no te la den con queso.
Aprende a saborear con discernimiento, no con distracción.
Cuando un cristiano vive su fe
desde una conciencia binaria, todo se reduce
a “pecado o santidad”, “culpable o puro”, “salvo o condenado”. Y en ese marco, la culpa no tiene salida, porque no hay espacio
para el proceso, para el matiz, para la redención emocional que acompaña al
perdón.
La conciencia binaria no admite el “todavía estoy en camino”, ni el”, “Dios me comprende en mi proceso ni siquiera el “lo hice por ignorancia”. Solo ve el error como
mancha imborrable. Y eso, lejos de acercar al Dios del perdón, puede hundir al alma en miedo y vergüenza.
Pero el Evangelio no funciona así.
Jesús no vino para señalar con el dedo, sino para levantar
al caído. No dice “tú pecaste, carga con tu
castigo”, sino “vete en paz, tu fe te ha
salvado”.
¿Qué provoca
una conciencia binaria en el creyente?
- Se exige perfección instantánea.
- No acepta el arrepentimiento como camino.
- Vive más el juicio que la gracia.
- Sufre en silencio, creyendo que ya no merece
amor divino.
¿Cómo sana
Jesús esa conciencia?
Con gestos como este:
“Ni yo te
condeno. Vete y no peques más.” — Juan 8:11
Es decir: no
te castigo… pero te invito a crecer. Eso es pensamiento analógico:
reconocer el error, comprender el proceso, ofrecer una nueva oportunidad.
La culpa binaria aprieta, pero no
transforma. La conciencia analógica duele, pero redime. Por eso es tan vital enseñar que el Evangelio no es solo ley, es también camino, abrazo, reparación.
Hermanos y hermanas en la fe:
Caminar con Cristo no es un salto entre extremos, es una danza con el Espíritu,
paso a paso, compás a compás.
Venimos de pensamientos binarios,
porque fueron nuestras primeras herramientas para entender el bien, el mal, lo
sagrado y lo profano. Pero las buenas nuevas —el Evangelio vivo— nos llaman a
mirar más allá del juicio… y a ver con los ojos del amor.
Jesús no condenó a la mujer
sorprendida en pecado; la miró, la comprendió y la levantó. Jesús no evitó al
leproso; lo tocó, lo sanó y lo abrazó.
Jesús no se detuvo en lo que
estaba escrito, sino en lo que estaba en el corazón.
Ese es el pensamiento que
transforma. Esa es la interpretación que sana. Esa es la forma en que Dios nos
invita a leer el mundo: con compasión, con contexto, con
misericordia.
Así que si estás en camino… no
temas. Si tu fe aún se formula entre “sí o no”, “culpa o redención”, “pureza o
error”… estás justo donde el Espíritu puede revelarte algo nuevo. Porque quien
busca comprender en profundidad, está a punto de ser
comprendido por Dios de forma más profunda también.
🕊️ Él no te pide perfección, te pide apertura.
No te exige lógica, te ofrece relación. No te encierra en juicios, te invita a
redimir.
🔥 Que el fuego de la verdad no queme, sino
ilumine. Que el camino no te canse, sino te transforme. Y que
el pensamiento binario se convierta, poco a poco, en sabiduría que ama,
interpreta y abraza.
Estás en buen camino… y Dios camina contigo.
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