¿COMO FUNCIONA LA LUZ?
Mateo 5:14-16
Reina-Valera 1960
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder
KRYPTO 15 Ni se enciende una luz y se
pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los
que están en casa. 16 Así “OUTUS” alumbre vuestra luz delante EMPROSTHEN a que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
KRYPTO la luz de una vida transformada no puede ni debe ocultarse.
Así como una ciudad en lo alto es visible desde lejos, la fe auténtica tiene un impacto
público inevitable. El
verbo κρυβῆναι refuerza la idea de que es antinatural esconder lo que
fue hecho para brillar.
-Según la teoría corpuscular
de la luz (Newton). Los corpúsculos de luz viajan
en línea recta hasta que choque con alguna superficie opaca que parece
esconderla. Una fuente de luz no puede dejar de
emitir luz, no puede no brillar si tiene energía. Así como los corpúsculos no pueden evitar propagarse, el amor
auténtico y la verdad tampoco pueden permanecer ocultos por mucho tiempo. Incluso si
alguien intenta reprimirlos, su naturaleza es manifestarse, reflejarse,
alcanzar a otros.
Desde la teoría
ondulatoria de la luz, la afirmación “no se puede esconder” cobra un
matiz aún más profundo y poético. Vamos a desglosarlo:
🌊 ¿Qué dice la
teoría ondulatoria?
Propuesta por Christian Huygens en el siglo XVII, esta teoría
sostiene que la luz se comporta como una onda que se propaga en todas direcciones desde su
fuente, como las ondas en el agua cuando tiras una piedra.
🔍 ¿Por qué la luz no se puede esconder según esta teoría?
Propiedad ondulatoria |
Implicación espiritual |
Difracción: la luz
puede rodear obstáculos y entrar en zonas de sombra. |
Aun cuando intentas ocultarla, la luz
encuentra rendijas para manifestarse. |
Interferencia: las ondas
se combinan, amplificándose o anulándose. |
La luz de una vida puede sumarse a la de
otros y brillar más fuerte. |
Reflexión y refracción: la luz cambia de dirección, pero sigue propagándose. |
Aunque cambie de forma o camino, la luz sigue
avanzando. |
No necesita un medio material: la luz viaja incluso en el vacío. |
El amor y la verdad no dependen de las
circunstancias para manifestarse. |
✨ Aplicación
espiritual
Cuando Jesús dice que una ciudad en
lo alto “no se puede esconder” (Mateo 5:14),
no solo habla de visibilidad social, sino de una naturaleza
imparable. Así como las ondas de luz se expanden inevitablemente, la vida de alguien lleno de amor, fe y verdad no puede
pasar desapercibida.
Incluso si alguien intenta reprimir
su luz —por miedo, vergüenza o presión—, su esencia
está hecha para irradiar. La luz, como el amor, no se guarda: se da, se
refleja, se multiplica.
La Iglesia, al vivir su vocación de
ser luz en el mundo, refleja elementos de ambas teorías de la luz —¡corpuscular y
ondulatoria!—, pero cada una puede destacar aspectos distintos de esta misión:
💡 Luz corpuscular: la luz que se manifiesta en hechos concretos
La teoría de Newton ve la luz como
partículas individuales (corpúsculos) que viajan en línea recta.
🔹 Aplicación espiritual:
- Cada creyente es como un
"corpúsculo": una luz
personal, concreta, con dirección y propósito.
- Las obras de
amor, justicia y verdad son esos corpúsculos visibles: puntuales,
tangibles.
- Iluminar al mundo implica ser intencionales
en nuestras acciones: llevar la luz a donde
hay oscuridad con decisiones claras.
🌊 Luz ondulatoria: la luz que se propaga en comunidad
Huygens proponía que la luz es una
onda que se expande en todas direcciones.
🔹 Aplicación espiritual:
- La fe se propaga como una
onda: una palabra amable, una
obra generosa, un testimonio silencioso puede expandirse más allá de lo
que vemos.
- La Iglesia como comunidad genera interferencia
constructiva: al unirse muchas luces, el brillo se multiplica.
- Incluso en ambientes cerrados, la luz del Evangelio se difracta y alcanza lo
escondido, como ondas de esperanza.
✨ Conclusión
Ser luz en el
mundo no es un fenómeno aislado. Es a la vez
individual (corpuscular) y comunitario (ondulatorio). Cuando vivimos nuestra
fe, brillamos en acciones concretas y, a la vez, generamos ondas de amor que se
esparcen más allá de lo visible.
Y como dice Isaías 60:1: "¡Levántate, resplandece! Porque ha venido tu
luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti."
Aunque durante siglos las
teorías corpuscular y ondulatoria
de la luz parecían contradecirse,
hoy sabemos que se complementan dentro de un marco más amplio: la dualidad onda-partícula.
Así como la luz no se deja encasillar en una sola forma, también el creyente está
llamado a ser flexible y completo:
a veces firme y puntual como un corpúsculo, otras veces expansivo y envolvente
como una onda. ¡Ambas naturalezas son necesarias para iluminar el mundo!
En el plano espiritual,
esta diferencia entre entender la luz como onda o como corpúsculo
puede convertirse en una metáfora potente de los distintos estilos de vivir y
expresar la fe… y sí, puede haber tensiones prácticas cuando esas formas se
enfrentan o no se comprenden entre sí.
💡 Luz como onda: espiritualidad expansiva, intuitiva y comunitaria
Características |
Ejemplo en la vida
espiritual |
Se propaga en todas direcciones |
Personas que evangelizan más con el testimonio que con palabras |
Sensible, fluida, envolvente |
Fe basada en el amor, la presencia, la conexión emocional |
Se difracta, se adapta |
Capacidad de dialogar, integrar diferencias, acoger sin imponer |
A veces invisible pero influyente |
Influencia silenciosa a través de la bondad cotidiana |
🌀 Este enfoque espiritual es como una “brisa luminosa” que toca los
corazones sin necesidad de ser directa. Sin embargo, puede ser criticado por
parecer ambiguo o blando en su doctrina.
💎 Luz como corpúsculo: espiritualidad precisa, doctrinal y firme
Características |
Ejemplo en la vida
espiritual |
Tiene dirección y fuerza |
Personas que proclaman el Evangelio abiertamente, con claridad |
Es puntual, enfocada |
Fe centrada en la verdad, en el conocimiento y la enseñanza bíblica |
Puede golpear y transformar |
Tiene impacto directo, a veces confrontador |
Resiste la oscuridad |
Se asocia a convicciones profundas e identidad definida |
🔦 Este enfoque puede ser como “rayo directo” que
alumbra lo que está oscuro, pero también puede generar conflicto si falta
compasión o escucha.
⚠️ Posibles
conflictos prácticos entre ambos enfoques
Enfoque |
Tensión espiritual |
El de onda podría ver al corpuscular como rígido o impositivo |
“Sólo repiten dogmas”, “no escuchan al corazón” |
El de corpúsculo podría ver al de onda como vago o relativista |
“No hay verdad sin claridad”, “fe sin doctrina se diluye” |
Falta de reconocimiento mutuo |
Desconfianza, crítica, estancamiento en el testimonio común |
Pérdida de eficacia |
Si cada uno desacredita al otro, la luz se
apaga en lugar de multiplicarse |
✨ ¿Y la solución?
La madurez espiritual podría reconocerse así:
> “La luz de Dios puede ser
tanto fuego puntual que enciende, como oleada que transforma en silencio. El
mismo sol que hiere al ciego es el que calienta al peregrino.”
Cuando entendemos que Jesús mismo
fue luz que confrontó con verdad y abrazó con
ternura, entonces nuestras diferencias pueden complementarse,
no dividirnos.
La
Parábola de las Dos Luminarias
En el Valle del Cielo Claro
vivían dos formas de luz que no podían ser más distintas entre sí.
Una era Lumia, una
chispa firme, clara, veloz como una flecha de oro. Su luz era precisa,
enfocada, impactante. Era lo que se llama luz corpuscular: viajaba en línea recta, sin rodeos,
penetrando la oscuridad con decisión. Lumia se sentía orgullosa de iluminar con
claridad, de señalar el camino correcto, de dejar huella allí donde todo
parecía confuso.
La otra era Ondina, una luz
suave y envolvente. Su resplandor no era agresivo, sino constante y apacible.
Flotaba como una melodía de agua, deslizándose entre ramas, curvándose en los
rincones, acariciando lo oculto. Era luz ondulatoria:
sin rumbo fijo, pero siempre presente. A diferencia de Lumia, Ondina no buscaba
brillar, sino acompañar. No imponía, sino que abrazaba.
Cada una hacía su parte en el
valle… pero no sin tensiones.
—“No entiendo cómo
alguien tan dispersa como tú puede llamarse luz”, decía Lumia con cierta
dureza. “Yo marco un rumbo. Tú… solo te derramas.”
Ondina sonreía sin herir: —“Tal vez no todo necesita ser señalado. Algunas sombras se
atraviesan; otras solo pueden comprenderse al tocarlas suavemente.”
Lumia, sin querer, comenzó a
pensar que Ondina era débil. Y Ondina, a veces, sentía que Lumia se volvía fría
y rígida. Cada una creía que la otra estaba… equivocada.
Un día, una densa niebla
descendió sobre el valle. Lumia, como era su costumbre, intentó abrirse paso
con su haz recto y veloz. Pero la niebla la dispersó, la desvió, la apagó.
Allí, su fuerza no funcionaba.
Fue entonces cuando vio a Ondina.
Su luz no forcejeaba con la niebla. Se deslizaba dentro de ella, iluminándola
desde adentro, revelando siluetas dormidas, caminos ocultos, rostros heridos.
No combatía la oscuridad: la
transformaba desde dentro.
—“¿Cómo lo haces?”, preguntó
Lumia, desconcertada. “Yo, que siempre supe a dónde
ir... aquí no sirvo.”
Ondina la miró con ternura: —“Porque no toda oscuridad necesita ser vencida. Algunas
sombras no ceden a la fuerza, pero se disuelven en la luz que consuela.”
Fue entonces cuando Lumia
comprendió lo que nunca había visto: su
luz no era la única forma válida de alumbrar. Y también Ondina descubrió que, a veces, se
necesita una chispa firme para romper ciertos velos.
Desde aquel día, ya no trabajaron
separadas.
Lumia iluminaba donde era
necesario hablar con claridad, trazar senderos, sostener la verdad. Ondina
tocaba lo invisible, sanaba lo roto, daba calor al alma.
Y
cuando sus luces se cruzaban, algo nuevo nacía: una claridad profunda, con
forma y calor, con verdad y ternura.
El Valle del Cielo Claro cambió.
Ya no buscaba una sola forma de luz. Aprendió que hay situaciones donde se
necesita firmeza, y otras donde solo el consuelo transforma. Aprendió que la luz plena no se divide: se
complementa.
Y así, también las comunidades,
que antes se cerraban en una sola estructura luminosa —ya fuera rígida o
difusa—, comenzaron a abrirse a la Luz
Doble: aquella que no tiene miedo de unir la palabra que
confronta con la mirada que abraza.
Porque en el corazón de Dios,
ambas luces viven juntas. Y solo juntas pueden alumbrar el alma.
🌟 La enseñanza de Jesús en Mateo 5:13–16 no
solo es poética, sino estructuralmente reveladora: la
sal y la luz son imágenes duales, y solo cuando se integran pueden
cumplir su propósito completo. Vamos a desglosarlo con textos bíblicos:
🧂 La sal:
dualidad entre preservar y transformar
Mateo 5:13
> “Vosotros sois la sal de la tierra…”
La sal en tiempos bíblicos tenía
dos funciones principales:
1. Preservar: Evitaba la
corrupción de los alimentos. → Aplicación espiritual: preservar la
verdad, la justicia, la fidelidad (cf. Levítico 2:13).
2. Dar sabor: Hacía la
comida agradable y significativa. → Aplicación espiritual: dar alegría,
sentido, humanidad a la vida (cf. Colosenses 4:6: “Sea vuestra palabra siempre
con gracia, sazonada con sal…”).
🔁 Dualidad: Si solo preserva, se vuelve rígida. Si solo da sabor, puede
diluirse. Necesita ambas funciones para ser eficaz.
💡 La luz:
dualidad entre revelar y calentar
Mateo 5:14–16
> “Vosotros sois la luz del mundo… Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres…”
La luz también tiene dos
dimensiones:
1. Iluminar: Revela lo
oculto, muestra el camino (cf. Salmo 119:105: “Lámpara es a mis pies tu
palabra…”). → Aplicación espiritual: proclamar la verdad, denunciar la
injusticia.
2. Calentar: Da vida,
consuela, hace crecer (cf. Isaías 60:1–2: “¡Levántate, resplandece!”). → Aplicación
espiritual: acompañar, sanar, abrazar con ternura.
🔁 Dualidad: Si solo ilumina, puede herir.
Si solo calienta, puede no confrontar. La luz plena hace ambas cosas.
🔗 Integración:
sal y luz como misión indivisible
Jesús no dice “sean sal o luz”,
sino “vosotros sois la sal… vosotros sois la luz”. Ambas imágenes están unidas
porque:
- La sal sin luz puede conservar, pero no
guiar.
- La luz sin sal puede brillar, pero sin sabor
ni profundidad.
Efesios 5:8–9 lo resume así: > “Ahora sois luz en el
Señor; andad como hijos de luz… en toda bondad, justicia y verdad.”
Aquí vemos la integración: bondad (calor), justicia (verdad), y verdad (dirección).
¡Luz y sal en acción!
✨ Conclusión
espiritual
La Iglesia y cada creyente están
llamados a ser:
- Sal que preserva la verdad y da sabor con
gracia.
- Luz que revela con claridad y calienta con
compasión.
Cuando una estructura religiosa o
una persona se aferra solo a una dimensión, corre el riesgo de apagar su
testimonio. Pero cuando ambas se integran, la luz
alumbra a todos los que están en casa (Mateo 5:15), sin excepción.
La relación entre luz y sal en
Mateo 5 no solo es espiritual, también es estructural: ambas
tienen una vocación doble que muchas veces las
estructuras religiosas no comprenden o no integran, y eso puede hacer
que se conviertan, sin querer, en sombra.
Aquí va una reflexión razonada y
práctica sobre esa tensión:
⚖️ 1. La dualidad
de la luz y la sal
- La luz como corpúsculo = fe concreta: doctrina, verdad,
proclamación, decisiones éticas firmes.
- La luz como onda = fe difusa: compasión, presencia, diálogo,
transformación silenciosa.
- La sal como conservante = mantiene lo puro, preserva lo sagrado.
- La sal como sazonador = da sabor, se mezcla con lo humano,
potencia lo diverso.
👉 Ambas imágenes bíblicas reclaman integridad e integración: ser firmes sin
rigidez, ser flexibles sin relativismo.
🏛️ 2. ¿Cómo fallan las estructuras religiosas?
Error estructural |
Consecuencia práctica |
Qué falta reconocer |
Absolutizar solo la "luz corpúsculo" |
Exceso de control, reglas, dogmatismo, exclusión |
Que el Espíritu también se mueve en lo suave, lo relacional, lo no lineal |
Apostar solo por lo "ondulatorio" |
Ambigüedad doctrinal, dilución del mensaje, pérdida de dirección |
Que el Evangelio también requiere verdad, valentía y confrontación
amorosa |
Hacer de la sal solo un conservante |
Estancamiento, tradición muerta, miedo al mundo |
Que la sal también transforma desde adentro |
Ser sal sin sabor |
Religiosidad sin impacto social, sin alegría ni pasión |
Que el testimonio debe atraer, no solo advertir |
🕯️ 3. Resultado: estructuras que apagan la luz
Cuando una comunidad desconfía del otro tipo de luz, acaba neutralizando su
propio potencial transformador:
- Excluye a creyentes
sensibles o creativos por no
encajar en lo doctrinal.
- Desacredita a profetas con
fuego claro, tildándolos de “duros” o
“radicales”.
- Rechaza la autocrítica, porque “eso es deslealtad”.
- Y lo más triste: no
permite que Jesús brille en su forma plena.
🌈 4. ¿Cómo
recuperar la luz dual?
- Aceptar que hay múltiples
modos de ser luz: tan válidos como
complementarios.
- Formar comunidades que
respiran: con estructuras claras
(corpusculares), pero con espacio para el Espíritu (ondulatorias).
- Escuchar a los que “no
encajan”, porque su forma de
iluminar quizá es la que otros necesitan ver.
- No temerle a la tensión, porque ahí se da el resplandor más
verdadero.
> “La ciudad sobre el monte
no se puede esconder…” (Mateo 5:14). > A veces no se esconde por miedo,
sino porque la propia muralla religiosa la tapa
desde dentro.
“OUTUS” Esta
palabra indica la manera en que debe brillar la luz de los creyentes: de la misma forma que se ha
descrito anteriormente, es decir, como una luz visible, no
escondida, que ilumina a todos los que están en casa (como se menciona en Mateo
5:15).
Este “OUTUS” conecta con la metáfora de la lámpara en
el versículo anterior, reforzando la idea de que la luz de una vida piadosa no
debe ocultarse, sino mostrarse con propósito y humildad.
EMPROSTHEN LITERALMENTE (en lo que esta delante) O SEA PUBLICAMENTE. Visibilidad
publica no secreta ni por teléfono.
La
lámpara mencionada en Mateo 5:15 no es un objeto decorativo moderno, sino una lámpara de aceite muy común en los hogares del antiguo Oriente Medio. Vamos a
desentrañar su forma y simbolismo:
¿Qué tipo de
lámpara era?
- Lámpara de barro cocido: Generalmente hecha de cerámica, con forma
ovalada o redonda.
- Depósito de aceite: Se llenaba con aceite de oliva, que era
abundante en la región.
- Mecha de lino o algodón: Salía por una pequeña abertura y se
encendía para producir luz.
- Tamaño pequeño: Cabía en la palma de la mano, pero su luz
era suficiente para iluminar una habitación oscura.
🔥 ¿Cómo
funcionaba?
1. Se vertía aceite en el depósito.
2. La mecha absorbía el aceite y, al encenderse, mantenía una llama constante.
3. Se colocaba sobre un candelero (en griego: lychnía) — una especie de soporte elevado — para que la
luz se difundiera por toda la casa.
✨ ¿Qué
simboliza en el contexto de Mateo 5:15?
- La lámpara representa la
vida del creyente: encendida por la fe,
alimentada por la comunión con Dios.
- El aceite puede simbolizar
el Espíritu Santo, que da poder y constancia
a esa luz.
- El candelero es el lugar
visible donde esa luz debe
brillar: nuestras relaciones, comunidad, trabajo, etc.
Jesús usa esta imagen para decir: “No escondas tu fe ni tu testimonio. Ponlo en alto, donde
pueda alumbrar a otros.”
Cosas que son “luz” en la Biblia
Elemento |
Descripción |
Referencia |
Dios mismo |
“Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” |
1 Juan 1:5 |
Jesús |
“Yo soy la luz del mundo.” |
Juan 8:12 |
La Palabra de Dios |
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi
camino.” |
Salmo 119:105 |
Los creyentes |
“Vosotros sois la luz del mundo.” |
Mateo 5:14 |
Las buenas obras |
Reflejan la luz de Dios y glorifican al Padre. |
Mateo 5:16 |
La sabiduría y el entendimiento |
“La exposición de tus palabras alumbra.” |
Salmo 119:130 |
La justicia |
“La senda de los justos es como la luz de la
aurora.” |
Proverbios 4:18 |
El evangelio |
“Para que resplandezca la luz del evangelio de la
gloria de Cristo.” |
2 Corintios 4:4 |
La Nueva Jerusalén |
No necesita sol ni luna, porque “la gloria de Dios
la ilumina.” |
Apocalipsis 21:23 |
El Espíritu Santo (implícitamente) |
A través del aceite que alimenta la lámpara, símbolo
de su presencia. |
Mateo 25:1–13 |
Cada una de estas “luces” tiene un
propósito: iluminar, guiar, revelar, purificar o
testimoniar. La luz en la Biblia no es solo un símbolo de conocimiento,
sino de vida, presencia divina y victoria sobre las tinieblas.
Cada una de estas “luces”
tiene un propósito: iluminar,
guiar, revelar, purificar o testimoniar. La
luz en la Biblia no es solo un símbolo de conocimiento, sino de vida, presencia
divina y victoria sobre las tinieblas.
Cuento sobre el amor
El ser
humano hará absurdas y estúpidas distinciones en lo que para el Amor es una
cosa. La naturaleza del Amor nunca se obsesiona con las diferencias.

Estaba
un pastor apacentando 2 ovejas, una blanca y una negra cuando pasó por allí un
individuo obsesionado con el tema de las diferencias, le dijo:
¡Hermosas
ovejas, señor! A propósito ¿Puedo hacerle una pregunta?
Las
que usted quiera, dijo el pastor.
¿Cuánto
andan sus ovejas cada día?, le preguntó.
¿La
blanca o la negra?
La
blanca.
Bueno,
pues la blanca andará unos seis kilómetros al día.
¿Y
la negra?
La
negra también.
¿Y
cuánta hierba diría usted que comen cada día?
¿La
blanca o la negra?
La
blanca.
Bueno,
pues la blanca comerá unos dos kilos de hierba al día.
¿Y
la negra?
La
negra también.
¿Y
cuánta lana diría usted que dan al año?
¿La
blanca o la negra?
La
blanca.
Bueno,
pues yo diría que la blanca, cuando llega el momento de esquilarlas, dará unos
tres kilos de lana al año.
¿Y
la negra?
La
negra también.
El
individuo estaba enojado por qué pensó que le estaba tomando el pelo: ¿Puedo
preguntarle por qué, a cada una de mis preguntas acerca de las ovejas, insiste
usted en distinguir la blanca de la negra, si resulta que no se diferencian más
que en el color?
Bueno,
verá usted, dijo el pastor, es que la blanca es mía, ¿comprende?
¡Ah,
ya! ¿Y la negra?
La
negra también.
Moraleja:
El personaje que formula las
preguntas representa esa mirada social que necesita
clasificar, dividir, establecer jerarquías. Cree que una diferencia
externa —el color de las ovejas— implica otras muchas diferencias internas,
como capacidad, valor o utilidad. Esta es la lógica del prejuicio: una sombra
mental que oscurece nuestra percepción del otro.
En cambio, el pastor representa una
mirada iluminada por el amor, una visión
clara, sin filtros artificiales. Él responde una y otra vez con esa tierna
insistencia: "¿la blanca o la negra?"... no para marcar la
diferencia, sino para desactivar la obsesión del
otro por distinguir donde no hay distinción que importe.
👉 La frase final lo resume todo con una ternura que desarma: "La blanca es mía... ¿Y la negra? La negra
también." Es una declaración de amor
sin condiciones: el color no cambia el vínculo. A los ojos del que ama,
las diferencias externas se diluyen en la luz de la pertenencia, del cuidado,
de la unidad.
✨ Aplicación espiritual: El amor como luz inclusiva
Así como en Mateo 5:14-16 Jesús nos
llama a ser luz, este cuento nos recuerda que:
- La luz verdadera no
discrimina: ilumina igual para
todos.
- El amor auténtico no
etiqueta, no separa, no calcula.
- Ser luz es amar sin
necesitar entender todas las diferencias, porque lo esencial
trasciende.
Cuando
vemos con los ojos del amor, las diferencias ya no son muros, sino matices de
una misma belleza.
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