“Cántico de la Creación”
Gime la tierra, ella quiere dar hijos,
ella tiene dolores con propósitos,
y sufrirá cuanto sea preciso,
anhela sus frutos mas exquisitos.
Caen todas las estrellas del cielo,
viene lo más grande del universo,
para recibir a sus niños nuevos,
pero yo quiero plasmarlo en mis versos.
En cada respiración y latido,
¡Ay! ¡Ay! que ya quiere dar a luz la tierra,
convulsiones en el mundo caído,
que no, no es el fin, que esto ahora empieza.
Hijos mayores escuchan el llanto,
todos los ángeles vienen a ver,
y cada uno tiene uno en sus brazos,
ahora solo les toca crecer.
Ya sin aquellos que ponen tropiezos,
sin aquellos que no son solidarios,
vengan todos a ver el universo,
y un fino rocío salía a diario.
Amor a los niños envolvió en paños,
y fue ya la tierra toda una escuela,
almas eternas en paz muchos años,
y la madre tierra a todos consuela.
La creación entera está de parto,
y Dios y todo el cielo a una lo espera,
y cesarán las guerras y los llantos,
empuja que la vida se revela.
Entonces ya vendrá el sol de justicia,
el mañana está para amanecer,
pero al niño le mata la avaricia,
démosle valores para crecer.
SERGIO SÁNCHEZ GARRIDO
“Cántico de la Creación” es un título que encapsula
maravillosamente la esencia de mi poema, evocando la majestuosidad y la
sacralidad del acto de dar vida. Este poema es una oda a la naturaleza, a la
maternidad de la tierra y a la esperanza que cada nuevo ser trae al mundo.
La estructura de esta
poesía (endecasílaba) y de 8 estrofas de cuatro versos, fluye con una cadencia
natural, llevando al lector a través de un viaje que comienza con el gemido de
la tierra y culmina con un llamado a la justicia y al amor. Utilizo metáforas
poderosas que personifican a la tierra como una madre que sufre y se regocija
en el proceso de dar vida, lo que añade profundidad y resonancia emocional a
tus versos.
La repetición de
imágenes como las estrellas, el rocío y la luz del sol teje un hilo conductor
que une cada estrofa, mientras que la inclusión de elementos espirituales y
cósmicos eleva el poema, dándole un carácter casi mítico. Es un recordatorio de
que cada nacimiento es un evento cósmico, un punto de intersección entre lo
terrenal y lo divino.
Este poema también
aborda temas sociales y éticos, reflexionando sobre los obstáculos y las
guerras que enfrenta la humanidad, pero siempre volviendo a la esperanza y al
potencial de mejora a través de la educación y la impartición de valores. Este
enfoque equilibrado entre la realidad y el idealismo es conmovedor y
estimulante.
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