martes, 26 de noviembre de 2024

De la Ley a la Gracia un Viaje Espiritual

 

De la Ley a la Gracia un Viaje Espiritual



 ......"La ley te dice qué hacer; la gracia te da el poder para hacerlo." - Max Lucado

Introducción:

El viaje desde la Ley mosaica hasta la gracia de Cristo es una travesía transformadora que ha cambiado radicalmente la relación entre Dios y la humanidad. Este estudio bíblico se propone explorar las profundas diferencias entre el antiguo pacto y el nuevo pacto, revelando cómo el sacrificio de Cristo ha inaugurado una nueva era de esperanza, redención y vida eterna. 

A lo largo de este viaje espiritual, descubriremos los recursos y bendiciones que ahora están disponibles para los creyentes gracias a la obra redentora de Jesús.

Propósito del Estudio

El propósito de este estudio bíblico es explorar y comprender las profundas diferencias entre el antiguo pacto basado en la Ley Mosaica y el nuevo pacto establecido por la muerte y resurrección de Jesucristo. 

A través de este análisis, buscamos destacar cómo la obra redentora de Cristo ha transformado nuestra relación con Dios y ha provisto recursos espirituales invaluables que antes no estaban disponibles. 

Este estudio tiene como objetivo equipar a los creyentes con una comprensión más clara de las bendiciones del nuevo pacto, animándolos a vivir plenamente en la gracia y los recursos que Cristo ofrece, y evitando la tentación de regresar a las limitaciones del antiguo pacto.

Resumen del Viaje de la Ley a la Gracia

El viaje de la Ley a la Gracia es una travesía que abarca desde los tiempos del Antiguo Testamento hasta la era cristiana post-resurrección de Cristo. 

En el antiguo pacto, los creyentes vivían bajo la Ley Mosaica, la cual incluía sacrificios continuos para la expiación temporal de los pecados, una relación mediada con Dios a través del sistema sacerdotal, y una esperanza incierta de vida eterna. 

Estos tiempos estaban marcados por una falta de acceso directo a Dios y una identidad basada en la obediencia a la Ley.

Con la llegada de Cristo, el panorama espiritual cambió radicalmente. 

Su sacrificio en la cruz y su resurrección no solo cumplieron las profecías antiguas, sino que también inauguraron una nueva era de redención completa y permanente. 

Los creyentes del nuevo pacto disfrutamos de una relación directa con Dios y de habitación permanente del Espíritu Santo, y la certeza de la vida eterna. 

Este nuevo nacimiento en Cristo transforma el corazón y la vida de los creyentes, equipándonos para vivir con amor, paz y autocontrol, superando así la ira y la codicia.

A lo largo de este estudio, estudiaremos en detalle cómo cada uno de estos cambios impactan nuestras vidas espiritualmente y nuestra comunidad de fe, enfatizando la importancia de no vivir apartados de los recursos y bendiciones   del nuevo pacto en Cristo.

1.  El Contexto del Antiguo Pacto

La Ley Mosaica: Fundamentos y Propósito

La Ley Mosaica, entregada por Dios a Moisés en el Monte Sinaí, es un conjunto de mandamientos y normas que guió la vida religiosa, moral y social de Israel.

Su propósito era establecer un estándar de justicia y santidad, definiendo el comportamiento adecuado para vivir en una relación correcta con Dios y con los demás.

 La Ley incluía los Diez Mandamientos, regulaciones sobre sacrificios, purificaciones, y leyes civiles y ceremoniales.

 A través de la Ley, Dios mostró su carácter santo y sus expectativas para su pueblo, ofreciendo un camino para la expiación temporal de los pecados mediante sacrificios de animales y rituales específicos.

Limitaciones del Antiguo Pacto: Expiación Temporal y Distancia de Dios

A pesar de su importancia, el antiguo pacto tenía limitaciones significativas. 

La expiación de los pecados bajo la Ley Mosaica era temporal y dependía de sacrificios continuos de animales. 

Estos sacrificios no podían eliminar completamente la culpa del pecado, sino que servían como una cobertura provisional que necesitaba ser renovada constantemente. 

Hebreos 10:1-4:

 "Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera, cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados."

Este pasaje subraya que los sacrificios bajo la Ley Mosaica eran una sombra de los bienes venideros en Cristo y que esos sacrificios continuos no podían perfeccionar a los que se acercaban, sirviendo más bien como un recordatorio anual de los pecados.

Además, el acceso a Dios estaba mediado a través del sistema sacerdotal y    del Templo. 

Solo el sumo sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo una vez al año para ofrecer expiación por los pecados del pueblo, lo que indicaba una distancia significativa entre Dios y su pueblo.

Hebreos 9:6-7:

 "Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, solo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo."

e  Los Profetas y su Anhelo de una Rdención Completa

Los profetas del Antiguo Testamento eran conscientes de las limitaciones del antiguo pacto y anhelaban una redención completa y definitiva. 

Ellos recibieron revelaciones de Dios sobre la venida del Mesías, quien traería una salvación plena y eterna. 

1 Pedro 1:10-11

Reina-Valera 1960

10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.

Profetas como Isaías y Jeremías hablaron de un nuevo pacto donde Dios escribiría sus leyes en los corazones de las personas y perdonaría sus iniquidades completamente (Jeremías 31:31-34).

Jeremías 31:31-34

Reina-Valera 1960

31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

 Esta granesperanza de una redención completa se centraba en la promesa de un Salvador que no solo cubriría los pecados, sino que los eliminaría, uniendo

Al creyente con Dios de una vez por todas y estableciendo una relación mejor,  más íntima y duradera con Él.

3-Los Siete Puntos de Carencia en el Antiguo Pacto

1-Expiación Temporal y Continua.

Antes de Cristo: La expiación de los pecados dependía de sacrificios de animales que debían realizarse regularmente para cubrir los pecados del pueblo. Estos sacrificios eran temporales y no ofrecían una redención completa. Relación: Después de Cristo, su sacrificio único y definitivo proporcionó redención y perdón de los pecados de manera completa y eterna.

2-Distancia de Dios.

Antes de Cristo: El acceso a Dios estaba restringido y mediado a través de sacerdotes y el Templo. La presencia de Dios se encontraba en el Lugar Santísimo, al que solo podía acceder el sumo sacerdote una vez al año. Relación: Después de Cristo, la reconciliación con Dios se hizo posible para todos los creyentes, permitiendo una relación directa y personal con Él.

3-Espíritu Santo Temporal.

Antes de Cristo: El Espíritu Santo no habitaba permanentemente en los creyentes. Su presencia era temporal y limitada a ciertos individuos para cumplir misiones específicas. Relación: Después de Cristo, el Espíritu Santo fue derramado sobre la Iglesia, habitando permanentemente en todos los creyentes, guiándolos y empoderándolos.

4-Muerte sin Esperanza Clara de Resurrección.

Antes de Cristo: La muerte era vista como un destino definitivo, y no había una esperanza clara y garantizada de resurrección para todos. Relación: Después de Cristo, la resurrección de Jesús aseguró la esperanza de la resurrección y la vida eterna para todos los creyentes.

5-Vida Eterna como Concepto Incierto.

Antes de Cristo: La vida eterna no era un concepto claro y universalmente garantizado en la fe del Antiguo Testamento. La vida después de la muerte era un tema de cierta incertidumbre. Relación: Después de Cristo, la promesa de la vida eterna se hizo clara y segura para todos los que creen en Él.

6-División Étnica y Social.

Antes de Cristo: Había una marcada división entre judíos y gentiles, y la salvación se consideraba principalmente dentro del contexto del pueblo de Israel. Relación: Después de Cristo, se rompieron las barreras étnicas y sociales, uniendo a todos los creyentes en un solo cuerpo en Cristo.

7-Identidad Basada en la Ley y las Obras.

descendientes de Abraham y en el cumplimiento de la Ley Mosaica, con un enfoque en las obras y rituales. Relación: Después de Cristo, los creyentes recibieron una nueva identidad como hijos de Dios y herederos con Cristo, basada en la gracia y el amor divino.

Estos puntos resaltan las limitaciones del viejo pacto y cómo el sacrificio de Cristo y su resurrección transformaron radicalmente la relación de los creyentes con Dios, ofreciendo una redención completa y una esperanza segura.

Las cosas que le faltaban a los creyentes anteriores a Cristo eran y son fundamentales, la religión judía tenía muchas cosas hermosas, pero no podían cambiar ni alcanzar por si mismos las cosas mas importantes de la religión....

Cuento Zen; El arquero y el monje



Después de ganar varias competencias de tiro al blanco, el joven y presumido campeón, desafió a un maestro del Zen famoso por su habilidad como arquero. El joven demostró una habilidad técnica muy buena cuando impactó el centro del blanco en su primer intento. Su segundo tiro era igual de perfecto y dijo al anciano:
- ¡Allí lo tiene! ¿Vea si puede igualar eso?

Imperturbado, el maestro no sacó su arco. Le hizo un gesto para que lo acompañara a la montaña.

Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió, hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un débil e inestable tronco.

El viejo maestro caminó tranquilamente hasta el centro del frágil y peligroso puente, escogió un lejano árbol como blanco, sacó su arco, y disparó un tiro limpio y directo.

- Ahora es su turno, – le dijo mientras regresaba distinguidamente hasta suelo seguro.

El joven miró con terror el abismo sin fondo y no pudo forzarse a caminar sobre el tronco, ni menos disparar al blanco.

- Usted tiene mucha habilidad con su arco, – dijo el maestro, notando el aprieto de su desafiante – pero tiene poca habilidad con su mente, que le deja aflojar el tiro.

4-SENTIMIENTOS DE FUSTRACION ANTE LAS CARENCIAS DEL VIEJO PACTO.

Los profetas del Antiguo Testamento, sabiendo que no podían cambiar las siete carencias que mencionamos antes, probablemente experimentaron una mezcla de emociones complejas. A continuación, describo cómo podrían haberse sentido en relación con cada una de estas carencias:

1. Expiación Temporal y Continua

Sentimientos de Inadecuación: Los profetas debieron sentirse frustrados al ver que los sacrificios de animales solo proporcionaban una expiación temporal y debían repetirse continuamente. Pudo haber una sensación de inadecuación en cuanto a que estos sacrificios no ofrecían una solución completa y definitiva para el pecado.

2. Distancia de Dios

Anhelo de Cercanía: Los profetas anhelaban una relación más directa con Dios para ellos y para su pueblo. Aunque experimentaban momentos de comunión cercana con Dios, entendían que había una barrera significativa entre Dios y el pueblo en general, mediada por el sistema sacerdotal y el Templo.

3. Espíritu Santo Temporal

Deseo de Permanencia: Ellos sabían que el Espíritu Santo venía temporalmente sobre individuos específicos para tareas concretas. Esto podía generar un deseo profundo de una presencia divina más constante y accesible para todos los creyentes.

4. Muerte sin Esperanza Clara de Resurrección

Incertidumbre sobre la Muerte: Los profetas enfrentaban la muerte con cierta incertidumbre, ya que la resurrección y la victoria sobre la muerte no eran conceptos completamente revelados. Esto debió generar una mezcla de esperanza y temor en cuanto al destino final del alma.

5. Vida Eterna como Concepto Incierto

Búsqueda de Claridad: La vida eterna no era un concepto plenamente desarrollado en su tiempo, lo que pudo provocar sentimientos de ambigüedad y anhelo por una revelación más clara sobre el destino eterno de los justos.

6. División Étnica y Social

Frustración por la División: Los profetas vieron cómo la salvación y la relación con Dios estaban mayormente limitadas al pueblo de Israel. Probablemente sintieron frustración y dolor por las divisiones étnicas y sociales que separaban a las naciones, esperando un tiempo en el que todas las personas pudieran unirse en adoración al único Dios verdadero.

7. Identidad Basada en la Ley y las Obras

Carga de la Ley: Los profetas entendían la importancia de la Ley, pero también veían cómo se convertía en una carga pesada para el pueblo. Pudo haber una mezcla de respeto por la Ley y un anhelo por una nueva forma de relacionarse con Dios basada en la gracia y la fe en lugar de en el cumplimiento estricto de las normas.




5-Sentimientos Generales ANTE LAS ESPECTATIVAS MESIANICAS.

Esperanza y Expectativa: A pesar de estas carencias, los profetas también sentían una gran esperanza y expectativa por las promesas de Dios sobre un futuro redentor y glorioso. Ellos profetizaban acerca del Mesías, quien traería la salvación completa y transformaría todas estas carencias en bendiciones.

Resignación y Paciencia: Los profetas debieron mostrar resignación y paciencia, confiando en el plan divino y esperando el cumplimiento de las promesas de Dios en su debido tiempo, a pesar de no verlas completamente realizadas en su vida.

Compasión y Angustia: Veían el sufrimiento y la lucha del pueblo y sentían compasión por ellos. La angustia por no poder cambiar estas carencias personalmente debía ser compensada por su compromiso con su llamado profético y su confianza en la fidelidad de Dios.

Estos sentimientos complejos resaltan la profundidad de la fe y la dedicación de los profetas, quienes, a pesar de las limitaciones de su tiempo, confiaron en las promesas de Dios y desempeñaron un papel crucial en preparar el camino para la redención final en Cristo.

El Espíritu de Dios ENTRABA EN LOS PROFETAS, pero solo temporalmente... entraba y salía... pero al hacerse hombre el Hijo de Dios nos promociona una doble unción espiritual...

Romanos 8:9-10

Reina-Valera 1960

Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

Esto lo cambia todo incluso lo que tu no puedes cambiar afuera de ti si lo puedes cambiar dentro de ti mediante el Espíritu de Cristo.

TODO ESTA BIEN AQUÍ DENTRO


Una tarde, un discípulo intrigado le preguntó a su mentor: 

– Maestro, ¿Nunca te acontecen situaciones difíciles o que no puedes resolver? No entiendo cómo es que siempre dices; “Está bien, todo está bien”, en todo momento que se te pone al corriente de alguna contrariedad o se te presenta alguna vicisitud. 

El maestro sonrió y con una mirada apacible dijo: 

– Es que cuando todo está bien, está bien. 

– Pero, ¿Por qué? ¿Cómo es posible que siempre todo este bien? -preguntó escéptico e incluso un poco irritado el discípulo.

El maestro explicó: 

– Porque cuando no puedo solucionar una situación en el exterior, la resuelvo en mi interior, cambiando de actitud hacia esa circunstancia. Simplemente cambio o corrijo todas las cosas que dependen de mí, y las cosas que no puedo cambiar las acepto y me adapto a eso. Ningún ser humano puede controlar todos los escenarios o situaciones externas que se les presentan, pero sí puede aprender a controlar su actitud y emociones ante las mismas. Por eso, para mí, todo está bien.

 

6. La Obra Redentora de Cristo

La Muerte y Resurrección de Jesús.

La crucifixión de Jesús fue el sacrificio supremo que cumplió las demandas de justicia por el pecado. Jesús, siendo inocente, tomó sobre sí mismo los pecados de la humanidad y sufrió en la cruz, experimentando tanto los dolores físicos como la separación temporal de Dios Padre. 

Su resurrección al tercer día fue la victoria definitiva sobre la muerte y el pecado, asegurando la redención y la vida eterna para todos los creyentes. Este evento es el corazón del Nuevo Pacto, ya que valida todas las promesas de Dios y marca el comienzo de una nueva era de gracia y esperanza.

1 Corintios 15:3-4:

> "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras."

Cumplimiento de las Profecías.

La vida, muerte y resurrección de Jesús fueron el cumplimiento de numerosas profecías del Antiguo Testamento. Profetas como Isaías y David habían anticipado el sufrimiento del Mesías y su glorificación posterior. 

Jesús, al vivir perfectamente conforme a la voluntad de Dios y sacrificarse en la cruz, cumplió estas profecías, demostrando que Él era el Mesías prometido.

 Este cumplimiento no solo valida la veracidad de las Escrituras, sino que también revela el plan redentor de Dios desde la creación hasta la redención final.

Lucas 24:44:

> "Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos."

Este pasaje muestra que Jesús mismo afirmó que su vida, muerte y resurrección fueron el cumplimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento, validando así la veracidad de las profecías y revelando el plan redentor de Dios.

El Nuevo Nacimiento: Conversación con Nicodemo

En su conversación con Nicodemo (Juan 3:3-7), Jesús introduce el concepto 

de nacer de nuevo, que es fundamental para entender el Nuevo Pacto. 

Juan 3:3-7

Reina-Valera 1960

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

Jesús explica que para ver el reino de Dios, uno debe nacer de nuevo, es decir, experimentar una regeneración espiritual a través del Espíritu Santo. Este nuevo nacimiento es un cambio radical que transforma al creyente desde el interior, dando un corazón nuevo y una nueva naturaleza que busca vivir conforme a la voluntad de Dios. Esta experiencia de regeneración es lo que permite a los creyentes vivir en la plenitud de los recursos del Nuevo Pacto.

7. Recursos del Nuevo Pacto en Cristo

1-Redención Completa y Perdón de los Pecados

Bajo el nuevo pacto, el sacrificio de Jesucristo en la cruz ofrece la redención completa y el perdón de los pecados de una vez por todas. A diferencia de los sacrificios temporales y repetitivos del antiguo pacto, la sangre de Cristo purifica completamente a los creyentes de toda culpa y pecado. Como se menciona en 

Hebreos 9:12: "Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención."

Reconciliación Directa con Dios

La muerte y resurrección de Jesús han eliminado la barrera del pecado que separaba a la humanidad de Dios, permitiendo una relación directa y personal con el Padre. Los creyentes ya no necesitan mediadores humanos para acercarse a Dios, ya que Cristo mismo es nuestro sumo sacerdote y mediador. 

Romanos 5:10 dice: "Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida."

El Espíritu Santo: Habitación Permanente

Un recurso crucial del nuevo pacto es la presencia permanente del Espíritu Santo en la vida de cada creyente. El Espíritu Santo no solo guía y consuela, sino que también transforma y empodera a los cristianos para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. En Juan 14:16-17, Jesús prometió: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros."

Victoria sobre la Muerte y la Resurrección

La resurrección de Jesús es la piedra angular de la esperanza cristiana, asegurando la victoria definitiva sobre la muerte y el pecado. Los creyentes viven con la esperanza segura de la resurrección y la vida eterna, una promesa que trasciende el poder de la muerte. 

1 Corintios 15:55-57 

lo expresa así: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo."

Promesa Clara de Vida Eterna

El nuevo pacto no solo ofrece perdón y reconciliación, sino también la promesa clara y segura de la vida eterna. Esta vida eterna no es solo una extensión de la vida presente, sino una existencia gloriosa en la presencia de Dios. Juan 3:16 declara: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."

Unidad en Cristo: Rompiendo Barreras

El nuevo pacto rompe todas las barreras étnicas, sociales y culturales, uniendo a todos los creyentes en un solo cuerpo en Cristo. Esta unidad se basa en la obra redentora de Jesús y el derramamiento del Espíritu Santo, que crea una comunidad global de fe. Gálatas 3:28 afirma: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús."

Nueva Identidad como Hijos de Dios

Bajo el nuevo pacto, los creyentes reciben una nueva identidad como hijos de Dios y herederos con Cristo. Esta identidad no se basa en la obediencia a la Ley, sino en la gracia y el amor de Dios. Romanos 8:14-17 dice: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo."

8. Manejo de Ira y Codicia bajo el Nuevo Pacto

El Fruto del Espíritu: Amor, Paz y Autocontrol

Uno de los mayores recursos del Nuevo Pacto es la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente. 

Gálatas 5:22-23 

describe los frutos del Espíritu, que incluyen amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Estos frutos contrarrestan naturalmente la ira y la codicia, ayudando a los creyentes a vivir vidas transformadas que reflejan el carácter de Cristo.

Enseñanzas de Jesús sobre la Ira y la Codicia

Jesús enseñó claramente sobre la ira y la codicia en el Sermón del Monte (Mateo 5:21-24, 6:19-21). 

Él no solo condenó los actos externos de ira y avaricia, sino que también abordó las actitudes internas del corazón. Enseñó que la ira sin causa es equivalente al asesinato y que acumular tesoros en la tierra, donde se corrompen, es inútil en comparación con acumular tesoros en el cielo. Estas enseñanzas nos llaman a un estándar más elevado de santidad y pureza interior.

La Comunidad de Creyentes y la Rendición de Cuentas

En la Iglesia, los creyentes encuentran una comunidad de apoyo y rendición de cuentas. Al vivir en comunión unos con otros, se exhortan y animan mutuamente a vivir de acuerdo con los principios de Cristo (Hebreos 10:24-25). 

Hebreos 10:24-25

Reina-Valera 1960

24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Esta comunidad actúa como un medio de gracia para ayudar a los creyentes a vencer la ira y la codicia a través del apoyo mutuo, el consejo sabio y la oración conjunta.

Oración y Dependencia del Espíritu Santo

La oración es un recurso poderoso bajo el Nuevo Pacto. Los creyentes tienen acceso directo a Dios y pueden llevarle sus luchas con la ira y la codicia, confiando en que Él les dará la sabiduría y la fortaleza necesarias para superar estas tentaciones (Filipenses 4:6-7). 

Filipenses 4:6-7

Reina-Valera 1960

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Además, la dependencia continua del Espíritu Santo permite a los creyentes vivir en su poder y no en sus propias fuerzas, facilitando una vida de victoria sobre el pecado.

LOS DOS ESCLAVOS



Una vez el sultán iba cabalgando por las calles de Estambul, rodeado de cortesanos y soldados. Todos los habitantes de la ciudad habían salido de sus casas para verle. Al pasar, todo el mundo le hacía una reverencia. Todos menos un derviche harapiento.

El sultán detuvo la procesión e hizo que trajeran al derviche ante él. Exigió saber por qué no se había inclinado como los demás.

El derviche contestó:

– Que toda esa gente se incline ante ti significa que todos ellos anhelan lo que tú tienes : dinero, poder, posición social. Gracias a Dios esas cosas ya no significan nada para mí. Así pues, ¿por qué habría de inclinarme ante ti, si soy dueño de dos esclavos que para ti son tus señores?

La muchedumbre contuvo la respiración y el sultán se puso blanco de cólera.

– ¿Qué quieres decir con eso?! yo soy sultán indiscutible de todas estas tierras, todo está bajo mis dominios y todos responden ante mí!– gritó.

– Mis dos esclavos, que para ti son los señores que dominan tu vida, son la ira y la codicia.

Dándose cuenta de que lo que había escuchado era cierto, el sultán se inclinó ante el derviche.

9. Manejo de Ira y Codicia bajo el Nuevo Pacto

El Fruto del Espíritu: Amor, Paz y Autocontrol

Uno de los dones más significativos del nuevo pacto es el Espíritu Santo, que produce en los creyentes el fruto del Espíritu.

 Gálatas 5:22-23 nos dice: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley." Estos frutos actúan como antídotos contra la ira y la codicia, transformando el carácter de los creyentes desde el interior y ayudándolos a vivir de una manera que agrada a Dios.

Enseñanzas de Jesús sobre la Ira y la Codicia

Jesús abordó directamente la ira y la codicia en sus enseñanzas, estableciendo un estándar más alto para sus seguidores. En el Sermón del Monte, Jesús dijo: "Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio" (Mateo 5:21-22). 

Sobre la codicia, Jesús advirtió: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo" (Mateo 6:19-20). Estas enseñanzas guían a los creyentes a controlar sus emociones y deseos, enfocándose en valores eternos en lugar de temporales.

La Comunidad de Creyentes y la Rendición de Cuentas

En el nuevo pacto, los creyentes formamos una comunidad que se apoya y rinde cuentas mutuamente. 

Hebreos 10:24-25 nos exhorta: "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca."

Esta comunidad proporciona un entorno donde los creyentes pueden crecer espiritualmente y ser alentados a superar la ira y la codicia a través del apoyo mutuo y la oración.

Oración y Dependencia del Espíritu Santo

La oración es una herramienta poderosa para combatir la ira y la codicia. 

Filipenses 4:6-7 nos anima: 

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." 

La dependencia continua del Espíritu Santo permite a los creyentes vivir en su poder, obteniendo fuerza y sabiduría para superar estas tentaciones.

10. Reflexiones Finales

Vivir en la Plenitud del Nuevo Pacto

Vivir en la plenitud del nuevo pacto significa aprovechar todos los recursos espirituales que Cristo ha proporcionado a través de su muerte y resurrección. Esto incluye la redención completa, la reconciliación con Dios, la presencia permanente del Espíritu Santo, y la promesa de vida eterna. Los creyentes están llamados a vivir en la gracia, experimentando la transformación continua que el Espíritu Santo opera en sus vidas, y reflejando el carácter de Cristo en su diario vivir.

No Volver a las Limitaciones del Viejo Pacto

El viejo pacto, con sus sacrificios temporales y su distancia de Dios, ha sido superado por la obra redentora de Cristo. Hebreos 8:13 nos dice: "Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer." Los creyentes no deben regresar a las limitaciones del antiguo pacto, sino que deben vivir en la libertad y plenitud del nuevo pacto, confiando plenamente en la obra de Cristo.

La Transformación Continua en Cristo

La vida cristiana es un proceso continuo de transformación. 

2 Corintios 3:18 nos asegura: "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor." 

Esta transformación implica un crecimiento constante en la fe, permitiendo que el Espíritu Santo moldee nuestras vidas según la imagen de Cristo, superando la ira, la codicia y cualquier otra obra de la carne.

Epílogo: La Transformación del Nuevo Pacto

El estudio de hoy ha revelado profundas diferencias entre la Iglesia antes de Cristo y después de su resurrección. Bajo el viejo pacto, los creyentes vivían con recursos limitados: sacrificios temporales, una relación mediada con Dios, y una esperanza incierta sobre la vida eterna y la victoria sobre la muerte. La Ley Mosaica, aunque sagrada, no podía proporcionar la redención completa ni la transformación interna que solo Cristo puede ofrecer.

La Era del Nuevo Pacto

Con la muerte y resurrección de Cristo, se inauguró una nueva era de esperanza y gracia. La Iglesia después de Cristo ha sido dotada de recursos espirituales sin precedentes:

Redención Completa: El sacrificio de Jesús ofrece el perdón definitivo de los pecados, eliminando la necesidad de sacrificios repetidos.

Reconciliación Directa: La barrera entre Dios y la humanidad ha sido eliminada, permitiendo una relación personal y directa con el Padre.

Habitación del Espíritu Santo: El Espíritu Santo habita permanentemente en los creyentes, guiándolos y capacitándolos para vivir vidas santas.

Victoria sobre la Muerte: La resurrección de Cristo asegura la esperanza de la vida eterna y la resurrección futura para todos los creyentes.

Unidad en Cristo: El cuerpo de Cristo reúne a judíos y gentiles, rompiendo barreras étnicas y sociales y uniendo a todos en una sola fe.

Nueva Identidad: Los creyentes son hijos de Dios y herederos con Cristo, con una identidad basada en la gracia y el amor divino.

Vivir en la Plenitud del Nuevo Pacto

Es crucial que los creyentes de hoy no vivan alejados de estos nuevos recursos proporcionados por el Nuevo Pacto. Intentar vivir la fe cristiana bajo los términos del antiguo pacto sería ignorar las riquezas y bendiciones que Jesús nos ha otorgado:

Aceptar la Redención Completa: No hay necesidad de cargar con la culpa y la condena del pecado, ya que Cristo ha pagado el precio total.

Buscar la Relación Directa con Dios: A través de la oración y la adoración, los creyentes tienen acceso directo al trono de gracia.

Depender del Espíritu Santo: Permitir que el Espíritu Santo nos guíe y transforme, produciendo en nosotros frutos de amor, paz y autocontrol.

Vivir con Esperanza de Resurrección: Mantener la vista en la promesa de la vida eterna y la resurrección futura, dando propósito y sentido a nuestra vida presente.

Fomentar la Unidad y Comunidad: Trabajar para mantener la unidad en el cuerpo de Cristo, superando divisiones y diferencias.

Abrazar la Nueva Identidad: Vivir como hijos de Dios, reflejando su amor y gracia en todas nuestras acciones.

En resumen, la transición del viejo pacto al nuevo pacto ha traído consigo una transformación radical y una plenitud de recursos que antes eran inimaginables. Aprovechar plenamente estos recursos es esencial para vivir una vida cristiana victoriosa y abundante. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a vivir en la realidad de esta nueva era, conscientes de la gracia y el poder que nos han sido dados.

Esta es una canción de mi autoria, en la que reflexiono sobre la naturaleza salvistica de Dios. El ha descendido a nuestros sufrimientos, como un pastor buscando sus ovejas perdidas, llevandolas a su redil, amandolas, es nuestro medico en nuestras enfermedades, y nos hace luz, sal e incluso nos defiende de lobos, me da paz el saber de su oficio de salvar.


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