LA MISIÓN DE RECIBIR Y DAR
Descripción de la Imagen: La Misión de Recibir y Dar.
Esta imagen visualiza la misión de dar y recibir como
un ciclo de bendición iniciado por Dios. Dios, como el primer dador SU GRAN DON ES JESUCRISTO, nos
inspira a recibir con gratitud y a dar generosamente, perpetuando así el flujo
de Su amor y provisión en nuestras vidas y en la vida de quienes nos rodean.
Simbolismo:
- Dios como Fuente de Todo Bien: Esta imagen destaca la verdad de que Dios es el iniciador de todo
bien, el primero en dar, comenzando así el ciclo de la bendición.
- Recibir y Dar: Muestra la dinámica continua y esencial de recibir con gratitud y
dar generosamente, reflejando el amor y la generosidad de Dios en nuestras
vidas.
- Ciclo de Abundancia: Refuerza la idea de que las bendiciones de Dios no están destinadas
a ser guardadas, sino a ser compartidas, multiplicando así la alegría y la
provisión en la comunidad.
Introducción
La misión de dar y recibir es una dinámica fundamental
en la vida cristiana, enraizada en la enseñanza de las Escrituras y en la
experiencia de la comunidad de fe. Este ciclo refleja la naturaleza generosa de
Dios y nos llama a vivir con gratitud y fe. Explorar la misión de dar y recibir
nos permite entender cómo podemos participar en la obra continua de Dios en el
mundo.
Mateo 10:8
Reina-Valera 1960
8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad lambano
muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad didomi de gracia.
Jesús instruye a sus discípulos a compartir las
bendiciones y el poder que han recibido gratuitamente, subrayando la
importancia de la gratitud y la generosidad en la misión.
La instrucción de Jesús es
clara: primero tenemos que recibir.
Jesús subraya una verdad fundamental: la dinámica de
recibir y luego dar, que es una secuencia natural y lógica en la vida humana.
Aquí, Jesús instruye a sus discípulos a dar de gracia lo que han recibido de
gracia.
Santiago 1:17: "Toda buena dádiva y
todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no
hay mudanza ni sombra de variación."
·
Explicación:
Reconocer que todas las bendiciones provienen
de Dios nos ayuda a mantener una actitud de gratitud y a compartir
generosamente con los demás.
Lucas 6:38
Reina-Valera 1960
38 Dad didomi, y se os dará didomi; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán didomi en vuestro regazo; porque con
la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Este versículo enfatiza la reciprocidad divina y la
confianza en la provisión de Dios, enseñando que nuestra generosidad será
recompensada abundantemente.
La instrucción de Jesús es
clara: primero debemos dar.
Aunque el verbo "recibir"
no se menciona directamente (está implícito en la frase se os dará), la
promesa es que, al dar, recibiremos en retorno. Jesús usa la imagen de una
medida abundante para ilustrar cómo nuestra generosidad será recompensada más
allá de lo que damos.
Medida Abundante: Las descripciones "buena, apretada,
remecida y rebosando" enfatizan la generosidad extrema y la abundancia de
la recompensa.
Este versículo refuerza el principio de que Dios valora
la generosidad y la recompensará abundantemente. La acción de dar es el
catalizador para recibir bendiciones.
¿En qué podemos conocer que algo solo se alcanza conquistando y trabajando,
pero otras cosas solo recibiendo cuando se nos es dado?
La distinción entre lo que se alcanza a través de
esfuerzo y trabajo, y lo que se recibe como un don, es un tema profundo y
presente en muchas áreas de la vida y la fe. Aquí hay algunos puntos clave para
entender estas diferencias:
Alcanzando a Través del
Esfuerzo y el Trabajo
- Principio del Esfuerzo:
- Biblia: La
Biblia valora el trabajo y el esfuerzo. Por ejemplo, en Proverbios 14:23 se dice: "En toda labor hay ganancia; mas las
palabras de los labios solo llevan a la pobreza."
- Responsabilidad Personal: A través del trabajo y el esfuerzo, las personas ejercen su
responsabilidad y desarrollan habilidades y carácter.
- Cosechar lo Sembrado:
- Gálatas 6:7: "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará."
- Ejemplos Prácticos: Educación, carrera profesional, relaciones
personales: estos aspectos a menudo requieren trabajo diligente y
persistente.
Recibiendo lo que se Nos es
Dado
- Gracia y Regalos Divinos:
- Salvación: La salvación en la fe
cristiana se entiende como un don de Dios, no como algo que se pueda
ganar. Efesios 2:8-9 dice: "Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."
- Bendiciones: Muchas bendiciones en
la vida, como el amor, la paz interior y la sabiduría, son vistas como
dones que se reciben.
- Dependencia en Dios:
- Proverbios 3:5-6: "Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te
apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él
enderezará tus veredas."
- Recibir con Humildad: Reconocer que no todo en la vida se puede lograr solo con esfuerzo
personal, sino que hay aspectos que dependen de la voluntad y generosidad
de Dios.
Discernimiento en la Vida
- Equilibrio:
- Saber cuándo esforzarse y cuándo esperar en Dios es una cuestión de
discernimiento y sabiduría espiritual.
- Oración y Reflexión: Buscar dirección a través de la oración y la reflexión puede ayudar
a entender cuándo actuar y cuándo confiar y esperar.
Conclusión
Distinguir entre lo que se alcanza mediante el trabajo
y lo que se recibe como un don implica una comprensión profunda de la
naturaleza del esfuerzo humano y la gracia divina. Ambos aspectos son
importantes y están entrelazados, y la sabiduría radica en reconocer cuándo
aplicar uno u otro.
La misión de dar y recibir funciona como un ciclo de
bendición que tiene dos puertas: la de recibir y la de dar. Ambas puertas son
esenciales y se complementan mutuamente, creando un flujo continuo de
generosidad y provisión. Aquí hay una metáfora que ilustra este concepto:
La Casa de las Puertas de Bendición
En un pequeño pueblo, había una casa especial conocida
como la Casa de las Puertas de Bendición. Esta casa tenía dos puertas mágicas:
la Puerta de Recibir y la Puerta de Dar.
La Puerta de
Recibir
Cada vez que alguien en el pueblo necesitaba ayuda,
consejo o provisiones, tocaba la Puerta de Recibir. Al abrir la puerta,
encontraban lo que necesitaban: alimentos, ropa, apoyo emocional y mucho más.
Esta puerta simbolizaba la disposición del pueblo para reconocer y aceptar las
bendiciones que les llegaban de diversas formas. Al recibir, los habitantes
sentían gratitud y el amor de la comunidad.
Cómo Entrar: Para entrar
por la Puerta de Recibir, una persona debía reconocer sus propias necesidades y
estar abierta a la ayuda y las bendiciones de otros. Esta puerta enseñaba
humildad y gratitud, recordando a todos que es importante aceptar el apoyo
cuando se ofrece.
La Puerta de
Dar
La otra puerta, la Puerta de Dar, era igual de
importante. Cualquier persona que tuviera algo para compartir tocaba esta
puerta. Al abrirla, podían dejar sus dones: ya fueran alimentos, tiempo,
habilidades o simplemente un acto de bondad. Al dar, cada persona contribuía al
bienestar general del pueblo, asegurando que las necesidades de todos fueran
cubiertas.
Cómo Entrar: Para entrar
por la Puerta de Dar, una persona necesitaba estar dispuesta a compartir lo que
tenía, actuando con generosidad y fe en que sus acciones serían de beneficio
para otros. Esta puerta fomentaba el altruismo y la confianza en la provisión
continua de bendiciones.
Un Círculo de
Bendición
El secreto de la Casa de las Puertas de Bendición era
que ambos lados de las puertas estaban conectados por un flujo continuo. Lo que
se recibía por una puerta se multiplicaba y fluía hacia la otra, creando un
ciclo ininterrumpido de dar y recibir. Los habitantes aprendieron que, al dar,
también se preparaban para recibir, y al recibir, fortalecían su capacidad de
dar.
El pueblo prosperó, no por la cantidad de riqueza
material, sino por la riqueza de sus corazones generosos y agradecidos. La Casa
de las Puertas de Bendición se convirtió en un símbolo de cómo el
reconocimiento de las bendiciones y el acto de compartirlas podía transformar
una comunidad.
Reflexión
La misión de recibir y dar es un ciclo de bendición
que depende tanto de nuestra disposición a recibir con gratitud como de nuestra
voluntad de dar con generosidad. Al abrir ambas puertas, entramos en un flujo
continuo que enriquece nuestras vidas y las de los que nos rodean.
Generación 12 - Gratitud (VIDEO LETRA OFICIAL) Nueva Música Cristiana 2022
Querámoslo o no todos estamos dentro de una misión en la
que debemos recibir y dar...
2 Corintios 9:6-7: "Pero esto digo: El que
siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su
corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."
·
Explicación:
Este pasaje subraya el principio de la siembra y la cosecha, mostrando cómo
nuestras acciones de dar son bendecidas por Dios y resultan en abundancia.
La Paradoja de Perder para Ganar
- Lucas 9:24: "Porque todo el que quiera salvar su vida, la
perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la
salvará."
- Explicación: Jesús enseña que, en el Reino de Dios, la verdadera ganancia viene a
través de la disposición a dar y a sacrificar, mostrando que el dar es
esencial para recibir vida plena.
Reflejo del Carácter de Dios
- Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna."
- Explicación: La dádiva de Dios de su Hijo es el ejemplo supremo de generosidad.
Nuestra misión de dar y recibir debe reflejar este carácter de amor y
sacrificio.
- Hechos 20:35: "En
todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los
necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más
bienaventurado es dar que recibir."
- Explicación: Dar no solo transforma a quienes reciben,
sino también a quienes dan, creando comunidades más fuertes y unidas en
amor y servicio.
Reflexión
La misión de dar y recibir es una invitación a
participar en el ciclo divino de bendición. Al dar generosamente y recibir con
gratitud, reflejamos el amor de Dios y contribuimos a la transformación de
nuestras comunidades y vidas. Esta misión nos llama a vivir con gratitud y fe,
asegurando que nuestras acciones de generosidad se multipliquen y bendigan
abundantemente.
Armonización de Ambos Versículos
- Ciclo de Dar y Recibir: Ambos versículos forman parte de un ciclo continuo de generosidad y
provisión. En Mateo 10:8, Jesús enseña que uno
debe dar lo que ha recibido, mientras que en Lucas 6:38, la enseñanza se enfoca en dar con la expectativa de
recibir. Esto crea un flujo constante de bendición y generosidad.
- Actitudes del Corazón: Ambas enseñanzas subrayan la importancia de la actitud del corazón. La gratitud y la confianza son fundamentales en la
vida del creyente. En Mateo, dar es una respuesta de gratitud; en
Lucas, es un acto de fe y generosidad.
- Contexto de la Misión:
- En Mateo, el contexto es la misión de los discípulos, quienes deben
llevar la sanidad y el evangelio a los necesitados.
- En Lucas, el contexto es más amplio, aplicable a la vida cotidiana de
los creyentes y su interacción con los demás.
Ejemplo de
Aplicación
- Servicio y Provisión: Un creyente que ha recibido de Dios (sanidad, bendiciones
espirituales) debe compartir estas bendiciones con otros (Mateo 10:8).
- Al mismo tiempo, debe vivir con la confianza de que su generosidad
será correspondida por Dios (Lucas 6:38), creando un ciclo de bendición.
Mateo 10:8 y Lucas 6:38 no
se contradicen, sino que ofrecen una visión integral de la generosidad
cristiana. Juntos, enseñan que recibir de Dios inspira a dar generosamente, y
que esta generosidad será recompensada abundantemente, fortaleciendo así la fe
y la comunidad.
Dar Primero: Inicia el ciclo desde una posición de fe y
confianza en la promesa de reciprocidad de Dios.
Dar en Respuesta a
Haber Recibido: Inicia el
ciclo desde una posición de gratitud y reconocimiento de las bendiciones ya
recibidas.
El ciclo de bendición en el valle de
Bendición dependía tanto de la gratitud como de la fe. Ambas actitudes, son
puertas:
1-
Las
bendiciones pasadas DEBEN DE CREAR UN CORAZÓN LLENO DE GRATITUD
2-
Confiar en las promesas futuras puede ser la
clave para entrar y sostener el ciclo de dar y recibir. Nuestras vidas
prosperarán solo si combinaron la gratitud y la fe en nuestras acciones
diarias, creando una comunidad de generosidad y esperanza.
Generación 12 x Musiko - Es Por Fe (Ft. Stefy Espinosa) VIDEO OFICIAL
El Cuento del Jardín de la Generosidad
En un pequeño pueblo, había un
jardín comunitario donde todos los vecinos plantaban y cosechaban juntos. Dos
amigos, Marta y Juan, participaban regularmente en el cuidado del jardín.
Marta y la Gratitud
Marta había crecido en una familia
humilde pero cariñosa. Cada mañana, antes de ir al jardín, Marta se detenía y
agradecía por la abundancia de la naturaleza, el sol y la lluvia, y por la
oportunidad de cultivar y compartir los frutos de su trabajo. Marta daba su
tiempo y esfuerzo en el jardín porque estaba agradecida por todo lo que ya
tenía. Siempre tenía una sonrisa en su rostro y palabras amables para los
demás.
Una vez, cuando una plaga amenazó
con arruinar la cosecha, Marta recordó las veces en que la comunidad había
superado dificultades juntas. En lugar de preocuparse, agradeció a Dios por la
sabiduría y el apoyo que sabía que recibirían. Y así, con gratitud, compartió
su conocimiento sobre remedios naturales para salvar las plantas, y juntos
lograron proteger el jardín.
Juan y la Fe
Juan, por otro lado, había
enfrentado muchas dificultades en su vida y había aprendido a depender de su fe
para seguir adelante. Cada día, al trabajar en el jardín, Juan pensaba en las
promesas de Dios sobre la provisión y el cuidado. Aunque a veces el suelo
parecía árido y las nubes amenazaban tormenta, Juan seguía plantando con la
confianza de que Dios haría crecer las plantas en su debido tiempo.
Hubo una temporada en la que la
lluvia escaseó y todos temían por la cosecha. Pero Juan, con una fe
inquebrantable, dijo: "Sigamos plantando y cuidando del jardín. Confío en
que Dios proveerá la lluvia que necesitamos". Sus palabras y acciones motivaron
a los demás, y efectivamente, las lluvias llegaron justo a tiempo para salvar
la cosecha.
Reflexión
Final
Un día, una joven nueva en el
pueblo les preguntó a Marta y Juan cómo sabían si estaban dando desde la
gratitud o la fe. Marta respondió: "Yo doy porque cada día
recuerdo las bendiciones que ya he recibido. Mi gratitud me impulsa a compartir
y cuidar de este jardín". Juan añadió: "Y
yo doy porque confío en las promesas de Dios. Mi fe me impulsa a seguir
plantando y cuidando, esperando con esperanza y certeza las bendiciones
futuras".
La joven, inspirada por ambos
enfoques, decidió combinar las enseñanzas de Marta y Juan en su propia vida. Comenzó a dar
gracias por lo que ya tenía y a actuar con fe en la provisión futura. Y así, el jardín comunitario floreció más que nunca,
alimentado por la gratitud y la fe de todos sus cuidadores.
Conclusión
Este cuento ilustra cómo Marta y Juan identifican y
actúan desde sus respectivas posiciones de dar. Marta
actúa desde la gratitud, mientras que Juan actúa desde la fe. Ambas posturas
son valiosas y complementarias, mostrando que una vida de generosidad puede ser
impulsada tanto por el reconocimiento de las bendiciones recibidas como por la
confianza en las promesas futuras.
La misión de dar conforme a lo que hemos recibido y
actuar con generosidad en todos los aspectos de la vida es un principio
fundamental en muchas enseñanzas espirituales y éticas. Este enfoque no solo
beneficia a los demás, sino que también enriquece nuestra propia vida.
Imagen de la Generosidad en la Misión
Describiendo la imagen:
- Contexto: Un grupo de personas
trabajando juntas en una comunidad, ayudando y apoyándose mutuamente.
- Elementos: Personas compartiendo
alimentos, brindando educación, cuidando de los enfermos y construyendo
infraestructuras.
- Ambientación: Un ambiente alegre y
colaborativo, donde cada persona contribuye con lo que tiene y recibe con
gratitud lo que los demás comparten.
Esta imagen refleja la belleza y el impacto de vivir
una vida de generosidad, conforme a lo que hemos recibido, y cómo esto
fortalece la comunidad y enriquece nuestras propias vidas.
La misión de dar y servir a los demás es universal y
fundamental en muchas enseñanzas espirituales y éticas. Sin embargo, la
motivación detrás de esa misión puede variar:
Misión Basada
en la Fe
- Acción desde la Fe: Dar con la confianza en la provisión futura de Dios, actuando en
respuesta a Su promesa.
- Ejemplo: Alguien que ofrenda generosamente a pesar de sus propias
limitaciones financieras, confiando en que Dios proveerá sus necesidades.
Misión Basada
en la Gratitud
- Acción desde la Gratitud: Dar en respuesta a las bendiciones ya recibidas, reconociendo con
agradecimiento todo lo que se ha recibido.
- Ejemplo: Alguien que
voluntariamente dona tiempo y recursos a la comunidad porque se siente
profundamente agradecido por la salud y las oportunidades que ha tenido.
Misión
Integrada
- Acción desde la Fe y la Gratitud: Combinar ambas motivaciones, reconociendo las bendiciones recibidas
mientras se actúa con la confianza de que más bendiciones vendrán.
- Ejemplo: Un voluntario que ayuda
en un comedor comunitario, agradecido por la estabilidad en su propia vida
y confiado en que su generosidad contribuirá a un ciclo de bendiciones
para todos.
Reflexión
- Balance y Complementariedad: Estos enfoques no son mutuamente excluyentes, sino que se
complementan. Actuar desde la fe y la gratitud puede enriquecer la
práctica de la generosidad y hacerla más significativa y sostenida.
- Impacto Profundo: Al dar desde una posición de gratitud o fe, la acción se convierte
en una expresión de amor y cuidado, reflejando el carácter divino y
fortaleciendo las relaciones comunitarias.
En resumen, la misión de dar y servir puede estar
impulsada por la fe, la gratitud, o una combinación de ambas, y cada enfoque
aporta una dimensión enriquecedora a la práctica de la generosidad.
El Cuento del Rey Ingrato
Había una vez un rey que vivía en
un espléndido palacio. Tenía todo lo que podía desear: riquezas, tierras, un
ejército leal, y un pueblo que lo respetaba. Sin embargo, el rey era infeliz.
Sentía que siempre le faltaba algo y, en su afán por obtener más, comenzó a
exigir tributos exorbitantes de su gente.
Un día, un anciano sabio llegó al
palacio y pidió audiencia con el rey. El anciano había escuchado sobre la
insatisfacción del rey y tenía un consejo para él.
—Majestad —dijo el anciano—, he
escuchado de su insatisfacción a pesar de sus innumerables riquezas. Permítame
contarle una historia.
El rey, curioso, accedió a
escuchar.
—Hace mucho tiempo —comenzó el
anciano—, había un hombre pobre que vivía en una pequeña cabaña. Este hombre
tenía muy poco: una cama, una mesa y una lámpara. Pero cada día, cuando se
levantaba, daba gracias por su humilde hogar, por la luz de la lámpara y por la
cama que le permitía descansar bien. Un día, un visitante misterioso llegó a su
puerta y le preguntó: "¿Eres feliz con lo que tienes?". El hombre,
con una sonrisa, respondió: "Sí, porque cada pequeña cosa que tengo es un
regalo y una bendición".
El visitante, impresionado por su
gratitud, le dijo: "Por tu corazón agradecido, te concederé tres deseos.
Pide lo que desees". El hombre, sorprendido y agradecido, pidió lo que
necesitaba para vivir cómodamente, sin excesos, y usó los otros dos deseos para
pedir bendiciones para sus vecinos. Su gratitud y generosidad transformaron su
pequeña comunidad en un lugar de abundancia y alegría.
—Majestad —continuó el anciano—, la
verdadera riqueza no reside en la cantidad de cosas que poseemos, sino en la
gratitud por lo que ya hemos recibido y en nuestra disposición a compartir con
otros. Al reconocer nuestras bendiciones, encontramos paz y contentamiento, y
nuestra generosidad se multiplica, trayendo más bendiciones.
El rey quedó pensativo. Se dio
cuenta de que su insatisfacción provenía de su incapacidad para apreciar lo que
ya tenía. Decidió cambiar su enfoque, agradeciendo
cada día por sus muchas bendiciones y compartiéndolas con su pueblo. Pronto, el
reino prosperó más que nunca, no solo en riquezas materiales, sino en felicidad
y unidad.
Conclusión
Este cuento nos recuerda que la
gratitud por lo que hemos recibido es fundamental para una vida plena y
generosa. Al reconocer nuestras bendiciones, no solo encontramos
contentamiento, sino que también nos volvemos canales de bendición para otros.
El "evangelio de la prosperidad," también
conocido como "teología de la prosperidad," es una enseñanza que
sostiene que Dios quiere que los creyentes sean ricos y exitosos en todas las
áreas de la vida, incluyendo la financiera, física y emocional. Esta doctrina a
menudo promete bendiciones materiales y de salud en respuesta a la fe, las
ofrendas y las declaraciones positivas.
Problemas de Interpretación en los Principios Bíblicos
- Enfoque en las Bendiciones Materiales:
- Interpretación Errónea: El evangelio de la prosperidad a menudo se enfoca en las
bendiciones materiales como la evidencia principal del favor de Dios.
Esto puede llevar a una visión desequilibrada de la relación entre Dios y
el creyente, donde la fe se mide por la prosperidad financiera.
- Principio Bíblico: Las enseñanzas de Jesús en Mateo 10:8 y
Lucas 6:38 subrayan la generosidad, la provisión divina y la
bendición espiritual, no necesariamente la acumulación de riquezas
materiales. La verdadera bendición incluye paz, gozo, y una relación
profunda con Dios, no solo riqueza material.
- Condicionalidad de la Bendición:
- Interpretación Errónea: El evangelio de la prosperidad a menudo implica que las bendiciones
de Dios están condicionadas a la cantidad de dinero o bienes que el
creyente da, casi como una transacción.
- Principio Bíblico: Las Escrituras enseñan que la generosidad debe surgir de un corazón
agradecido y lleno de fe, no de una expectativa de retorno financiero.
Por ejemplo, en 2 Corintios 9:7, Pablo
dice: "Cada uno dé como propuso en su
corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador
alegre."
- Promesas Materiales vs. Realidad Espiritual:
- Interpretación Errónea: La teología de la prosperidad a menudo promete riquezas y salud a
todos los creyentes si tienen suficiente fe y dan generosamente.
- Principio Bíblico: Jesús y los apóstoles enseñaron que la vida cristiana incluye
sufrimiento, pruebas y persecución (Juan
16:33; 2 Timoteo 3:12).
Juan 16:33
Reina-Valera 1960
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
2 Timoteo 3:12
Reina-Valera 1960
12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús
padecerán persecución;
- Las bendiciones de Dios no siempre son materiales; a menudo son
espirituales y eternas.
- Uso Manipulador de la Escritura:
- Interpretación Errónea: Algunos proponentes del evangelio de la prosperidad usan
selectivamente ciertos versículos para apoyar su mensaje, ignorando el
contexto más amplio de las Escrituras.
- Principio Bíblico: Es crucial interpretar las Escrituras en su contexto completo,
entendiendo la intención original y la narrativa completa de la Biblia.
Por ejemplo, Filipenses 4:13 ("Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece") a menudo se saca de contexto para prometer éxito
en cualquier empresa, cuando Pablo en realidad está hablando de
contentamiento en todas las circunstancias, sean de abundancia o de
necesidad.
Conclusión
El evangelio de la prosperidad puede desviar a los
creyentes hacia una comprensión errónea de la naturaleza de las bendiciones de
Dios y la verdadera prosperidad espiritual. Las enseñanzas bíblicas enfatizan
una vida de generosidad, fe y servicio, que reflejan la gracia y el amor de
Dios más que la acumulación de riquezas materiales.
Al enfocarse únicamente en el principio de dar
primero, como se enseña en Lucas 6:38, existe el riesgo de que uno no reconozca
las bendiciones ya recibidas de Dios. Este desconocimiento puede llevar a una
perspectiva desequilibrada y una falta de gratitud. Aquí hay algunas
reflexiones sobre este problema:
Riesgos de
Desconocer lo Recibido
- Falta de Gratitud:
- Problema: Sin reconocer lo que ya
hemos recibido, es fácil caer en la ingratitud y tomar las bendiciones de
Dios por sentado.
- Solución: Mantener una actitud de
gratitud constante, recordando y agradeciendo las bendiciones diarias,
tanto grandes como pequeñas.
- Percepción Errónea de la Provisión de Dios:
- Problema: Desconocer lo recibido
puede llevar a una visión distorsionada de la provisión de Dios, haciendo
que uno piense que las bendiciones dependen únicamente de sus propias
acciones de dar.
- Solución: Reconocer que todas las
bendiciones, incluyendo la capacidad de dar, provienen de Dios. Esto
ayuda a mantener una visión equilibrada de la dependencia en la gracia y
provisión divina.
- Expectativas Materialistas:
- Problema: Sin una comprensión
clara de las bendiciones espirituales y no materiales que ya hemos
recibido, uno puede desarrollar expectativas materialistas, esperando
siempre retorno financiero o material.
- Solución: Enfatizar y valorar las bendiciones espirituales y
emocionales, como la paz, la alegría, y la comunidad, que son igualmente
importantes y a menudo más profundas.
Integración de Ambos Principios
Para evitar este problema, es útil integrar ambos
principios: dar en respuesta a haber recibido (Mateo 10:8) y dar con la fe en
la provisión futura (Lucas 6:38).
Reflexión Práctica
- Práctica de Gratitud: Regularmente hacer una lista de las bendiciones recibidas y
agradecer a Dios por ellas.
- Generosidad Consciente: Al dar, recordar y meditar en las bendiciones recibidas,
fortaleciendo así la motivación para compartir.
- Educación y Enseñanza: Enseñar a otros sobre la importancia de reconocer las bendiciones y
cómo esto informa y enriquece la práctica de dar.
Ejemplo Bíblico
- David en los Salmos: David a menudo expresa su gratitud por las bendiciones recibidas y,
desde ese lugar de gratitud, alaba y da generosamente a Dios.
Conclusión
Reconocer lo que hemos recibido de Dios es fundamental
para mantener un corazón agradecido y una perspectiva correcta de la
generosidad. Esto asegura que nuestro dar sea una respuesta natural y gozosa a
las bendiciones abundantes que hemos recibido.
Luz del Mundo
- Referencia Bíblica: Mateo 5:14-16 > "Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se
pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los
que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en
los cielos."
- Significado: La luz simboliza la
verdad, la claridad y la guía. Los creyentes están llamados a ser una luz
que ilumina y guía a los demás, mostrando la verdad y reflejando el amor
de Dios a través de sus acciones.
Sal de la Tierra
- Referencia Bíblica: Mateo 5:13 >
"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y
hollada por los hombres."
- Significado: La sal simboliza la
preservación y el sabor. Los creyentes deben actuar como agentes de
preservación moral y espiritual en el mundo, manteniendo los valores
divinos y haciendo la vida más "sabrosa" y significativa.
Ovejas en Medio de Lobos
- Referencia Bíblica: Mateo 10:16 > "He
aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes
como serpientes, y sencillos como palomas."
- Significado: Las ovejas en medio de
lobos representan vulnerabilidad y dependencia de la protección y guía del
Pastor (Jesús). Esta metáfora subraya la necesidad de ser astutos y
prudentes, a la vez que mantenemos la inocencia y la integridad.
Común Denominador
- Identidad y Testimonio:
- Luz del Mundo: Reflejar la luz y la verdad de Cristo.
- Sal de la Tierra: Preservar los valores y añadir "sabor" espiritual a la
vida.
- Ovejas en Medio de Lobos: Vivir con prudencia y dependencia en la protección divina,
manteniendo la integridad.
- Influencia y Transformación:
- Luz del Mundo: Transformar el entorno al iluminar la verdad.
- Sal de la Tierra: Influenciar y preservar los valores morales y espirituales.
- Ovejas en Medio de Lobos: Ser agentes de cambio a pesar de la oposición y el peligro.
- Dependencia en Dios:
- Luz del Mundo: Brillar con la luz de Cristo, no con la nuestra.
- Sal de la Tierra: Mantener nuestra eficacia a través de una relación viva con Dios.
- Ovejas en Medio de Lobos: Confiar en la protección y guía del Buen Pastor.
Reflexión Final
Estas metáforas nos enseñan que la misión de los
creyentes es ser agentes de influencia positiva, vivir de manera que refleje a
Dios, y enfrentar desafíos con prudencia y dependencia en el poder divino.
Juntas, presentan una visión completa de cómo los cristianos deben interactuar
con el mundo, transformándolo mientras se mantienen firmes en su fe y valores.
Epílogo: La Misión de Recibir y dar
La misión de recibir y dar es un ciclo eterno de
bendición que refleja la naturaleza generosa y amorosa de Dios. A través de
este estudio, hemos explorado cómo los principios bíblicos de gratitud y fe se
entrelazan para crear un flujo constante de generosidad y provisión en la vida
de los creyentes.
Como la luz del mundo, somos llamados a iluminar las tinieblas con nuestras buenas
obras, reflejando la verdad y la gracia de Dios. Como la sal de la tierra, debemos preservar los valores espirituales y morales que
nos han sido confiados, dando sabor a la vida con nuestra bondad y compasión.
Y, como ovejas en medio de lobos, somos enviados
con prudencia y sencillez, confiando en la protección y guía del Buen Pastor mientras
enfrentamos los desafíos del mundo.
La esencia de la misión de dar y recibir no radica
solo en los actos de generosidad o en la gratitud por lo recibido, sino en la
transformación de nuestra vida y de nuestras comunidades. Al reconocer y dar
gracias por las bendiciones recibidas, nos convertimos en canales de bendición
para otros, perpetuando un ciclo de amor y provisión que trasciende lo material
y se adentra en lo espiritual.
En última instancia, esta misión nos invita a vivir
con un corazón agradecido y una fe inquebrantable,
sabiendo que cada acto de generosidad y cada bendición recibida forman parte de
un propósito divino mayor. Al recibir y dar , participamos en la obra continua
de Dios, llevando luz, esperanza y transformación a un mundo necesitado.
Que este estudio inspire a todos a entrar con gratitud y fe en el ciclo de dar y recibir,
y que nuestras vidas sean un testimonio vivo del amor y la generosidad de Dios.
Reflexión Final
Que nuestras acciones reflejen siempre la abundancia
de lo que hemos recibido y la confianza en lo que Dios continuará proveyendo.
En cada gesto de dar y en cada acto de recibir, recordemos que estamos llamados
a ser la luz del mundo, la sal de la tierra y las ovejas que confían en el
cuidado de su Pastor.