SER DESNUDADOS Y REVESTIDOS
El Manto de la Comprensión
En un reino antiguo, se contaba la leyenda de un manto mágico que
colgaba en las puertas de la ciudad. Se decía que aquel que se envolviera en él
adquiriría la capacidad de comprender y respetar profundamente a los demás.
Un
joven príncipe, conocido por su juicio severo y su falta de empatía, se burlaba
de la leyenda. Sin embargo, al enfrentarse a un conflicto con un reino vecino,
decidió probar el manto antes de ir a la batalla.
Al
envolverse en el manto, el príncipe fue inundado por una ola de entendimiento
hacia sus súbditos y sus adversarios. Comprendió sus luchas, sus esperanzas y
sus miedos. Con esta nueva perspectiva, el príncipe regresó al palacio y
convocó a sus consejeros.
En
lugar de preparar la guerra, propuso una reunión de paz. Los líderes de ambos
reinos se reunieron y, bajo la influencia del manto, encontraron un terreno
común. El respeto mutuo floreció y, con él, una era de prosperidad y armonía.
El príncipe había aprendido que las verdaderas “nuevas vestiduras” no eran de tela, sino de comprensión y respeto. Y así, el manto mágico se convirtió en un símbolo del poder transformador del respeto, no solo para un hombre, sino para todo un reino.
2
Corintios 5:4
Reina-Valera
1960
4 Porque
asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no
quisiéramos ser desnudados (ekdysasthai), sino
revestidos (endysasthai), para
que lo mortal sea absorbido por la vida.
En la cultura
hebrea la vestimenta la
vestimenta a menudo simboliza el carácter y la identidad.
En el Antiguo
Testamento, la idea de “vestirse” con cualidades como la fuerza o el poder se
encuentra en varios textos. Por ejemplo:
- 1 Crónicas 12:18: Aquí se habla del Espíritu que viste a Amasai, líder de los Treinta, quien se une a David con palabras de lealtad y fuerza.
- Salmos 93:1: El salmo declara que el
Señor está vestido de majestad y de fuerza, con lo cual también ha
afirmado el mundo.
- Isaías 52:1: Este pasaje llama a Sión a despertar, a vestirse de fuerza y de las hermosas ropas de Jerusalén.
- 1 Crónicas 12:18
Reina-Valera
1960
18 Entonces
el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta, y dijo: Por ti, oh David, y
contigo, oh hijo de Isaí. Paz, paz contigo, y paz con tus ayudadores, pues
también tu Dios te ayuda. Y David los recibió, y los puso en tre los capitanes de la tropa.
Los “30” eran guerreros destacados que se unieron a David
debido a su habilidad como líder militar y su designación divina como el
próximo rey de Israel. Su historia es un ejemplo de lealtad y valentía en
tiempos de conflicto y cambio.
Isaías 52:1
Reina-Valera
1960
Dios
librará del cautiverio a Sion
52 Despierta, despierta, vístete de poder, oh
Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca
más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.
La exhortación
a “despertar” y vestirse de poder implica un llamado a la fortaleza y la
dignidad, preparándose para un nuevo comienzo bajo la protección y guía
divinas. En esencia, es un mensaje de esperanza y renovación
para el pueblo de Dios
Salmos 93:1 Reina-Valera 1960 La majestad de Jehová
93 Jehová reina; se vistió de
magnificencia;
Jehová se vistió, se ciñó de
poder.
Afirmó también el mundo, y no
se moverá.
En la literatura bíblica, vestirse de poder puede ser una metáfora
para mostrar la acción de Dios en el mundo, su control sobre la creación y su
capacidad para intervenir en la historia humana. Es un recordatorio de que, aunque Dios es eterno y siempre
poderoso, hay momentos en los que Él manifiesta su poder de manera visible y
decisiva para sus seguidores.
Por lo tanto,
este versículo es un llamado a reconocer la grandeza y el gobierno de Dios, y a
confiar en que su poder y firmeza nos proporcionan seguridad y estabilidad, sin
importar las circunstancias. Es una afirmación de fe en la constante
presencia y protección divina.
Estos textos
utilizan la metáfora de la vestimenta para describir cómo Dios otorga poder y
fuerza a su pueblo o cómo Él mismo se reviste de estas cualidades. La
vestimenta simboliza aquí la autoridad divina y la capacidad de actuar con
firmeza y poder en el mundo y en la vida de los creyentes.
En el cristianismo, el proceso de “revestirse” implica una transformación espiritual y moral que se compara con quitarse la ropa vieja y ponerse ropa nueva. Este concepto se basa en pasajes bíblicos como Efesios 4:22-24...
Efesios 4:22-24
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Aquí se exhorta a los creyentes a “despojarse del viejo hombre”, que está corrompido por deseos engañosos, y a “vestirse del nuevo hombre”, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Las “viejas
vestiduras” del viejo hombre simbolizan las prácticas y actitudes anteriores a
la conversión cristiana, que incluyen:
- Comportamientos pecaminosos: Actos que van en contra de los
mandamientos y enseñanzas de Dios.
- Deseos engañosos: Deseos que nos alejan de Dios y nos llevan
a la autodestrucción.
- Pensamientos corruptos: Pensamientos que no reflejan la verdad ni
la pureza de Dios.
- Valores mundanos: Valores que se centran en lo temporal y
material en lugar de lo eterno y espiritual.
Despojarse de estas viejas vestiduras significa renunciar a los viejos hábitos, pensamientos y deseos que no están alineados con la voluntad de Dios. Es un llamado a la renovación del espíritu y la mente, para vivir una vida que refleje la imagen de Cristo en justicia y santidad.
El proceso de revestimiento es continuo y requiere la
participación del creyente en la oración, la lectura de la Biblia y la comunión
con otros creyentes, buscando siempre la guía y la gracia de Dios para vivir de
acuerdo con los valores y principios de Jesús
El Canasto de Carbón y el Río
Había una vez un anciano que vivía en una granja en las montañas de
Mendoza, Argentina, con su joven nieto. Cada mañana, se sentaban juntos a leer
la vieja y desgastada Biblia. Un día, el nieto, confundido, le preguntó al
abuelo por qué era necesario leer la Biblia si no entendía mucho y lo poco que
entendía, pronto lo olvidaba.
El abuelo, poniendo carbón en la estufa, le pidió al nieto que
tomara un canasto de carbón y lo llenara de agua del río. El nieto obedeció,
pero por más que intentó, el agua siempre se filtraba antes de que pudiera
llegar a casa. Después de varios intentos, el nieto, agotado, le dijo al abuelo
que era imposible.
El
abuelo le preguntó al nieto si notaba algo diferente en el canasto. A primera
vista, el nieto no vio nada especial, pero luego se dio cuenta de que el
canasto, que antes estaba sucio y lleno de restos de carbón, ahora estaba
limpio. El abuelo explicó que eso es lo que
sucede cuando leemos la Biblia: aunque no podamos entender o recordar todo, nos
limpia por dentro, como el agua limpia el canasto de carbón.
Esta historia enseña que, al igual que el canasto de carbón se limpia al intentar llenarlo de agua, nuestras almas se purifican y se “visten” de espiritualidad y moralidad a través de la lectura de las Escrituras y la práctica de buenas obras, aunque no siempre seamos conscientes del cambio inmediato. Es una metáfora hermosa que refleja la transformación interna que puede ocurrir incluso cuando no percibimos su impacto en el momento.
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VOLVIENDO A NUESTRO TEXTO CENTRAL
2 Corintios 5:4
Reina-Valera 1960
4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados (ekdysasthai), sino revestidos (endysasthai), para que lo mortal sea absorbido por la vida.
En el griego
original del Nuevo Testamento, las preposiciones “ek” (ἐκ) y “en” (ἐν) juegan un
papel importante en el significado de los términos que
acompañan.
La preposición
“ek”
(ἐκ) indica origen
o procedencia, y se traduce comúnmente como “de” o “fuera de”. En el
contexto de “ἐκδύσασθαι” (ekdysasthai), que
significa “desnudar”, la preposición “ek” sugiere la acción de salir de algo, como quitarse una prenda de vestir.
Por otro lado,
la preposición “en” (ἐν) denota estar
dentro o en algo, y se traduce como “en” o “dentro de”. En el término “ἐνδύσασθαι” (endysasthai), que
significa “vestirse”, la preposición “en” implica la acción de entrar en algo, como ponerse una prenda de vestir.
Así, la
diferencia entre estos dos términos radica en las preposiciones:
- “ἐκδύσασθαι”
(ekdysasthai) con “ek” se enfoca en la acción de salir de la vestimenta mortal.
- “ἐνδύσασθαι”
(endysasthai) con “en” se enfoca
en la acción de entrar en una nueva vestimenta, en
este caso, simbólicamente, la inmortalidad o la vida eterna.
Estas
preposiciones son fundamentales para entender la metáfora de Pablo sobre la
transformación espiritual y la esperanza de la resurrección.
El origen de
esta metáfora viene de los escritos hebreos y de sus profetas...
Isaías
61:10
Reina-Valera
1960
10 En gran manera
me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió (lavash) con
vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió,
y como a novia adornada con sus joyas.
Los cambios de
moralidad se explicaban como un cambio de vestiduras te tienes que desnudar de
la ropa sucia y vil y vestirte de otra limpia de salvación y justicia.
La metáfora de
la vestimenta espiritual, por lo tanto, sirve para ilustrar la transición de
una vida marcada por el pecado a una vida caracterizada por la santidad y la
justicia en Cristo. Es un llamado a vivir de manera que refleje la
transformación interna y la identidad en Cristo, “vistiéndose” de Él y de sus
enseñanzas. Esta metáfora resuena a lo largo de las escrituras como un
recordatorio constante de la importancia de la conducta y la moralidad en la
vida del creyente.
En Isaías 61:10, el
término hebreo para “vestir” es לָבַשׁ (lavash), que
significa literalmente “ponerse ropa” o “vestirse”. Este verbo se utiliza en el contexto de ser revestido por Dios con
“vestiduras de salvación” y un “manto de justicia”, lo que simboliza la
protección y la pureza que Dios proporciona a sus fieles.
Los
profetas hebreos a menudo hablaban de cómo Dios “vestía” a su pueblo, no solo
en un sentido físico sino también espiritual. Por ejemplo, en Zacarías 3:4, el
profeta describe cómo Dios quita las ropas sucias (que simbolizan el pecado) de
Josué el sumo sacerdote y le viste con ropas festivas (que simbolizan la pureza
y la restauración). En Ezequiel 16:10, Dios habla de vestir a Jerusalén con
ropas bordadas, sandalias de piel de tejón, un cinturón de lino y seda, lo que
representa cómo Dios cuida y embellece a su pueblo elegido.
Estos
pasajes reflejan la idea de que Dios provee no solo las necesidades físicas
sino también las espirituales, revistiendo a su pueblo con dignidad, honor y
salvación. Es una imagen poderosa de la transformación y redención que Dios
ofrece.
La frase “no quisiéramos
ser desnudados” en el contexto de 2
Corintios 5:4 puede
interpretarse de varias maneras.
1-
En relación con la muerte (el cuerpo
mortal) no quisiéramos morir.
2-
En relación con el
proceso y desafío de un cambio moral “Desnudarse” de la vieja naturaleza pecaminosa y “vestirse” con
una nueva naturaleza en Cristo es un proceso positivo y deseado, aunque puede
implicar desafíos y dificultades en el camino de dejar atrás las viejas
costumbres y adoptar nuevas formas de vivir.
Pablo
utiliza esta metáfora para animar a los creyentes a abrazar esta transformación
y a esperar con anhelo la plenitud de la vida que se promete en la
resurrección. No es tanto el temor a cambiar de moralidad, sino más bien el
deseo de no estar “desnudos” espiritualmente, sin la cobertura y la promesa de
la vida eterna que ofrece Dios.
Según la
Biblia, Dios viste a los redimidos con varias “prendas” espirituales que
simbolizan diferentes aspectos de la salvación y la transformación que Él
ofrece. Además de la salvación y la justicia mencionadas en Isaías 61:10, aquí
hay algunas otras maneras en que la Biblia describe cómo Dios viste a los
redimidos:
- Vestiduras Blancas: En Apocalipsis
7:9-17, se describe a una gran multitud de redimidos de todas las
naciones, tribus, pueblos y lenguas, vestidos con vestiduras blancas, lo
que simboliza la pureza y la redención a través de la sangre del Cordero1.
- El Señor Jesucristo: En Romanos 13:14,
Pablo exhorta a los creyentes a “vestirse del Señor Jesucristo”, lo que
implica tomar la identidad y las cualidades de Cristo, como el amor, la
misericordia y la humilda.
- La Armadura de Dios: Efesios 6:10-18
habla de la armadura de Dios, que incluye la verdad, la justicia, la
preparación del evangelio de la paz, la fe, la salvación y la Palabra de
Dios, que son elementos espirituales para protegerse contra las fuerzas
del mal3.
- Fruto del Espíritu: En Gálatas 5:22-23, se habla del “fruto
del Espíritu”, que incluye amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre y templanza. Estas son cualidades que los creyentes
“visten” al vivir según el Espíritu.
Estas
metáforas de vestimenta en la Biblia ilustran la transformación completa que
Dios realiza en aquellos que son redimidos por Él. No solo se trata de un
cambio externo, sino de una renovación interna que afecta el carácter y la
conducta de una persona, reflejando la santidad y la gracia de Dios en sus
vidas.
Mateo
22:1-14
Parábola
de la fiesta de bodas
22 Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en
parábolas, diciendo: 2 El reino de los cielos es semejante
a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; 3 y envió a
sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas estos no quisieron
venir. 4 Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a
los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales
engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. 5 Mas
ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; 6 y
otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. 7 Al
oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos
homicidas, y quemó su ciudad. 8 Entonces dijo a sus
siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados
no eran dignos. 9 Id, pues, a las salidas de los caminos,
y llamad a las bodas a cuantos halléis. 10 Y saliendo los
siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y
buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
11 Y entró el rey
para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de
boda. 12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar
vestido de boda? Mas él enmudeció. 13 Entonces el rey dijo
a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de
afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 14 Porque
muchos son llamados, y pocos escogidos.
En el tiempo apostólico, los vestidos de bodas eran significativamente distintos del traje usual. Las bodas eran eventos de gran importancia social y religiosa, y los atuendos reflejaban la solemnidad de la ocasión. Los invitados a una boda se vestían con sus mejores ropas, lo que era una señal de respeto hacia los anfitriones y la celebración misma.
En la parábola de Mateo 22:1-14, el hecho de que un invitado no llevara vestido de boda era una falta de respeto hacia el rey que había organizado el banquete.
La parábola de la fiesta de bodas es una enseñanza de
Jesús que compara el Reino de los Cielos con un rey que organiza un banquete de
bodas para su hijo. Los invitados originales rechazan la invitación, y algunos
incluso maltratan y matan a los siervos del rey. En respuesta, el rey invita a
todos los que encuentra, tanto buenos como malos, para llenar la sala del
banquete. Sin embargo, uno de los nuevos invitados no lleva la vestimenta
adecuada y es expulsado del banquete.
En el contexto actual, la parábola puede
interpretarse como una advertencia sobre la importancia de estar preparados
para entrar en el Reino de Dios. No basta con simplemente ser llamado o incluso
estar presente; se requiere una transformación interna, simbolizada por el
vestido de boda, que representa la justicia y la pureza que se espera de los
seguidores de Cristo. La parábola enfatiza que muchos son llamados, pero pocos son escogidos,
lo que sugiere que la invitación de Dios es universal, pero la aceptación de
esa invitación requiere una respuesta personal y comprometida.
Hoy en día, la “vestimenta” podría interpretarse
metafóricamente como las acciones y el carácter de una persona que reflejan su
fe y compromiso con los valores del Reino. La enseñanza sigue siendo relevante,
recordándonos que debemos vivir de una manera que esté en armonía con los
principios del evangelio y estar listos para el encuentro final con Dios.
En la parábola de la fiesta de bodas de Mateo 22:1-14, encontramos varias acciones que pueden considerarse faltas de respeto:
1. Rechazo de la Invitación: Los primeros invitados
rechazaron la invitación del rey, lo cual fue una falta de respeto hacia su
autoridad y generosidad.
2. Indiferencia: Algunos invitados ignoraron la
invitación y se fueron a sus propios negocios o labranza, mostrando desinterés
y falta de consideración por el evento del rey.
3. Maltrato a los Siervos: Otros invitados no solo rechazaron
la invitación, sino que también maltrataron y mataron a los siervos del rey, lo
que representa una grave falta de respeto y un acto de violencia.
4. Falta de Preparación Adecuada: El hombre que asistió al
banquete sin las vestiduras de boda adecuadas mostró una falta de respeto por
no prepararse apropiadamente para un evento tan significativo.
Estas acciones reflejan diferentes maneras en que las personas pueden
mostrar falta de respeto hacia Dios y su llamado, según la interpretación de la
parábola. Meditar en estas faltas puede ayudar a reflexionar sobre la
importancia de responder adecuadamente al llamado de Dios y la seriedad de
participar en el Reino de los Cielos.
Averly Morillo - El Manto del Rey - (Video Oficial)
La frase “la enseñanza nos viste y
nos desviste espiritualmente” puede interpretarse como una metáfora del impacto
que tiene la enseñanza o el aprendizaje en nuestra vida espiritual. Aquí hay
algunas reflexiones sobre esta idea:
·
Vestirnos
espiritualmente: Esto podría significar que la enseñanza nos
dota de sabiduría, valores y conocimientos que enriquecen nuestro ser interior.
Al igual que la ropa nos protege y adorna, la enseñanza nos “viste” con las
herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de la vida con dignidad y
fortaleza.
·
Desvestirnos
espiritualmente: Por otro lado, la enseñanza también puede
revelar nuestras vulnerabilidades y limitaciones. Al aprender, a menudo nos
enfrentamos a nuestras propias ignorancias o prejuicios, lo que nos “desviste”
de las falsas creencias o ideas preconcebidas que podríamos tener. Este proceso
de despojarnos puede ser humillante, pero también es un paso esencial hacia el
crecimiento y la autenticidad espiritual.
En
resumen, la enseñanza tiene el poder de transformarnos, equipándonos con nuevas
perspectivas y al mismo tiempo exponiendo áreas que necesitan mejora o cambio.
Es un proceso dinámico que nos forma y reforma continuamente en nuestra
búsqueda de la verdad y el significado.
Dios espera respeto por su Hijo
El término
“respeto” aparece en varios lugares de la Biblia y se utiliza de diferentes
maneras. En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea para “respeto” es יָרֵא (yare), que puede
significar temor o reverencia1. En el Nuevo Testamento, la palabra griega para
“respeto” es φοβέω (phobeo), que también significa temer o tener reverencia
Mateo 21:37
Finalmente
les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi
hijo.
Marcos 12:6
Por
último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo:
Tendrán respeto a
mi hijo.
Lucas 18:4
Y él
no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni
temo a Dios, ni tengo respeto a
hombre,
Lucas 20:13
Entonces
el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le
vean a él, le tendrán respeto.
Algunos ejemplos bíblicos del uso del término “respeto” incluyen:
- Romanos 12:10: “Amándoos los unos a los otros con
caridad fraternal; previniéndoos con honra los unos a los otros”, donde se
nos exhorta a tratar a los demás con honor y respeto.
- Éxodo 20:12: “Honra a tu padre y a tu madre”, que es
uno de los Diez Mandamientos y muestra el respeto debido a los padres.
- 1 Pedro 2:17: “Honrad a todos. Amad a los
hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey”, que resume la enseñanza bíblica sobre
el respeto en varias áreas de nuestra vida.
El respeto bíblico implica una percepción de desigualdad en la que reconocemos que algunas cosas y algunas personas son más importantes que nosotros, y debemos tratar a todos con el debido respeto y honor
El Árbol de las Palabras
Había
una vez un pequeño pueblo en el que sus habitantes habían olvidado el valor del
respeto. Las palabras hirientes y los insultos eran tan comunes que nadie
recordaba cómo era una conversación amable. En el centro del pueblo, había un
árbol antiguo conocido como el Árbol de las Palabras.
Un
día, un anciano sabio llegó al pueblo y se sorprendió por la hostilidad en el
aire. Se acercó al árbol y colgó un cartel que decía: “Por cada palabra
hiriente que digas, deberás clavar un clavo en este árbol”. Los aldeanos,
intrigados, comenzaron a seguir la instrucción. Pronto, el árbol estaba lleno
de clavos, y su corteza se veía herida y dañada.
El
anciano volvió y les dijo: “Ahora, por cada palabra amable que digas, podrás
retirar un clavo”. Con el tiempo, los aldeanos comenzaron a cambiar su forma de
hablar. Las palabras amables empezaron a fluir, y uno a uno, los clavos fueron
retirados. Sin embargo, las cicatrices en el árbol permanecieron.
El
anciano explicó: “Así como las cicatrices en este árbol, las palabras hirientes
dejan marcas en los corazones de las personas. Aunque pidas perdón y trates de
arreglarlo, las cicatrices pueden permanecer. Por eso, el respeto es esencial
en cada palabra que decimos”.
Este cuento nos enseña que el respeto en nuestra
comunicación es crucial para mantener relaciones saludables y una comunidad
armoniosa. Las palabras tienen poder, y debemos usarlas con cuidado y consideración
hacia los demás
El término “Respeto” viene del latin respectus que originalmente significaba una mirada por
segunda vez, eso implica que significa atención, consideración, algo que merece
una segunda mirada mas profunda.
Faltar el respeto a alguien es no considerarlo y no valorarlo en su justo
punto.
Una persona respetable es aquella que respeta a los demás.
Sucede muy a menudo que respetamos a la elite, al jefe y dirigente pero no a la sabiduría que mana de la multitud….
Francis Galton, a sus 85 años, en una feria de ganado de Inglaterra. Se le ocurrió hacer un experimento: Calcular el peso de carne procesada que daría un buey de la feria. Hicieron el cálculo 800 concursantes y el investigador colocó las ordenó de mayor a menor estimación y calculó el promedio: resultó ser solo un kilo inferior al peso real. Él pensaba que la multitud era idiota y que solo podía ser gobernada por una élite pero rectificó y pasó a creer en la "sabiduría de las multitudes".
Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman.
Porque con ingenio harás la guerra, Y en la multitud de consejeros está la victoria.
Desde los grupos religiosos , políticos o estudiantiles se nos enseña a respetar al líder, experto al maestro y especialista. Pero ¿Qué pasa con el consejo de la multitud?
Aun así, las multitudes también se equivocan y lo más peligroso es seguir a
ciegas al que va delante al líder sin la menor crítica y confrontación.
Una serie de accidentes fatales tuvo lugar entre 1970 y 1999 en aviones que eran propiedad de Korean Air. Uno en particular, el del vuelo 8509 de Korean Air, en diciembre de 1999, generó una crítica que sugería que la cultura coreana, con su tendencia al liderazgo autocrático y al seguimiento deferente, podría considerarse responsable por el hecho de que el primer oficial no le hubiera avisado al piloto que estaba fuera de camino.
Los profetas fueron los primeros críticos sociales del mundo, capaces de confrontar a reyes y sacerdotes, así como a las grandes multitudes.
Sin disensión, sin crítica y sin cuestionar
decisiones del liderazgo, puede haber veneración, pero a eso no podemos
llamarlo RESPETO.
John F. Kennedy reunió a uno de los más talentosos grupos de consejeros que han existido para servir a un presidente norteamericano, y aun así cometió uno de los errores más estúpidos en la invasión a Cuba en 1961. Más tarde, uno de los miembros del grupo, Arthur Schlesinger Jr., atribuiría el error al hecho de que la atmósfera dentro del grupo era tan agradable que nadie había querido alterarla señalando lo tonto de la propuesta: Además de poner en peligro la paz mundial sufrieron una derrota militar absoluta, sus consejeros tenían un pacto de fidelidad a su presidente y no se atrevieron a confrontarle por los riesgos y peligros que el plan tenía como se demostró al final.
RESPETAR AL LIDER NO SIGNIFICA REIRLE TODAS LAS GRACIAS Y NO CONFRONTARLO EN MOMENTOS EN LOS QUE SE EMBORRACHA DE PODER.
El prestigio militar recién terminada la segunda guerra mundial fue una temeridad, el presidente no respeto al mundo, a las multitudes, ni a sus soldados, ni a la paz, la ocurrencia del presidente fue honrada y no confrontada por sus asesores... respetar significa a veces confrontar, no todo es jerarquía, lo justo y lo verdadero esta primero y el bien de los muchos muy por encima del prestigio del jerarca, político o empresario.
El naturalista norteamericano, William Beebe, que encuentra una
vista singular en la selva de Guyana. Un grupo de hormigas guerreras se movía
formando un gran círculo. Las hormigas siguieron formando el mismo círculo
durante dos días, hasta que la mayoría de ellas cayó muerta. La explicación es
que cuando un grupo de hormigas guerreras se separa de su colonia, obedece una
simple regla: seguir a la hormiga que se tiene enfrente.
Mi preocupación en este asunto del respeto es desligarlo de la obediencia ciega al líder “FIDELIDAD PERSONAL”, el discípulo cristiano no sigue al ciego y tampoco sigue al que esta delante, sin el más mínimo cuidado al razonar con sentido común, ciertas salidas del camino del líder, respeto no es yugo irrazonable y sin el menor confrontamiento, la mayor señal de unidad en la cabina de mando de un avión se da cuando el primer oficial le dice a su superior el piloto….
”con todos los respetos jefe se ha salido del camino y nos vamos a estrellar corríjase ahora mismo”.
¡No me diga! Le parece falta de respeto, le parece que rompió el respeto en su jerarquía.
Hoy en día hay hombres religiosos que enseñan el respeto jerárquico pero hay un respeto más importante, el de “EL respeto por las multitudes”.
Mateo 9:36
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Esculmenoi: SE TRADUCE DESAMPARADAS, significa desgarradas o mutiladas, el termino viene de los pillajes, vejación (estaban acosados,aturdidos,importunados).
¿Tenían pastores? Por supuesto que si, pero desamparadas y dispersas, cada uno seguía al de delante por tanto fuera de sus colonias desorientadas, Jesús no quiso restaurar el respeto de esta multitud por sus lideres ya que estos los habían desamparado, vemos con claridad que Jesús respetaba a las multitudes muy por encima de respetar a esos lideres que tanto daño les habían hecho.
La religiosidad de uno no justifica faltarle el respeto hacia el que no comparte su estilo de vida. Pero a la misma vez, la irreligiosidad de uno no justifica ser insensible hacia la necesidad y preocupación genuinas del prójimo.
Honrar es dar respeto.
En la biblia el respeto hacia un ser humano
consiste en el hecho de que todos hemos sido creados a Imagen de Dios.
Génesis 9:5-6 Reina-Valera
1960 (RVR1960)
5 Porque ciertamente demandaré la
sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del
hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.
6 El que derramare sangre de
hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es
hecho el hombre.
-La mentira es un cañonazo a la zona de flotación del respeto humano.
Colosenses 3:
9-11 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
9 No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
10 y revestido del nuevo, el cual
conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento
pleno,
11 donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que
Cristo es el todo, y en todos.
-La mayoría de las distinciones que hacemos se
basan en la mentira, el origen creacional es el mismo y el destino en cuanto a
la salvación también es el mismo. ¿Por qué distinguir el respeto que le debemos
a la persona? Es cierto que cada persona se puede encontrar en una etapa
distinta de la vida pero TODOS MERECEN RESPETO.
-La parcialidad es una falta de respeto muy grave
ante Dios.
Deuteronomio
1:16-17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
16 Y entonces mandé a vuestros jueces,
diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero.
17 No hagáis distinción de persona en
el juicio; así al
pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio
es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré.
No hagáis distinción de persona en
el juicio esto es
fundamental si queremos ser respetuosos.
El hombre y su hermano, y el extranjero (Los tres grados son hombres) y esa es la razón
del respeto y no el nivel de cercanía afectivo.
El respeto significa muchas veces un temor
protector ante las circunstancias y el contexto cultural.
Por lo demás, cada uno de vosotros
ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete fobétai a su marido.
En base a dichas ideas, sacadas de
su contexto literario y cultural, las mujeres en GRECIA han sido:
- Tratadas como subsidiarias de los varones.
- Infantilizadas.
- Maltratadas.
- Violentadas.
- Menospreciadas.
fobétai "apreciar, estimar y
considerar" (literalmente tema pero en este contexto significa reverencia,
respeto y no miedo).
El texto original implica un temor
protector. Un temor protector nos libra de quedar expuestos al peligro”.
Entonces, el marido protegerá a su mujer y no la expondrá a los peligros.
-El respeto debe de encarnarse en el EJEMPLO.
La madre de un
amigo de Arún Gandhi, nieto del líder indio y probablemente el mejor pedagogo
del mundo hindú, Mahatma Gandhi, estaba desesperada porque su hijo se estaba
muriendo debido a un fallo metabólico que le impedía asimilar el azúcar. A
pesar de su vigilancia el niño, a escondidas, seguía comiendo azúcar y su vida
peligraba.
La madre fue a ver a Gandhi como último recurso,
convencida de que unas palabras del Maestro podrían salvar al niño, que lo
admiraba y temía. Le suplicó que ordenase a su hijo dejar de comer azúcar. A
pesar de la insistencia de la madre el Maestro se limitó a mirar fijamente al
niño unos segundos y le pidió de manera pausada que regresara a los quince
días. La madre protestó de forma vehemente: “¡Haga algo, Maestro, dígale que no
coma azúcar o morirá! Sólo le hará caso a usted”.
“Ahora no puedo ayudaros”, aseguró Gandhi
mientras despedía a madre e hijo con firmeza.
Transcurridos quince días madre e hijo regresaron
a ver a Gandhi. El maestro miró entonces al niño a los ojos y le dijo
sosegadamente: “Prométeme que no comerás azúcar”. El niño contestó: “Maestro,
lo prometo”.
La madre se despidió agradecida, pero antes de
marcharse no resistió la tentación de preguntarle: “Maestro, ¿por qué me pidió
que esperase quince días para hablar con el niño? Podría haber muerto
entretanto”.
El Maestro contestó: “Porque nosotros los adultos
tenemos que encarnar el cambio que queremos transmitir. Por tanto, primero
tenía que ser yo mismo el que dejase de comer azúcar”.
(Extraído del
libro “Brújula para Navegantes Emocionales” de Elsa Punset)
Lamentablemente, muchas personas actúan de manera
respetuosa ante un jefe, pero luego actúan de manera grosera al hablar con
personas menos importantes.
En la jornada espiritual, “ser desnudados y revestidos”
simboliza una transformación profunda que va más allá de lo superficial. Es un
llamado a abandonar las “viejas vestiduras” del pecado y la corrupción, que
incluyen comportamientos dañinos, deseos engañosos, pensamientos corruptos y
valores mundanos. Este despojo es necesario para que podamos “revestirnos” del
nuevo hombre, creado según Dios en justicia y santidad de la verdad.
La
metáfora de la vestimenta, arraigada en la cultura hebrea y reflejada en las
Escrituras, nos enseña que así como las ropas pueden representar poder y
autoridad, nuestras acciones y carácter espiritual deben reflejar la imagen de
Cristo. La transformación es un proceso continuo que requiere dedicación a la
oración, estudio de la Palabra y comunión con la comunidad de fe, siempre
buscando la guía y gracia divinas.
El
relato del “Canasto de Carbón y el Río” nos recuerda que, aunque no siempre
percibimos el cambio inmediato, la constancia en la práctica de la fe purifica
y renueva, al igual que el agua limpia el canasto. Así, “ser desnudados y
revestidos” es un viaje hacia la absorción de lo mortal por la vida eterna,
donde cada acto de renuncia y cada paso hacia la virtud nos acerca más a la
plenitud de la vida en Cristo.
El respeto es un pilar fundamental en el proceso de
transformación espiritual, actuando como la tela con la que se tejen las nuevas
vestiduras del ser. En el camino de “ser desnudados y revestidos”, el respeto
se manifiesta en la forma en que nos desprendemos de las viejas prácticas y en
cómo adoptamos las nuevas. Es un reconocimiento de la dignidad inherente en
nosotros y en los demás, reflejando la imagen de Cristo en nuestras
interacciones y en nuestro crecimiento personal.
El
respeto es también un acto de humildad y amor, cualidades esenciales para
vestirnos del nuevo hombre. Nos enseña a valorar y honrar la vida espiritual
propia y ajena, y a vivir en armonía con los principios del Reino. Así, al
revestirnos de respeto, nos preparamos para la vida eterna, donde la justicia,
la paz y el amor son las vestiduras eternas que nunca se desvanecen. En este sentido, el respeto no es solo una virtud a practicar, sino una
parte integral de la identidad que asumimos al revestirnos de la nueva
naturaleza en Cristo.