Amor a Dios y al prójimo
EL ROBLE (sostén, fundamento
y dependencia)
Había
una vez, en un pequeño pueblo, un gran roble que se erguía majestuosamente en
el centro de la plaza. Este roble no solo era un árbol antiguo, sino que
también era el alma y el corazón del pueblo. Sus raíces profundas y fuertes
proporcionaban sombra, refugio y estabilidad a toda la comunidad.
Una
tarde, una terrible tormenta azotó el pueblo con vientos fuertes y lluvia
torrencial. Las casas temblaban, y los habitantes se refugiaban en sus hogares,
temerosos de lo que podría suceder. Pero en medio de la tormenta, el roble
permanecía firme. Sus raíces, bien ancladas en la tierra, sostenían el suelo
alrededor y evitaban que el terreno se erosionara.
Al
día siguiente, cuando la tormenta había pasado, los habitantes del pueblo
salieron y vieron que, gracias al gran roble, sus hogares y el entorno
inmediato se habían mantenido intactos. Todos se reunieron alrededor del árbol
y agradecieron su fortaleza y estabilidad. Comprendieron que, así como el roble
se mantenía firme gracias a sus profundas raíces, ellos también necesitaban
estar bien fundamentados en sus valores y en su comunidad para enfrentar las
adversidades de la vida.
El
gran roble no solo era un refugio físico, sino también un símbolo de cómo la
fortaleza y el sustento provienen de un fundamento sólido. Este cuento muestra
que, al igual que el roble depende de sus raíces para sostenerse, nosotros
también necesitamos depender de nuestros principios, creencias y relaciones
para mantenernos firmes ante las tormentas de la vida.
El cuento
del roble puede ser interpretado de una manera que ilustre los conceptos
cristianos de fundamento, sostén, permanencia y dependencia. Aquí te dejo una
explicación que conecta estos principios:
1.
Fundamento: El gran roble
representa el fundamento sólido que los cristianos encuentran en su fe. Así
como el roble tiene raíces profundas que lo mantienen firme, los cristianos
encuentran estabilidad y seguridad al basar sus vidas en las enseñanzas de
Jesús y en la relación con Dios. Mateo 7:24-27 compara
al hombre sabio que construye su casa sobre la roca, mostrando la importancia
de tener un fundamento firme en las enseñanzas de Cristo.
2.
Sostén: Las raíces del roble
simbolizan cómo la fe y la comunidad cristiana sostienen a los individuos.
Durante la tormenta, el roble mantiene el suelo firme, evitando la erosión y
protegiendo a la aldea. De manera similar, la fe y la comunidad proporcionan apoyo
y fortaleza en tiempos difíciles. Esto refleja la enseñanza de Juan 15:1-8, donde Jesús es la vid y los creyentes
son los sarmientos que dependen de Él para dar fruto.
3.
Permanencia: La capacidad del
roble para permanecer firme durante la tormenta refleja la permanencia y la
constancia de la fe cristiana. La fe en Dios no solo nos ayuda a enfrentar las
adversidades, sino que nos permite perseverar y mantenernos firmes a lo largo
del tiempo. Efesios 2:19-22 habla de cómo
los creyentes están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
con Cristo como la piedra angular, asegurando la permanencia de la comunidad de
fe.
4.
Dependencia: La dependencia del
roble en sus raíces para mantenerse firme y seguro representa la dependencia
del cristiano en Dios. Así como el roble no puede sobrevivir sin sus raíces,
los cristianos no pueden vivir plenamente sin una relación cercana y constante con
Dios. Proverbios 3:5-6 nos recuerda que
debemos confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestra
propia prudencia, sino reconocerlo en todos nuestros caminos.
Explicar el
cuento del roble de esta manera ayuda a destacar cómo estos conceptos
cristianos de fundamento, sostén, permanencia y
dependencia están entrelazados y son esenciales para vivir una vida de
fe sólida y resistente.
-Pero la
verdadera dependencia de la doctrina y enseñanza cristiana es sin duda el amor
a Dios y al prójimo.
Uno de los
pasajes bíblicos que encapsula de manera integral el concepto de la cultura
cristiana
es Mateo 22:37-40. En este pasaje, Jesús
responde a la pregunta de cuál es el mandamiento más grande en la Ley:
"‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma y con toda tu mente.’ Este es el primer y grande mandamiento. Y el segundo
es semejante: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos
dependen" (krémai) toda la
Ley y los Profetas."
Este pasaje
es fundamental porque resume la esencia de la ética y moral cristiana:
1.
Amor a Dios: Coloca a Dios en
el centro de la vida y promueve una relación íntima y devocional con Él.
2.
Amor al Prójimo: Fomenta la compasión,
la empatía y el respeto hacia los demás, pilares de una sociedad justa y
solidaria.
En este mandamiento
doble se encuentra la base de muchas prácticas y valores cristianos, incluyendo
la caridad, la justicia, la reconciliación y la comunidad. Es un recordatorio
constante de que el amor debe guiar todas nuestras acciones y decisiones, tanto
hacia Dios como hacia los demás.
El término
griego que se traduce como "depende" en Mateo 22:40 es "κρέμαται" (krématai).
Este verbo
significa literalmente "colgar" o "suspender", y en este
contexto implica que toda la Ley y los Profetas están sostenidos o
fundamentados en los dos grandes mandamientos: amar a Dios y amar al prójimo.
POR AMOR KHRISTINE D´Clario
BUSCAR A DIOS DONDE SE ENCUENTRA
El ermitaño, en oración oyó claramente la voz
de Dios. Le invitaba a acudir a un encuentro especial con Él. La cita era para
el atardecer del día siguiente, en la cima de una montaña lejana. Temprano se
puso de camino; necesitaba toda la jornada para llegar al monte y escalarlo.
Ante todo, quería llegar puntual a la importante entrevista. Atravesando un
valle, se encontró a varios campesinos ocupados en intentar controlar y apagar
un incendio declarado en el bosque cercano, que amenazaba las cosechas y hasta
las propias casas de los habitantes. Reclamaron su ayuda porque todos los
brazos eran pocos. Sintió la angustia de la situación y el no poder detenerse a
ayudarles. No debía llegar tarde a la cita y, menos aún, faltar a ella. Así que
con una oración que el Señor les socorriera, apresuró el paso, ya que había que
dar un rodeo a causa del fuego. Tras ardua ascensión, llegó a la cima de la
montaña, jadeante por la fatiga y la emoción. El sol comenzaba su ocaso;
llegaba puntual, por lo que dio gracias al cielo en su corazón. Anhelante
esperó, mirando en todas las direcciones. El Señor no aparecía por ninguna
parte. Por fin descubrió, visible sobre una roca, algo escrito. Leyó:
“Dispénsame, estoy ocupado ayudando a los que sofocan el incendio”. Entonces
comprendió dónde debía encontrarse con Dios. Vidal Ayala. “La voz
del bosque”. PS
En cuanto a
otras apariciones de este término en el Nuevo Testamento, "κρέμαται"
no se utiliza frecuentemente. Sin embargo, se encuentran términos relacionados
que reflejan la idea de algo que "depende" o está
"suspendido". Por ejemplo, una forma similar aparece en Gálatas 3:13:
"Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)."
Aquí, la
palabra traducida como "colgado" es "κρεμάμενος"
(kremámenos),
que es una forma del verbo "κρέμαμαι" (kremamai).
Aunque "κρέμαται" no es una palabra que
aparezca con frecuencia exacta en otros pasajes, el
concepto de cosas que "dependen"
de otras (sostenidas, colgadas, fundamentadas) es importante en la
enseñanza bíblica y se refleja en diversos contextos.
Claro, el concepto de cosas que
"dependen", "son sostenidas" o "están
fundamentadas" en otras es fundamental en la enseñanza bíblica. Aquí hay algunos
ejemplos clave que ilustran esta idea:
1.
Amor a Dios y al Prójimo: Como mencionamos anteriormente,
en Mateo 22:37-40, Jesús explica que toda la Ley
y los Profetas "dependen" de los mandamientos de amar a Dios y amar
al prójimo. Esto significa que todos los mandamientos y enseñanzas están
fundamentados en estos principios de amor y deben ser entendidos y practicados
a través de ellos.
2.
La Roca y el Fundamento: En Mateo
7:24-27,
Mateo 7:24-27
Reina-Valera 1960
Los dos cimientos
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un
hombre prudente, que edificó (themelioó) su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron
ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque
estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me
oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que
edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y
cayó, y fue grande su ruina.
Jesús habla
sobre la importancia de construir nuestra vida sobre un fundamento sólido.
Compara a aquellos que escuchan y practican sus enseñanzas con un hombre sabio
que construye su casa sobre la roca, y cuando vienen las tormentas, la casa se
mantiene firme. Esto ilustra cómo nuestras acciones y decisiones deben estar
fundamentadas en las enseñanzas de Jesús para que nuestras vidas sean estables
y seguras.
3.
La Vid y los Sarmientos: En Juan 15:1-8,
Juan 15:1-8
Reina-Valera 1960
Jesús, la vid verdadera
15 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el
labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo
quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más
fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os
he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el
pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la
vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El
que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los
recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi
Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Jesús
utiliza la metáfora de la vid y los sarmientos para explicar cómo los
discípulos "dependen" de Él. Él es la vid verdadera y nosotros somos
los sarmientos; si permanecemos en Él, daremos mucho fruto, pero separados de
Él, no podemos hacer nada. Esta imagen muestra la importancia de nuestra
relación con Cristo y cómo nuestra vida espiritual depende de nuestra conexión
con Él.
CINCO ALPINISTAS
Un grupo de cinco montañeros amigos estaban escalando un pico
alto y remoto después de una larga preparación. Para la ascensión se habían
atado los cinco en una cordada, como es de rigor, ya que así, si uno de los
cinco resbalaba, podrían izarlo y salvarlo, como tenían bien ensayado. Todo
hizo falta en la ardua ascensión, pues la cumbre era escarpada y cualquier
caída sobre el valle, lejano desde tanta altura, había de resultar
necesariamente fatal. Paso a paso avanzaban hacia el vértice blanco, con firme
voluntad de conquista segura. Todo fue bien hasta que uno de los cinco resbaló
y cayó con fuerza hacia el vacío. En su caída arrastró al compañero más
cercano, que nada pudo hacer por detenerlo, y éste a su vez arrastra al
siguiente, hasta que los cinco amigos, atados aún por la firme cuerda,
comenzaron su descenso vertiginoso hacia una muerte segura. La roca no tuvo
piedad y, tras la larga y solidaria caída, los cinco amigos perecieron en su
aventura. Allá en el cielo, san Pedro se aprestó a recibirlos y, como había
presenciado con mucho interés su arriesgado alpinismo, decidió hacerles una
sola pregunta, la misma a todos, para decidir si podía admitirlos en el cielo o
no.
-Llegó el primero de la cordada, y san Pedro le preguntó: “He
visto que has caído desde una gran altura a una soledad de piedra, y la caída
ha sido larga, ya que estabais a punto de alcanzar la cumbre cuando caísteis.
Dime, pues, y dime con sinceridad, pues de tu respuesta dependerá tu suerte,
¿en qué pensabas mientras caías por el aire desde la cumbre hasta el valle en
que encontraste la muerte? ¿Qué pensamientos pasaron por tu mente? El primer
alpinista contestó: “En cuanto me desprendí de la roca, caí en la cuenta de que
aquello era el fin, y todo lo que pensé fue lo tonto que había sido al
embarcarme en una locura que bien sabía yo que habría de acabar mal. Pero me
dejé convencer, y tenía que pagar las consecuencias. Me dio mucha rabia, y con esa
rabia me estrellé”. San Pedro le dijo: “Lo siento,
pero no puedes entrar”.
-El segundo contestó: “Yo me vi caer y, aunque comprendí que la
situación era desesperada, no perdí toda esperanza y traté, según caía, de ver
si había algún saliente que pudiera agarrar con las manos o con la cuerda para
quedar enganchado allí y salvar mi vida y las de mis compañeros. Pero ya ves que no lo conseguí, y
aquí estoy”. San Pedro reflexionó un momento y
sentenció: “Tampoco tú puedes entrar aquí”.
-El tercero contestó: “Yo no pensé en mí mismo, sino en mi mujer
y mis hijos. Me dio gran
pena pensar que con mi muerte mi mujer quedaría viuda, y mis niños huérfanos.
Con esa pena en el alma morí”. San Pedro lo miró
con cariño y comprensión, pero luego le dijo suavemente: “Está bien, pero no
puedes entrar”.
-El cuarto contestó: “Desde el primer momento de la caída, yo
pensé en Dios. Le encomendé mi alma, le pedí perdón por todos mis pecados con
contrición sincera y, aunque
no tenía mucho sentido hacer propósitos de enmienda y prometer no pecar más
cuando sabía que ya no había de tener ocasión, sí expresé mi dolor por haber
ofendido a Dios y me entregué a su misericordia”.
San Pedro se rascó la cabeza muy pensativo y, por fin, dijo: “En eso hiciste
bien, pero fue un poco tarde. Tampoco tú puedes entrar”.
-El quinto contestó: “Yo vi desde el primer momento que me
quedaban sólo unos instantes de vida. Abrí los ojos y vi a mi alrededor la vida más
bella que el hombre puede imaginar. Mientras
escalábamos la cumbre, estaba demasiado preocupado con la ascensión y agotado
por el esfuerzo para fijarme en la belleza del paisaje; pero, una vez libre de
toda preocupación en aquella soberbia caída, pude dedicarme a disfrutar
con toda el alma del espectáculo único de las montañas, la nieve, el valle y
las nubes, todo visto desde la perspectiva privilegiada del vuelo del pájaro
que por unos instantes fue mío. Con esos felices sentimientos estaba cuando me
llegó el fin”. San Pedro le puso la mano en el
hombro y le dijo: “Adelante, hijo mío. Este reino es para ti”. Entraron los dos
juntos en el cielo y se cerró la puerta. Al cerrar la puerta del cielo murmuró
san Pedro para sus adentros: “Pero ¿cómo voy a dejar entrar en el cielo a quien
no ha sabido disfrutar en la tierra? ¿Cuándo se enterarán los de ahí abajo?” Carlos García Valles. “Salió el sembrador...”
Este cuento
de Carlos García Valles nos invita a reflexionar sobre la manera en que vivimos
nuestras vidas y cómo afrontamos nuestras últimas decisiones. Aquí tienes cinco
puntos sobre la salvación que se pueden extraer de esta historia:
1.
Conciencia y
Arrepentimiento: Los primeros cuatro
alpinistas reflexionaron sobre sus errores, desesperación y preocupaciones
durante su caída. Sin embargo, el arrepentimiento tardío no fue suficiente para
alcanzar la salvación.
-En
el cristianismo, reconocer los propios errores y arrepentirse es un paso hacia
aceptar la salvación que ofrece Cristo... PERO NO ES EL UNICO PASO QUE DEBEMOS
DAR, HAY QUE CREER EN JESÚS.
2.
Desesperación y Esperanza: El segundo alpinista
intentó encontrar una solución desesperada para salvarse, demostrando que,
aunque la esperanza es importante, no siempre puede revertir situaciones
inevitables.
-El
segundo alpinista falló en encontrar una solución, una fe firme en Cristo es
esencial para la salvación.
3.
Compasión y Amor: El tercer alpinista
pensó en su familia y lamentó el impacto de su muerte en ellos. Este
sentimiento de compasión y amor no fue suficiente para ganarse la entrada al
cielo.
-El AMOR ES FUNDAMENTAL EN EL CRISTIANISMO (pero se basa en
el ejemplo de Cristo) y en la búsqueda de Dios.
4.
Fe y Confesión: El cuarto alpinista se
encomendó a Dios y pidió perdón por sus pecados durante la caída, pero su
reconocimiento tardío de sus errores no le permitió acceder al cielo.
-Confesión y arrepentimiento es fundamento para la salvación...
pero pensar solo en Dios no es suficiente hay que amar al prójimo.
5.
Disfrutar la Vida: El quinto alpinista, a
pesar de la inminente muerte, encontró la manera de disfrutar la belleza del
mundo a su alrededor. San Pedro valora esta capacidad de apreciar la vida y la
naturaleza, sugiriendo que saber disfrutar la vida es una cualidad que puede
abrir las puertas del cielo.
-Disfrutar la Vida: Este punto puede parecer
menos obvio, pero disfrutar de la vida y la creación de Dios puede ser una
forma de honrar al Creador. Sanar, agradecer y disfrutar la vida que Dios ha
dado es compatible con vivir una vida cristiana plena y apreciativa.
La vida es un don, Jesucristo es
un don si no sabemos disfrutar de la vida tampoco sabremos disfrutar de la vida
espiritual que Dios nos da en Cristo.
La fe es un don sino sabemos
disfrutar de la fe tampoco sabremos disfrutar de la vida.
Estos
puntos subrayan la importancia de vivir plenamente, con conciencia, amor y
capacidad de disfrutar de la belleza de la vida, como aspectos que pueden
conducir a la salvación.
4.
Edificados Sobre el Fundamento
de los Apóstoles y Profetas: En Efesios 2:19-22,
Efesios 2:19-22
Reina-Valera 1960
19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios, 20 edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio,
bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en
quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el
Espíritu.
Pablo
escribe que los creyentes son "ciudadanos con los
santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento
de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo
mismo". Aquí, la comunidad de creyentes está sostenida y fundamentada en
las enseñanzas de los apóstoles y profetas, con Jesús como el fundamento
principal.
Estos
ejemplos muestran cómo la idea de dependencia y
fundamento es recurrente en la Biblia. Subraya la importancia de basar
nuestras vidas, acciones y creencias en principios sólidos y relaciones fuertes
para poder vivir de acuerdo con las enseñanzas divinas.
Dios es amor - Un Corazón EN VIVO (Videoclip oficial) HD
En los
cuatro principios mencionados anteriormente, no se utiliza específicamente el
término "κρέμαται" (krémai) ni términos estrechamente relacionados.
Sin embargo, el concepto de dependencia y fundamento es evidente en las
enseñanzas y metáforas que Jesús y los apóstoles emplearon para transmitir la
importancia de basar nuestra vida en sus enseñanzas y en nuestra relación con
Dios.
Los
términos que se utilizan en estos pasajes reflejan la idea de estar
"fundamentado", "construido" o "permanecer", que,
aunque no son exactamente "κρέμαται", comparten el concepto de algo
que se sostiene o se apoya en algo más fuerte y seguro:
1.
Mateo 22:37-40 El amor a Dios y al
prójimo es el “sostén" (krémai) de toda la ley
2.
Mateo 7:24-27: El término griego
"θεμελιόω" (themelioó) significa
"fundar" o "establecer sobre un fundamento".
3.
Juan 15:1-8: El verbo
"μένω" (meno) significa "permanecer",
que implica una conexión constante y sostenida.
4.
Efesios 2:19-22: La palabra
"θεμέλιον" (themelion) se refiere al
"fundamento" sobre el cual se construye algo.
Aunque no
se usa (krémai)
directamente en estos últimos tres textos, la idea de algo que se sostiene o
depende de un fundamento sólido ( themelioó FUNDAR , meno
PERMANECER) es central en estas enseñanzas bíblicas.
Estas
palabras y conceptos refuerzan la importancia de una base firme en nuestras
vidas espirituales.
El concepto
de dependencia y fundamento también está presente en el Antiguo Testamento.
Aquí tienes algunos textos que reflejan este principio:
1.
Salmo 62:6-7
Salmos 62:6-7
Reina-Valera 1960
6
Él solamente es mi
roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
7
En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
Mi roca es mi
fundamento, mi base y lo que me hace permanecer.
2.
Proverbios 3:5-6
Proverbios 3:5-6
Reina-Valera 1960
5 Fíate de Jehová de todo tu
corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
El punto
de confianza y rectificación es Dios mismo.
3.
Isaías 28:16
Isaías 28:16
Reina-Valera 1960
16 por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por
fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable;
el que creyere, no se apresure.
Dios es el fundamento de
nuestras vidas y Cristo ha sido puesto como nuestro fundamento real.
4.
Deuteronomio 6:4-5
Deuteronomio 6:4-5
Reina-Valera 1960
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas.
Este
mandato de amar a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas es un principio
fundamental que subyace en muchas enseñanzas éticas y morales del Antiguo
Testamento.
Estos
textos muestran cómo el Antiguo Testamento también enfatiza la importancia de
tener a Dios como el fundamento y la roca sobre la cual se basa nuestra vida.
Estas enseñanzas preparan el terreno para los conceptos que se desarrollan más
plenamente en el Nuevo Testamento.
Aquí hay algunas ideas para
explicar la importancia de disfrutar de todos los dones de la vida, y cómo esto
puede llevar a disfrutar también de los dones espirituales:
1.
Gratitud y Reconocimiento: Disfrutar de los dones de la
vida comienza con la gratitud. Al reconocer y agradecer las pequeñas y grandes
bendiciones diarias—desde una buena comida hasta un hermoso paisaje—,
cultivamos una actitud de aprecio. Esta gratitud puede extenderse a la gratitud
espiritual, reconociendo y apreciando también las bendiciones espirituales que
recibimos.
2.
Equilibrio y Plenitud: Una vida equilibrada incluye
tanto los placeres materiales como los espirituales. Al disfrutar de los dones
materiales y las experiencias cotidianas, aprendemos a vivir de manera plena y
equilibrada, lo que también nos prepara para recibir y valorar los dones
espirituales.
3.
Conexión con el Creador: Disfrutar de la belleza del
mundo y de las experiencias de la vida puede llevarnos a una mayor conexión con
el Creador. Al valorar y maravillarnos por la creación, nuestra admiración y
agradecimiento se dirigen naturalmente hacia quien nos ha brindado esos dones,
fortaleciendo así nuestra relación espiritual.
4.
Apreciación de la Vida: Al vivir plenamente y disfrutar
de los dones que la vida nos ofrece, aprendemos a valorarla y cuidarla. Esta
valoración de la vida puede traducirse en un mayor aprecio por la vida
espiritual y por los principios y enseñanzas que guían nuestro camino espiritual.
5.
Experiencia de la Alegría: Disfrutar de los dones de la
vida nos permite experimentar la alegría, que es un reflejo de la alegría
espiritual. Al vivir con alegría y gozo en lo cotidiano, podemos abrirnos a
experimentar también el gozo y la paz que provienen de una vida espiritual
rica.
Estos puntos muestran cómo el
disfrute consciente de la vida material puede enriquecer y profundizar nuestra
vida espiritual, creando un ciclo positivo de gratitud y aprecio en ambas
dimensiones (del amor), la natural y la espiritual.
Mateo 25:14-30
Reina-Valera 1960
Parábola de los talentos
14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a
sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco
talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y
luego se fue lejos. 16 Y el que había recibido cinco
talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo
el que había recibido dos, ganó también otros dos. 18 Pero
el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su
señor. 19 Después de mucho tiempo vino el señor de
aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 20 Y
llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos,
diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros
cinco talentos sobre ellos. 21 Y su señor le dijo: Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. 22 Llegando también el que había
recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he
ganado otros dos talentos sobre ellos. 23 Su señor le
dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor. 24 Pero llegando
también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres
hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25 por
lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que
es tuyo. 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y
negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no
esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los
banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los
intereses. 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que
tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado,
y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y
al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes.
En
la Parábola de los Talentos (Mateo 25:14-30), Jesús cuenta la historia de un
hombre que, antes de irse de viaje, entrega a sus siervos diferentes cantidades
de dinero (talentos) para que los administren. A su regreso, recompensa a los
siervos que hicieron buen uso del dinero y reprende al siervo que, por temor,
escondió su talento y no lo hizo fructificar.
La
reprensión de este último siervo puede entenderse como una lección sobre la
importancia de aprovechar y valorar lo que se nos ha dado en la vida, ya sean
habilidades, oportunidades o bendiciones. Aquí hay una parte del pasaje
relevante:
>
“Pero el que había recibido un talento, fue y cavó en la tierra, y escondió el
dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos,
y arregló cuentas con ellos. Y llegando también el que había recibido un
talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no
sembraste, y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y
escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su
señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y
recojo donde no esparcí. Debías, por tanto, haber dado mi dinero a los
banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.”
Este
pasaje subraya la importancia de aprovechar los dones y talentos que Dios nos
ha dado y vivir nuestra vida plenamente en lugar de dejar que el miedo y la
infelicidad nos paralicen. Es un recordatorio de que estamos llamados a vivir
de manera activa y fructífera.
Amar a
Dios y al prójimo es el fundamento de la vida cristiana. Este amor no solo se
manifiesta en nuestras palabras, sino también en nuestras acciones diarias.
Cuando verdaderamente amamos a Dios, ese amor se refleja en nuestra relación
con los demás, llevándonos a actuar con compasión, empatía y generosidad.
La
importancia de ser feliz y agradecido radica en reconocer y apreciar los dones
que Dios nos ha otorgado. Estos dones, tanto materiales como espirituales, nos
permiten vivir una vida plena y en armonía con su voluntad. La gratitud nos
ayuda a mantener una perspectiva positiva y a valorar cada momento,
fortaleciendo nuestra relación con Dios y con las personas que nos rodean.
ODA A LA AMISTAD Canción de Sergio Sánchez Garrido
Al vivir
con gratitud, encontramos la verdadera felicidad en los pequeños detalles de la
vida cotidiana, y al amar a Dios y al prójimo, cumplimos con el mandamiento más
grande, reflejando el amor divino en todo lo que hacemos.
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