Si fija sus ojos en el centro vera como un efecto optico le hace ver cambios en los circulos rosas.
Nuestras vidas son a veces circulos engañosos que dependen de nuestro enfoque, o mucho peor de nuestra incapacidad de mirar en forma distinta nuestras circunstancias.
¿BUENA SUERTE? ¿MALA SUERTE? ¡QUIÉN SABE!
“Una historia china habla de un
anciano labrador, viudo y muy pobre, que vivía en una aldea, también muy
necesitada.
Un cálido día de verano, un
precioso caballo salvaje, joven y fuerte, descendió de los prados de las
montañas a buscar comida y bebida en la aldea. Ese verano, de intenso sol y
escaso de lluvias, había quemado los pastos y apenas quedaba gota en los
arroyos. De modo que el caballo buscaba desesperado la comida y bebida con las
que sobrevivir.
Quiso el destino que el animal
fuera a parar al establo del anciano labrador, donde encontró la comida y la
bebida deseadas. El hijo del anciano, al oír el ruido de los cascos del caballo
en el establo, y al constatar que un magnífico ejemplar había entrado en su
propiedad, decidió poner la madera en la puerta de la cuadra para impedir su
salida.
La noticia corrió a toda velocidad
por la aldea y los vecinos fueron a felicitar al anciano labrador y a su hijo.
Era una gran suerte que ese bello y joven rocín salvaje fuera a parar a su
establo. Era en verdad un animal que costaría mucho dinero si tuviera que ser
comprado. Pero ahí estaba, en el establo, saciando tranquilamente su hambre y
sed.
Cuando los vecinos del anciano
labrador se acercaron para felicitarle por tal regalo inesperado de la vida, el
labrador les replicó: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”. Y no
entendieron…
Pero sucedió que, al dia
siguiente, el caballo ya saciado, al ser ágil y fuerte como pocos, logró saltar
la valla de un brinco y regresó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano
labrador se acercaron para condolerse con él y lamentar su desgracia, éste les
replicó: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¡Quién sabe!”. Y volvieron a no
entender…
Una semana después, el joven y
fuerte caballo regresó de las montañas trayendo consigo una caballada inmensa y
llevándoles, uno a uno, a ese establo donde sabía que encontraría alimento y
agua para todos los suyos. Hembras jóvenes en edad de procrear, potros de todos
los colores, más de cuarenta ejemplares seguían al corcel que una semana antes
había saciado su sed y apetito en el establo del anciano labrador. ¡Los vecinos
no lo podían creer! De repente, el anciano labrador se volvía rico de la manera
más inesperada. Su patrimonio crecía por fruto de un azar generoso con él
y su familia. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su
extraordinaria buena suerte. Pero éste, de nuevo les respondió: “¿Buena suerte?
¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”. Y los vecinos, ahora sí, pensaron que el anciano no
estaba bien de la cabeza. Era indudable que tener, de repente y por azar, más
de cuarenta caballos en el establo de casa sin pagar un céntimo por ellos, solo
podía ser buena suerte.
Pero al día siguiente, el hijo del
labrador intentó domar precisamente al guía de todos los caballos salvajes,
aquél que había llegado la primera vez, huído al día siguiente, y llevado de
nuevo a toda su parada hacia el establo. Si le domaba, ninguna yegua ni potro
escaparían del establo. Teniendo al jefe de la manada bajo control, no había
riesgo de pérdida. Pero ese corcel no se andaba con chiquitas, y cuando el
joven lo montó para dominarlo, el animal se encabritó y lo pateó, haciendo que
cayera al suelo y recibiera tantas patadas que el resultado fue la rotura de
huesos de brazos, manos, pies y piernas del muchacho. Naturalmente, todo el
mundo consideró aquello como una verdadera desgracia. No así el labrador, quien
se limitó a decir: “¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¡Quién sabe!”. A lo que los
vecinos ya no supieron qué responder.
Y es que,
unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados
todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Pero cuando vieron
al hijo del labrador en tan mal estado, le dejaron tranquilo, y siguieron su
camino. Los vecinos que quedaron en la aldea, padres y abuelos de decenas de
jóvenes que partieron ese mismo día a la guerra, fueron a ver al anciano
labrador y a su hijo, y a expresarles la enorme buena suerte que había tenido
el joven al no tener que partir hacia una guerra que, con mucha probabilidad,
acabaría con la vida de muchos de sus amigos. A lo que el longevo sabio
respondió: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”.
Y es cierto que, en muchas
ocasiones, lo que nos parece una bendición acaba convirtiéndose en una
pesadilla, mientras que en tantas otras, lo que parece un revés, quizás nos
abre la puerta a una situación que, con el paso del tiempo, agradeceremos.
Soy libre - Japhet Ruiz
Nuestras
vidas tienden a repetir la de nuestros padres. Aunque conocemos sus resultados
nocivos, las volvemos a repetir.
Son
zonas de sufrimiento círculos viciosos te dan la sensación de que no hay otra opción,
que no tienes salida.
Te
crea incapacidad, ausencia de alternativas y te deja en un callejón sin salida.
Cuando
llegas a uno de estos círculos en tu vida, te viene al pensamiento la mentira
de que nada puedes hacer para cambiar tu vida.
Son
círculos engañosos pues te ofrecen una seguridad engañosa, una cercanía en sus
relaciones y una ausencia de conflictos totalmente inciertas e impostoras.
Todos hemos tenidos MALAS EXPERIENCIAS que
obstaculizan el PRESENTE y provocan MIEDO AL FUTURO.
Una
de las mejores formas de superar los círculos repetitivos de nuestras vidas es
la de probar nuevas alternativas, decisiones que nunca nos atrevimos a poner en
práctica.
El
síndrome Bournot también conocido como el de quemado en el trabajo: Responde a
los siguientes síntomas, cansancio físico y emocional, desinterés y bajo
rendimiento con bajada de autoestima.
Las
razones:
1-Desequilibrio
entre responsabilidades y vida personal.
2-Asumir
papeles que no te corresponden.
3-Monotonia
diaria.
4-Tu
labor no te deja la más mínima iniciativa.
Sentirse
un forastero en su casa y en su trabajo por mucho tiempo tiene consecuencias,
pronto va a sentirse dentro de un circululo repetitivo
Génesis 20 :1 De allí partió Abraham a la tierra del
Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar.
Neguev en hebreo significa ARIDO Y SECO
Cades
en hebreo
significa SANTO (ES UN OASIS EN EL DESIERTO)
Shur en hebreo significa MURO
-Vivir como extranjero
en la época de Abraham Isaac y Jacob, implicaba moverse fuera del control de
las ciudades paganas sus costumbres y sus maldades.
Les hacían parecer
a otros como Muros, secos o gente apartada y santa con la que no fluye la relación.
2 Y dijo Abraham de Sara
su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara.
Gerar
SIGNIFICA CIRCULO
Habitar como
forastero es una opción, pero si se tiene miedo, el miedo hace que perdamos sinceridad
y adoptemos una cierta hipocresía en nuestro circulo.
Génesis
26:8-11Reina-Valera 1960 (RVR1960)
8 Sucedió que después
que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una
ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.
9 Y llamó Abimelec a
Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: Es mi
hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella.
10 Y Abimelec dijo: ¿Por
qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu
mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.
11 Entonces Abimelec
mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de
cierto morirá.
-No es que Isaac, y Abimeléc imitaran a sus
padres es que vivian en Gerar que significa EN HEBREO "CIRCULO".
ESOS
CÍRCULOS REPETITIVOS TIENE UN MENSAJE PARA NOSOTROS, no se trata de imitar en
todo sino de "COMPRENDER" Y PODER APRENDER DE LOS ERRORES PARA NO
REPETIRLOS NUNCA MÁS.
¿Qué
hace falta para levantarse todos los días con alegría? ¿Son necesarias 100
monedas de oro para ser feliz? ¿Estás dentro del círculo?
Había una vez un rey muy
triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy
feliz.
Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertar al rey contando y tarareando alegres canciones de juglares. Una gran sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.
Un día, el rey lo mandó a llamar.
- “Paje”, le dijo, “¿cuál es el secreto?”
- “¿Qué secreto, Majestad?”
- “¿Cuál es el secreto de tu alegría?”
- “No hay ningún secreto, Alteza.”
- “No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.”
- “No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.”
- “¿Por qué estás siempre alegre y feliz?¿por qué?”
- “Majestad, no tengo razones para estar triste. Su alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos… ¿cómo no estar feliz?.”
- “Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar”, dijo el rey. “Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.”
- “Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...”
- “Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!”
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.
El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
- “¿Por qué él es feliz?”
- “Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.”
- “¿Fuera del círculo?”
- “Así es.”
- “¿Y eso es lo que lo hace feliz?”
- “No, Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.”
- “A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.”
- “Así es.”
- “Y él no está.”
- “Así es.”
- “¿Y cómo salió?”
- “¡Nunca entró!”
- “¿Qué círculo es ese?”
- “El círculo del 99.”
- “Verdaderamente, no te entiendo nada.”
- “La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los hechos.”
- “¿Cómo?”
- “Haciendo entrar a tu paje en el círculo.”
- “Eso, obliguémoslo a entrar.”
- “No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.”
- “Entonces habrá que engañarlo.”
- “No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito, solito…”
- “¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?”
- “Sí, se dará cuenta.”
- “Entonces no entrará.”
- “No lo podrá evitar.”
- “¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?”
- “Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?”
- “Sí.”
- “Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99!”
- “¿Qué más? ¿Llevo guardias por si acaso?”
- “Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.”
- “Hasta la noche.”
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey.
Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba.
Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía:
Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertar al rey contando y tarareando alegres canciones de juglares. Una gran sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.
Un día, el rey lo mandó a llamar.
- “Paje”, le dijo, “¿cuál es el secreto?”
- “¿Qué secreto, Majestad?”
- “¿Cuál es el secreto de tu alegría?”
- “No hay ningún secreto, Alteza.”
- “No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.”
- “No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.”
- “¿Por qué estás siempre alegre y feliz?¿por qué?”
- “Majestad, no tengo razones para estar triste. Su alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos… ¿cómo no estar feliz?.”
- “Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar”, dijo el rey. “Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.”
- “Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...”
- “Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!”
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.
El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
- “¿Por qué él es feliz?”
- “Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.”
- “¿Fuera del círculo?”
- “Así es.”
- “¿Y eso es lo que lo hace feliz?”
- “No, Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.”
- “A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.”
- “Así es.”
- “Y él no está.”
- “Así es.”
- “¿Y cómo salió?”
- “¡Nunca entró!”
- “¿Qué círculo es ese?”
- “El círculo del 99.”
- “Verdaderamente, no te entiendo nada.”
- “La única manera para que entendieras, sería mostrártelo en los hechos.”
- “¿Cómo?”
- “Haciendo entrar a tu paje en el círculo.”
- “Eso, obliguémoslo a entrar.”
- “No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.”
- “Entonces habrá que engañarlo.”
- “No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solito, solito…”
- “¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?”
- “Sí, se dará cuenta.”
- “Entonces no entrará.”
- “No lo podrá evitar.”
- “¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?”
- “Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?”
- “Sí.”
- “Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99!”
- “¿Qué más? ¿Llevo guardias por si acaso?”
- “Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.”
- “Hasta la noche.”
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey.
Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba.
Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía:
ESTE
TESORO ES TUYO.
ES EL PREMIO
POR SER UN BUEN HOMBRE.
DISFRÚTALO Y NO CUENTES
A NADIE
CÓMO LO ENCONTRASTE.
ES EL PREMIO
POR SER UN BUEN HOMBRE.
DISFRÚTALO Y NO CUENTES
A NADIE
CÓMO LO ENCONTRASTE.
Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse.
Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas lo que sucedía.
El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados y entró en su casa.. Desde afuera escucharon la tranca de la puerta, y se arrimaron a la ventana para ver la escena.
El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa.
Sus ojos no podían creer lo que veían.
¡Era una montaña de monedas de oro!
Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él.
El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas.
Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas:
Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis... y mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50, 60... hasta que formó la última pila: 9 monedas!
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa.
- “No puede ser”, pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.
- “Me robaron”, gritó, “me robaron, ¡malditos!
Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba.
Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro “sólo 99”.
- “99 monedas. Es mucho dinero”, pensó.
- “Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo”, pensaba. “Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.”
El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que asomaban sus dientes..El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.
¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?
Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta.
Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla.
Después quizás no necesitara trabajar más.
Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar.
Con cien monedas un hombre es rico.
Con cien monedas se puede vivir tranquilo.
Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario.
- “Doce años es mucho tiempo”, pensó.
Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello.
Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero.
¡Era demasiado tiempo!
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comida todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender...
Vender...
Vender...
Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno?
¿Para qué más de un par de zapatos?
Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio, volvieron al palacio.
El paje había entrado en el círculo del 99...
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche.
Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando y de pocas pulgas…
- “¿Qué te pasa?”, preguntó el rey de buen modo.
- “Nada me pasa, nada me pasa.”
- “Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.”
- “Hago mi trabajo, ¿no?¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?”
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente.
No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.
Los circulos repetitivos de nuestras vidas amenazan a nuestra fe sueños e ilusion por encontrar el espacio y la bendicion de lo que busca nuestra fe.
Nunca Perdi mi Fe - Japhet Ruiz
GENESIS 26:12. “Isaac
sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor
lo había bendecido” (NVI).
Tres mil años más tarde, las técnicas modernas son utilizadas
para sembrar y cosechar este suelo fértil.
Algunos son bendecidos en unos de estos círculos y no saben
que a veces la bendición también es parte de ese círculo.
Gerar era una ciudad amurallada y fuera de ella había un
valle que también era el valle de Gerar.
En una forma había salido de Gerar pero no lo suficiente
como para QUE LOS CONFLICTOS DEL CIRCULO no siguieran apareciendo.
Génesis 26:15-16 – “Y todos los pozos
que los siervos de su padre habían cavado en los días de Abraham su padre, los
filisteos los cegaron llenándolos de tierra. (16) Entonces Abimelec
dijo a Isaac: Vete de aquí, porque tú eres mucho más poderoso que nosotros”
-El rechazo se convierte en envidia cuando alguien de tu circulo actúa en forma hostil y descarada.
-A veces nos apartamos de círculos tóxicos…. ¡Pero no lo
bastante! Para que los conflictos no se vuelvan a repetir.
¿Quién tiene la razón en el conflicto?
Un
matrimonio judío se está peleando continuamente. Para poner remedio a la
situación deciden visitar al rabino y conocer su justa opinión. Le radiografían
el problema. “Estamos todo el día peleando, si uno hace una cosa el otro le
parece mal, nunca nos ponemos de acuerdo, siempre estamos criticándonos”. El
rabino le pregunta a la mujer cuál es exactamente el problema. La mujer le
esboza la situación de disputa permanente. Cuando termina, el rabino mueve la
cabeza en un gesto de aseveración y le asegura a la mujer que tiene razón en
todo lo que le ha dicho. Luego llama al marido y le propone lo mismo. “Por
favor, cuénteme en qué consiste su malestar”. El hombre se lo expone. Al acabar
la exposición el rabino vuelve a mover la cabeza afirmativamente y
le dice al marido que tiene razón en todo lo que le ha confesado. Entonces la
mujer se rebela y le espeta al rabino con tono apremiante que eso no puede ser.
“La razón o la tengo yo o la tiene él, pero ambos no”. El rabino la mira con
ojos comprensivos y remata la conversación: “¿Sabe lo que le digo, señora? Que
también tiene usted razón”.
Génesis 26:17-18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
17 E
Isaac se fue de allí (de la ciudad de Gerar) , y acampó en el valle de Gerar,
y habitó allí.
18 Y
volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de
Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de
Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado
En estos círculos viciosos se suceden los
mismos conflictos.
20 los
pastores de Gerar riñeron con los pastores de
Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek,[a] porque
habían altercado con él.
22 Y
se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot,[c] y dijo:
Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra.
Gerar
SIGNIFICA CIRCULO
Esek SIGNIFICA CONTIENDA
Sitna
SIGNIFICA ODIO DOLOR Y OPOSICIÓN
Rehobot
SIGNIFICA LUGAR ESPACIOSO
Estos tres pozos eran pasos alejándose del círculo.
Podemos destacar el hecho que la Biblia dice que el
tercer pozo fue cavado por Isaac, no por sus siervos.
-La gente cercana te verán como una amenaza cuando estas junto a
ellos.
-Pero la gente de tu círculo solo entenderán que Dios te bendice cuando te salgas de su círculo.
-Pero la gente de tu círculo solo entenderán que Dios te bendice cuando te salgas de su círculo.
Y Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol,
capitán de su ejército.
27 Y les
dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis
de entre vosotros?
-Vivir
como extranjero te hará sentir rechazos y acercamientos contradictorios con la
gente de tu circulo.
-Puedo
comprender el sentir de Isaac, estaba quemado con estos filisteos.
Llegamos a quemarnos cuando
superamos el umbral del estrés que podemos tolerar.
De pronto te importa un pepino
todo, no toleras nada ni a nadie, eres un borde y hasta un cinico.
28 Y ellos
respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y
dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos
pacto contigo,
29 que no
nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos
hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Jehová.
-El
miedo te metió en una guerra en la que a veces pareces tener la iniciativa paro
que sabes que es solo temporal mientras estés dentro del círculo.
30 Entonces
él les hizo banquete, y comieron y bebieron.
-Algo de
reconocimiento de la gente de tu circulo te alivia, una comida un banquete, ¡pero
qué lindo es llevarse bien!
31 Y se
levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; e Isaac los despidió, y
ellos se despidieron de él en paz.
-La
despedida aquella parece que también fue un reconocimiento de que las
relaciones estuvieron tirantes con anterioridad.
-La
verdadera bendición de Dios viene cuando hacemos la paz….hay cosas hermosas que
ese mismo dia suceden de parte de Dios.
32 En aquel
día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y le dieron nuevas acerca del
pozo que habían abierto, y le dijeron: Hemos hallado agua.
Fuera
del círculo también hay AGUA pero solo cuando recorremos el camino de CADES (ARIDEZ Y SEQUEDAD) de nuestro carácter y SHUR (MURO) que nos
incomunica y salimos de GERAR (EL CIRCULO REPETITIVO).
Finalmente en
nuestra historia de hoy tenemos tres nombres con los que tanto Abraham como
Isaac hicieron dos pactos relacionados con sus salidas del CIRCULO (GERAR).
Génesis 21:22 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pacto
entre Abraham y Abimelec
22 Aconteció
por aquel tiempo que Abimelec, con[a] Ficol,
comandante de su ejército, habló a Abraham, diciendo: Dios está contigo en
todo lo que haces;
El pacto entre
Abraham y ABIMELEC SUCEDIÓ UNOS 75 AÑOS ANTES QUE EL QUE SE CONCERTÓ ENTRE ISAAC
Y ABIMELEC.
[ Pacto entre Isaac y
Abimelec ] Entonces Abimelec vino a él desde Gerar, con su
consejero Ahuzat y con
Ficol, jefe de su ejército.
El termino
consejero en hebreo es “AMIGO INTIMO” (EL AMIGO DEL JEFE) ….!Cuidadito con este calladito y con el otro que habla hasta
por los codos!.
1-ABIMELEC significa “MI PADRE ES
REY” era el cargo de Rey
2-FICOL SIGNIFICA (LA BOCA DE
TODOS) era el jefe del ejército del círculo, un cargo y una autoridad en
Gerar.
3-AHUZAT significa (POSESIÓN)
En todos los círculos
repetitivos de nuestras vidas nos encontraremos estos tres perfiles:
1-El que manda
oficialmente
2-El que es la boca
de todos
3-El que posee el
control manipulador
-En este mundo los conflictos son repetitivos, necesitamos un correcto enfoque para que las cosas cambien, apartarnos poco a poco de esas cosas que nos atrapan hasta alcanzar ese lugar en el que todos comprendan que Dios esta con nosotros....mas allá del jefe, su representante hablador y el posesivo manipulador que controla todo el circulo.....mas alla hay AGUA Y VIDA.