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miércoles, 19 de noviembre de 2025

Tres facetas del “secreto de Dios”

 

Tres facetas del “secreto de Dios” SERGIO SÁNCHEZ GARRIDO


Introducción: Tres facetas del secreto de Dios

A lo largo de las Escrituras, Dios se presenta como aquel que revela, guarda y oculta. Su presencia no es una fórmula, sino un misterio que se despliega en etapas. El creyente no entra de golpe en la plenitud de la fe, sino que camina por un sendero donde Dios se va mostrando en tres dimensiones esenciales: intimidad, refugio y misterio.

La intimidad es el comienzo: Dios abre su consejo a los que le temen, como un amigo que comparte su secreto. Es el momento en que el corazón se despierta y empieza a escuchar la voz del Eterno.

El refugio es el segundo paso: cuando el alma, herida por la vida, encuentra en Dios un escondite seguro. Ya no se trata solo de conocerlo, sino de habitar en Él, de descansar bajo su sombra.

El misterio es la tercera faceta: cuando, aun en la comunión y el descanso, Dios se oculta. No por crueldad, sino para que la fe madure. El rostro que antes brillaba ahora se esconde, y el creyente aprende a caminar sin ver, confiando en lo invisible.

Este estudio es una invitación a recorrer ese camino. A reconocer que la vida espiritual no es estática, sino dinámica. Que Dios nos llama primero a su intimidad, luego nos guarda en su refugio, y finalmente nos introduce en el misterio donde la fe se vuelve adoración.

El banco del parque

Un anciano se sentaba cada tarde en el mismo banco del parque. No hablaba mucho, solo miraba el cielo y sonreía. Un joven curioso se le acercó y le preguntó: —¿Por qué siempre viene aquí?

El anciano respondió: —Porque aquí escucho el secreto de Dios.

El joven se rió: —¿Y cuál es ese secreto?

El anciano lo miró con calma: —El secreto no es una fórmula ni una palabra mágica. Es que Dios se deja encontrar en lo íntimo, en lo escondido y en lo misterioso. Aquí, en silencio, me habla como amigo (sôd). Aquí me cubre como refugio (séter). Y aquí me recuerda que nunca lo entenderé del todo, porque también se oculta (sātar).

El joven se quedó pensativo. Al día siguiente volvió al parque, se sentó en el mismo banco y cerró los ojos. No escuchó nada especial, pero sintió paz. Y comprendió que el secreto de Dios no se explica: se vive.

Lo que transmite es que el “secreto de Dios” no es información oculta, sino una experiencia de intimidad, refugio y misterio.

Relación íntima (סוֹד – sôd) Significado: Consejo secreto, confidencia, círculo íntimo, reunión privada.

Este término aparece unas 21 veces en el Antiguo Testamento

Uso bíblico:

Salmo 25:14: “La comunión íntima (sôd) de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.”

El susurro en la noche (sôd – intimidad)

Un joven oraba cada noche pidiendo respuestas. Una vez, en medio del silencio, no escuchó palabras… pero sintió paz. Descubrió que el secreto de Dios no siempre es información, sino comunión.

·        Aquí se entiende como el consejo secreto de Dios revelado a quienes le temen.

Job 29:4: Como fui en los días de mi juventud, Cuando el favor de Dios (sôd) velaba sobre mi tienda;

·        Job recuerda cuando “el secreto (sôd) de Dios estaba sobre mi tienda”, refiriéndose a la cercanía y favor divino.

Proverbios 3:32: “Porque Jehová abomina al perverso; mas su comunión íntima (sôd) es con los justos. 

Proverbios 3:32 “Porque Jehová abomina al perverso; mas su secreto (sôd) es con los rectos.” El secreto se entiende como la comunión reservada para los justos.

Amós 3:7 “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto (sôd) a sus siervos los profetas.”

El secreto aquí es la relación privilegiada con Dios.

Jeremías 23:18, 22: Porque ¿quién estuvo en el secreto (sôd) de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?

22 Pero si ellos hubieran estado en mi secreto (sôd), habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.

Los verdaderos profetas están en el “consejo (sôd) de Jehová”, es

  • Dios abre su consejo a quienes le temen.
  • No es un secreto en el sentido de exclusión, sino de confidencia: compartir lo más profundo con los que están cerca.
  • Esto revela que Dios es personal y relacional, que busca comunión y confianza.

2. Lugar de refugio (séter) un lugar secreto de protección

Este término enfatiza el aspecto de protección y refugio secreto más que de consejo.

Uso bíblico:

Salmo 91:1: “El que habita al abrigo séter del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.”

Una niña jugaba a las escondidas y se metió bajo la mesa. Su abuelo la miró y dijo: “Así es Dios: cuando todo parece peligroso, Él tiene un escondite secreto para ti.”

Aquí “abrigo” es séter, un lugar secreto de protección.

Salmo 27:5: “En el día del mal me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto (séter) de su morada me ocultará.”

  • El “secreto” es un espacio seguro, un escondite bajo su sombra.
  • Aquí Dios se muestra como protector y cuidador, ofreciendo seguridad en medio del caos.
  • El secreto (séter) no es información, sino presencia que guarda.

3. El acto de ocultar (סָתַר – sātar) Significado: Esconder, ocultar, misterio.

Un hombre buscaba entender cada detalle de su vida. Un sabio le dijo: “Si pudieras explicarlo todo, Dios ya no sería Dios.”

El secreto de Dios también es misterio que invita a la fe.

  • Uso bíblico:

Isaías 45:15: “Verdaderamente tú eres Dios que te ocultas (sātar), Dios de Israel, que salva.”

Aquí se habla del misterio de Dios, que se revela y a la vez se oculta.

Conexión teológica

  • Sôd → Secreto como comunión y consejo divino. Dios comparte su intimidad con los justos y profetas.
  • Séter → Secreto como refugio y protección. Dios es un escondite seguro en tiempos de peligro.
  • Sātar → Secreto como ocultamiento. Dios es misterioso y no siempre revela su obrar.

En conjunto, la Biblia muestra que el “secreto de Dios” no es simplemente información oculta, sino una relación íntima, un espacio de protección y un misterio divino que se revela a quienes le temen.

Dios se oculta, no porque sea inaccesible, sino porque su misterio excede la comprensión humana.

Esto revela que Dios es trascendente y soberano, no manipulable ni totalmente predecible.

Su ocultamiento invita a la fe y a la búsqueda.

Lo que esto revela de Dios

Dios es cercano: comparte su consejo con los que le temen.

Dios es refugio: ofrece un lugar secreto de protección.

Dios es misterio: se oculta para que el ser humano lo busque con reverencia.

En conjunto, estas tres dimensiones muestran que Dios no es solo un ser lejano y misterioso, ni solo un amigo íntimo y protector, sino ambas cosas a la vez: cercano y trascendente, revelado y oculto, protector y soberano.

En otras palabras: el “secreto de Dios” es la paradoja divina de un Dios que se da a conocer en intimidad, que guarda en refugio, y que se oculta en misterio.

Primer paso: Dios abre su secreto en intimidad → relación personal.

Salmo 25:14 a comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.

Jesús primero abre el secreto del Padre a sus discípulos, compartiendo su consejo y revelación.

“Ya no os llamaré siervos… os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer” (Juan 15:15).

Aquí Jesús abre el secreto del Padre a sus discípulos, compartiendo su consejo y revelación.

Etapa: Relación personal, amistad, confianza.

Segundo paso: Dios guarda en refugio → seguridad en su presencia.

Salmo 91;1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.

Jesús en segundo lugar se convierte en el lugar secreto de descanso y refugio para los que lo siguen.

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

Jesús se convierte en el lugar secreto de descanso y refugio para los que lo siguen.

Etapa: Seguridad en su presencia, paz en medio de la tormenta (Marcos 4:39) Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.

Tercer paso: Dios se oculta en misterio → fe y adoración.

Isaias 45:15 Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas.

Es un camino progresivo: conocerlo → descansar en Él → rendirse ante su misterio.

Jesús en tercer lugar revela y a la vez oculta: habla en parábolas, mostrando que el Reino es misterio que requiere fe.

“A vosotros os es dado conocer dedotai los misterios (mystērion) del reino de Dios; mas a los otros por parábolas” (Lucas 8:10).

Etapa: Rendirse ante lo incomprensible, aceptar que no todo se entiende, vivir en confianza.

En definitiva, Jesús lleva a sus discípulos por ese camino espiritual: conocerlo, descansar en Él, y finalmente rendirse ante el misterio del Reino.

El término “misterio” (μυστήριον, mystērion) no significa algo incomprensible, sino una verdad divina que estaba oculta y ahora ha sido revelada.

Sentido bíblico: En el Nuevo Testamento, “misterio” significa algo que estaba escondido en el plan de Dios y ahora se revela en Cristo.

·  Ejemplos paralelos:

Colosenses 1:26: “El misterio que había estado oculto… ahora ha sido manifestado.”

1 Timoteo 3:16: “Grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne.”

Aplicación en Lucas 8:10: Los “misterios del reino” son las verdades del Reino de Dios que Jesús revela a sus discípulos, mientras permanecen veladas para quienes no creen.

Dedotai Sentido: “Se os ha concedido” o “se os ha dado como don”.

Implicación: El acceso al misterio no es mérito humano, sino gracia divina.

Contraste: A los discípulos se les concede conocer; a los demás, las parábolas permanecen como enigmas (Isaías 6:9-10). Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.

10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.

El conocimiento del misterio es don gratuito de Dios, no resultado de la inteligencia humana.

Orden espiritual: Jesús abre el consejo (intimidad), ofrece descanso (refugio), y mantiene el misterio (ocultamiento) para que la fe sea necesaria.

Los evangelios muestran que el discipulado no es solo aprender información, sino caminar un proceso que sigue ese orden.

1-El discipulado comienza con relación personal: Jesús comparte el secreto del Padre, abre su corazón y revela su voluntad.

Inicio: Conocer a Cristo en intimidad → relación personal.

Progreso: El discípulo pasa de ser oyente a ser amigo, entrando en comunión.

2-Después de la intimidad, el discípulo experimenta a Cristo como refugio y descanso.

Progreso: El discípulo aprende a confiar y reposar en la presencia de Jesús, incluso en medio de tormentas.

3- Jesús revela y oculta al mismo tiempo: el Reino es misterio que requiere fe.

Progreso: El discípulo madura al aceptar que no todo se entiende, y que seguir a Cristo implica confianza en lo invisible.

MI TESTIMONIO: Tres facetas del secreto de Dios


En enero de 1976 yo era un joven ateo que estaba finalizando mis estudios de Maestría Industrial. En mi barrio, un grupo de muchachos de mi edad —algunos atrapados en la droga— comencé a asistir a una iglesia evangélica y afirmaban haber conocido a Jesucristo. Junto con un amigo decidimos visitarlos, pero con la intención de reírnos y burlarnos de ellos.

Lo hicimos, pero aquella misma noche tuve un sueño: dos ángeles entraban por la ventana y hacían algo en mi cabeza. En ese tiempo no creía en Dios, aunque sí pensaba en la posibilidad de civilizaciones extraterrestres. Por eso, en el sueño estaba semiconsciente y con cierta expectativa de lo que aquella experiencia podía significar.

Al despertar era domingo. Tenía apenas 200 pesetas, lo justo para pagar la entrada a la discoteca, así que decidí caminar por el campo para no gastar nada. En ese paseo terminé entrando nuevamente en aquella iglesia, esta vez sin burlas. Presté atención y quedé maravillado, aunque todavía no creía.

Me invitaron a regresar el martes para ver un documental donde se mostraban milagros reales: ciegos que veían, cojos que caminaban… Aquello me hizo dudar de mi ateísmo. Incluso me atreví a hablar en silencio con ese posible Dios misterioso y le pedí ayuda para creer. Y Él me la dio.

1. Intimidad

Así comenzó mi primera etapa: la intimidad. Claro que tuve crisis en mi fe. Recuerdo un día en que había decidido no volver nunca más a la iglesia. Un hermano estaba jugando a abrir la Biblia y señalar al azar un versículo para ver qué le decía Dios. Casi nunca le salía algo coherente, pero me animó: “Sergio, prueba tú”. Yo, incrédulo, puse el dedo y leí Isaías 54:7: “Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.” Ese versículo me llegó al alma. Vi coherencia y entendí que Dios me estaba hablando. Fue entonces cuando entré en la segunda etapa.

2. Refugio

Conocí el lugar de mi refugio y la naturaleza de la fe. Comencé a desarrollar una vida de oración y a visitar, en las mañanas, ciertos olivos donde junto con otros amigos buscábamos a Dios. Allí Él se nos revelaba como nuestro refugio.

En 1980 me mudé a Fuengirola y empecé a asistir a una comunidad internacional donde se predicaba y cantaba en varios idiomas. Allí Dios me usó como predicador del evangelio para los españoles. A comienzos de los años 90 sufrí un desencanto espiritual con otros ministros que incluso me pidieron que me apartara. Fue muy duro, pero también hermoso, porque decidí seguir mi vida de intimidad y refugio en Cristo.

3. Misterio

Más adelante estudié en la FEREDE para dar clases de enseñanza evangélica en las escuelas. Me diplomé como maestro y me invitaron a compartir lo que Dios me iba revelando de su misterio. Entré en esta tercera fase, donde el Señor me habla cosas más profundas que he compartido en la radio y en redes sociales por más de 30 años.

He vivido tormentas, sí, pero mi refugio sigue siendo Cristo. Y sigo aprendiendo cada día que todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Conexión con este estudio

Mi historia refleja de manera viva las tres facetas del secreto de Dios:

  • Intimidad: Dios abrió su consejo y comenzó mi relación personal con Él.
  • Refugio: Me mostró el lugar secreto de protección y descanso.
  • Misterio: Me llevó a aceptar lo oculto y a compartir revelaciones más profundas.

Salmo 27:4-5 Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto.

No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.

1-     (“una cosa he demandado… estar en la casa de Jehová”) Aquí el salmista expresa el deseo de comunión íntima con Dios, de estar en su presencia y conocer su voluntad

2-     (“en el día del mal me esconderá en su tabernáculo”) Después de la intimidad, viene la experiencia de refugio: Dios es el escondite seguro en medio de la adversidad

3-     (“no escondas tu rostro de mí”) Aquí aparece el misterio: aun en la intimidad y el refugio, Dios se oculta. El creyente debe aprender a vivir en fe, confiando, aunque no vea claramente... anhelas vivir dentro de ese secreto y que a ti no se te oculte.

Este pasaje muestra el camino progresivo del creyente:

1.     Intimidad → buscar la presencia de Dios.

2.     Refugio → experimentar su protección en tiempos difíciles.

3.     Misterio → aceptar que Dios se oculta y que la fe es necesaria para que se te revele su misterio.

Así, el Salmo 27 se convierte en un ejemplo claro de cómo intimidad, refugio y misterio marcan nuestra existencia espiritual.

En conclusión: Jeremías 23:18, 22 enseña que sin intimidad con Dios no hay palabra verdadera, y que el ministerio auténtico nace del secreto compartido con Él. El sôd no es un lugar físico, sino una dimensión espiritual donde Dios forma, corrige y envía.

Es una denuncia directa contra los falsos profetas que hablan en nombre de Dios sin haber estado en su sôd —su secreto, su consejo íntimo. Es una crítica profunda a quienes ejercen liderazgo espiritual sin comunión real con el Señor. Dios no está preguntando por información, sino exponiendo la ausencia de intimidad. Los profetas hablaban, pero no habían visto ni oído nada verdadero. No estaban en el sôd, no habían sido invitados al círculo íntimo de revelación. Aquí se revela el fruto esperado de la verdadera intimidad:

  • No solo hablar, sino transformar.

  • No solo predicar, sino hacer volver.

  • El verdadero profeta no informa, forma.

Nos recuerda que sin intimidad con Dios no hay palabra verdadera, y que el ministerio profético no se improvisa: se cultiva en el secreto. El sôd es el lugar donde Dios forma a sus mensajeros, y donde el pueblo puede ser transformado.

El secreto de Dios (sôd) no es un grupo físico, ni un lugar geográfico, ni una información que se transmite como datos. Es algo mucho más profundo y espiritual.

Es la cercanía espiritual donde Dios comparte su voluntad con los que le temen (cf. Salmo 25:14)sino una relación de confianza.El secreto de Dios es un estado de intimidad: estar en su presencia, escuchar su voz, atender a su palabra.

Es como entrar en la sala del Rey, no con los ojos del cuerpo, sino con los ojos del corazón.

Allí el creyente recibe dirección, consuelo y corrección.

No es solo revelación, sino también misión: quien ha estado en el secreto de Dios transmite su palabra con poder y hace volver al pueblo de sus malos caminos (Jeremías 23:22).

El secreto no se guarda para uno mismo, sino que se comparte como palabra viva que transforma. 

El secreto de Dios es la comunión íntima y espiritual donde Él revela su voluntad a los que le temen, no como información, sino como experiencia transformadora que da dirección, refugio y fe en el misterio.

Podríamos resumirlo así: El secreto de Dios es el espacio invisible de intimidad donde su voz se hace clara, su presencia se vuelve refugio, y su misterio nos llama a la fe.

jueves, 13 de noviembre de 2025

EL DICHO Y LA ENSEÑANZA DE DIOS

 

EL DICHO Y LA ENSEÑANZA DE DIOS

A lo largo de las Escrituras, Dios se comunica con su pueblo de maneras diversas y profundas. En hebreo, dos verbos revelan esta riqueza: “Vayomer” (dijo) y “Vayedaber” (habló).

Cuando traducimos “Vayomer” como “dijo” y “Vayedaber” como “habló” (así lo traducen la mayoria de las biblias), perdemos el alma del texto. No es solo lo que Dios comunica, sino cómo lo hace y que tono usa...

Vayomer es el susurro que revela propósito. 

Vayedaber es la palabra firme que forma carácter.

Debemos escuchar no solo las palabras de Dios, sino el tono con que las dice.

Porque el tono nos enseña cómo responder

  • Si Dios susurra, respondemos con adoración.
  • Si Dios instruye, respondemos con obediencia.

Porque el tono nos sana

Muchos creyentes viven bajo un tono equivocado:

o   Si solo escuchan Vayedaber, sienten que la fe es una carga.

o   Si solo buscan Vayomer, se pierden en emociones sin dirección.

Ambos verbos parecen iguales pero tienen tonos muy distintos, uno revela su ternura (vayomer), y el otro su autoridad (vayedaber).

El maestro y el alumno

Un maestro tenía un alumno brillante pero inseguro. Un día, el alumno cometió un error grave en clase. El maestro se acercó y le dijo:

“¿Qué has hecho?” —con tono severo, ceño fruncido, voz cortante.

El alumno bajó la cabeza, temblando. Se sintió humillado, incapaz, y dejó de participar durante semanas.

Tiempo después, el maestro recordó ese momento y decidió hablar con él de nuevo. Esta vez, se acercó con una sonrisa suave, puso la mano en su hombro y repitió las mismas palabras:

“¿Qué has hecho?” —con tono curioso, cálido, abierto.

El alumno levantó la mirada, se sintió escuchado, y respondió con honestidad. A partir de ese día, volvió a brillar.

Moraleja

El mensaje era el mismo. Las palabras eran idénticas. Pero el tono cambió el resultado: de la vergüenza al aprendizaje, del miedo a la confianza.

Este cuento se usa en pedagogía para mostrar que el tono es el alma del mensaje. En la Biblia, esto se refleja en la diferencia entre Vayomer (susurro revelador) y Vayedaber (instrucción firme).

No solo importa lo que decimos, sino cómo lo decimos. Y cuando Dios habla, su tono revela su intención: formar, consolar, corregir o llamar.

·  Un mensaje predicado con tono Vayomer puede sanar, consolar, despertar vocaciones.

·  Un mensaje predicado con tono Vayedaber puede corregir, formar, establecer convicciones.

·  Si el predicador solo usa Vayedaber, puede parecer duro, distante, legalista.

·  Si solo usa Vayomer, puede parecer blando, evasivo, emocional sin dirección.

·        Vayomer es como regar la tierra antes de sembrar.

·        Vayedaber es como plantar la semilla con firmeza.

Un predicador sabio sabe cuándo susurrar y cuándo proclamar. Sabe cuándo acariciar el alma y cuándo despertar la conciencia.

Escuchar el tono de lo que Dios dice o habla es tan importante como escuchar las palabras mismas, porque el tono revela la intención del corazón divino, el propósito del mensaje, y la forma en que debemos recibirlo. En la Biblia, el tono no es decorativo: es revelación pedagógica.

El texto hebreo nos ayuda a distinguir cuándo Dios está inspirando y cuándo está formando.

Aunque ambos implican palabra divina, su tono y propósito difieren.

Vayomer es revelación: suave, inspiradora, como el susurro del viento que guía al corazón.

VAYOMER (וַיֹּאמֶר) — El susurro que revela

Matices que no se traducen directamente:

  • Es una palabra breve, directa, personal.
  • Se usa cuando Dios revela, inspira, llama.
  • No impone, despierta.
  • Es el lenguaje de la vocación, la bendición, la proximidad.

Ejemplo:

“Y dijo Dios: Sea la luz…” (Génesis 1:3) → No es una orden legal, es una manifestación creadora.

Génesis 12:1 — “Y dijo el Señor a Abram: Vete…” → Un llamado íntimo, sin estructura legal, pero lleno de destino.

El tono de Dios es que no es un llamado gravoso sino un privilegio que agrada a Abraham

Vayedaber es instrucción: firme, clara, como el muro que protege lo sagrado.

VAYEDABER (וַיְדַבֵּר) — La instrucción que forma

Matices que no se traducen directamente:

  • Es una palabra formal, extensa, autoritaria.
  • Se usa cuando Dios establece leyes, pactos, mandamientos.
  • No revela, estructura.
  • Es el lenguaje de la ética, la comunidad, la responsabilidad.

Ejemplo:

“Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Estas son las fiestas…” (Levítico 23:1-2) → Aquí Dios NO inspira, instruye. No llama, convoca.

Génesis 17:3-10 — “Y habló Dios con él, diciendo…” → El pacto de la circuncisión, lleno de detalles, obligaciones y símbolos.

Cuando Dios dice (Vayomer), revela. 

Cuando habla (Vayedaber), instruye.

Vayomer es la palabra que no golpea, sino que despierta. Es el eco de la luz antes de que exista.”

Los sabios rabinos hebreos nos dicen que la diferencia entre "Vayomer" y "Vayedaber" es que este último es un tipo de discurso más duro, el primero es un tipo de discurso mucho más suave.

Para dar un ejemplo, cuando quiero que mis hijos hagan sus camas y limpien antes de salir de la casa por la mañana, les digo: "¿Podrías hacer tu cama por FAVOR?" Eso es 'Vayedaber'. Cuando les digo "Ve a tomar un bocadillo", eso es 'Vayomer'. Lo aceptarán fácilmente.

Si la persona, que se supone que es el líder y maestro, siente que su suerte es difícil, entonces no puede ser un ministro efectivo. Para entregar una herencia a alguien, uno debe sentirse privilegiado, en lugar de agobiado. Si el líder siente que todas las cosas que la biblia pone sobre él son una carga en lugar de un privilegio, entonces no puede ser el líder espiritual que queremos que sea.

Por esa razón Dios a los sacerdotes les habla sus instrucciones en el tono 'Vayomer'...

Levítico 21:1 Jehová dijo a Moisés: Habla Vayomer a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en sus pueblos.

Aunque parezca difícil, deben aceptarlo y sentir que es fácil. 

Mientras que al pueblo de Israel se les habla en el tono 'Vayedaber'...

El ministro efectivo debe sentir que es un 'Vayomer'. Es difícil, pero es un privilegio. Sí, todos podemos tener nuestros momentos en los que sentimos que es demasiado, pero solo deberían ser momentos. Esa no debe ser la forma en que siempre somos.

 Levítico 23:1-2 Habló (Vayedaber)Jehová a Moisés, diciendo:

2 Habla (Daber) a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas:

En Levítico 23:1-2, el uso de “Vayedaber” seguido de “Daber” marca un tono de autoridad normativa, propio de las instrucciones legales y rituales que rigen la vida del pueblo. Este pasaje es un ejemplo claro de cómo el verbo “Vayedaber” señala que lo que sigue no es una sugerencia ni una revelación suave, sino una orden divina vinculante.

Este estudio explora cómo Dios no solo inspira, sino también establece límites. Cómo su palabra no solo enciende visiones, sino que también las sostiene. Así como un jardín necesita luz para florecer y cercos para mantenerse, nuestra vida espiritual requiere tanto el dicho que revela como la enseñanza que forma.

A través de pasajes bíblicos, reflexiones simbólicas y ejemplos prácticos, descubriremos cómo recibir la palabra de Dios en sus dos dimensiones: como semilla que brota y como cerca que guarda.

EXODO 6: 1-2 2 Habló Vayedaber todavía Dios a Moisés, y le dijo vayomer: Yo soy JEHOVÁ.

3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.

Vayomer Es una palabra corta son frases breves, declaraciones simples y directas. Más íntimo, misericordioso, directo y creativo.

Vayedaber Son discursos formales, mandatos extensos. Instrucciones detalladas llenas de simbolismos y obligaciones que serian una carga legal sobre ellos.

El Jardín y el Muro 

Había una vez un hombre llamado Elías que heredó un terreno amplio y fértil. Soñaba con convertirlo en un jardín lleno de vida, colores y aromas. Cada mañana salía con su cuaderno, se sentaba bajo un árbol, y escuchaba el viento. Sentía que Dios le hablaba en susurros suaves: “Planta rosas aquí”, “Deja espacio para los lirios”, “Permite que el sol toque este rincón”. Estas palabras lo llenaban de gozo. Eran como Vayomer: revelación pura, inspiración divina. El jardín comenzó a florecer con belleza inesperada.

Pero con el tiempo, aparecieron zorros que cavaban entre las raíces, y vecinos que cruzaban sin permiso, pisando los brotes. Elías se frustró. “¿Por qué se arruina lo que Dios me inspiró?”, preguntó.

Una noche, mientras oraba, sintió una voz distinta. No era suave como el viento, sino firme como piedra: “Levanta un muro. Traza límites. Protege lo que te di.”

Al principio dudó. ¿No era eso contrario al espíritu libre del jardín? Pero obedeció. Construyó un muro bajo, con una puerta abierta, y colocó señales claras. Desde entonces, el jardín no solo floreció, sino que se mantuvo firme. La belleza tenía estructura. La inspiración tenía dirección.

Moraleja

La palabra de Dios no solo inspira como Vayomer, también instruye como Vayedaber. El jardín necesita revelación para florecer, pero también límites para permanecer.

La idea de que Dios creó el universo con 10 palabras proviene de una interpretación simbólica del relato bíblico de la creación en Génesis. Las “10 palabras” se refieren a las 10 veces que aparece la frase “Y dijo Vayomer Dios…” en ese capítulo 1 del Génesis.

Estas son:

1.    (Vayomer) “Sea la luz” – Creación de la luz (Génesis 1:3)

2.    (Vayomer)Haya expansión en medio de las aguas – Separación de aguas (Génesis 1:6)

3.    (Vayomer) “Júntense las aguas debajo de los cielos – Formación de tierra seca (Génesis 1:9)

4.    (Vayomer) “Produzca la tierra hierba verde – Vegetación (Génesis 1:11)

5.    (Vayomer)Haya lumbreras en la expansión de los cielos” – Sol, luna y estrellas (Génesis 1:14)

6.    (Vayomer) “Produzcan las aguas seres vivientes” – Animales acuáticos (Génesis 1:20)

7.    (Vayomer) “Produzca la tierra seres vivientes” – Animales terrestres (Génesis 1:24)

8.    (Vayomer) “Hagamos al hombre a nuestra imagen” – Creación del ser humano (Génesis 1:26)

9.    (Vayomer) “He aquí que os he dado toda planta” – Provisión para el hombre (Génesis 1:29)

10. (Vayomer) “Sean fructíferos y multiplicaos” Bendición y mandato (Génesis 1:28)

Cada “Y dijo Dios” no solo crea algo físico, sino que manifiesta un aspecto del carácter divino.

Ejemplos donde Dios usa Vayomer con Abraham

  • Génesis 12:1 וַיֹּאמֶר יְהוָה אֶל-אַבְרָם “Y dijo el Señor a Abram: Vete de tu tierra…”
  • Génesis 17:1 וַיֹּאמֶר אֵלָיו אֲנִי-אֵל שַׁדַּי “Y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso…”
  • Génesis 18:13 וַיֹּאמֶר יְהוָה אֶל-אַבְרָהָם “Y dijo el Señor a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara?”
"NINGUN VAYOMER SUPONE UNA CARGA PARA UN CREYENTE EN TODOS LOS CASOS ES UN PRIVILEGIO UNA MANIFESTACIÓN DIVINA , UNA REVELACIÓN DE LA GRACIA DE DIOS."

Cuando Dios hablaba a Abraham por medio de símbolos como la circuncisión, lo hacia mediante discursos mas extensos y explicativos Vayedaber para que él los comprendiera...

GÉNESIS 17:3-10 Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló (Vayedaber) con él, diciendo (Lemor):

4 He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.

5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.

6 Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.

7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.

8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos. 

9 Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.

10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.

Como podemos ver, este es un dicho mas largo que requiere un relato mas extenso y está sujeto a una interpretación.

Cuando la Torá usa el patrón וַיְדַבֵּר ... לֵאמֹר (Vayedaber... lemor) —“Y habló... diciendo…”— está señalando que lo que se cita a continuación es solo una parte del discurso completo. Es como si el texto dijera: “Dios habló extensamente, y esto es lo que dijo en resumen.”

¿Qué implica este patrón?

  • “Vayedaber” indica que hubo una comunicación más amplia, formal, estructurada.
  • “Lemor” introduce la cita directa, pero no necesariamente todo lo que se dijo.
  • En hebreo bíblico, no se repite innecesariamente; por eso, esta fórmula sugiere que el texto está condensando el mensaje.

Esto sugiere que la creación y la revelación son dos actos paralelos de Dios, ambos realizados por medio de la palabra, pero con propósitos distintos:

·  Génesis: establecer el mundo físico.

·  Éxodo: establecer el mundo espiritual y moral.

El Midrash (comentario antiguo) dice:

“Con diez palabras fue creado el mundo… y con diez palabras fue ordenado el mundo.”

Traducción en la Septuaginta

Hebreo

Traducción griega

Verbo griego

Matiz principal

Vayomer

“Y dijo”

εἶπεν (eipen)

Declaración directa, breve, reveladora

Vayedaber

“Y habló”

ἐλάλησεν (elalēsen)

Discurso formal, estructurado, autoritativo

Refleja que los traductores de la Septuaginta entendían los matices del hebreo bíblico, y buscaron conservarlos en griego.

Muestra cómo la revelación divina tiene distintos tonos: uno más íntimo y creativo (Vayomer/eipen), y otro más legal y estructurado (Vayedaber/elalēsen).

Esta diferencia influye en cómo se interpretan los textos en la tradición cristiana y judía.

En el Nuevo Testamento, especialmente en los Evangelios y Hechos, los verbos griegos εἶπεν (eipen) y ἐλάλησεν (elalēsen) reflejan la misma distinción que en el hebreo bíblico: eipen se usa para declaraciones directas y personales, mientras que elalēsen se emplea para discursos más formales o extensos.

Se usa eipen en los Evangelios cuando Jesús habla con personas o responde preguntas.

·  Ejemplos:

·        Mateo 4:4 — (“Y respondiendo, dijo eipen …”)

·        Lucas 7:14 —(“Dijo: Joven, a ti te digo eipen, levántate”)

(elalēsen) — “habló”

Proviene del verbo λαλέω, que implica hablar más extensamente o formalmente.

Se usa cuando Jesús o los apóstoles pronuncian discursos, enseñanzas públicas, parabolas o profecías.

  • Ejemplos:
    • Juan 8:12 — (“Jesús les habló λαλέω otra vez…”)
    • Hechos 2:4 καὶ ἤρξαντο λαλεῖν ἑτέραις γλώσσαις (“Y comenzaron a hablar λαλέω en otras lenguas…”) No es algo breve es un discurso a las multitudes a quienes aun no le conocen, contiene mandamientos y obligaciones.
    • Mateo 13:3 “Y les habló (ἐλάλησεν) muchas cosas por parábolas…” → Aquí se usa elálēsen, indicando un discurso extenso y pedagógico.

      Mateo 13:34 “Todo esto habló elálēsen Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba…” → Repetición del verbo elálēsen, enfatizando que las parábolas eran parte de su enseñanza pública y normativa.

 En los Evangelios

  • Jesús “dice” (εἶπεν) cuando se dirige a individuos escogidos: “Sígueme”, “Tu fe te ha salvado”, “Levántate”.
  • Jesús “habla” (ἐλάλησεν) cuando enseña multitudes, como en el Sermón del Monte o cuando explica parábolas.

En Hechos de los Apóstoles

  • Pedro “habla” (ἐλάλησεν) en su discurso en Pentecostés (Hechos 2), usando un verbo que indica proclamación pública. CLARAMENTE SE DIRIGE AL ISRAEL QUE NO HA CONOCIDO A CRISTO
  • Ángeles y el Espíritu Santo “dicen” (εἶπεν) cuando dan instrucciones específicas a los apóstoles (Hechos 8:26, 10:19).

·        Conexión con el hebreo bíblico

Hebreo

Griego NT

Contexto principal

Vayomer

εἶπεν

Declaración directa, revelación

Vayedaber

ἐλάλησεν

Discurso formal, enseñanza

Esta continuidad muestra cómo el tono y propósito del mensaje divino se conserva a través de las lenguas bíblicas, desde el hebreo al griego.

Esto tiene implicaciones prácticas profundas para cómo entendemos la comunicación divina y humana.

¿Qué significa esto en la práctica?

1. Dios se comunica de diferentes maneras

  • Vayomer/eipen: Dios revela, inspira, crea, bendice. Es el lenguaje de la cercanía, la intuición, el momento personal.
  • Vayedaber/elalēsen: Dios instruye, corrige, establece pactos. Es el lenguaje de la ley, la estructura, el compromiso.

Aplicación personal: Hay momentos en tu vida donde necesitas escuchar a Dios como Vayomer —en la oración, la creatividad, la intuición, LA MEDITACIÓN.

Y otros donde necesitas

 Vayedaber —en decisiones éticas, disciplina, estudio profundo... ARREPENTIMIENTO Y CONVERSIÓN.

Nuestra forma de hablar también tiene niveles

  • A veces decimos cosas (amar/eipen) para consolar, inspirar, conectar. COMUNICACIONES CORTAS Y DIRECTAS
  • Otras veces hablamos con firmeza (diber/elalēsen) para enseñar, corregir, establecer límites. Explicaciones más extensas e indirectas

Decir (amar/eipen) → Predicar a creyentes, edificar su Iglesia

  • Comunicación directa, breve, inspiradora.
  • Busca conectar emocionalmente, despertar fe, consolar, motivar.
  • Tiene un tono más profético o exhortativo, como cuando Jesús dice:

“Bienaventurados los pobres en espíritu…” (Mateo 5:3)

Predicar a creyentes (reyes, sacerdotes y profetas) es como Vayomer:

  • Es revelación, impacto, llamada al corazón.
  • No siempre explica todo, pero enciende algo en el creyente.

Hablar (diber/elalēsen) → Enseñar

  • Comunicación más extensa, estructurada, explicativa.
  • Busca formar, corregir, establecer fundamentos.
  • Tiene un tono más rabínico o pastoral, como cuando Jesús enseña parábolas y luego las explica.

Enseñar es como Vayedaber:

  • Es instrucción, formación, discernimiento.
  • No solo toca el corazón, sino que moldea la mente y la conducta.

¿Por qué importa esta distinción?

  • Porque ambas son necesarias en la vida espiritual:
    • Predicar despierta.
    • Enseñar forma.
  • Jesús hacía ambas: predicaba al pueblo y enseñaba a sus discípulos.

La palabra de Dios tiene voz de fuego (Vayomer) y voz de fundamento (Vayedaber).

Aplicación personal: Saber cuándo usar cada tono es clave en relaciones, liderazgo, enseñanza y espiritualidad.

La Biblia no es monótona: tiene capas de voz

  • No todo lo que Dios dice tiene el mismo peso o propósito.
  • Aprender a distinguir entre revelación suave y instrucción firme nos ayuda a interpretar mejor los textos sagrados.

Aplicación Vayomer o Vayedaber?

¿Qué tipo de relación está personal: Cuando lees la Biblia, pregúntate: ¿ es expresando Dios aquí?

La espiritualidad madura reconoce ambos modos

  • No podemos vivir solo de inspiración (Vayomer) ni solo de ley (Vayedaber).
  • Necesitamos ambos para crecer: el fuego del corazón y la claridad de la mente.

Aplicación personal: Cultiva momentos de escucha suave (meditación, arte, contemplación) y también momentos de estudio firme (ética, compromiso, comunidad).

¿Qué pasa cuando solo tenemos Vayomer?

Vayomer representa la voz suave, reveladora, creativa, íntima. Es el lenguaje de la inspiración, la intuición, la cercanía.

Lo positivo:

  • Sentimos que Dios está cerca, que nos habla al corazón.
  • Vivimos con sensibilidad espiritual, apertura a lo nuevo, creatividad.
  • Nos movemos por amor, fe y confianza, más que por reglas.

El riesgo:

  • Podemos caer en subjetividad excesiva: “Dios me dijo…” sin discernimiento.
  • Falta de estructura: sin Vayedaber, no hay límites claros ni ética sólida.
  • Tendencia a evitar el compromiso, la corrección o la responsabilidad.

Resultado: Una espiritualidad cálida pero difusa, sin raíces ni dirección clara.

¿Qué pasa cuando solo tenemos Vayedaber?

Vayedaber representa la voz firme, legal, estructurada, instructiva. Es el lenguaje de la ley, el pacto, la corrección.

Lo positivo:

  • Hay claridad moral, estructura, disciplina.
  • Se construyen comunidades sólidas, con normas compartidas.
  • Se cultiva el compromiso, la justicia y la responsabilidad.

El riesgo:

  • Puede volverse rígido, autoritario o frío.
  • Falta de conexión emocional o espiritual: todo es norma, nada es alma.
  • Se corre el riesgo de legalismo: cumplir sin comprender, obedecer sin amar.

Resultado: Una espiritualidad ordenada pero seca, que puede sofocar la experiencia personal.

¿Qué pasa cuando tenemos ambos?

Cuando Vayomer y Vayedaber están en equilibrio, ocurre lo mejor:

  • La palabra inspira y también instruye.
  • La ley tiene alma, y la revelación tiene dirección.
  • La fe se vive con amor y con responsabilidad.

Este equilibrio es lo que vemos en figuras como Moisés, que recibe Vayedaber en el Sinaí, pero también escucha Vayomer en momentos íntimos con Dios.

Estos versículos muestran a Dios hablando con Moisés en tono más íntimo, revelador, o personal:

Éxodo 3:14 “Y dijo Dios a Moisés: Yo soy el que soy” — revelación del nombre divino.

Éxodo 33:17 “Y dijo el Señor a Moisés: También haré esto que has dicho…” — respuesta a la súplica de Moisés.

Éxodo 33:11 “Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo” — aunque no usa Vayomer directamente, refleja el tono íntimo de esa forma verbal

¿Qué revela esto?

  • Moisés recibe Vayedaber en el Sinaí, cuando Dios entrega la ley.
  • Recibe Vayomer en la zarza ardiente, en el tabernáculo, y en momentos de intercesión, cuando Dios se revela o responde con cercanía.

Este equilibrio en Moisés muestra que la espiritualidad madura necesita tanto dirección como intimidad, tanto la ley, como la revelación.

“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4:4; citando Deuteronomio 8:3)

Este versículo tiene una riqueza espiritual inmensa, y si lo leemos a través del lente hebreo de Vayomer y Vayedaber, descubrimos dos dimensiones complementarias de lo que significa “vivir de la palabra de Dios”.

Vayomer — La palabra que revela, inspira, crea

  • Vayomer representa la palabra que sale del corazón de Dios, como en la creación: “Y dijo Dios: Sea la luz”.
  • Es la palabra que da vida, que sostiene el universo, que nos habla al alma.
  • En este sentido, Jesús está diciendo: “El hombre vive por la revelación continua de Dios, por su presencia hablada, por su cercanía.”

Aplicación espiritual: Necesitamos más que alimento físico; necesitamos inspiración, guía, consuelo, propósito. La palabra Vayomer es como el aliento divino que nos despierta cada día.

Vayedaber — La palabra que instruye, corrige, ordena

  • Vayedaber representa la palabra que establece la ley, el pacto, la ética.
  • Es la palabra que forma comunidades, que da estructura a la vida, como en el Sinaí.
  • En este sentido, Jesús también está diciendo: “El hombre vive por la instrucción divina, por la ley que orienta su caminar.”

Aplicación espiritual: No basta con sentir a Dios; necesitamos escuchar su instrucción, vivir con disciplina, justicia y responsabilidad.

¿Qué significa “vivir de toda palabra”?

Jesús no dice “de algunas palabras” ni “de las que nos gustan”, sino “de toda palabra” — lo que incluye:

  • Las suaves (Vayomer) que nos consuelan y revelan.
  • Las firmes (Vayedaber) que nos corrigen y guían.

Vivir de la palabra de Dios es vivir en equilibrio entre inspiración y obediencia, entre presencia y pacto, entre alma y acción.

¡Vamos a profundizar en esta joya espiritual! Jesús dice en Mateo 4:4, citando Deuteronomio 8:3:

“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda (pas) palabra que sale de la boca de Dios.”

(pas) todo, cada, completo, sin excepción

“Toda palabra” aquí puede vincularse con “Vayomer” y “Vayedaber”:

Vayomer como revelación suave

Vayedaber como instrucción firme → Ambas forman parte de ese “παντὶ ῥήματι” que da vida.

 

Este versículo, leído a través de los lentes hebreos de וַיֹּאמֶר (Vayomer)** y וַיְדַבֵּר (Vayedaber)**, revela una enseñanza poderosa sobre cómo el ser humano se nutre espiritualmente.

Vayomer — La palabra que revela, crea, inspira

  • Vayomer es la voz suave de Dios: “Y dijo Dios: Sea la luz…”
  • Es la palabra que da vida, que crea el mundo, que habla al corazón.
  • En este contexto, Jesús está diciendo:

“El hombre vive por la revelación continua de Dios, por su presencia hablada, por su cercanía.”

¿Qué significa esto?

  • Necesitamos más que alimento físico: necesitamos inspiración, consuelo, dirección espiritual.
  • Vayomer es como el aliento divino diario, que nos despierta, nos sostiene, nos transforma.

Vayedaber — La palabra que instruye, corrige, ordena

  • Vayedaber es la voz firme de Dios: “Y habló Dios a Moisés, diciendo…”
  • Es la palabra que establece la ley, el pacto, la ética.
  • Jesús también está diciendo:

“El hombre vive por la instrucción divina, por la ley que orienta su caminar.”

¿Qué significa esto?

  • No basta con sentir a Dios: necesitamos escuchar su instrucción, vivir con disciplina, justicia y responsabilidad.
  • Vayedaber es como el mapa espiritual que nos guía por el desierto de la vida.

¿Qué implica “toda palabra”?

Jesús no dice “algunas palabras” ni “las que nos gustan”, sino “toda palabra” — lo que incluye:

Tipo de palabra

Hebreo

Función espiritual

Reveladora

Vayomer

Inspira, consuela, crea vida

Instructiva

Vayedaber

Corrige, ordena, establece pacto

Vivir de la palabra de Dios es vivir en equilibrio entre presencia y pacto, entre alma y acción, entre amor y obediencia.

En la práctica

  • Cuando solo buscamos Vayomer, corremos el riesgo de una espiritualidad sin raíces.
  • Cuando solo vivimos de Vayedaber, podemos caer en legalismo sin alma.
  • Jesús nos llama a vivir de toda palabra: la que nos toca el corazón y la que nos forma como discípulos.

El pan: Vayedaber — la obra humana guiada por instrucción divina

  • El pan no aparece por sí solo: requiere trabajo, técnica, disciplina, colaboración.
  • En la Biblia, el pan es símbolo de sustento cotidiano, pero también de ley, pacto y esfuerzo humano.
  • El proceso de hacer pan —sembrar, cosechar, moler, amasar, hornear— refleja el lenguaje de Vayedaber:

Nos da, estructura, orden, obediencia, instrucción.

En este sentido, Vayedaber representa la palabra que nos enseña cómo vivir, cómo construir, cómo compartir.

La palabra que sale de la boca de Dios: Vayomer — revelación que da vida

  • Vayomer es la palabra que crea sin mediación humana: “Y dijo Dios: Sea la luz…”
  • Es espíritu, inspiración, revelación directa, como el maná que cae del cielo.
  • Jesús dice:

No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” — aquí se refiere a Vayomer: la palabra viva, que transforma el corazón.

Vayomer es la chispa divina que nos despierta, nos llama, nos renueva.

El equilibrio: pan y palabra

  • El pan necesita nuestras manos, pero la palabra necesita nuestro corazón.
  • Vayedaber nos enseña cómo vivir,
  • Vayomer nos recuerda por qué vivir.

Jesús, al citar Deuteronomio, nos invita a no separar lo humano de lo divino, lo práctico de lo espiritual.

Si nuestras oraciones son solo suspiros, anhelos, consuelos… Si solo buscamos sentir a Dios, pero no escuchar su instrucción, entonces quizás estamos viviendo solo desde el Vayomer.

Señales en la oración:

  • “Señor, háblame… pero no me digas qué cambiar.”
  • “Dame paz… pero no me muestres mi responsabilidad.”
  • “Quiero sentir tu amor… pero no quiero rendirme a tu voluntad.”

Riesgo espiritual:

  • Una fe emocional, sin raíces ni dirección.
  • Incapacidad para tomar decisiones éticas difíciles.
  • Rechazo a la corrección, a la disciplina, al arrepentimiento.

Ejemplo bíblico: El joven rico (Marcos 10:21-22) escuchó el Vayomer de Jesús:

“Jesús, mirándole, le amó…” Pero no aceptó el Vayedaber: “Anda, vende todo lo que tienes…” Y se fue triste.

Cuando falta VAYOMER en la oración

Si nuestras oraciones son solo confesiones, deberes, listas de obediencia… Si solo pedimos fuerza para cumplir, pero no buscamos intimidad, entonces quizás estamos viviendo solo desde el Vayedaber.

Señales en la oración:

  • “Perdóname, Señor… otra vez fallé.”
  • “Ayúdame a ser mejor… no soy suficiente.”
  • “Dime qué hacer… pero no me hables al corazón.”

Riesgo espiritual:

  • Culpabilidad crónica, sin consuelo.
  • Relación con Dios basada en miedo, no en amor.
  • Oración sin gozo, sin descanso, sin ternura.

Ejemplo bíblico: El hijo mayor (Lucas 15:29-31) servía fielmente, pero no conocía el Vayomer del Padre:

“Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo.”

El equilibrio en la oración

Jesús nos enseñó a orar con ambos tonos:

  • Vayomer: “Padre nuestro que estás en los cielos…” → cercanía, ternura, revelación.
  • Vayedaber: “Hágase tu voluntad… Perdónanos… Líbranos del mal” → instrucción, transformación, pacto.

Una oración sana escucha a Dios decir: “Te amo” (Vayomer), y también: “Sígueme” (Vayedaber).

El pan alimenta el cuerpo, pero la palabra —cuando es Vayomer— alimenta el alma.

El pan requiere obediencia (Vayedaber), pero la palabra revela propósito (Vayomer).**

El Bacalao y el Bagre

En el noreste de los Estados Unidos de América el bacalao no solo es delicioso, sino que también provee un gran negocio comercial.

 

En el noreste de los Estados Unidos de América el bacalao no solo es delicioso, sino que también provee un gran negocio comercial. Hay un mercado para este tipo de pescado en todo el mundo, pero en especial en las regiones más distantes del noreste de la nación. Pero la demanda presentaba un problema para los productores.

Al principio congelaban el bacalao y lo despachaban a otras partes, pero la congelación le quitaba mucho de su sabor. Así que trataron de transportarlos vivos en tanques de agua de mar, pero eso resultó peor. No sólo que costaba más sino que el bacalao seguía perdiendo el sabor y, además, la carne se volvía blanda y fofa. La textura del pescado quedaba afectada seriamente.

Finalmente, una persona creativa resolvió el problema de la manera más innovadora. Ponían al bacalao en el mismo tanque junto a su enemigo natural, el bagre. Desde que el bacalao salía de las costas del este hasta que arribaba al destino occidental más remoto, los temibles bagres perseguían al bacalao dentro del tanque.

Y como se puede imaginar, cuando el bacalao llegaba al mercado estaba tan fresco como si acabaran de pescarlo. No perdía nada de su sabor y ni de su textura. Si acaso, era mejor que antes.

1-El bacalao, cuando se transporta sin desafío, pierde sabor, fuerza, textura. Se vuelve blando, cómodo, sin propósito. Esto representa al ser humano que vive solo de Vayomer — la palabra suave, inspiradora, reveladora — pero sin estructura, sin corrección, sin desafío.

Vayomer sin Vayedaber puede producir una espiritualidad tibia, sin tensión ni crecimiento.

2- El bagre, al perseguir al bacalao, lo mantiene alerta, activo, vivo. Esto representa la función de Vayedaber — la palabra firme, legal, estructurada — que nos confronta, nos disciplina, nos forma.

 Vayedaber es como el bagre en nuestra vida espiritual: no siempre cómodo, pero absolutamente necesario para mantenernos frescos, auténticos, vivos.

3- La enseñanza espiritual

El bacalao necesita al bagre para llegar con sabor. El alma necesita Vayedaber para que Vayomer no se vuelva blando.

  • Si solo vivimos de inspiración (Vayomer), corremos el riesgo de perder fuerza.
  • Si aceptamos también la corrección (Vayedaber), llegamos a nuestro destino más vivos, más sabrosos, más auténticos.

Aplicación práctica

·        ¿Qué “bagres” hay en tu vida que te mantienen despierto?

·        ¿Qué palabra de Dios te está desafiando hoy, no solo consolando?

·        ¿Estás dispuesto a vivir de toda palabra — la que inspira y la que corrige?

Entre el Susurro y la Voz

Elías aprendió que la voz de Dios no siempre llega como brisa suave ni como trueno imponente, sino como ambas. El Vayomer de Dios nos invita a soñar, a crear, a florecer. El Vayedaber nos llama a ordenar, a proteger, a permanecer. En ese equilibrio vive la madurez espiritual: saber cuándo abrir el alma al viento, y cuándo levantar muros que cuiden lo sembrado.

Así como el jardín de Elías encontró su plenitud entre la inspiración y la estructura, también nosotros hallamos plenitud cuando escuchamos a Dios en todas sus formas: como quien revela y como quien instruye.

Llamado Final: Escucha y Responde

Hoy, Dios sigue hablando. A veces te dice “Planta aquí”, y otras “Protege esto”. ¿Estás dispuesto a escuchar ambas voces? ¿A recibir tanto el susurro que inspira como la instrucción que forma?

Génesis 2:15 — “Y tomó Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo cultivara avad y lo guardara shamar .”

Este versículo contiene dos verbos clave:

  • Cultivar (avad): trabajar, servir, desarrollar
  • Guardar (shamar): proteger, vigilar, preservar

El hecho de que Dios ponga a Adán en el huerto es un acto de revelación vocacional. No le da primero una ley, sino un lugar, una misión, una intimidad con la creación.

Este gesto se alinea con el tono Vayomer:

·        Dios revela el propósito del hombre: ser colaborador en la creación.

·        Le inspira a cultivar belleza, a participar en el florecimiento del mundo.

·        Es una palabra silenciosa, como el viento que guía: “Aquí está tu lugar.”

Génesis 1:26 — “Y dijo (Vayomer) Dios: Hagamos al hombre…” → El ser humano nace de una palabra reveladora, no de una orden.

Vayedaber: la instrucción que forma límites

Pero inmediatamente después, en Génesis 2:16-17, Dios habla con firmeza:

“Y mandó (Vayedaber) Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás…”

Aquí aparece el tono Vayedaber:

  • Dios establece límites: no todo está permitido.
  • Le instruye sobre el bien y el mal, sobre obediencia y consecuencia.
  • Es una palabra que forma carácter, que protege lo sagrado.

El huerto de Edén es el símbolo del alma humana:

·        Cultivar es vivir desde el Vayomer: crear, amar, inspirar, florecer.

·        Guardar es vivir desde el Vayedaber: proteger, obedecer, discernir, resistir.

Sin Vayomer, el jardín no florece. Sin Vayedaber, el jardín no permanece.

·  Cuando Dios pone a Adán en el huerto, le da revelación (Vayomer) y responsabilidad (Vayedaber).

·  El creyente necesita ambas: propósito que inspira y disciplina que forma.

·  La vida espiritual no es solo contemplación, ni solo obediencia: es cultivar y guardar.

Te invito a orar, a abrir tu corazón, y a preguntarte: ¿Qué parte de mi vida necesita revelación? ¿Y qué parte necesita límites? No temas al muro si viene de Dios. No ignores el susurro si viene del cielo. Porque en la obediencia a ambas voces, florece el jardín eterno.