"Vergüenza y Preparación en la Venida de Cristo"
"La vergüenza es el primer paso hacia el arrepentimiento y la
reconciliación." - Martin Luther.
Verguenza es la turbación del ánimo causada por la conciencia de una falta.
Introducción:
El estudio bíblico titulado "Vergüenza y Preparación en la Venida de Cristo" nos invita a reflexionar sobre
un tema fundamental en nuestra vida espiritual: ¿cómo nos preparamos para
encontrarnos con Cristo en Su segunda venida? A través de pasajes como 1 Juan 2:28, exploramos el concepto de
vergüenza no como una condena eterna, sino como una reacción ante nuestra falta
de fidelidad y comunión con Él. Este sentimiento de vergüenza, implícito en las
Escrituras, no pretende ser una carga paralizante, sino un llamado
transformador para vivir en una relación activa y perseverante con nuestro
Salvador.
El enfoque de este estudio es
profundizar en la forma en que los creyentes pueden evitar esa sensación de
"alejarse avergonzados" en Su venida, cultivando una vida de
preparación espiritual. Descubriremos cómo el concepto de vergüenza en la Biblia,
tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se utiliza como un recurso
para señalar la importancia de estar alineados con los propósitos de Dios,
evitando déficits en nuestra relación con Él. A la vez, recordaremos la
esperanza gloriosa que nos espera, un lugar donde la vergüenza desaparecerá por
completo en la perfección del cielo.
Este tema está diseñado no solo
para profundizar en la comprensión teológica, sino también para inspirar y
motivar una vida cristiana activa y dedicada. Al comenzar este viaje, veremos
cómo la preparación espiritual nos lleva a tener confianza y gozo en el
encuentro con nuestro Señor.
1 Juan 2:28Reina-Valera 1960
28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Me llama la atención que el apostol admita que para algunos creyentes el momento de la segunda venida sea un momento de VERGUENZA.
Es un punto interesante, y ciertamente el tema de la vergüenza en 1 Juan 2:28 invita a una reflexión profunda. La vergüenza aquí se menciona como una posible reacción en el momento de la venida de Cristo, pero parece estar relacionada más con el estado espiritual de las personas en ese momento que con el contexto eterno posterior.
La vergüenza, según este texto, surge de una falta de preparación o de una vida que no está alineada con Cristo. Es una emoción humana que refleja la conciencia de haber fallado, de no haber vivido conforme a la fe y el llamado de Dios. En este sentido, la vergüenza mencionada no sería algo eterno, sino una reacción inmediata cuando las personas ven a Cristo cara a cara y se dan cuenta de su falta de fidelidad o compromiso.
El apóstol Juan anima a "permanecer en él" para evitar precisamente ese sentimiento de vergüenza. La idea es que una relación constante y activa con Cristo nos da confianza y nos prepara para su venida, asegurando que no tengamos nada de qué avergonzarnos en su presencia.
Por lo tanto, la vergüenza no parece ser un estado permanente tras su venida, sino un sentimiento transitorio vinculado a nuestra reacción al darnos cuenta de nuestras acciones o inacciones frente a la gloria de Cristo. Es un recordatorio poderoso de la importancia de estar espiritualmente listos.
Jesús quita la vergüenza de su pueblo:
1- A través de su sacrificio redentor.
2- El perdón de los pecados.
3- La restauración plena al final de los tiempos.
Es un proceso que comienza en nuestra relación con Él ahora y culmina en la eternidad.
El origen de la verguenza esta basicamente relacionado con estos casos:
1-El pecado y la separación de Dios (Genesis 3).
2-La conciencia de la culpa (1 Juan 2:28).
3- La falta de preparación espiritual (1 Juan 2:28).
La vergüenza está vinculada a no estar preparados para la venida de Cristo. Es decir, no haber permanecido en Él o vivido de manera que refleje su amor y propósito. Esto genera un sentimiento de deshonra o desilusión al enfrentarse cara a cara con el Señor.
Sin embargo, la vergüenza en la narrativa bíblica no tiene la última palabra. A través de la obra redentora de Cristo, Dios busca reconciliar a la humanidad consigo mismo, quitando la vergüenza al perdonar el pecado y restaurar la relación con Él (como se ve en Romanos 10:11: "Todo el que en él creyere, no será avergonzado").
4-lA VERGUENZ PUEDE VENIR TAMBIÉN DE ACUSACIONES EXTERNAS.
En el contexto bíblico y humano, la vergüenza no solo surge de la autoconciencia de nuestras acciones, sino también puede ser provocada por acusaciones externas. Estas acusaciones, que pueden venir de otros individuos, grupos o incluso del enemigo espiritual (como Satanás, descrito como "el acusador" en Apocalipsis 12:10), tienen el poder de generar sentimientos de deshonra, humillación o insuficiencia.
En la Biblia, los creyentes a menudo enfrentan vergüenza debido a persecuciones, desprecios o juicios injustos de parte del mundo. Por ejemplo, Jesús mismo fue objeto de burlas y acusaciones durante su juicio y crucifixión, pero Él soportó todo esto "menospreciando el oprobio" (Hebreos 12:2), mostrando cómo superar la vergüenza externa mediante la confianza en el propósito divino.
Sin embargo, Dios promete vindicación y liberación de estas fuentes externas de vergüenza.
Isaías 54:4 dice: "No temas, porque no serás avergonzada; no te confundas, porque no serás afrentada."
Este versículo muestra el compromiso de Dios de proteger y restaurar a su pueblo frente a las acusaciones externas y la deshonra.
5- EL DEFICIT DE SANTIDAD Y CUMPLIMIENTO PERFECTO DE LS DEMANDAS DE DIOS.
El déficit de santidad, entendido como la distancia entre el estándar perfecto de Dios y la condición humana, ciertamente puede ser un origen profundo de la vergüenza. Este tipo de vergüenza surge cuando somos conscientes de nuestra incapacidad para vivir conforme a la santidad que Dios exige, como se refleja en pasajes como...
Romanos 3:23: "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios."
La santidad no solo es un mandato, sino también un reflejo del carácter de Dios. Cuando nos damos cuenta de nuestras fallas en alcanzar ese estándar, la vergüenza puede ser una reacción natural. Este déficit no necesariamente implica un acto específico de pecado, sino una conciencia general de nuestra fragilidad y dependencia de la gracia divina.
Sin embargo, el evangelio nos da una solución poderosa: Jesús cubre este déficit. En 2 Corintios 5:21, se afirma que Cristo nos imputa su justicia, haciendo posible que vivamos sin vergüenza delante de Dios:
2 Corintios 5:21 "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos justicia de Dios en él."
El déficit de santidad es una realidad, pero en Cristo encontramos la reconciliación, la restauración y la eliminación de esa vergüenza.
EL DESAFIO
Un joven discípulo,
lleno de entusiasmo, acudió al maestro para aprender los secretos de la
sabiduría. Día tras día se esforzaba por cumplir con los ejercicios y superar
cada obstáculo que el maestro le ponía en su camino. Sin embargo, llegó un día
en que se enfrentó a un desafío que parecía insuperable: un muro alto que debía
escalar para demostrar su perseverancia.
El joven intentó una y
otra vez, pero cada intento terminaba en fracaso. Por más que usaba todas sus
fuerzas y habilidades, no lograba alcanzar la cima. Frustrado y lleno de
vergüenza por no estar a la altura, se sentó al pie del muro y comenzó a
llorar. "Maestro, he fallado. No soy digno de ser tu discípulo."
El maestro, que había
observado todo desde lejos, se acercó con una sonrisa tranquila. Se sentó junto
al joven y le dijo: "¿Qué has aprendido en tus intentos?" El
discípulo, entre lágrimas, respondió: "He aprendido que soy débil, que no
soy tan capaz como pensaba."
El maestro negó con la
cabeza y, señalando el muro, dijo: "No has fallado, solo has olvidado que
el propósito del desafío no es alcanzar la cima. Es descubrir tus límites y
aprender a aceptarlos. La vergüenza que sientes no viene de tu incapacidad, sino
de tu orgullo herido. Aprende a enfrentar tus emociones, y hallarás la
sabiduría en cada caída."
El discípulo,
reflexionando sobre las palabras del maestro, decidió intentar una vez más.
Esta vez, no escaló con ansiedad ni con el afán de conquistar, sino con la
calma de quien busca aprender. Aunque no alcanzó la cima, sintió paz en su
corazón. Había entendido que el desafío no era vencer el muro, sino vencer la
vergüenza y el miedo dentro de él.
Este cuento zen subraya la
importancia de aceptar nuestros límites, aprender de nuestras caídas y
transformar la vergüenza en una oportunidad para el crecimiento espiritual.
1-La vergüenza se
relaciona con el déficit de confianza y fidelidad a Dios.
La
vergüenza se relaciona con el pecado y la comunión con Dios. Puede ser un
indicativo tanto de una ruptura moral como de un déficit espiritual. Sin
embargo, en el marco hebreo, la vergüenza está diseñada para dirigir al
individuo o al pueblo hacia la reconciliación con Dios y la restauración de Su
favor.
En la
biblia hebrea esta claro que cuando el hombre no actúa conforme a lo que Dios
le manda, inmediatamente siente vergüenza ante su
presencia.
Génesis 3:7
Reina-Valera 1960
7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban
desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
Génesis 3:10
Reina-Valera 1960
10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba
desnudo; y me escondí.
El término "vergüenza"
como tal no aparece explícito en Génesis 3. Sin embargo, lo que vemos en la
narración son acciones y emociones que implican este sentimiento.
En Génesis 3:7, Adán y Eva se cosen hojas de
higuera para cubrirse, un acto que refleja una nueva conciencia de
vulnerabilidad. Más adelante, en Génesis 3:10, Adán dice que tuvo miedo porque
estaba desnudo y se escondió de Dios. Aunque no se utiliza la palabra
"vergüenza," estas acciones y palabras indican que sintieron
incomodidad, miedo y humillación, especialmente ante la santidad de Dios, lo que
se interpreta comúnmente como vergüenza.
En este contexto, la vergüenza no
es solo un estado emocional, sino una consecuencia directa de la ruptura en su
relación con Dios, que los llevó a sentirse expuestos y vulnerables. Este texto
ofrece una descripción simbólica y profunda del impacto del pecado.
Cuando
"se abrieron sus ojos," no significa que antes no podían ver
físicamente, sino que adquirieron una percepción moral
y espiritual que antes no tenían. Este nuevo "conocimiento"
trajo consigo vergüenza, separación de Dios y consecuencias para la humanidad.
En la
mentalidad hebrea, "abrir los ojos" a
menudo simboliza un despertar o un cambio de perspectiva. En este caso, el
cambio fue drástico: la pérdida de la inocencia y la entrada en la experiencia
humana del pecado y la vergüenza.
2-La vergüenza como un conocimiento que lleva al arrepentimiento y
no siempre termina en condenación.
Los
profetas, como Jeremías (Jeremías 3:25), usaban
la vergüenza como una metáfora del arrepentimiento por la infidelidad a la
alianza con Dios.
Jeremías 3:25
Reina-Valera 1960
25 Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta (boshet) nos cubre; porque pecamos
contra Jehová nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud
y hasta este día, y no hemos escuchado la voz de Jehová nuestro Dios.
(boshet) Literalmente es VERGÜENZA Esta palabra en español transmite la idea de humillación, deshonra
o vergüenza, en consonancia con el significado del término hebreo. La
"afrenta" en este contexto resalta la confesión del pueblo de Israel
sobre su pecado y su condición de deshonra debido a haberse apartado de Dios.
El uso de "afrenta"
enfatiza la carga emocional y espiritual que acompaña el reconocimiento de las
acciones incorrectas y su impacto en la relación con Dios.
El término "boshet",
que significa "vergüenza" o "deshonra," está relacionado
con el nombre de Is-boset, uno de los hijos del
rey Saúl. Su historia es fascinante y está llena de simbolismo.
¿Quién era
Is-boset?
Is-boset, también conocido como Es-baal ( "hombre de
Baal"), fue el hijo menor de Saúl y su sucesor en el trono sobre
las tribus del norte de Israel tras la muerte de su padre y hermanos en la
batalla del monte Gilboa. Fue proclamado rey por Abner, el comandante del
ejército de Saúl, mientras que David reinaba sobre Judá desde Hebrón2.
¿Por qué el
cambio de nombre?
El nombre original de Is-boset, Es-baal, significa "hombre
de Baal." En su contexto original, "Baal"
no tenía una connotación negativa, ya que simplemente significaba "señor" o "dueño"
y podía referirse a Yahveh. Sin embargo, con el tiempo, "Baal" se asoció con deidades paganas, lo
que llevó a un cambio en la percepción del nombre.
Para evitar la asociación con el
culto a Baal, los escritores bíblicos sustituyeron "Baal"
por "boshet," que significa "vergüenza." Este cambio refleja un esfuerzo
por desmarcarse de cualquier vínculo con la idolatría. Así, Es-baal pasó a ser conocido como Is-boset, "hombre de vergüenza".
Contexto
histórico y simbólico
El nombre "boshet"
también puede simbolizar el declive de la dinastía de Saúl y la humillación
asociada con su caída. Is-boset tuvo un reinado
breve y débil, marcado por conflictos internos y la pérdida de apoyo clave, como
el de Abner. Finalmente, fue asesinado por dos de sus propios oficiales, lo que
puso fin a la dinastía de Saúl y allanó el camino para el reinado unificado de
David.
Este cambio de nombre y su
significado nos recuerda cómo los nombres en la Biblia a menudo reflejan no
solo la identidad de una persona, sino también su legado y las circunstancias
históricas que los rodean.
¿Quién
era Mefi-boset?
Mefi-boset, cuyo nombre originalmente podría haber sido Merib-baal
("contendor con Baal"), era hijo de Jonatán, el amigo íntimo
de David e hijo del rey Saúl. Esto convierte a Mefi-boset
en nieto de Saúl. Como Is-boset, su
nombre fue modificado probablemente por los escritores bíblicos para evitar la
conexión con el término "Baal," debido a su asociación con la
idolatría.
Relación
entre Is-boset y Mefi-boset:
1.
Ambos tienen vínculo con Saúl:
o Is-boset fue hijo de Saúl y reinó brevemente
como sucesor tras su muerte.
o Mefi-boset era su sobrino, hijo de Jonatán, y
pertenecía a la misma dinastía. Ambos vivieron durante el declive del linaje de
Saúl.
2. Modificación de nombres: Los dos
nombres reflejan la misma tendencia en los textos bíblicos de sustituir
"Baal" por "boshet" para
evitar la asociación con deidades paganas y recalcar una visión negativa hacia
el culto idolátrico. Por lo tanto, los nombres Is-boset y Mefi-boset llevan la
marca de "vergüenza" en sus títulos.
3. Historias diferentes pero conectadas: Mientras que
Is-boset tuvo un reinado débil y murió en
circunstancias violentas, Mefi-boset es conocido
principalmente por su relación con David. A pesar de ser lisiado desde niño (2 Samuel 4:4), David mostró misericordia hacia él y
le devolvió las tierras de su abuelo Saúl (2 Samuel 9).
Esto lo hace un personaje simbólicamente importante, como un ejemplo de
gracia y restauración.
¿Por
qué se les dio este nombre?
El cambio de los nombres de ambos
personajes refleja los tiempos en que las tradiciones idolátricas empezaron a
ser rechazadas más explícitamente. Los nombres con "boshet"
posiblemente buscan resaltar el contraste entre el culto idólatra y la
fidelidad al Dios de Israel. En el caso de Mefi-boset,
aunque "vergüenza" aparece en su nombre, su historia muestra cómo la
misericordia y la gracia de Dios (reflejada en David) lo restauraron.
El hecho de que Is-boset y Mefi-boset,
ambos descendientes de Saúl, lleven el término "boshet"
(vergüenza o deshonra) en sus nombres nos ofrece reflexiones
significativas tanto históricas como espirituales. Aquí hay algunas enseñanzas
clave que podemos considerar:
1.
El
impacto del pecado y las decisiones en un legado
2.
Un
recordatorio del rechazo de la idolatría
3.
La
misericordia y el propósito de Dios tras la vergüenza
4.
El lugar de la
humillación en el crecimiento espiritual
5.
El contraste
entre la dinastía de Saúl y la de David
6.
La vergüenza
no siempre termina en condenación.
2
2 Samuel 9:4-5Reina-Valera 1960
Mefi-boset vivía en un lugar llamado Lo-debar, que significa "Lo" (no) y "Debar" (palabra), lo que se traduce como "sin palabra" o "sin comunicación". Este nombre refleja la naturaleza desolada y aislada del lugarantes de ser restaurado por el rey David. Este lugar, mencionado en 2 Samuel 9:4-5, se asocia con un entorno humilde y aislado, lo que refleja la condición de Mefi-boset como descendiente de la casa de Saúl que había caído en desgracia.
La restauración por parte de David no solo simboliza la bondad y la fidelidad hacia la promesa hecha a Jonatán, el padre de Mefi-boset, sino también la transición de una vida de aislamiento a una posición de honor en la mesa del rey. Es una historia conmovedora de gracia y redención.
Cuando alguien vive en vergüenza, es común que esa emoción cause aislamiento, silencio y una desconexión tanto con otras personas como con Dios. La vergüenza puede sofocar la comunicación abierta y honesta, ya que la persona siente temor al juicio o rechazo.
En el caso de Mefi-boset viviendo en Lo-debar, esto puede simbolizar su estado emocional y social: apartado, marginado y lleno de inseguridad debido a su linaje y condición. Sin embargo, la historia también refleja cómo la gracia de Dios, simbolizada en la invitación de David para restaurarlo, rompe ese aislamiento. Es un recordatorio de que la vergüenza y el silencio no son estados permanentes, y que la restauración, tanto espiritual como relacional, es posible.
Este simbolismo puede animarnos a superar la vergüenza buscando comunicación genuina con Dios y con quienes nos rodean.
Mahanaim también tiene importancia histórica y estratégica, ya que más tarde se convirtió en una ciudad fortificada. Fue el lugar donde Is-boset, hijo de Saúl, estableció su reino, y también donde David buscó refugio durante la rebelión de su hijo Absalón.
Esta dualidad resalta la interacción entre lo terrenal y lo celestial, entre la fragilidad humana y la poderosa presencia divina.
En su contexto bíblico, "dos campamentos" simboliza un lugar donde la acción de Dios se encuentra directamente con la vida humana.
EL DEBATE DEL HORIZONTE
ROJO CANCIÓN DE SERGIO SÁNCHEZ GARRIDO
3-Generalmente
relacionamos la vergüenza a solo el pecado, pero la biblia también la
identifica a un déficit en las vidas de los creyentes.
2 Timoteo 2:15 "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de
verdad."
Pablo exhorta a Timoteo a
esforzarse en su vida y ministerio para que no sienta vergüenza ante Dios.
Aquí, el énfasis no está en un pecado específico, sino en la diligencia y
fidelidad en cumplir con su llamado como
obrero del Señor. La vergüenza sería resultado de no cumplir adecuadamente su
tarea o no manejar correctamente la Palabra de Verdad.
Este texto no habla de una
transgresión directa, sino de una falta de excelencia o compromiso en las
responsabilidades del creyente, lo que puede llevar a una sensación de haber
fallado en el estándar esperado por Dios.
Lucas 14:9 "Y viniendo el que te convidó y a ti, te diga: ‘Da lugar
a este’; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar."
En este
contexto, Jesús utiliza una parábola sobre la humildad y los lugares de honor
en un banquete. La vergüenza no proviene de un pecado, sino de la presunción y
falta de humildad, lo que lleva al creyente a sentirse humillado públicamente.
1 Corintios 3:15
"Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, aunque él mismo será salvo, pero
como por fuego."
Aquí Pablo describe cómo las obras
de los creyentes serán probadas por fuego en el día del juicio. Aunque el
creyente es salvo, la pérdida de sus obras puede provocar una sensación de
vergüenza por no haber edificado con materiales duraderos y espiritualmente
valiosos.
Apocalipsis 3:17-18 "Porque tú dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo."
A la iglesia
de Laodicea, Cristo les reprocha su autosuficiencia espiritual, describiéndolos
como "desnudos". Esto implica vergüenza por no reconocer su verdadera
condición ante Dios.
En estos textos, la vergüenza está
más relacionada con una falta de acción, humildad, o preparación adecuada en
lugar de un pecado directo.
En la mentalidad hebrea, la
vergüenza también podía expresar una sensación de abandono o distancia de Dios.
Por ejemplo:
En los salmos, se menciona el
clamor por no ser avergonzado, como en Salmo 25:2-3.
Salmos 25:2-3
Reina-Valera 1960
2 Dios mío, en ti confío;
No sea yo avergonzado,
No se alegren de mí mis enemigos.
3 Ciertamente ninguno de cuantos
esperan en ti será confundido;
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
Esta vergüenza surge de la falta
de intervención o favor divino en momentos de necesidad.
1 Juan 2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos
confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Este texto no parece que se
refiera a gente explícitamente condenada sino a quienes a la llegada de Cristo
en la segunda venida no estaban preparados para estar con el reinando sobre la
tierra...
Muchos teólogos que consideran
este pasaje como una exhortación a los creyentes para estar espiritualmente
preparados para la manifestación de Cristo en su segunda venida.
1.
El lenguaje usado no menciona condenación directa
El texto habla de "confianza" y "vergüenza,"
pero no hace referencia explícita a condenación eterna ni al juicio
definitivo sobre la salvación de los creyentes. En lugar de ello, parece
señalar la calidad de la comunión del creyente con Cristo, que podría resultar
en una sensación de deshonra o humillación por no estar completamente
preparado.
2.
El concepto de "permanecer en Él" como llamado a la preparación
La frase "permaneced
en él" es una invitación continua a la comunión activa y diligente
con Cristo. Esto sugiere que el enfoque del texto está en la manera en que los
creyentes viven su fe en el presente, más que en su destino eterno. Aquellos
que no han mantenido esa relación sólida pueden sentir vergüenza al enfrentar
su gloria, pero no necesariamente enfrentan condena.
3.
Apoyo desde otros pasajes bíblicos
Existen otros textos que enfatizan
la preparación espiritual de los creyentes en vistas de la venida de Cristo,
sin implicar condena:
- 2
Corintios 5:10: "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos
ante el tribunal de Cristo...". Este juicio no necesariamente implica condenación, sino una
evaluación de las obras y fidelidad del creyente.
- 1
Corintios 3:15: En el contexto del juicio de las obras, aquellos cuya obra
se queme aún son salvos, pero como "por fuego". Esto refleja un momento de pérdida o
arrepentimiento, pero no condenación eterna.
- Mateo 25:1-13 (Las diez
vírgenes): Esta parábola señala la
importancia de estar preparados, aunque no todos los personajes son
rechazados definitivamente, sino que enfrentan las consecuencias de su
falta de preparación.
4.
La naturaleza de la vergüenza en este contexto
La "vergüenza" mencionada
puede interpretarse como una sensación de humillación personal al no haber
vivido plenamente en comunión con Cristo. Esto es consistente con cómo se usa
el término en otros lugares de la Biblia, como en 2
Timoteo 2:15, donde Pablo anima a evitar la vergüenza siendo un
"obrero aprobado."
5.
El enfoque pastoral de Juan
El apóstol Juan escribe sus cartas
con un tono pastoral, buscando animar a los creyentes a vivir en santidad y
perseverar en su fe. Este versículo no parece ser una amenaza, sino una
exhortación amorosa para que los creyentes vivan en comunión constante con
Cristo, evitando situaciones que puedan causar arrepentimiento o humillación en
Su venida.
Vergüenza en la tierra vs. el cielo
1. En la tierra: La vergüenza, según los textos
bíblicos, es una experiencia común relacionada con la percepción de nuestras
deficiencias, ya sea por pecado, falta de preparación o una vida que no refleja
plenamente los estándares de Dios. En el caso de 1 Juan
2:28, el "alejarse de Cristo avergonzados" en su venida parece
ser una experiencia situada en la tierra, durante la manifestación de Su
gloria, cuando los creyentes se dan cuenta de lo que les faltó en su
preparación o comunión.
Esta
vergüenza, como hemos visto, no implica condenación eterna, sino más bien un
reconocimiento personal de lo que no se logró en fidelidad y entrega. Es como
un momento de ajuste emocional y espiritual frente a la perfección de Cristo.
2. En el cielo: En contraste, las Escrituras
describen el cielo como un lugar de plena restauración, gozo y ausencia de
dolor, tristeza o vergüenza. En Apocalipsis 21:4,
se dice que "enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos," lo que
incluye también la eliminación de cualquier sentimiento de vergüenza o
arrepentimiento.
El cielo es un
lugar donde los creyentes están completamente reconciliados con Dios, vestidos
de Su justicia (Isaías 61:10, Apocalipsis 19:8) y
experimentando una comunión perfecta. Por lo tanto, no habría espacio para la
vergüenza, ya que todo lo que separa al hombre de Dios habrá sido eliminado.
El
propósito de la vergüenza en la tierra
Es importante señalar que, en un
sentido espiritual, la vergüenza en la tierra tiene un propósito redentor:
lleva al creyente a reflexionar, arrepentirse y crecer en su relación con Dios.
Incluso en el contexto de la segunda venida, cualquier vergüenza que los
creyentes experimenten tiene como objetivo, el
llamarles a una vida de mayor fidelidad y preparación, no a una condena
eterna.
De esta forma, podemos entender que
la vergüenza es una experiencia limitada a esta vida terrenal y a las ocasiones
en las que no estamos completamente alineados con la voluntad de Dios.
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