miércoles, 9 de marzo de 2016

El cansancio y el perdón




El perdón es un regalo que vuelve a poner en marcha la vida de quienes sedientos y cansados vagamos por este mundo de decepción en decepción, y es que queridos el hombre no tiene limite en su capacidad de decepcionar, a veces preferimos pensar solo en nosotros y no en los que vienen atrás sedientos.

-Las decepciones cansan pero el PERDON nos renueva.

El cansancio y el perdón

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: “Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de marchar”.
El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua… ¡llena de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca… o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?
Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia… Agua fresca, cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: “Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente”.

-Perdonar es ayudar a los que vienen detrás y posiblemente les pasara lo mismo que a nosotros.

La etimología dice que “per” es un prefijo que significa ”intensidad” y “por completo”. Y “donar”  significa “regalar o ceder voluntaria y gratuitamente”. Está relacionada con las palabras donación y donativo. Entonces la etimología es “dar por completo.” El perdón es un súper-don.

Los 2 verbos hebreos más comunes para "perdonar" son nâsâ(literalmente "levantar [quitar]" la culpa) y sâlaj.

En las Escrituras se usan diversas expresiones en un esfuerzo por transmitir a las mentes humanas la plenitud del perdón divino. El arroja, por así decirlo, los pecados de los hombres a lo profundo del mar (Mi. 7:19); los aleja de sí y de ellos "cuanto está lejos el oriente del occidente" (Sal. 103:12); tras sus espaldas (ls. 38:17); y promete borrarlos y olvidarlos (ls. 43:25; Jer. 31:34). El perdón de Dios es perfecto, así como Dios es perfecto.

Agustín de Hipona dice: “Dame lo que mandas y manda lo que quieres” Debemos entonces reconocer que, si Dios nos manda perdonar es porque nos hace capaces de hacerlo.

1- El verbo hebreo nasá, que a veces se traduce “perdonar”, también se emplea en las Escrituras con el sentido de “alzar” (Gé 45:19; Éx 6:8; 2Re 2:16) y ‘tomar’ (Gé 27:3; Nú 16:15). Sin embargo, su significado primario es ‘sacar’, “llevar”. (Gé 47:30; 1Re 2:26; Eze 44:12, 13.) En aquellos casos en los que nasá se traduce apropiadamente “perdonar”, su sentido primario se halla implícito, como ocurre en relación con el macho cabrío para Azazel, que llevaba el pecado sobre sí fuera del campamento, igual que, según se predijo, haría Jesús con los pecados del pueblo. (Le 16:8, 10, 22; Isa 53:12.) Así que al sacar o llevar sobre sí los pecados del pueblo, era posible el perdón.

Si bien el verbo nasá se refiere al perdón que tanto Dios como cualquier humano pueden otorgar (Génesis 18:24, 26; 50:17),

Entonces José dijo a sus hermanos: -Acercaos a mí, por favor. Ellos se acercaron, y él les dijo: -Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido acá, porque para preservación de vida me ha enviado Dios delante de vosotros. Apresuraos, id a mi padre y decidle: "Así dice tu hijo José: ’Dios me ha puesto como señor de todo Egipto. Ven a mí; no te detengas. Habitarás en la zona de Gosén, y estarás cerca de mí, tú, tus hijos, los hijos de tus hijos, tus rebaños, tus vacas y todo lo que tienes. Allí proveeré para ti, pues todavía faltan cinco años de hambre; para que no perezcáis de necesidad tú, tu casa y todo lo que tienes.
Génesis 45:4-11

Pero José les respondió: -No temáis. ¿Estoy yo acaso en el lugar de Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: mantener con vida a un pueblo numeroso. Ahora pues, no tengáis miedo. Yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así les confortó y les habló al corazón."
Génesis 50:19-21


Génesis 50:17
Así diréis á José: Ruégote que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron: por tanto ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.


Génesis 50:17
Así diréis á José: Ruégote que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron: por tanto ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.

De todas las lecciones que tenemos que aprender como seres humanos, pienso que el perdón es una de las más importantes, por eso nos cuesta tanto. Una vez que podemos perdonar, la compasión, la humildad, la tolerancia y hasta la paciencia se hacen posibles.

-La mejor terapia para PERDONAR seria ver ahora el rostro de aquellos que nos ofendieron en nuestra mente y decirles “YO OS PERDONO” Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien.

Todo VERDADERO CREYENTE DEBE APRENDER A PERDONAR.

Lucas 11:4
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos á todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malo.

La doctrina del perdon es la pescadilla que se come la cola.

Dios nos perdona porque nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Nosotros perdonamos porque Dios nos perdonó primero…..pero hay un problema de muy difícil solución Porque si perdonáis a los  hombres sus ofensas, vuestro Padre  celestial también os perdonará a  vosotros.  Pero si no perdonáis a los  hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Mateo 6:14-15

1) Efesios 4:32
Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.
2) Colosenses 3:13
Sufriéndoos los unos á los otros, y perdonándoos los unos á los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Crito os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Un proverbio español dice: “El perdón es el perfume que despide una flor después de ser pisada”. 

Para que haya necesidad de perdón forzosamente debe existir una transgresión previa, una ofensa, perjuicio o agravio contra aquel que luego, si así lo desea, concede el perdón.

Las alternativas a no perdonar son catastroficas

a)      Guardar rencor: Una raiz de amargura de amargura en el Nuevo Testamento encontramos una orden rotunda la cual dice: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” o como traduce otra versión: “Abandonen toda amargura,  ira y enojo,  gritos y calumnias,  y toda forma de malicia” (Ef. 4:31, RV 60 y La Biblia de las Américas).
Si usted es creyente hoy puede tener buena disposición al perdon pero si cerca de usted hay amargura le ahogaran su buena disposición a perdonar y se le hará cada vez mas difícil la tarea de perdonar….todos debemos de vigilar que la amargura no nos chupe el perdon
b)      La venganza: ante una injusticia, una reacción comprensible, es el deseo de venganza. Cuanto mayor es el daño, mayor es también el reclamo. Al ocurrir un homicidio, por ejemplo, los familiares de la víctima exigen que el homicida sea castigado. La ley legitimaba que Aquel que fue perjudicado por propia mano ejecute su venganza. Tanto es así que en la ley se reguló estrictamente el alcance de la venganza dado que se nos dice: “ojo por ojo, diente por diente”. Reconocidos juristas han señalado que esta ley representa un significativo avance en lo que concierne a este tema dado que limita la venganza a una proporción semejante al daño recibido. La tendencia del vengador era infringir un daño mayor al producido originalmente. Un ejemplo de los excesos del vengador lo encontramos en el cántico de Lamec el cual dijo: “Si Caín ha de ser vengado siete veces, Lamec lo será setenta y siete veces” (Gé.4:24).
Sin embargo, en las Escrituras ya se había anunciado un principio muy distinto. Cuando Dios pone al descubierto el homicidio de Abel le dijo a Caín: “¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” (Gé. 4:10). Es interesante notar que en el texto original dice “las sangres”  porque la prematura muerte de Caín impidió que este tuviera descendencia. Dios es el demandante, el es quien exige justicia. En el Antiguo Testamento se nos dice: “Mía es la venganza, yo pagaré” (Dt. 32:35). Por tanto el apóstol Pablo agrega: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Ro. 12:19).
Asimismo Jesucristo nos indicó una actitud muy diferente ante los enemigos ya que el dijo: “No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mt. 5:38 y siguientes). Los discípulos del Señor no podían reaccionar de igual modo que aquellos que no lo son. No debemos odiar al malvado sino amarlo. Nuestro corazón debe albergar amor y no odio vengativo. Un gesto caritativo nos debe destacar e inclusive, si se presenta la ocasión, debemos aun socorrer a quien, con su conducta, nos ha perjudicado.  
            No se necesitan demasiados argumentos para señalar que estas opciones son terriblemente negativas para el individuo que las observa. Aquel que se deja dominar por el rencor termina sus días amargado y solo. Quienes han apelado a la venganza muy pronto notan que esta tiene un sabor amargo. De ahí que estas opciones no hacen más que destacar las ventajas perdurables del perdón.
ANÉCDOTA
De Roberto de Vicenzo, un campeón Argentino de golf de los años 60.
De Vicenzo ganó un torneo y después de recibir el cheque y sonreír frente a las cámaras, salió del sede del club. Fue a su coche en el estacionamiento y allí le acercó una mujer. Ella le dio felicitaciones por su victoria y luego le dijo de su único que estaba muriendo de una terrible enfermedad. 
Le afectó de Vicenzo mucho su historia, y él sacó una pluma y endorsó el cheque del torneo. "Que dieres unos días buenos al bebe," dijo mientras puso el cheque en la mano de la madre apenada. 
La semana siguiente un funcionario del club de golf le preguntó a de Vicenzo "Escuché que encontraste a una mujer en el estacionamiento después del torneo" 
De Vicenzo asintió y dijo “se la veía realmente desesperada.” 
“Pues lamento decirte estas noticias. Ella es un fraude. No está casada. No tiene un bebé enfermo. Te decepcionó.” 
“Quieres decir que no hay un niño que se está muriendo?” 
"¡Por supuesto que no!" 
Y De Vicenzo pensó en voz alta, "Pues es la mejor noticia que he oído toda la semana."
Lo mejor que nos puede pasar es que no halla alguien sufriendo porque nosotros  no fuimos capaces de ayudar, pero también es bueno que nosotros no seamos la parte ofensora o mentirosa en la circunstancia, la venganza y el rencor dramatizan las perdidas de la parte crédula e inocente de una historia.


2- el verbo hebreo saláj (perdonar) se emplea exclusivamente con referencia al acto por el que se restablece al pecador al favor divino en respuesta a su súplica sincera por el perdón de sus pecados o a la oración de intercesión de otra persona. (Números 14:19, 20; 1Reyes 8:30.).

2- el verbo hebreo saláj (perdonar) se emplea exclusivamente con referencia al acto por el que se restablece al pecador al favor divino en respuesta a su súplica sincera por el perdón de sus pecados o a la oración de intercesión de otra persona. (Números 14:19, 20; 1Reyes 8:30.).

Números 14:19-20 Perdona, te ruego, la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de tu misericordia, así como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.

20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.

1 Reyes 8:30Reina-Valera 1960 (RVR1960)

30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.
Mis queridos amigos a muchas formas de perdonar pero la mejor de todas es no permitir que los que vienen atrás no encuentren al menos una botella que les de la esperanza de que la bomba de sacar agua en el desierto funcionará.

Este tema esta abierto a comentarios y será completado en unos dias ….atentos.

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