lunes, 30 de junio de 2025

¿COMO FUNCIONA LA LUZ?

 

¿COMO FUNCIONA LA LUZ?



Mateo 5:14-16

Reina-Valera 1960

14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder KRYPTO 15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 Así “OUTUS” alumbre vuestra luz delante EMPROSTHEN a que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

KRYPTO la luz de una vida transformada no puede ni debe ocultarse. Así como una ciudad en lo alto es visible desde lejos, la fe auténtica tiene un impacto público inevitable. El verbo κρυβναι refuerza la idea de que es antinatural esconder lo que fue hecho para brillar.

-Según la teoría corpuscular de la luz (Newton). Los corpúsculos de luz viajan en línea recta hasta que choque con alguna superficie opaca que parece esconderla. Una fuente de luz no puede dejar de emitir luz, no puede no brillar si tiene energía. Así como los corpúsculos no pueden evitar propagarse, el amor auténtico y la verdad tampoco pueden permanecer ocultos por mucho tiempo. Incluso si alguien intenta reprimirlos, su naturaleza es manifestarse, reflejarse, alcanzar a otros.

Desde la teoría ondulatoria de la luz, la afirmación “no se puede esconder” cobra un matiz aún más profundo y poético. Vamos a desglosarlo:

🌊 ¿Qué dice la teoría ondulatoria?

Propuesta por Christian Huygens en el siglo XVII, esta teoría sostiene que la luz se comporta como una onda que se propaga en todas direcciones desde su fuente, como las ondas en el agua cuando tiras una piedra.

🔍 ¿Por qué la luz no se puede esconder según esta teoría?

Propiedad ondulatoria

Implicación espiritual

Difracción: la luz puede rodear obstáculos y entrar en zonas de sombra.

Aun cuando intentas ocultarla, la luz encuentra rendijas para manifestarse.

Interferencia: las ondas se combinan, amplificándose o anulándose.

La luz de una vida puede sumarse a la de otros y brillar más fuerte.

Reflexión y refracción: la luz cambia de dirección, pero sigue propagándose.

Aunque cambie de forma o camino, la luz sigue avanzando.

No necesita un medio material: la luz viaja incluso en el vacío.

El amor y la verdad no dependen de las circunstancias para manifestarse.

Aplicación espiritual

Cuando Jesús dice que una ciudad en lo alto “no se puede esconder” (Mateo 5:14), no solo habla de visibilidad social, sino de una naturaleza imparable. Así como las ondas de luz se expanden inevitablemente, la vida de alguien lleno de amor, fe y verdad no puede pasar desapercibida.

Incluso si alguien intenta reprimir su luz —por miedo, vergüenza o presión—, su esencia está hecha para irradiar. La luz, como el amor, no se guarda: se da, se refleja, se multiplica.

La Iglesia, al vivir su vocación de ser luz en el mundo, refleja elementos de ambas teorías de la luz —¡corpuscular y ondulatoria!—, pero cada una puede destacar aspectos distintos de esta misión:

💡 Luz corpuscular: la luz que se manifiesta en hechos concretos

La teoría de Newton ve la luz como partículas individuales (corpúsculos) que viajan en línea recta.

🔹 Aplicación espiritual:

  • Cada creyente es como un "corpúsculo": una luz personal, concreta, con dirección y propósito.
  • Las obras de amor, justicia y verdad son esos corpúsculos visibles: puntuales, tangibles.
  • Iluminar al mundo implica ser intencionales en nuestras acciones: llevar la luz a donde hay oscuridad con decisiones claras.

🌊 Luz ondulatoria: la luz que se propaga en comunidad

Huygens proponía que la luz es una onda que se expande en todas direcciones.

🔹 Aplicación espiritual:

  • La fe se propaga como una onda: una palabra amable, una obra generosa, un testimonio silencioso puede expandirse más allá de lo que vemos.
  • La Iglesia como comunidad genera interferencia constructiva: al unirse muchas luces, el brillo se multiplica.
  • Incluso en ambientes cerrados, la luz del Evangelio se difracta y alcanza lo escondido, como ondas de esperanza.

Conclusión

Ser luz en el mundo no es un fenómeno aislado. Es a la vez individual (corpuscular) y comunitario (ondulatorio). Cuando vivimos nuestra fe, brillamos en acciones concretas y, a la vez, generamos ondas de amor que se esparcen más allá de lo visible.

Y como dice Isaías 60:1: "¡Levántate, resplandece! Porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti."

Aunque durante siglos las teorías corpuscular y ondulatoria de la luz parecían contradecirse, hoy sabemos que se complementan dentro de un marco más amplio: la dualidad onda-partícula.

Así como la luz no se deja encasillar en una sola forma, también el creyente está llamado a ser flexible y completo: a veces firme y puntual como un corpúsculo, otras veces expansivo y envolvente como una onda. ¡Ambas naturalezas son necesarias para iluminar el mundo!

En el plano espiritual, esta diferencia entre entender la luz como onda o como corpúsculo puede convertirse en una metáfora potente de los distintos estilos de vivir y expresar la fe… y sí, puede haber tensiones prácticas cuando esas formas se enfrentan o no se comprenden entre sí.

💡 Luz como onda: espiritualidad expansiva, intuitiva y comunitaria

Características

Ejemplo en la vida espiritual

Se propaga en todas direcciones

Personas que evangelizan más con el testimonio que con palabras

Sensible, fluida, envolvente

Fe basada en el amor, la presencia, la conexión emocional

Se difracta, se adapta

Capacidad de dialogar, integrar diferencias, acoger sin imponer

A veces invisible pero influyente

Influencia silenciosa a través de la bondad cotidiana

🌀 Este enfoque espiritual es como una “brisa luminosa” que toca los corazones sin necesidad de ser directa. Sin embargo, puede ser criticado por parecer ambiguo o blando en su doctrina.

💎 Luz como corpúsculo: espiritualidad precisa, doctrinal y firme

Características

Ejemplo en la vida espiritual

Tiene dirección y fuerza

Personas que proclaman el Evangelio abiertamente, con claridad

Es puntual, enfocada

Fe centrada en la verdad, en el conocimiento y la enseñanza bíblica

Puede golpear y transformar

Tiene impacto directo, a veces confrontador

Resiste la oscuridad

Se asocia a convicciones profundas e identidad definida

🔦 Este enfoque puede ser como “rayo directo” que alumbra lo que está oscuro, pero también puede generar conflicto si falta compasión o escucha.

⚠️ Posibles conflictos prácticos entre ambos enfoques

Enfoque

Tensión espiritual

El de onda podría ver al corpuscular como rígido o impositivo

“Sólo repiten dogmas”, “no escuchan al corazón”

El de corpúsculo podría ver al de onda como vago o relativista

“No hay verdad sin claridad”, “fe sin doctrina se diluye”

Falta de reconocimiento mutuo

Desconfianza, crítica, estancamiento en el testimonio común

Pérdida de eficacia

Si cada uno desacredita al otro, la luz se apaga en lugar de multiplicarse

¿Y la solución?

La madurez espiritual podría reconocerse así:

> “La luz de Dios puede ser tanto fuego puntual que enciende, como oleada que transforma en silencio. El mismo sol que hiere al ciego es el que calienta al peregrino.”

Cuando entendemos que Jesús mismo fue luz que confrontó con verdad y abrazó con ternura, entonces nuestras diferencias pueden complementarse, no dividirnos.

La Parábola de las Dos Luminarias



En el Valle del Cielo Claro vivían dos formas de luz que no podían ser más distintas entre sí.

Una era Lumia, una chispa firme, clara, veloz como una flecha de oro. Su luz era precisa, enfocada, impactante. Era lo que se llama luz corpuscular: viajaba en línea recta, sin rodeos, penetrando la oscuridad con decisión. Lumia se sentía orgullosa de iluminar con claridad, de señalar el camino correcto, de dejar huella allí donde todo parecía confuso.

La otra era Ondina, una luz suave y envolvente. Su resplandor no era agresivo, sino constante y apacible. Flotaba como una melodía de agua, deslizándose entre ramas, curvándose en los rincones, acariciando lo oculto. Era luz ondulatoria: sin rumbo fijo, pero siempre presente. A diferencia de Lumia, Ondina no buscaba brillar, sino acompañar. No imponía, sino que abrazaba.

Cada una hacía su parte en el valle… pero no sin tensiones.

—“No entiendo cómo alguien tan dispersa como tú puede llamarse luz”, decía Lumia con cierta dureza. “Yo marco un rumbo. Tú… solo te derramas.”

Ondina sonreía sin herir: —“Tal vez no todo necesita ser señalado. Algunas sombras se atraviesan; otras solo pueden comprenderse al tocarlas suavemente.”

Lumia, sin querer, comenzó a pensar que Ondina era débil. Y Ondina, a veces, sentía que Lumia se volvía fría y rígida. Cada una creía que la otra estaba… equivocada.

Un día, una densa niebla descendió sobre el valle. Lumia, como era su costumbre, intentó abrirse paso con su haz recto y veloz. Pero la niebla la dispersó, la desvió, la apagó. Allí, su fuerza no funcionaba.

Fue entonces cuando vio a Ondina. Su luz no forcejeaba con la niebla. Se deslizaba dentro de ella, iluminándola desde adentro, revelando siluetas dormidas, caminos ocultos, rostros heridos. No combatía la oscuridad: la transformaba desde dentro.

—“¿Cómo lo haces?”, preguntó Lumia, desconcertada. “Yo, que siempre supe a dónde ir... aquí no sirvo.”

Ondina la miró con ternura: —“Porque no toda oscuridad necesita ser vencida. Algunas sombras no ceden a la fuerza, pero se disuelven en la luz que consuela.”

Fue entonces cuando Lumia comprendió lo que nunca había visto: su luz no era la única forma válida de alumbrar. Y también Ondina descubrió que, a veces, se necesita una chispa firme para romper ciertos velos.

Desde aquel día, ya no trabajaron separadas.

Lumia iluminaba donde era necesario hablar con claridad, trazar senderos, sostener la verdad. Ondina tocaba lo invisible, sanaba lo roto, daba calor al alma.

Y cuando sus luces se cruzaban, algo nuevo nacía: una claridad profunda, con forma y calor, con verdad y ternura.

El Valle del Cielo Claro cambió. Ya no buscaba una sola forma de luz. Aprendió que hay situaciones donde se necesita firmeza, y otras donde solo el consuelo transforma. Aprendió que la luz plena no se divide: se complementa.

Y así, también las comunidades, que antes se cerraban en una sola estructura luminosa —ya fuera rígida o difusa—, comenzaron a abrirse a la Luz Doble: aquella que no tiene miedo de unir la palabra que confronta con la mirada que abraza.

Porque en el corazón de Dios, ambas luces viven juntas. Y solo juntas pueden alumbrar el alma.

🌟 La enseñanza de Jesús en Mateo 5:13–16 no solo es poética, sino estructuralmente reveladora: la sal y la luz son imágenes duales, y solo cuando se integran pueden cumplir su propósito completo. Vamos a desglosarlo con textos bíblicos:

🧂 La sal: dualidad entre preservar y transformar

Mateo 5:13 > “Vosotros sois la sal de la tierra…”

La sal en tiempos bíblicos tenía dos funciones principales:

1.    Preservar: Evitaba la corrupción de los alimentos. → Aplicación espiritual: preservar la verdad, la justicia, la fidelidad (cf. Levítico 2:13).

2.    Dar sabor: Hacía la comida agradable y significativa. → Aplicación espiritual: dar alegría, sentido, humanidad a la vida (cf. Colosenses 4:6: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal…”).

🔁 Dualidad: Si solo preserva, se vuelve rígida. Si solo da sabor, puede diluirse. Necesita ambas funciones para ser eficaz.

💡 La luz: dualidad entre revelar y calentar

Mateo 5:14–16 > “Vosotros sois la luz del mundo… Así alumbre vuestra luz delante de los hombres…”

La luz también tiene dos dimensiones:

1.    Iluminar: Revela lo oculto, muestra el camino (cf. Salmo 119:105: “Lámpara es a mis pies tu palabra…”). → Aplicación espiritual: proclamar la verdad, denunciar la injusticia.

2.    Calentar: Da vida, consuela, hace crecer (cf. Isaías 60:1–2: “¡Levántate, resplandece!”). → Aplicación espiritual: acompañar, sanar, abrazar con ternura.

🔁 Dualidad: Si solo ilumina, puede herir. Si solo calienta, puede no confrontar. La luz plena hace ambas cosas.

🔗 Integración: sal y luz como misión indivisible

Jesús no dice “sean sal o luz”, sino “vosotros sois la sal… vosotros sois la luz”. Ambas imágenes están unidas porque:

  • La sal sin luz puede conservar, pero no guiar.
  • La luz sin sal puede brillar, pero sin sabor ni profundidad.

Efesios 5:8–9 lo resume así: > “Ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz… en toda bondad, justicia y verdad.”

Aquí vemos la integración: bondad (calor), justicia (verdad), y verdad (dirección). ¡Luz y sal en acción!

Conclusión espiritual

La Iglesia y cada creyente están llamados a ser:

  • Sal que preserva la verdad y da sabor con gracia.
  • Luz que revela con claridad y calienta con compasión.

Cuando una estructura religiosa o una persona se aferra solo a una dimensión, corre el riesgo de apagar su testimonio. Pero cuando ambas se integran, la luz alumbra a todos los que están en casa (Mateo 5:15), sin excepción.

 

La relación entre luz y sal en Mateo 5 no solo es espiritual, también es estructural: ambas tienen una vocación doble que muchas veces las estructuras religiosas no comprenden o no integran, y eso puede hacer que se conviertan, sin querer, en sombra.

Aquí va una reflexión razonada y práctica sobre esa tensión:

⚖️ 1. La dualidad de la luz y la sal

  • La luz como corpúsculo = fe concreta: doctrina, verdad, proclamación, decisiones éticas firmes.
  • La luz como onda = fe difusa: compasión, presencia, diálogo, transformación silenciosa.
  • La sal como conservante = mantiene lo puro, preserva lo sagrado.
  • La sal como sazonador = da sabor, se mezcla con lo humano, potencia lo diverso.

👉 Ambas imágenes bíblicas reclaman integridad e integración: ser firmes sin rigidez, ser flexibles sin relativismo.

🏛️ 2. ¿Cómo fallan las estructuras religiosas?

Error estructural

Consecuencia práctica

Qué falta reconocer

Absolutizar solo la "luz corpúsculo"

Exceso de control, reglas, dogmatismo, exclusión

Que el Espíritu también se mueve en lo suave, lo relacional, lo no lineal

Apostar solo por lo "ondulatorio"

Ambigüedad doctrinal, dilución del mensaje, pérdida de dirección

Que el Evangelio también requiere verdad, valentía y confrontación amorosa

Hacer de la sal solo un conservante

Estancamiento, tradición muerta, miedo al mundo

Que la sal también transforma desde adentro

Ser sal sin sabor

Religiosidad sin impacto social, sin alegría ni pasión

Que el testimonio debe atraer, no solo advertir

🕯️ 3. Resultado: estructuras que apagan la luz

Cuando una comunidad desconfía del otro tipo de luz, acaba neutralizando su propio potencial transformador:

  • Excluye a creyentes sensibles o creativos por no encajar en lo doctrinal.
  • Desacredita a profetas con fuego claro, tildándolos de “duros” o “radicales”.
  • Rechaza la autocrítica, porque “eso es deslealtad”.
  • Y lo más triste: no permite que Jesús brille en su forma plena.

🌈 4. ¿Cómo recuperar la luz dual?

  • Aceptar que hay múltiples modos de ser luz: tan válidos como complementarios.
  • Formar comunidades que respiran: con estructuras claras (corpusculares), pero con espacio para el Espíritu (ondulatorias).
  • Escuchar a los que “no encajan”, porque su forma de iluminar quizá es la que otros necesitan ver.
  • No temerle a la tensión, porque ahí se da el resplandor más verdadero.

> “La ciudad sobre el monte no se puede esconder…” (Mateo 5:14). > A veces no se esconde por miedo, sino porque la propia muralla religiosa la tapa desde dentro.

 

“OUTUS” Esta palabra indica la manera en que debe brillar la luz de los creyentes: de la misma forma que se ha descrito anteriormente, es decir, como una luz visible, no escondida, que ilumina a todos los que están en casa (como se menciona en Mateo 5:15).

Este “OUTUS” conecta con la metáfora de la lámpara en el versículo anterior, reforzando la idea de que la luz de una vida piadosa no debe ocultarse, sino mostrarse con propósito y humildad.

EMPROSTHEN LITERALMENTE (en lo que esta delante) O SEA PUBLICAMENTE. Visibilidad publica no secreta ni por teléfono.

La lámpara mencionada en Mateo 5:15 no es un objeto decorativo moderno, sino una lámpara de aceite muy común en los hogares del antiguo Oriente Medio. Vamos a desentrañar su forma y simbolismo:

¿Qué tipo de lámpara era?

  • Lámpara de barro cocido: Generalmente hecha de cerámica, con forma ovalada o redonda.
  • Depósito de aceite: Se llenaba con aceite de oliva, que era abundante en la región.
  • Mecha de lino o algodón: Salía por una pequeña abertura y se encendía para producir luz.
  • Tamaño pequeño: Cabía en la palma de la mano, pero su luz era suficiente para iluminar una habitación oscura.

🔥 ¿Cómo funcionaba?

1.    Se vertía aceite en el depósito.

2.    La mecha absorbía el aceite y, al encenderse, mantenía una llama constante.

3.    Se colocaba sobre un candelero (en griego: lychnía) — una especie de soporte elevado — para que la luz se difundiera por toda la casa.

¿Qué simboliza en el contexto de Mateo 5:15?

  • La lámpara representa la vida del creyente: encendida por la fe, alimentada por la comunión con Dios.
  • El aceite puede simbolizar el Espíritu Santo, que da poder y constancia a esa luz.
  • El candelero es el lugar visible donde esa luz debe brillar: nuestras relaciones, comunidad, trabajo, etc.

Jesús usa esta imagen para decir: “No escondas tu fe ni tu testimonio. Ponlo en alto, donde pueda alumbrar a otros.”

Cosas que son “luz” en la Biblia

Elemento

Descripción

Referencia

Dios mismo

“Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.”

1 Juan 1:5

Jesús

“Yo soy la luz del mundo.”

Juan 8:12

La Palabra de Dios

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.”

Salmo 119:105

Los creyentes

“Vosotros sois la luz del mundo.”

Mateo 5:14

Las buenas obras

Reflejan la luz de Dios y glorifican al Padre.

Mateo 5:16

La sabiduría y el entendimiento

“La exposición de tus palabras alumbra.”

Salmo 119:130

La justicia

“La senda de los justos es como la luz de la aurora.”

Proverbios 4:18

El evangelio

“Para que resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo.”

2 Corintios 4:4

La Nueva Jerusalén

No necesita sol ni luna, porque “la gloria de Dios la ilumina.”

Apocalipsis 21:23

El Espíritu Santo (implícitamente)

A través del aceite que alimenta la lámpara, símbolo de su presencia.

Mateo 25:1–13

Cada una de estas “luces” tiene un propósito: iluminar, guiar, revelar, purificar o testimoniar. La luz en la Biblia no es solo un símbolo de conocimiento, sino de vida, presencia divina y victoria sobre las tinieblas.

Cada una de estas “luces” tiene un propósito: iluminar, guiar, revelar, purificar o testimoniar. La luz en la Biblia no es solo un símbolo de conocimiento, sino de vida, presencia divina y victoria sobre las tinieblas.

Cuento sobre el amor

El ser humano hará absurdas y estúpidas distinciones en lo que para el Amor es una cosa. La naturaleza del Amor nunca se obsesiona con las diferencias.

Estaba un pastor apacentando 2 ovejas, una blanca y una negra cuando pasó por allí un individuo obsesionado con el tema de las diferencias, le dijo:

¡Hermosas ovejas, señor! A propósito ¿Puedo hacerle una pregunta?

Las que usted quiera, dijo el pastor.

¿Cuánto andan sus ovejas cada día?, le preguntó.

¿La blanca o la negra?

La blanca.

Bueno, pues la blanca andará unos seis kilómetros al día.

¿Y la negra?

La negra también.

¿Y cuánta hierba diría usted que comen cada día?

¿La blanca o la negra?

La blanca.

Bueno, pues la blanca comerá unos dos kilos de hierba al día.

¿Y la negra?

La negra también.

¿Y cuánta lana diría usted que dan al año?

¿La blanca o la negra?

La blanca.

Bueno, pues yo diría que la blanca, cuando llega el momento de esquilarlas, dará unos tres kilos de lana al año.

¿Y la negra?

La negra también.

El individuo estaba enojado por qué pensó que le estaba tomando el pelo: ¿Puedo preguntarle por qué, a cada una de mis preguntas acerca de las ovejas, insiste usted en distinguir la blanca de la negra, si resulta que no se diferencian más que en el color?

Bueno, verá usted, dijo el pastor, es que la blanca es mía, ¿comprende?

¡Ah, ya! ¿Y la negra?

La negra también.

Moraleja:

El personaje que formula las preguntas representa esa mirada social que necesita clasificar, dividir, establecer jerarquías. Cree que una diferencia externa —el color de las ovejas— implica otras muchas diferencias internas, como capacidad, valor o utilidad. Esta es la lógica del prejuicio: una sombra mental que oscurece nuestra percepción del otro.

En cambio, el pastor representa una mirada iluminada por el amor, una visión clara, sin filtros artificiales. Él responde una y otra vez con esa tierna insistencia: "¿la blanca o la negra?"... no para marcar la diferencia, sino para desactivar la obsesión del otro por distinguir donde no hay distinción que importe.

👉 La frase final lo resume todo con una ternura que desarma: "La blanca es mía... ¿Y la negra? La negra también." Es una declaración de amor sin condiciones: el color no cambia el vínculo. A los ojos del que ama, las diferencias externas se diluyen en la luz de la pertenencia, del cuidado, de la unidad.

Aplicación espiritual: El amor como luz inclusiva

Así como en Mateo 5:14-16 Jesús nos llama a ser luz, este cuento nos recuerda que:

  • La luz verdadera no discrimina: ilumina igual para todos.
  • El amor auténtico no etiqueta, no separa, no calcula.
  • Ser luz es amar sin necesitar entender todas las diferencias, porque lo esencial trasciende.

Cuando vemos con los ojos del amor, las diferencias ya no son muros, sino matices de una misma belleza.