sábado, 13 de diciembre de 2025

LOS ENEMIGOS DEL COMPROMISO





Testimonio: El pacto en el sueño

Anoche tuve un sueño. No fue uno cualquiera. En él, mis tres hijos estaban sentados en silencio, cada uno con una Biblia abierta en Isaías 4:10.

Isaías 41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Leían el versículo lentamente, como si cada palabra tuviera peso eterno. Pero lo más sorprendente fue que, al terminar, cada uno añadía algo a su interpretación.

Mi hija Damaris dijo: —“No temas, porque yo estoy contigo” … eso significa que Dios no solo nos acompaña, sino que nos defiende.

Mi hija Jemima añadió: —“No desmayes, porque yo soy tu Dios”… entonces, cuando me siento débil, Él no me abandona, me sostiene.

El tercero, mi hijo Rubén concluyó: —“Siempre te ayudaré”… eso quiere decir que no hay momento en que Él no esté dispuesto a levantarme.

Yo los escuchaba, conmovido. Y entonces, en el sueño, me vi diciendo algo que no había pensado antes: —Isaías tenía un interior desorganizado. No tenía fuerzas para arreglarlo. Estaba quebrado por dentro, como muchos de nosotros. Pero le dijo a Dios: “Si tú me fortaleces y me renuevas, yo podré ser enviado a los exiliados, a los desanimados, a los temerosos del futuro.”

Y en ese instante, entendí que aquello no era solo una interpretación. Era un pacto. Un pacto entre Dios y el profeta. Un pacto que se renueva en cada generación, en cada corazón que decide comprometerse con Dios a pesar del temor y el desmayo.

El compromiso con Dios es como una llama encendida en el corazón: da luz, guía y calor. Pero esa llama no está exenta de viento. En el camino de la fe, hay fuerzas que intentan apagarla. La Biblia no las oculta, las nombra con claridad: el temor y el desmayo.

Josué los enfrentó al asumir el liderazgo de Israel. Isaías los denunció al consolar al pueblo en el exilio. Jesús los venció en Getsemaní. Y nosotros los sentimos cada vez que dudamos, nos cansamos o queremos rendirnos.

El temor paraliza. El desmayo agota. Ambos atacan el alma justo cuando más necesita firmeza. Pero Dios, en su fidelidad, no nos deja solos. Su promesa en Isaías 41:10 es clara:

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo…”

Este estudio bíblico es una invitación a reconocer esos enemigos, entender cómo operan, y aprender a vencerlos con la fuerza que proviene de la presencia constante de Dios. Porque el compromiso verdadero no nace de la comodidad, sino de la convicción.

El influencer y la promesa


 

Había un joven muy popular en redes sociales. Cada día subía fotos, videos y mensajes que conseguían miles de “likes”. La gente lo seguía por su estilo y por las frases motivadoras que compartía.

Un día, en medio de tanto éxito digital, recibió un mensaje privado de una seguidora: —Tus palabras me animan, pero ¿qué haces tú cuando nadie te ve?

Esa pregunta lo golpeó. Se dio cuenta de que su compromiso no podía ser solo con la imagen que mostraba en pantalla, sino con la verdad de su vida. Esa noche, apagó el móvil y se arrodilló en silencio. Reconoció la cercanía de Dios y entendió que el verdadero compromiso no era con los “likes”, sino con vivir con integridad, aunque nadie lo aplaudiera.

Al día siguiente, en lugar de publicar una foto perfecta, compartió un mensaje sencillo: —“El verdadero compromiso no se mide en seguidores, sino en ser fiel a lo que Dios nos pide.”

Muchos dejaron de seguirlo, pero los que se quedaron comenzaron a ver en él algo distinto: coherencia, humildad y autenticidad. Su compromiso ya no era con la apariencia, sino con la grandeza moral que nace de la cercanía de Dios.

Mensaje: En las redes sociales es fácil aparentar, pero el verdadero compromiso se demuestra en la vida real, cuando reconocemos la presencia de Dios y vivimos con coherencia, aunque eso no siempre sea popular.

El compromiso

El compromiso es más que una palabra; es una decisión que marca el rumbo de la vida. En la Biblia, el compromiso aparece como un pacto entre Dios y su pueblo, una alianza que no se basa en emociones pasajeras, sino en fidelidad y obediencia.

Desde Abraham, que salió de su tierra confiando en la promesa divina, hasta Isaías, que respondió “Heme aquí, envíame a mí”, el compromiso con Dios siempre ha implicado reconocer su grandeza y vivir en consecuencia. No es un contrato humano, sino una relación viva que transforma el corazón y se refleja en las acciones.

Jesús mismo enseñó que el verdadero compromiso se mide en la entrega total: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lucas 9:23). Este llamado muestra que comprometerse con Dios es caminar con Él en cada aspecto de la vida, confiando en su cercanía y reflejando su amor en el mundo.

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)


EL COMPROMISO DE DIOS CANCIÓN DE JAWDI

Dios está comprometido a través de su pacto y su promesa.

Debemos reconocer que la fuerza moral y espiritual no proviene de nosotros, sino de la presencia constante de Dios que nos sostiene y guía.

A través de su presencia, su fuerza y su sustento.

A nosotros nos toca superar dos experiencias que suelen ser traumáticas para mantener nuestro compromiso con Dios.

1-EL TEMOR. La psicología enseña que el miedo activa la respuesta de “huida o lucha”, generando ansiedad, insomnio y bloqueo mental. En los adultos mayores, el temor puede intensificar la inseguridad y el aislamiento. Sin embargo, también reconoce que el miedo puede ser transformado en resiliencia cuando se enfrenta con apoyo, confianza y propósito. El temor es un enemigo del compromiso porque paraliza y debilita la fe. Pero Dios nos recuerda que su presencia es más fuerte que cualquier amenaza. El compromiso verdadero se sostiene cuando, aun temblando, decidimos caminar confiados en que Él nunca nos dejará ni nos desamparará.

2-EL DESMAYO

El compromiso con Dios no se sostiene en un camino fácil. La Escritura nos recuerda que dos experiencias humanas suelen amenazar nuestra fidelidad: el temor y el desmayo. El desmayo no es solo físico, es espiritual. Es el cansancio del alma que hace perder el ánimo y el deseo de seguir adelante. El profeta Isaías habló a un pueblo agotado por el exilio, que sentía que Dios los había olvidado. En ese contexto, les recordó que la fuerza no proviene de la juventud ni de la energía humana, sino de la esperanza en Jehová.

Elías también lo vivió: después de enfrentar a los profetas de Baal, huyó al desierto y se derrumbó bajo un enebro, deseando morir (1 Reyes 19:4). Allí, Dios lo fortaleció con alimento, descanso y una palabra renovadora. El desmayo se vence cuando dejamos que Dios nos alimente y renueve. El desmayo es un enemigo del compromiso porque nos roba el ánimo y la perseverancia. Pero Dios promete renovar nuestras fuerzas como las águilas. El compromiso verdadero se mantiene cuando aprendemos a esperar en Él, confiando que su sustento nos levantará aun en medio del agotamiento.

1. El temor

El temor es esa fuerza interior que paraliza, que nos hace dudar de la presencia de Dios y de su poder. Israel lo experimentó muchas veces: frente al mar Rojo, ante los gigantes de Canaán, en el exilio. El miedo les hacía olvidar que Dios estaba con ellos.

Perspectiva bíblica: “El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?” (Salmo 27:1).

Aplicación: El compromiso con Dios exige reconocer que el temor no desaparece por sí solo, sino que se vence al confiar en la cercanía divina. El miedo se transforma en valentía cuando recordamos que Dios pelea nuestras batallas.

2. El desmayo

El desmayo no es solo físico, es espiritual: es el cansancio del alma, la pérdida de ánimo, el deseo de abandonar el camino. Isaías mismo habló de un pueblo que se sentía agotado y sin fuerzas.

  • Perspectiva bíblica:Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas” (Isaías 40:30-31).
  • Aplicación: El compromiso con Dios se mantiene cuando, en medio del cansancio, aprendemos a esperar en Él. El desmayo se vence al recibir nuevas fuerzas de su Espíritu, que renueva nuestro interior.

El compromiso con Dios no es una promesa vacía, sino una alianza que se prueba en la vida real. Superar el temor y el desmayo es parte del camino de fe. Dios ya ha prometido su presencia, su fuerza y su sustento; nuestra tarea es confiar, perseverar y mantenernos firmes en esa relación.

Así, el compromiso se convierte en testimonio: una vida que, aun en medio de las pruebas, refleja la grandeza moral y espiritual que proviene de la cercanía de Dios.


LOS ENEMIGOS DEL COMPROMISO CANCIÓN DE JAWDI

Textos claves sobre Josué y el compromiso con Dios

1. Llamado y promesa de presencia

Josué 1:5 “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.”

Dios asegura que su presencia será constante, igual que lo fue con Moisés.

2. Mandato de valentía

Josué 1:6 “Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.”

El compromiso exige valentía para cumplir la misión.

3. Obediencia a la Palabra

Josué 1:7-8 “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley… Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él… porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”

El compromiso se sostiene en la obediencia y meditación constante en la Palabra.

4. Reafirmación contra el temor y el desmayo

Josué 1:9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”

Aquí Dios toca directamente las dos experiencias humanas que amenazan el compromiso: el temor y el desmayo.

5. Confirmación del pueblo

Josué 1:16-18 “Entonces respondieron a Josué… Todo lo que nos has mandado haremos, y a dondequiera que nos envíes iremos… Solamente que te esfuerces y seas valiente.”

El compromiso de Josué inspira también el compromiso del pueblo.

Josué: del servicio a Moisés al liderazgo del pueblo

1. El trasfondo

  • Josué había servido fielmente a Moisés durante 40 años en el desierto.
  • Fue testigo de la liberación de Egipto, de la entrega de la Ley y de las rebeliones del pueblo.
  • Al morir Moisés, Josué debía asumir la responsabilidad de guiar a Israel hacia la conquista de Canaán, un desafío enorme frente a enemigos poderosos y ciudades fortificadas.

2. El cansancio y el temor

  • Humanamente, Josué podía sentirse agotado tras tantos años de servicio.
  • También podía experimentar temor ante la magnitud de la misión: reemplazar a Moisés y enfrentar ejércitos en tierra prometida.
  • Dios conocía su corazón y por eso le habló directamente, reafirmando su pacto y su presencia.

3. La respuesta divina

En Josué 1:5-9 Dios le dice:

  • “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida.”
  • “Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.”
  • “Esfuérzate y sé valiente.”
  • “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley… porque entonces harás prosperar tu camino.”

Dios sabía de su cansancio y temor, pero le recordó que el compromiso no se sostiene en la fuerza humana, sino en la presencia constante de Dios.

4. Clave espiritual

  • Josué venció el temor y el desmayo porque su compromiso estaba arraigado en la promesa divina.
  • El liderazgo de Josué no fue fruto de su capacidad personal, sino de la fidelidad de Dios que lo acompañó en cada batalla.
  • Así, el compromiso con Dios se convierte en fuerza moral y espiritual para enfrentar los desafíos más grandes.

Conclusión: La historia de Josué nos enseña que el compromiso con Dios no elimina el cansancio ni el temor, pero nos da la certeza de que Dios está con nosotros, nos fortalece y nos sostiene. El secreto de Josué fue recordar que la victoria no dependía de él, sino del Dios que había prometido estar a su lado.

¿Qué edad tendría Josué cuando asumió el máximo de su responsabilidad?

Estimación de edad

Referencia

Detalle

Implicación

Éxodo 17:9

Josué ya era joven líder militar

Probablemente entre 20–30 años

Números 13

Espía en Canaán

Edad madura, quizás 40 años

40 años en el desierto

Sirvió como asistente de Moisés

+40 años de servicio

Josué 24:29

Josué muere a los 110 años

Lideró Israel durante varias décadas

Si tenía unos 30–40 años al inicio del Éxodo y pasó 40 años en el desierto, al asumir el liderazgo tras Moisés habría tenido aprox. 70–80 años.

La edad avanzada de Josué muestra que el compromiso con Dios no depende de la juventud física, sino de la fidelidad y la preparación espiritual. Dios lo fortaleció para guiar al pueblo en la conquista de Canaán, demostrando que la verdadera fuerza proviene de la presencia divina.

Impacto del temor (ansiedad) en adultos mayores

  • Prevalencia: La ansiedad es común en la tercera edad, aunque a menudo pasa desapercibida o se confunde con otros problemas de salud.
  • Efectos físicos: Puede provocar insomnio, tensión muscular, palpitaciones y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Efectos emocionales: Genera inseguridad, miedo a la soledad, temor a la enfermedad o a la muerte.
  • Consecuencia social: El miedo puede llevar al aislamiento, reduciendo la interacción con familiares y amigos.

Impacto del desmayo (cansancio emocional / depresión)

  • Cansancio psicológico: En psicología se entiende como pérdida de ánimo, fatiga mental y sensación de impotencia.
  • Depresión en la tercera edad: Se manifiesta como apatía, falta de energía, pérdida de interés en actividades y sentimientos de desesperanza.
  • Efectos físicos: Mayor riesgo de caídas, debilitamiento del sistema inmunológico y empeoramiento de enfermedades crónicas.
  • Efectos cognitivos: Puede afectar la memoria, la concentración y acelerar el deterioro cognitivo.

Tabla comparativa: Temor vs. Desmayo en adultos mayores

Aspecto

Temor (Ansiedad)

Desmayo (Depresión / Cansancio emocional)

Síntomas principales

Inquietud, miedo, insomnio, tensión

Apatía, fatiga, tristeza, falta de motivación

Impacto físico

Palpitaciones, hipertensión, insomnio

Debilidad, riesgo de caídas, inmunidad baja

Impacto emocional

Inseguridad, aislamiento, preocupación constante

Desesperanza, pérdida de interés, retraimiento

Impacto cognitivo

Distracción, dificultad para concentrarse

Problemas de memoria, lentitud mental

Consecuencia social

Evita actividades y contacto

Se aísla y pierde vínculos

Clave psicológica

El temor y el desmayo en la edad avanzada no son simples emociones pasajeras: pueden convertirse en trastornos serios que afectan la salud integral. La psicología enfatiza la importancia de acompañamiento emocional, terapia, actividad física y apoyo social para que los adultos mayores mantengan su compromiso con la vida y con sus valores espirituales.

El anciano y el bambú



En un pequeño pueblo de Japón vivía un anciano que había alcanzado más de ochenta inviernos. Sus vecinos lo admiraban porque, a pesar de su edad, siempre caminaba erguido y con serenidad.

Un joven, preocupado por el futuro, se acercó a él y le preguntó: —Sensei, ¿cómo es que usted nunca parece temer ni desmayar, aunque la vida sea tan dura?

El anciano lo llevó al bosque y señaló un bambú que se inclinaba con el viento. —Mira este bambú. Cuando sopla el viento fuerte, no se quiebra, se dobla. Cuando llega la sequía, sus raíces buscan agua en lo profundo. Así debe ser el corazón humano.

El joven insistió: —¿Y qué hago cuando el miedo me paraliza o el cansancio me vence?

El anciano sonrió y respondió: —El temor se vence recordando que el viento nunca dura para siempre. El desmayo se supera buscando raíces más hondas: en la fe, en la esperanza, en la compañía de los demás. El secreto de la longevidad no está en evitar las tormentas, sino en aprender a doblarse sin romperse.

El joven guardó esas palabras y, con el tiempo, comprendió que el verdadero compromiso con la vida y con Dios es como el bambú: flexible ante el temor, profundo ante el desmayo, y siempre erguido hacia la luz.

Mensaje del cuento: La cultura japonesa, conocida por su longevidad, enseña que la fortaleza no está en resistir rígidamente, sino en ser flexibles y perseverantes. Así, el temor y el desmayo se transforman en oportunidades para crecer en profundidad y compromiso.

3-LA VICTORIA DEL COMPROMISO

El pueblo de Israel conocía bien el temor y el desmayo: miedo a los enemigos, cansancio en el desierto, dudas en el exilio. Pero Dios les recordó que su victoria no dependía de su fuerza, sino de su presencia constante.

Josué conquistó Canaán porque creyó en esa promesa. Elías se levantó del desmayo porque recibió alimento y palabra de Dios. Jesús venció la angustia en Getsemaní porque se entregó a la voluntad del Padre.

La victoria del compromiso no es ausencia de pruebas, sino la certeza de que Dios sostiene a quienes confían en Él.

PERSPECTIVA DE LUCHA

·  Josué 1:9: Dios manda a esforzarse y ser valiente, porque Él está presente.

·  Isaías 40:31: Los que esperan en Jehová reciben nuevas fuerzas.

·  Romanos 8:37: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”

El jardinero y la tormenta



Un anciano jardinero cuidaba cada día un pequeño huerto. Sembraba con paciencia, aunque las lluvias eran escasas y el sol quemaba la tierra. Muchos vecinos le decían: —¿Por qué sigues? El temor a perderlo todo y el cansancio deberían hacerte desistir.

El jardinero respondía: —El compromiso no depende del clima, sino de la confianza en que la semilla dará fruto.

Una noche llegó una gran tormenta. El viento arrancó ramas, el agua arrastró parte de la tierra, y parecía que todo estaba perdido. El anciano se arrodilló, cansado, pero dijo: —No temeré, porque Dios está conmigo. No desmayaré, porque Él me sostiene.

Al amanecer, entre el barro y los restos de la tormenta, brotaron pequeños tallos verdes. El huerto revivió con más fuerza que antes. Los vecinos comprendieron que la victoria no estaba en evitar la tormenta, sino en permanecer fiel hasta que la vida volviera a florecer.

 

Aplicación práctica

  1. Recordar la promesa: Dios está contigo, no te dejará.
  2. Vivir la presencia: La oración y la Palabra son la fuente de fuerza diaria.
  3. Practicar la resiliencia: Avanzar aun en medio de la dificultad, confiando en que Dios sostiene.
  4. Testimoniar la victoria: Mostrar con la vida que el compromiso con Dios vence al temor y al desmayo.

La victoria del compromiso no se logra con fuerza humana, sino con la diestra de la justicia de Dios. El temor y el desmayo son enemigos reales, pero no definitivos. La promesa divina asegura que quienes esperan en Él tendrán nuevas fuerzas, caminarán y no se fatigarán, correrán y no se cansarán.

El compromiso vence al temor y al desmayo cuando se sostiene en la confianza en Dios. La victoria llega no porque las pruebas desaparezcan, sino porque la fidelidad transforma la tormenta en semilla de esperanza.



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