LA DOBLE PLENITUD DEL PLAN DIVINO
El Monje y la Piedra Preciosa
En
un antiguo monasterio zen, vivía un monje que había renunciado a todas las
posesiones materiales. Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró una
piedra preciosa. Aunque sabía que podría valer una fortuna, la colocó en su
bolsa sin darle mayor importancia.
Al
día siguiente, un viajero se cruzó en su camino y, al descubrir la piedra en la
bolsa del monje, le pidió que se la diera. Sin dudarlo, el monje le entregó la
piedra. El viajero partió, eufórico por la riqueza que ahora poseía.
Sin
embargo, unos días después, el viajero regresó, buscando al monje. Le devolvió
la piedra al monje y, con una mirada seria, le dijo: “He estado pensando. Te
agradezco por esta piedra, pero ahora te pido algo más valioso: enséñame la
riqueza que te permitió regalarla tan fácilmente.”
El
cuento nos enseña que la verdadera riqueza no reside en las posesiones
materiales, sino en la libertad del desapego y la comprensión de que no somos
los dueños últimos de nada en este mundo. La paz y la plenitud
vienen de entender y vivir esta verdad
La vida en la tierra y su plenitud dependen de
que reconozcamos a su verdadero dueño y no creamos que somos nosotros o nuestro
éxito el origen de nuestras posesiones.
La Biblia menciona en varios
pasajes que Dios lo llena todo. Aquí tienes algunos versículos que expresan
esta idea:
Efesios 1:23: "la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo."
Efesios 4:10: "El que descendió es también el mismo que ascendió
mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo."
Jeremías 23:24: "¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo
no lo vea? --declara el SEÑOR. ¿No lleno malé yo los cielos y la tierra? --declara el
SEÑOR."
Dios llena dos plenitudes:
1-Los cielos.
2-La tierra
Hechos
17:28
Reina-Valera
1960
28 Porque en él
vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas
también han dicho: Porque linaje suyo somos.
La
frase “en él vivimos, nos movemos y somos” sugiere que Dios no está confinado a
templos o imágenes hechas por manos humanas, sino que su presencia es
omnipresente y sustenta toda la existencia. En otras palabras, Dios es la
fuente de toda vida y el fundamento de todo ser. No estamos separados de Él; más bien, nuestra
existencia depende completamente de su poder y voluntad
Explicar
esto a la luz de que “Dios lo llena todo” significa reconocer que Dios es
inmanente en toda la creación. No hay lugar donde Dios no esté presente. Todo
lo que existe está contenido y sostenido por Él. Esta
comprensión puede llevar a una mayor apreciación de la santidad de toda la vida
y la creación, así como a un sentido de responsabilidad por cómo vivimos y
tratamos el mundo que nos rodea.
Para
explicar Hechos 17:28, que habla de que “en
él vivimos, nos movemos y somos”, a la luz de las teorías científicas sobre el
origen del universo, podríamos considerar cómo estas teorías se relacionan con
la idea de que Dios lo llena todo.
La Teoría del Big Bang, por ejemplo, sugiere que el universo comenzó a partir de una
singularidad y ha estado en expansión desde entonces. En un sentido
espiritual, esto podría interpretarse como que Dios inició la creación y
continúa sosteniéndola a través de su expansión constante.
La Teoría Inflacionaria añade que hubo un período de expansión exponencial en los primeros
momentos del universo. Esto podría verse como un paralelo a la
omnipresencia de Dios, llenando el universo en todas direcciones y dimensiones,
más allá de nuestra comprensión humana.
La Teoría del Estado Estacionario propone que el universo siempre ha existido y siempre se verá de
manera similar, con materia nueva siendo creada constantemente. Esto
podría reflejar la idea de un Dios eterno y siempre presente, cuya creación es
continua.
La Teoría del Universo Oscilante sugiere que el universo pasa por ciclos de expansión y contracción.
En términos espirituales, esto podría simbolizar la naturaleza cíclica de la
vida y la renovación, que también se encuentra en muchas tradiciones
religiosas.
La teoría del universo de un único electrón
todos los electrones y positrones son
manifestaciones de una misma entidad que se propaga a través del tiempo y el
espacio de tal manera que parece estar en múltiples posiciones simultáneamente. La idea de
que “en él vivimos, nos movemos y somos” puede interpretarse como una
afirmación de que, más allá de las explicaciones físicas, hay una fuente
fundamental de ser y existencia que lo sustenta todo.
En términos de la teoría del único electrón, esto podría simbolizar cómo, en un nivel más profundo y fundamental, podría haber una unidad subyacente que conecta toda la creación, reflejando la omnipresencia y la inmanencia de Dios en el universo. Así, aunque la ciencia describe los mecanismos a través de los cuales el universo opera, la fe proporciona una perspectiva sobre el propósito y la presencia subyacente detrás de estos mecanismos.
Hebreos 1:3 el cual,
siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y
quien sustenta todas las
cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra
de la Majestad en las alturas,
Finalmente, los Modelos de Multiverso plantean la existencia de múltiples universos paralelos.
Esto podría ser visto como una metáfora de la infinitud de Dios y la
posibilidad de que su creación sea mucho más vasta de lo que podemos imaginar.
Al
integrar estas teorías científicas con la espiritualidad, podemos encontrar una
forma de entender cómo la ciencia y la fe pueden coexistir y complementarse. La
ciencia nos ofrece un marco para comprender el “cómo” del universo, mientras
que pasajes como Hechos 17:28 nos hablan del “por qué” y del “quién” detrás de
la existencia y el propósito del universo. Ambas perspectivas pueden enriquecer
nuestra comprensión del mundo y nuestro lugar en él.
El universo que nosotros conocemos se refiere a ”esta creación” pero la biblia enseña que hay más de una creación.
Hebreos 9:11 Pero estando
ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el
más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos,
es decir, no de esta creación,
¿Y dónde
está esa otra creación? Sin lugar a duda en el cielo.
Pero antes tenemos que seguir hablando de la plenitud de la tierra...
Salmos
24:1
Reina-Valera
1960
El rey
de gloria
Salmo
de David.
24 De
Jehová es la tierra y su plenitud (melō’);
El mundo, y
los que en él habitan.
Salmos 50:12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud (melō’).
Este pasaje nos
recuerda que todo lo que tenemos proviene de Dios y que, por lo tanto, debemos
administrar sabiamente los recursos que nos ha dado. Dios es el amo y Señor de
esta creación. Los hombres somos meros arrendatarios a los que se nos permite
vivir aquí mediante la “Plenitud” adorar es participar de esta creación sin
olvidar la gratitud a su fundador y creador.
Dado que "de
Jehová es la tierra", no somos más que mayordomos o administradores.
Deberíamos comprometernos a administrar adecuadamente este mundo y sus
recursos, pero no debemos consagrarnos demasiado a ninguna cosa creada ni
actuar como únicos propietarios.
También nos
enseña que no debemos aferrarnos a las cosas materiales o a la posesión de la
tierra, sino que debemos usarlas para glorificar a Dios y para ayudar a las
personas que nos rodean sirviendo al Señor.
Dios tiene un derecho sobre las personas: sobre
sus servicios, sobre sus talentos, sobre todo lo que pueden adquirir mediante
el trabajo y la habilidad; Tiene derecho a todos los que vuelan en el aire, o
que caminan por la tierra, o que nadan en el mar.
No debemos pensar que Dios es
solo Dios de los cielos, también es Dios de la tierra y su plenitud.
El
hombre vive sobre «la tierra» y divide su suelo entre sus reyes y autócratas;
pero la tierra no es del hombre; él no es sino un ocupante, uno que la arrienda
en forma precaria y que puede ser desahuciado en cualquier momento.
El
gran terrateniente y verdadero propietario tiene su asiento por encima de las
nubes y se ríe de las escrituras y títulos de venta de los gusanos, del polvo.
La tierra está llena de Dios; El la llenó y la
mantiene llena a pesar de los requerimientos y abusos de las criaturas vivas
sobre sus reservas. El mar está lleno a pesar de las nubes que se levantan
sobre él; el aire está lleno a pesar de todas las vidas que respiran en él; el
suelo está lleno aunque millares de plantas deriven su nutrición de él. Charles H. Spurgeon
(melō’) Significa, PLENITUD, LLENURA Y ABUNDANCIA.
Esta creación y su plenitud pertenece a Dios, adorar es reconocer eso
continuamente, este reconocimiento lo hacemos cuando empleamos una buena parte
de nuestros recursos al servicio de Dios.
En la ofrenda mecida se representa este reconocimiento al “llenarse”
las manos y devolverle a Dios una parte escogida que representa la totalidad de
su propiedad como fundador de la plenitud de la tierra.
Levítico
2:2
Reina-Valera
1960
2 y la traerá a
los sacerdotes, hijos de Aarón; y de ello tomará el sacerdote su puño lleno (melō’) de la flor de harina y del aceite, con todo el
incienso, y lo hará arder sobre el altar para memorial; ofrenda encendida es,
de olor grato a Jehová.
La palabra מְלֹא (melō’) en este
pasaje refleja la idea de que la ofrenda es completa y suficiente para cumplir
con el propósito de
honrar a Dios. Indica que lo que se ofrece es parte de una totalidad más grande, la cual pertenece a Dios
y es ofrecida a Él en su
totalidad. Este concepto es central en las prácticas de ofrenda del Antiguo
Testamento, donde cada acto de ofrenda es un recordatorio de la relación de pacto entre Dios e Israel, y
de la completa dependencia del pueblo de la provisión y gracia de Dios.
En
resumen, Levítico 2:2 nos enseña sobre la importancia de la ofrenda
como un acto de adoración y gratitud, y el término מְלֹא (melō’) subraya
la plenitud y la integridad con la que se debe acercar uno a Dios en la entrega
de ofrendas.
El principio de la plenitud de la tierra es una parte importantísima
para entender los planes de Dios con esta creación... Pablo también aludió a
este principio.
1 Corintios 10:26 porque del Señor es la tierra
y su plenitud.
1
Corintios 10:28 Mas si
alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa
de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la
tierra y su plenitud.
El profeta Ezequiel dijo que disfrutar o no de la plenitud de la tierra depende de la moralidad de sus habitantes, el se refería a la desolación que llegó en tiempos de la deportación a babilonia.
Ezequiel 12:19 Y di al
pueblo de la tierra: Así ha dicho Jehová el Señor sobre los moradores de
Jerusalén y sobre la tierra de Israel: Su pan comerán con temor, y con espanto
beberán su agua; porque
su tierra será despojada de su plenitud, por la maldad de todos los que en
ella moran.
En Ezequiel 12:19, el término “plenitud” se utiliza para describir
la condición de la tierra de Israel. El versículo advierte que la tierra será
desolada de su plenitud debido a la violencia de sus habitantes. Aquí, la
“plenitud” se refiere a la abundancia y prosperidad que la tierra había estado
disfrutando.
El contexto del pasaje indica que la plenitud de la tierra está directamente relacionada con el comportamiento de las personas que viven en ella. La violencia y la maldad de los habitantes llevan a la pérdida de esta plenitud, lo que resulta en la desolación y el sufrimiento. Por lo tanto, el texto sugiere que la plenitud o la falta de ella es una consecuencia del comportamiento humano, específicamente en términos de obediencia y moralidad en relación con las leyes y mandatos de Dios
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La Media manta
En
un pequeño pueblo, vivía Don Roque, un anciano que había dedicado su vida a
trabajar incansablemente para que su hijo se convirtiera en un respetado
profesional. Tras la muerte de su esposa, Don Roque se encontró solo, cansado y
lleno de recuerdos. Anhelaba el apoyo y la compañía de su hijo, quien parecía
haber olvidado a su padre en su éxito.
Un
día, con el corazón apesadumbrado, Don Roque decidió visitar a su hijo. Al
llegar a la casa de su hijo, fue recibido con sorpresa, pero sin el calor que
esperaba. “Hijo, me siento muy solo y cansado. ¿Te molestaría si me quedo a
vivir con ustedes?”, preguntó Don Roque con voz temblorosa. El hijo, incómodo,
titubeó antes de responder. Mencionó lo pequeña que era la casa, lo especial
que era su esposa y lo difícil que sería para los niños. Finalmente, sugirió
que su padre podría dormir en el patio.
Don
Roque, con el corazón roto, pero sin querer ser una carga, aceptó. El hijo
llamó a su propio hijo, Luis, de doce años, y le pidió que llevara una manta
para su abuelo. Luis, observando la situación, subió por la manta, pero antes
de entregarla, hizo algo inesperado: cortó la manta en dos con unas tijeras.
Al
ver esto, su padre le preguntó sorprendido por qué cortaba la manta. Luis, con
una sabiduría que desafiaba su edad, respondió:
“Estaba pensando en guardar la mitad de la cobija para cuando tú
seas viejo y vayas al patio de mi casa para vivir.”
Esta anécdota nos enseña sobre la pérdida de la plenitud de la vida
cuando olvidamos los valores morales y familiares, y cómo una simple acción
puede recordarnos la importancia de la empatía y el respeto, llevándonos a
recuperar esa plenitud.
El reconocimiento de la plenitud de la tierra y de
Dios como su dueño puede tener varias implicaciones positivas y consecuencias
en la vida de las personas. Aquí te enumero algunas:
Ventajas:
- Responsabilidad
Ambiental: Conciencia sobre la
importancia de cuidar el medio ambiente, ya que la tierra no nos pertenece
y somos responsables de su custodia.
- Gratitud: Apreciación por la abundancia y la belleza
de la creación, lo que puede llevar a un sentido más profundo de gratitud
por la vida y sus recursos.
- Humildad: Reconocimiento de que no somos los dueños
últimos de nada, lo que puede fomentar la humildad y reducir el egoísmo.
- Comunidad
y Compartir: Fomento de una cultura
de compartir y apoyar a los demás, entendiendo que todos somos parte de
una misma creación.
- Sentido
de Propósito: Inspiración para buscar
un propósito mayor en la vida que trascienda lo material y lo inmediato.
Consecuencias:
- Cambio de
Prioridades: Puede llevar a un cambio
en las prioridades personales y sociales, valorando más las relaciones y
el bienestar común que el acaparamiento de bienes.
- Conflicto
con Intereses Materiales: Puede
haber un conflicto entre este reconocimiento y los intereses materiales o
económicos que promueven la explotación de recursos.
- Desafío a
Sistemas Establecidos: Puede
desafiar sistemas económicos y sociales basados en la propiedad y el
consumo excesivo.
- Reevaluación
de Valores: Puede provocar una
reevaluación de valores personales y culturales, llevando a un enfoque más
ético y sostenible de la vida.
- Solidaridad
Global: Puede promover una mayor
solidaridad y cooperación internacional para resolver problemas globales
como el cambio climático y la desigualdad.
En resumen, considerar la plenitud de la tierra y
reconocer a Dios como su dueño puede llevar a un cambio significativo en la
forma en que vivimos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea.
La Iglesia tiene
otra plenitud mayor que la de las naciones.
Tenemos que ser conscientes de que aún hay un reino futuro (EL MILENIO) Está
relacionado con la TIERRA y su plenitud... si lo espiritualizas dejas vacío los
planes que tiene Dios con esta creación o lo que es peor mandas a la Iglesia
(QUE AHORA ESTA EN LOS PLANES CELESTIALES DE DIOS) a labrar y guardar el jardín
de Dios. Algo que no identifica correctamente la plenitud que el nuevo pacto ha
otorgado a la Iglesia...
Cuando la Biblia habla de los creyentes como una “nueva creación”,
se refiere a una transformación espiritual que ocurre cuando una persona pone
su fe en Cristo. Según 2 Corintios 5:17, "Si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas." Esta nueva creación no depende de la plenitud de la tierra
en un sentido material, sino de una plenitud espiritual que proviene de la
relación con Dios.
La “nueva creación” implica una restauración total que abarca tanto el ámbito espiritual como el físico, pero se centra en la renovación del espíritu humano en unión con Cristo.
Esto significa que, aunque los creyentes siguen viviendo en el mundo físico, su verdadera identidad y propósito se encuentran en la realidad espiritual de su relación con Dios. La plenitud que experimentan no es meramente terrenal, sino que es una plenitud que viene de Dios y que transforma su manera de vivir y relacionarse con el mundo y con los demás.
A veces la plenitud de la tierra mengua por un juicio de Dios y en
esa época debemos estar agradecidos con el sustento.
1
Reyes 17:8-24
Reina-Valera
1960
Elías
y la viuda de Sarepta
8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: 9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente “KUL”. 10 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. 11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan LEJEM en tu mano. 12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan LEJEM cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. 13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. 15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. 16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.
17 Después de
estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la
enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento. 18 Y
ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para
traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo? 19 Él
le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al
aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. 20 Y
clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy
hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? 21 Y se
tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te
ruego que hagas volver el alma de este niño a él. 22 Y
Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió. 23 Tomando
luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le
dijo Elías: Mira, tu hijo vive. 24 Entonces la mujer dijo
a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es
verdad en tu boca.
VIUDA SIN NADA GLADYS MUÑOZ
PARNASÁ
Hay dos cosas
que ayudan a la parnasá que significa “el sustento de la persona”. Estas dos cosas son el
Pan LEJEM y el sustento KUL,
si nos volvemos rebeldes Dios nos pone difícil la “parnasá”.
Génesis
3:19
Reina-Valera
1960
19 Con el sudor
de tu rostro comerás el pan LEJEM hasta que
vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo
volverás.
La parnasá (EL
PAN Y EL SUSTENTO) Se nos pone difícil con la rebelión y la falta de fe.
La moneda de oro en el inodoro
Como
aquel hombre que entró en el baño y miró en el inodoro antes de tirar de la
cisterna, y vio una moneda de oro, pensó ¡Ajjj! Si Dios me quiere dar una
moneda, ¿Por qué me la va a dar en el Inodoro? Tengo que meter la mano, que
asco... Señor yo tengo fe que tu me la vas a dar fuera de este baño y salió y
efectivamente en la puerta al suelo había una moneda de oro... ¿Cuántos saben
lo que hizo después? Ja,ja... exacto entro otra vez y metió la mano en el
inodoro.
Éxodo
16:4
Reina-Valera
1960
4 Y Jehová dijo
a Moisés: He aquí yo os haré llover pan LEJEM del
cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día,
para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.
El Señor nos
da el pan cuando mas lo necesitamos, el es el dueño a veces tenemos que sudar
mas y a veces menos... pero recuerda ese pan es de la plenitud de la tierra...
Deuteronomio 8:3 Y te
afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías
tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá
el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová
vivirá el hombre.
Nunca te
olvides de este estudio bíblico, hay otra plenitud que esta en el cielo y este
se abre solo para los hijos y no para los que no creen en el Señor.
1.
Mateo 15:26
Respondiendo él, dijo: No está
bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
2.
Marcos 7:27
Pero Jesús le dijo: Deja
primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de
los hijos y echarlo a los perrillos.
Millones de
cristianos solo viven para la plenitud de la tierra, la mayoría de los
predicadores llenan sus iglesias de personas que buscan prosperidad y parnasá fácil
pero no hablan ni enseñan del pan de los hijos.
Ezequiel 12:19 Y di al pueblo de la tierra: Así ha dicho Jehová el Señor sobre los moradores de Jerusalén y sobre la tierra de Israel: Su pan LEJEM comerán con temor, y con espanto beberán su agua; porque su tierra será despojada de su plenitud, por la maldad de todos los que en ella moran.
En Ezequiel 12:19, el término “plenitud” se utiliza para describir
la condición de la tierra de Israel. El versículo advierte que la tierra será
desolada de su plenitud debido a la violencia de sus habitantes. Aquí, la
“plenitud” se refiere a la abundancia y prosperidad que la tierra había estado
disfrutando.
El contexto del pasaje indica que la plenitud de la tierra está directamente relacionada con el comportamiento de las personas que viven en ella. La violencia y la maldad de los habitantes llevan a la pérdida de esta plenitud, lo que resulta en la desolación y el sufrimiento. Por lo tanto, el texto sugiere que la plenitud o la falta de ella es una consecuencia del comportamiento humano, específicamente en términos de obediencia y moralidad en relación con las leyes y mandatos de Dios
La plenitud que
ahora llena a la Iglesia va más allá que la plenitud de la tierra.
Efesios 1:22-23
Reina-Valera 1960
22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las
cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Juan
1:1-5
Reina-Valera
1960
El
Verbo hecho carne
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era
con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio
con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la
vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las
tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
La plenitud del cielo se puede entender como la
totalidad y perfección de la existencia en comunión con lo divino. En muchas tradiciones religiosas y filosóficas, el
cielo es visto como un estado o lugar de completa armonía, paz y felicidad,
donde las almas o seres alcanzan su máximo potencial y están en presencia de lo
sagrado o divino.
Ventajas y privilegios de la plenitud del cielo:
- Comunión perfecta: En el cielo, se cree que las
almas disfrutan de una comunión perfecta y directa con lo divino, lo que
es considerado el objetivo último de la existencia humana.
- Ausencia de sufrimiento: A diferencia de la
tierra, el cielo se caracteriza por la ausencia de dolor, sufrimiento o
cualquier forma de malestar.
- Conocimiento y sabiduría: Se asocia con un
entendimiento completo y una sabiduría que no están limitados por las
restricciones terrenales.
- Eternidad: La vida en el cielo se describe a menudo como
eterna, sin las limitaciones del tiempo y la muerte que enfrentamos en la
tierra.
- Felicidad y paz: El cielo es un estado de
felicidad y paz perpetuas, donde las preocupaciones terrenales no existen.
Diferencias entre la plenitud del cielo y la de la
tierra:
- Naturaleza de la existencia:
Mientras que la plenitud del cielo es de naturaleza espiritual y eterna,
la plenitud en la tierra es temporal y sujeta a las condiciones materiales.
- Limitaciones: En la tierra, las personas están sujetas a
limitaciones físicas, emocionales y mentales, mientras que, en el cielo,
estas limitaciones se superan.
- Relación con lo divino: La plenitud del
cielo implica una relación directa y constante con lo divino, algo que en
la tierra se busca a través de la fe y la práctica religiosa.
- Perfección: El cielo se asocia con la
perfección y la totalidad, mientras que la plenitud en la tierra puede ser
imperfecta y siempre en proceso de mejora.
Estas
diferencias resaltan la creencia de que la plenitud del cielo es superior y más
deseable que la plenitud que se puede experimentar en la tierra.
En el nuevo pacto la plenitud se representa en el reino de Dios.
El Reino de Dios, según la Biblia, es un concepto central en
la fe cristiana. Jesús enseñó que este
reino no es un lugar físico, sino más bien una realidad espiritual y moral . Es el dominio de Dios sobre todas las cosas, donde su
justicia, amor y paz se manifiestan plenamente. En este artículo, exploraremos
las Escrituras para comprender mejor qué es el Reino de Dios y cómo podemos
experimentarlo en nuestras vidas.
La puerta es la fe y el arrepentimiento.
Marcos
1:15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de
Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Espiritualmente los creyentes ocupamos un lugar
en el cielo...
1.
Efesios 1:3
Bendiciones
espirituales en Cristo
Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo,
2.
Efesios 1:20
la
cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
3.
Efesios 2:6
y
juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con
Cristo Jesús,
4.
Efesios 3:10
para
que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por
medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
Estos textos anteriores nos llevan a la plenitud
del cielo que se rige por otros principios distintos a los naturales.
Efesios 1:22-23
Reina-Valera 1960
22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las
cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
La iglesia no es un lugar en la tierra ni un templo es espiritualmente
la plenitud de aquel que todo lo llena en todo.
La idea es que Cristo es supremo y central en todo el universo, y que
su presencia y autoridad se extienden a todas las cosas. En este
contexto, la iglesia es vista como la manifestación de la plenitud de Cristo en
la tierra, actuando como el instrumento a través del cual Él trabaja y se
revela al mundo.
La Biblia menciona varios aspectos de ser llenado por
el Espíritu Santo, incluyendo el gozo y otros frutos y dones espirituales. Aquí
tienes una lista de algunos de estos “llenados” y sus respectivos versículos:
- Llenos del Espíritu Santo:
- Efesios 5:18: "Y no os embriaguéis con vino, en lo
cual hay disolución, sino sed llenos del Espíritu".
- Hechos 2:4: "Todos fueron llenos del Espíritu Santo
y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba
habilidad para expresarse".
- Llenos de gozo:
- Hechos
13:52: "Y los discípulos estaban continuamente llenos de gozo y del
Espíritu Santo".
- Romanos 15:13: "Que
el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que
abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo".
- Llenos de sabiduría:
- Éxodo
31:3: "Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en
inteligencia, en conocimiento y en toda {clase de} arte".
- Llenos de fe:
- Hechos
6:5: "Lo propuesto tuvo la aprobación de toda la congregación, y
escogieron a Esteban, un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo".
- Llenos de poder:
- Miqueas
3:8: "Yo, en cambio, estoy lleno de poder, del Espíritu del SEÑOR, y
de juicio y de valor, para dar a conocer a Jacob su rebelión, y a Israel
su pecado".
- Llenos de amor:
- Gálatas 5:22-23:
"Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay
ley".
- Llenos de paz:
- Romanos 14:17:
"Porque el reino de Dios no es cuestión de comida ni de bebida, sino
de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo"
A veces tenemos que renunciar en parte a la plenitud
de la tierra para no perder la plenitud del cielo.
Colosenses
3:2 se dice: “Poned la mira en las
cosas de arriba, no en las de la tierra”. Esto
sugiere que, aunque vivimos en el mundo físico, no debemos perder de vista los
valores espirituales y eternos.
La
idea es encontrar un balance entre nuestras responsabilidades y disfrutes
terrenales con el desarrollo espiritual y la conexión con lo divino.
Dios se lo dijo a Moisés. Se lo dijo a Abraham. Jesús se lo
dijo a quienes le seguían. Mira arriba mira a Dios no mires tanto aquí
abajo.
“Dos hombres miraron hacia afuera
desde las rejas de la prisión. Uno vio barro, el otro vio estrellas.” En otras
palabras, donde un preso miró hacia abajo con desesperanza, el otro miró hacia
el cielo con esperanza.
Tenemos las mismas dos opciones
arriba o abajo ¿Dónde miraremos?
La verdad estamos todo el día mirando
si nos llegará el dinero al final del mes, gran parte de nuestro tiempo están dedicados
al menú, a los problemas, si alguna vez le traicionan, le menosprecian o le
hacen daño les aseguro que les dolerá mucho mas si pone su mirada en las cosas
de aquí abajo... MIRA HACIA ARRIBA, MIRA A DIOS.
Une este mensaje al de la pasada
semana no quisiéramos ser desvestidos sino revestidos...No quisiéramos ser
vaciados sino llenados de la plenitud de arriba.
Como
colofón a este artículo “La Doble Plenitud del Plan Divino”,
podríamos decir:
En
la búsqueda de la plenitud, nos encontramos en la encrucijada de dos caminos:
uno anclado en la tierra y otro que se eleva hacia el cielo. El primero, lleno
de las riquezas y comodidades del mundo material, nos ofrece una sensación de
seguridad y satisfacción inmediata. El segundo, aunque menos tangible, promete
una plenitud más profunda y eterna, basada en valores espirituales y divinos.
El
monje y la piedra preciosa nos enseñan que la verdadera riqueza no se mide por
lo que poseemos, sino por la capacidad de vivir en desapego y generosidad. La
plenitud terrenal es efímera y cambiante, mientras que la plenitud celestial es
constante y perdurable.
La
Biblia nos recuerda que Dios es la fuente de toda plenitud, llenando los cielos
y la tierra con su presencia. Reconocer y aceptar este hecho nos libera de la
ilusión de control y propiedad sobre nuestras vidas y posesiones. En última
instancia, la plenitud completa se encuentra en la unión de lo terrenal con lo
celestial, en el reconocimiento de que todo proviene y retorna al Creador.
Este
artículo invita a los lectores a reflexionar sobre dónde buscan su plenitud y
los anima a considerar que, a veces, es necesario renunciar a lo material para
alcanzar una conexión más profunda con lo divino. En el plan de Dios, ambas
plenitudes tienen su lugar, pero es en la armonía entre ambas donde encontramos
el verdadero sentido y propósito de nuestra existencia.
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