sábado, 21 de octubre de 2023

EL ANCLA DEL ALMA (MARTA Y MARIA)

 

EL ANCLA DEL ALMA

(MARTA Y MARIA)

Marta era una mujer práctica, activa, diligente y servicial. Se ocupaba de los quehaceres de la casa y de atender a los invitados. Tenía una fe racional y doctrinal en Jesús como el Mesías y el Hijo de Dios, pero también una esperanza limitada por el tiempo humano. Cuando supo que Jesús estaba cerca, salió a su encuentro y le reprochó por no haber llegado antes para evitar la muerte de su hermano. Sin embargo, también le expresó su confianza en que él podía hacer algo al respecto. Jesús le habló de la resurrección y le hizo una pregunta sobre su fe, a la que ella respondió afirmativamente.

Juan 11:25-26 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Solemos reservar estos textos solo para los funerales y con cierta sensación de pena y desolación. Las palabras van dirigidas a Marta hermana de Lázaro, en otro tiempo esta discípula fue reprendida por el mismo Jesús por menospreciar ese tiempo que su hermana María se tomaba mientras ella estaba en la tarea de servicio.

Lucas 10:40-42 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte (agathē meris), la cual no le será quitada.

En una palabra, Marta se estaba perdiendo lo mejor lo único, (agathē meris) significa “buena herencia”. Esta expresión se usa para referirse a algo que tiene un gran valor y que no se puede perder. Así fue como descubrimos que María hermana de Marta tenia una gran pasión por Jesús.

María era una mujer sensible, emotiva, apasionada y devota. Se sentaba a los pies de Jesús para escuchar sus palabras y seguir su voluntad. Tenía una fe personal y emocional en Jesús como su Salvador y su Amigo, pero también una confianza ilimitada en su poder.


Pero ahora Lázaro ha muerto, podíamos esperar que María estuviera mejor preparada que Marta ¿Pero que nos encontramos?

Juan 11:20-21 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.

La razón por la que María se quedó en casa y solo Marta salió a recibir a Jesús no se explica explícitamente en el texto bíblico, pero se pueden sugerir algunas posibles interpretaciones basadas en el contexto y el carácter de las dos hermanas.

  • Una interpretación es que María estaba tan abatida por la muerte de su hermano que no tenía ánimo ni fuerzas para salir de la casa. Tal vez pensaba que Jesús había llegado demasiado tarde y que ya no había nada que hacer. Marta, en cambio, tenía más esperanza y confianza en Jesús, y quería verle y hablarle cuanto antes.
  • Otra interpretación es que María estaba respetando las costumbres judías de duelo, que implicaban permanecer en la casa durante siete días, recibiendo las visitas y el consuelo de los amigos y familiares. Marta, en cambio, rompió la tradición y salió a recibir a Jesús, porque le consideraba más que un amigo, sino el Señor y el Mesías.

 21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 

Muchos de nosotros dedicamos mucho tiempo a oír la enseñanza de Jesús, pero cuando estamos en una tormenta nos enfadamos con el Señor y nos quedamos en casa llorando como María.

Pero Marta (como una barca a la deriva empujada por las olas de su pena) reprochó a Jesús que no hubiera estado con ellos, pues podría haberlo evitado, entonces Jesús le dio a Marta el ancla en medio de la tormenta.

Para muchos de nosotros, Jesús solo puede evitar que pasemos por la tormenta y perdemos interés en Jesús cuando nos embarga la pena, pero Marta tenia una fe en Jesús que la ayudaba a tenerle como Salvador en medio del duelo y la tristeza.

Juan 11:22 Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. 

Muchos de nosotros dedicamos mucho tiempo a oír la enseñanza de Jesús, pero cuando estamos en una tormenta nos enfadamos con el Señor y nos quedamos en casa como María.

Pero Marta (como una barca a la deriva empujada por las olas de su pena) reprochó a Jesús que no hubiera estado allí con ellos, para evitar el fatal desenlace.

 Juan 11:23-25Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. 

  • Marta fue la primera en salir al encuentro de Jesús cuando supo que estaba cerca, mientras que María se quedó en casa hasta que Jesús la llamó (Jn 11:20-28). Esto muestra que Marta era más activa e impulsiva, y que María era más pasiva y reflexiva.


Juan 11:28 Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.

  • María repitió las mismas palabras que Marta al ver a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Jn 11:32). Sin embargo, a diferencia de Marta, María se postró a los pies de Jesús llorando. Esto muestra que María tenía una fe emocional y personal, pero también una confianza ilimitada en el poder de Jesús. 
  •  Juan 11:29-32 Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. 30 Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. 31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. 32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.

Marta estaba falta de doctrina, María falta de consuelo.

Juan 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. 35 Jesús lloró. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?

Por lo tanto, llorar el duelo no es malo ni débil, sino una forma natural y saludable de afrontar la pérdida y de seguir viviendo con esperanza.

María y Marta tenían formas distintas de vivir la fe y el duelo, pero que ambas eran amadas por Jesús y que él les mostró su gloria al resucitar a Lázaro. 

Antes de la resurrección el Señor tiene que tratar con cada uno de nosotros, por un lado, nos fata:

1-Firmeza y seguridad en nuestra fe (en lo doctrinal).

2-Firmeza y seguridad emocional ante la tormenta y el duelo.

Me identifico mucho con Maria pero me encanta la manera que tiene Marta de afrontar, el día a día, el dolor y el duelo.

-Cuando tú, lloras con alguien ya no hacen falta preguntas, las lagrimas son las respuestas a todo duelo.

Pero el denominador común entre estas dos discipulas de Jesús era creer en la vida y la resurrección... creer en Jesús... y seguir viviendo a pesar de la muerte

En un sondeo realizado por el Instituto Ipsos en 2010, con más de 18 mil participantes de todo el mundo, se encontró que el 51 % creía que hay alguna forma de vida después de la muerte del cuerpo, el 26 % no sabía qué sucedía y el 23 % pensaba que uno simplemente dejaba de existir.

Mi nieto Ethan me pregunta ¿Yayo tu has ido a ética o a religión? Yo le dije que a religión, pero el cristianismo debe de enseñarnos a no tener miedo a la muerte, las crisis y todas las tormentas que sin duda cada ser humano vivirá, vivimos muchos miedos porque no tenemos ni esperanza ni consuelo ante las realidades que nos amenazan como criaturas mortales que peregrinamos en esta vida.

Jesús enseñó a sus discípulos a afrontar la muerte con fe, esperanza y amor. Les enseñó que la muerte no era el final, sino el paso a la vida eterna junto a Dios. Les enseñó que Él mismo iba a morir y resucitar al tercer día, y que ellos también participarían de su resurrección. Les enseñó que debían estar preparados para dar testimonio de su fe y seguir su voluntad, incluso si eso implicaba el martirio. Les enseñó que debían confiar en la providencia de Dios y en su misericordia, y que debían perdonar a sus enemigos y orar por ellos.

«¿A quién debo creer?»

Los doctores llamaron a los padres de una joven que moría para que ellos hablaran una última vez con ella. La madre era una cristiana devota que había enseñado a su hija las promesas bíblicas; el padre era un ateo profundo que le había dicho que todo eso era un mito.

La joven tomó la mano de su padre y le dijo: «Papá, estoy muriendo. Mi mamá dice que la Biblia es verdadera y que Jesús es mi Salvador, que me ama y que ha ido a preparar un hogar para mí, donde yo puedo vivir eternamente con Él. Pero tú dices que todo eso es mentira. Otra vez, estoy muriendo, y quiero saber: ¿Debo creerte a ti, o debo creerle a mi madre?».

Con lágrimas en los ojos, el padre ateo respondió: «Hija mía, ¡créele a tu madre!».

Los beneficios de creer son muchos:

1-Nos alivia de la ansiedad de morir.

2-Fortalece nuestra autoestima e identidad.

3-Fomenta los valores éticos al asumir el juicio de Dios tras la muerte.

4-Aumenta el bienestar psicológico al añadir consuelo, paz y gratitud por la vida vivida.

Hebreos 6:17-19

17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros19 La cual tenemos como segura  (asphalés) y firme (bebaia) ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,

Las dos cosas inmutables mencionadas en Hebreos 6:18 son la promesa de Dios y el juramento de Dios. 

1-La promesa de Dios: En la Biblia, Dios hace muchas promesas a su pueblo. Estas promesas son inmutables porque Dios es fiel y siempre cumple su palabra. Por ejemplo, en el contexto de Hebreos 6, la promesa se refiere a la promesa que Dios hizo a Abraham de bendecirlo y multiplicar su descendencia. LA PROMESA ES SEGURA

2-El juramento de Dios: Un juramento es una afirmación solemne o una promesa de que algo es verdadero o se cumplirá. En Hebreos 6:13-14, se dice que cuando Dios hizo su promesa a Abraham, juró por sí mismo, ya que no había nadie mayor por quien jurar. Este juramento es inmutable porque es imposible que Dios mienta. EL JURAMENTO DE DIOS ES FIRME

La palabra “segura” se traduce del griego ἀσφαλής (asphalés), que significa que no puede fallar, infalible, cierto, verdadero. Esta palabra se usa para describir la promesa de Dios a Abraham (Rom 4:16), la palabra profética (2Pe 1:19) y el llamamiento y la elección de los creyentes (2Pe 1:10). La esperanza que tenemos en Cristo es segura porque se basa en la fidelidad y la verdad de Dios, que no puede mentir ni cambiar.

La palabra “firme” (bebaia) significa “estable, firme, inmutable, confirmado”.

Esta palabra se usa para describir la esperanza del creyente (Heb 6:19).

La gloria en la esperanza (Heb 3:6)

Hebreos 3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme (bebaia)hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.

La ley dada en el Sinaí (Heb 2:2)

Hebreos 2:2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme (bebaia), y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,

y el pacto que entra en vigor después de una muerte (Heb 9:17).

Hebreos 9:17

17 Porque el testamento con la muerte se confirma (bebaia); pues no es válido entre tanto que el testador vive.

La esperanza que tenemos en Cristo es firme porque se fundamenta en la obra consumada de su muerte y resurrección, que nos garantiza la salvación y la herencia eterna.

Así, las palabras “segura” y “firme” expresan la certeza y la solidez de nuestra esperanza en Cristo, que es el ancla del alma. Esta esperanza no es una ilusión o una fantasía, sino una realidad que nos sostiene y nos da seguridad en medio de las tormentas de la vida. Esta esperanza penetra hasta dentro del velo, es decir, hasta el lugar santísimo donde está Dios mismo. Allí tenemos acceso por medio de Cristo, nuestro sumo sacerdote, que entró una vez para siempre con su propia sangre (Heb 9:12).

La fábula del helecho y el bambú


Un día decidí darme por vencido: renuncié a mi trabajo, a mi relación y a mi vida. Fui al bosque para hablar con un anciano que, según decían, era muy sabio.

–¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? – le pregunté.

-Mira a tu alrededor, -me respondió- ¿ves el helecho y el bambú?

-Sí. -respondí.

-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo, no renuncié al bambú.

En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y, nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.

En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.

El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se habían pasado ya cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.

¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces

El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.

Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida.  La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes, quizás solo estés echando raíces…

La relación entre el consuelo y la esperanza es muy estrecha, ya que ambos son sentimientos que nos ayudan a afrontar las dificultades y los sufrimientos de la vida. El consuelo es el alivio o la satisfacción que se siente cuando se recibe o se da apoyo, comprensión, afecto o ayuda en una situación de dolor, angustia o desesperación. La esperanza es la confianza o la ilusión de que algo bueno va a suceder o se va a conseguir en el futuro, a pesar de las circunstancias adversas o inciertas.

El consuelo es una fuente de esperanza, ya que nos hace sentir que no estamos solos, que hay alguien que nos quiere y nos cuida, y que hay una salida o una solución a nuestros problemas. El consuelo nos anima a seguir adelante y a no perder la fe ni la confianza en nosotros mismos, en los demás y en Dios.

La esperanza es un motivo de consuelo, ya que nos hace ver el lado positivo de las cosas, nos da fuerza y valor para enfrentar los retos y las pruebas, y nos llena de alegría y paz interior. La esperanza nos consuela al recordarnos que hay un propósito y un sentido para nuestra vida, y que hay una promesa y una recompensa para nuestra fidelidad.

Ser menos emocional como Marta implica tener una mayor racionalidad, lógica, objetividad y capacidad de análisis. 

Esto puede ser beneficioso para planificar, organizar, ejecutar y evaluar las acciones que se realizan, para resolver problemas de forma eficaz, para tomar decisiones basadas en la evidencia, y para mantener el equilibrio y la coherencia entre el pensamiento y el comportamiento

Sin embargo...

Ser menos emocional como Marta también puede tener sus desventajas, como...

ser más

frío,

distante,

indiferente o insensible

Además, ser menos emocionales como Marta puede crear dificultades para...

Expresar sentimientos

Para comprender los sentimientos de otros

Para disfrutar de las emociones positivas

Para sentirnos motivados o apasionados por lo que hacemos

Ser emocional como María implica tener una mayor...

 

Sensibilidad

Empatía,

Expresividad

Conexión con los sentimientos propios y ajenos. 

 

Esto puede ser beneficiosos para...

 

Establecer relaciones interpersonales más profundas

Disfrutar de la vida

Encontrar sentido y propósito a la existencia

RECIBIR CONSUELO Y APOYO EN MOMENTOS DIFICILES.

La biblia nos ofrece mucho consuelo que por falta de emotividad y frialdad perdemos capacidad de ser consolados por sus consolaciones. Por ejemplo:

Salmo 23:4: Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Romanos 15:13: Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

2 Corintios 1:3-4: Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.

Sin embargo...

 

Ser emocional como María también puede tener sus inconvenientes, como ser más vulnerable...

al estrés,

a la ansiedad,

a la depresión,

al miedo o a la ira. 

 

Además, las personas emocionales pueden tener dificultades para...

Tomar decisiones racionales

Controlar nuestros impulsos

Resolver problemas en forma objetiva

Mantener la calma

Estabilidad durante las crisis y conflictos

Ser emocionales tiene sus ventajas y sus desventajas, según el contexto y la situación. Lo ideal sería tener un equilibrio entre ambos aspectos, y saber adaptarse a las circunstancias y a las necesidades propias y de los demás.

Marta y María no esperaban vivir una emoción tan fuerte como la muerte de su hermano, dos mujeres solas necesitaban un ancla para su alma y esa ancla es la esperanza que junto al consuelo están sujetos en los tiempos difíciles, a la promesa de Dios y a su juramento... pero lo que no cabe duda que nos puede mantener equilibrados emocionalmente es creer en Jesús como la resurrección y la vida eterna.



No hay comentarios:

Publicar un comentario