EL
ANCLA DEL ALMA
(MARTA Y MARIA)
Marta era una mujer
práctica, activa, diligente y servicial. Se ocupaba de los quehaceres de la
casa y de atender a los invitados. Tenía una fe racional y doctrinal en Jesús
como el Mesías y el Hijo de Dios, pero también una esperanza limitada por el
tiempo humano. Cuando supo que Jesús estaba cerca, salió a su encuentro y le
reprochó por no haber llegado antes para evitar la muerte de su hermano. Sin
embargo, también le expresó su confianza en que él podía hacer algo al
respecto. Jesús le habló de la resurrección y le hizo una pregunta sobre su fe,
a la que ella respondió afirmativamente.
Juan
11:25-26 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el
que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo
aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Solemos reservar estos textos solo para los funerales y con cierta sensación de pena y desolación. Las palabras van dirigidas a Marta hermana de Lázaro, en otro tiempo esta discípula fue reprendida por el mismo Jesús por menospreciar ese tiempo que su hermana María se tomaba mientras ella estaba en la tarea de servicio.
Lucas 10:40-42 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte (agathē meris), la cual no le será quitada.
En una palabra, Marta se estaba
perdiendo lo mejor lo único, (agathē meris)
significa “buena herencia”. Esta expresión se usa para
referirse a algo que tiene un gran valor y que no se puede perder. Así
fue como descubrimos que María hermana de Marta tenia una gran pasión por Jesús.
María era una mujer
sensible, emotiva, apasionada y devota. Se sentaba a los pies de Jesús para
escuchar sus palabras y seguir su voluntad. Tenía una fe personal y emocional
en Jesús como su Salvador y su Amigo, pero también una confianza ilimitada en
su poder.
Tercer Cielo - Creere - Video Oficial
Pero ahora Lázaro ha muerto,
podíamos esperar que María estuviera mejor preparada que Marta ¿Pero que nos
encontramos?
Juan 11:20-21 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
La razón por la que María se quedó en casa y solo Marta salió a recibir a
Jesús no se explica explícitamente en el texto bíblico, pero se pueden sugerir
algunas posibles interpretaciones basadas en el contexto y el carácter de las
dos hermanas.
- Una
interpretación es que María estaba tan abatida por
la muerte de su hermano que no tenía ánimo ni fuerzas para salir de la
casa. Tal vez
pensaba que Jesús había llegado demasiado tarde y que ya no había nada que
hacer. Marta, en cambio, tenía más esperanza y confianza en Jesús, y
quería verle y hablarle cuanto antes.
- Otra interpretación es que María estaba respetando las costumbres
judías de duelo, que implicaban permanecer en la casa durante siete días,
recibiendo las visitas y el consuelo de los amigos y familiares. Marta, en
cambio, rompió la tradición y salió a recibir a Jesús, porque le
consideraba más que un amigo, sino el Señor y el Mesías.
21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Muchos de nosotros dedicamos
mucho tiempo a oír la enseñanza de Jesús, pero cuando estamos en una tormenta
nos enfadamos con el Señor y nos quedamos en casa llorando como María.
Pero Marta (como una barca a la
deriva empujada por las olas de su pena) reprochó a Jesús que no hubiera estado
con ellos, pues podría haberlo evitado, entonces Jesús le dio a Marta el ancla
en medio de la tormenta.
Para muchos de nosotros, Jesús
solo puede evitar que pasemos por la tormenta y perdemos interés en Jesús
cuando nos embarga la pena, pero Marta tenia una fe en Jesús que la ayudaba a
tenerle como Salvador en medio del duelo y la tristeza.
Juan
11:22 Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios,
Dios te lo dará.
Muchos de nosotros dedicamos
mucho tiempo a oír la enseñanza de Jesús, pero cuando estamos en una tormenta
nos enfadamos con el Señor y nos quedamos en casa como María.
Pero Marta (como una barca a la deriva empujada por las olas de su pena) reprochó a Jesús que no hubiera estado allí con ellos, para evitar el fatal desenlace.
Juan 11:23-25Jesús
le dijo: Tu hermano resucitará. 24 Marta le dijo: Yo sé
que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25 Le
dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no
morirá eternamente. ¿Crees esto? 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el
Hijo de Dios, que has venido al mundo.
- Marta fue la primera en salir al encuentro de Jesús cuando supo que estaba cerca, mientras que María se quedó en casa hasta que Jesús la llamó (Jn 11:20-28). Esto muestra que Marta era más activa e impulsiva, y que María era más pasiva y reflexiva.
En Esto Creo (El Credo) - Hillsong Worship
Juan
11:28 Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana,
diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.
- María repitió las mismas palabras que Marta al ver a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Jn 11:32). Sin embargo, a diferencia de Marta, María se postró a los pies de Jesús llorando. Esto muestra que María tenía una fe emocional y personal, pero también una confianza ilimitada en el poder de Jesús.
- Juan 11:29-32 Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. 30 Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. 31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. 32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Marta estaba
falta de doctrina, María falta de consuelo.
Juan 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que
la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, 34 y dijo: ¿Dónde le
pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. 35 Jesús lloró. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo
le amaba. 37 Y algunos de ellos dijeron:
¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no
muriera?
- La reacción de Jesús ante
las dos hermanas fue diferente. Ante Marta, Jesús le habló de la vida
eterna y le hizo una pregunta sobre su fe. Ante
María, Jesús se conmovió profundamente y lloró con ella. Esto muestra que Jesús
se adaptó a las necesidades y los sentimientos de cada una, y que
compartió su dolor.
- Llorar el duelo ayuda a expresar las emociones y el
dolor que se siente por la pérdida de un ser querido, lo que facilita el
proceso de aceptación y adaptación a la nueva realidad.
- Llorar el duelo permite liberar el estrés y la
tensión que se acumula en el cuerpo y la mente, lo que mejora el bienestar
físico y psicológico del doliente.
- Llorar el duelo favorece
la comunicación y el apoyo social, al mostrar la vulnerabilidad y la
necesidad de consuelo y comprensión por parte de los demás .
- Llorar el duelo honra la
memoria y el significado del ser querido que ha fallecido, al reconocer su
valor y su influencia en la vida del doliente .
Por lo tanto, llorar el duelo no es malo ni débil,
sino una forma natural y saludable de afrontar la pérdida y de seguir viviendo
con esperanza.
María y Marta tenían formas
distintas de vivir la fe y el duelo, pero que ambas eran amadas por Jesús y que
él les mostró su gloria al resucitar a Lázaro.
Antes de la resurrección el Señor
tiene que tratar con cada uno de nosotros, por un lado, nos fata:
1-Firmeza y seguridad en nuestra fe
(en lo doctrinal).
2-Firmeza y seguridad emocional
ante la tormenta y el duelo.
Me identifico mucho con Maria pero me
encanta la manera que tiene Marta de afrontar, el día a día, el dolor y el
duelo.
-Cuando tú, lloras con alguien ya no hacen falta preguntas, las lagrimas son las respuestas a todo duelo.
Pero el denominador común entre estas dos discipulas de Jesús era creer en la vida y la resurrección... creer en Jesús... y seguir viviendo a pesar de la muerte
Mi nieto Ethan me pregunta ¿Yayo tu has ido a ética o a religión? Yo le dije que a religión, pero el cristianismo debe de enseñarnos a no tener miedo a la muerte, las crisis y todas las tormentas que sin duda cada ser humano vivirá, vivimos muchos miedos porque no tenemos ni esperanza ni consuelo ante las realidades que nos amenazan como criaturas mortales que peregrinamos en esta vida.
Jesús enseñó a sus discípulos a afrontar la muerte con fe, esperanza y amor. Les enseñó que la muerte no era el final, sino el paso a la vida eterna junto a Dios. Les enseñó que Él mismo iba a morir y resucitar al tercer día, y que ellos también participarían de su resurrección. Les enseñó que debían estar preparados para dar testimonio de su fe y seguir su voluntad, incluso si eso implicaba el martirio. Les enseñó que debían confiar en la providencia de Dios y en su misericordia, y que debían perdonar a sus enemigos y orar por ellos.
«¿A quién debo creer?»
Los
doctores llamaron a los padres de una joven que moría para que ellos hablaran
una última vez con ella. La madre era una cristiana devota que había enseñado a
su hija las promesas bíblicas; el padre era un ateo profundo que le había dicho
que todo eso era un mito.
La joven tomó la mano de su padre y
le dijo: «Papá, estoy muriendo. Mi mamá dice que la Biblia es verdadera y que
Jesús es mi Salvador, que me ama y que ha ido a preparar un hogar para mí,
donde yo puedo vivir eternamente con Él. Pero tú dices que todo eso es mentira.
Otra vez, estoy muriendo, y quiero saber: ¿Debo creerte a ti, o debo creerle a
mi madre?».
Con
lágrimas en los ojos, el padre ateo respondió: «Hija mía, ¡créele a tu madre!».
Los beneficios de creer son muchos:
1-Nos alivia de la ansiedad de morir.
2-Fortalece nuestra autoestima e identidad.
3-Fomenta los valores éticos al asumir el juicio de
Dios tras la muerte.
4-Aumenta el bienestar psicológico al añadir consuelo, paz y gratitud por la vida vivida.
Hebreos
6:17-19
17 Por lo cual,
queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la
inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18 para
que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta,
tengamos un
fortísimo consuelo los
que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19 La
cual tenemos como segura
(asphalés) y firme (bebaia) ancla del
alma, y que penetra hasta dentro del velo,
Las dos cosas inmutables
mencionadas en Hebreos 6:18 son la promesa de
Dios y el juramento de Dios.
1-La promesa de Dios: En la Biblia, Dios hace muchas
promesas a su pueblo. Estas promesas son inmutables porque Dios es fiel y
siempre cumple su palabra. Por ejemplo, en el contexto de Hebreos 6, la promesa
se refiere a la promesa que Dios hizo a Abraham de bendecirlo y multiplicar su
descendencia. LA PROMESA ES SEGURA
2-El juramento de Dios: Un juramento es una
afirmación solemne o una promesa de que algo es verdadero o se cumplirá. En
Hebreos 6:13-14, se dice que cuando Dios hizo su promesa a Abraham, juró por sí
mismo, ya que no había nadie mayor por quien jurar. Este juramento es inmutable
porque es imposible que Dios mienta. EL JURAMENTO DE DIOS ES FIRME
La palabra “segura” se traduce del griego ἀσφαλής (asphalés), que significa “que no puede fallar, infalible, cierto, verdadero”. Esta palabra se usa para describir la promesa de Dios a Abraham (Rom 4:16), la palabra profética (2Pe 1:19) y el llamamiento y la elección de los creyentes (2Pe 1:10). La esperanza que tenemos en Cristo es segura porque se basa en la fidelidad y la verdad de Dios, que no puede mentir ni cambiar.
La palabra “firme” (bebaia) significa “estable, firme,
inmutable, confirmado”.
Esta palabra se
usa para describir la esperanza del creyente (Heb 6:19).
La gloria en la
esperanza (Heb 3:6)
Hebreos 3:6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme (bebaia)hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
La ley dada en el
Sinaí (Heb 2:2)
Hebreos 2:2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme (bebaia), y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
y el pacto que
entra en vigor después de una muerte (Heb 9:17).
Hebreos
9:17
17 Porque el
testamento con la muerte se confirma (bebaia); pues
no es válido entre tanto que el testador vive.
La esperanza que tenemos en Cristo es firme porque se fundamenta
en la obra consumada de su muerte y resurrección, que nos garantiza la salvación
y la herencia eterna.
Así, las palabras
“segura” y “firme” expresan
la certeza y la solidez de nuestra esperanza en Cristo, que es el ancla del
alma. Esta esperanza no es una ilusión o una fantasía, sino una realidad que
nos sostiene y nos da seguridad en medio de las tormentas de la vida. Esta
esperanza penetra hasta dentro del velo, es decir, hasta el lugar santísimo
donde está Dios mismo. Allí tenemos acceso por medio de Cristo, nuestro sumo
sacerdote, que entró una vez para siempre con su propia sangre (Heb 9:12).
La fábula del helecho y el bambú
Un día decidí darme por vencido: renuncié a mi
trabajo, a mi relación y a mi vida. Fui al bosque para hablar con un
anciano que, según decían, era muy sabio.
–¿Podría darme una buena razón para no darme por
vencido? – le pregunté.
-Mira a tu alrededor, -me respondió- ¿ves el
helecho y el bambú?
-Sí. -respondí.
-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú,
las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el
suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo, no renuncié al
bambú.
En el segundo año el helecho creció más brillante y
abundante y, nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié
al bambú.
En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de
bambú. Pero no renuncié al bambú.
En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla
de bambú. Pero no renuncié al bambú.
En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en
la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e
insignificante.
El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de
altura. Se habían pasado ya cinco años echando raíces que lo sostuvieran.
Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para
sobrevivir.
¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando,
realmente has estado echando raíces?
El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos
días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales
para la vida. La felicidad te mantiene dulce.
Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te
mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes, quizás solo estés echando raíces…
La relación entre
el consuelo y la esperanza es muy estrecha, ya que ambos son sentimientos que
nos ayudan a afrontar las dificultades y los sufrimientos de la vida. El
consuelo es el alivio o la satisfacción que se siente cuando se recibe o se da
apoyo, comprensión, afecto o ayuda en una situación de dolor, angustia o
desesperación. La esperanza es la confianza o la ilusión de que algo bueno va a
suceder o se va a conseguir en el futuro, a pesar de las circunstancias
adversas o inciertas.
El consuelo es una fuente
de esperanza, ya que nos hace sentir que no estamos solos, que hay alguien que
nos quiere y nos cuida, y que hay una salida o una solución a nuestros
problemas. El consuelo nos anima a seguir adelante y a no perder la fe ni la
confianza en nosotros mismos, en los demás y en Dios.
La esperanza es un motivo
de consuelo, ya que nos hace ver el lado positivo de las cosas, nos da fuerza y
valor para enfrentar los retos y las pruebas, y nos llena de alegría y paz
interior. La esperanza nos consuela al recordarnos que hay un propósito y un
sentido para nuestra vida, y que hay una promesa y una recompensa para nuestra
fidelidad.
Ser menos emocional como Marta implica tener una mayor racionalidad, lógica, objetividad y capacidad de
análisis.
Sin embargo...
Ser menos emocional como Marta también puede tener sus
desventajas, como...
ser más
frío,
distante,
indiferente o insensible.
Además, ser menos
emocionales como Marta puede crear dificultades para...
Expresar sentimientos
Para comprender los sentimientos de
otros
Para disfrutar de las emociones
positivas
Para sentirnos motivados o apasionados
por lo que hacemos
Ser emocional como María implica tener una mayor...
Sensibilidad
Empatía,
Expresividad
Conexión con los sentimientos propios
y ajenos.
Esto puede ser beneficiosos para...
Establecer relaciones interpersonales más
profundas
Disfrutar de la vida
Encontrar sentido y propósito a la existencia
RECIBIR CONSUELO Y APOYO EN MOMENTOS
DIFICILES.
La biblia nos ofrece mucho consuelo que por
falta de emotividad y frialdad perdemos capacidad de ser consolados por sus
consolaciones. Por ejemplo:
Salmo 23:4:
Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Romanos 15:13:
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen
en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
2 Corintios
1:3-4: Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre
misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras
tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido,
también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.
Sin embargo...
Ser emocional como María también puede tener sus
inconvenientes, como ser más vulnerable...
al estrés,
a la ansiedad,
a la depresión,
al miedo o a la ira.
Además, las personas emocionales pueden tener
dificultades para...
Tomar decisiones racionales
Controlar nuestros impulsos
Resolver problemas en forma objetiva
Mantener la calma
Estabilidad durante las crisis y
conflictos
Ser emocionales tiene sus ventajas
y sus desventajas, según el contexto y la situación. Lo ideal sería tener un
equilibrio entre ambos aspectos, y saber adaptarse a las circunstancias y a las
necesidades propias y de los demás.
Marta y María no esperaban vivir
una emoción tan fuerte como la muerte de su hermano, dos mujeres solas
necesitaban un ancla para su alma y esa ancla es la esperanza que junto al
consuelo están sujetos en los tiempos difíciles, a la promesa de Dios y a su
juramento... pero lo que no cabe duda que nos puede mantener equilibrados
emocionalmente es creer en Jesús como la resurrección y la vida eterna.
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